sábado, 9 de agosto de 2014

El árbol seco... ¡una bendición!

Tribulación.*

“Las calamidades pueden ser causa de crecimiento y de iluminación”, dijo el Maestro.

Y lo explicó del siguiente modo:

“Había un pájaro que se refugiaba a diario en las ramas secas de un árbol que se alzaba en medio de una inmensa llanura desértica. Un día, una ráfaga de viento arrancó de raíz el árbol, obligando al pobre pájaro a volar cien millas en busca de un nuevo refugio... hasta que, al fin, llegó a un bosque de árboles cargados de frutas”.

Y concluyó el Maestro: “Si el árbol seco se hubiera mantenido en pie, nada hubiera inducido al pájaro a renunciar a su seguridad y echarse a volar”.

(*) Quién puede hacer que amanezca. Anthony de Mello. Edt: Sal Terrae.

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“Pueden ser causa...”. No que necesariamente lo sean! Esto siempre estará sujeto a la persona en sí. Si algo sucede en tu vida, el árbol se cae, tiene su razón de ser. Y sólo a ti atañe. ¡Individualmente! No en conjunto. No en familia, pueblos o naciones.

Y si se quisiese extrapolar esta situación, individual, a grupos, piénsese que éstos son sencillamente suma de individuos. Suma de individualidades.

La enseñanza de este otro Maestro, Jesús, cobra aquí toda su relevancia, aunque aparentemente en sentido inverso, no hay calamidad en ti.

“Caerán mil a tu lado y diez mil a tu diestra pero a ti no han de tocarte”.

Ese a ti, que eres tú, también es los mil y los diez mil...

16 comentarios:

José Ramón dijo...

Ernesto Hermosas letras siempre es un placer pasar por aquí. Saludos

http://creatividadeimaginacinfotosdejosramn.blogspot.com.es/

Mari-Pi-R dijo...

Muchas veces creemos que estamos sobre el buen árbol sin darnos cuenta que el árbol que nos va dar sus buenos frutos lo tenemos en otro lugar al que hay que buscar.
Una buena reflexión con un abrazo.

Carmela dijo...

Buscar un nuevo lugar, atreverse a seguir más allá de lo seguro, de lo conocido... a veces nos cuesta tanto. Nos aferramos a lo que conocemos y al lugar donde nos sentimos protegidos. Y queda tanto, más allá.
La música que suena de fondo es preciosa, Ernesto, el segundo tema, en especial, es maravilloso.
Buscar, avanzar, arriesgarnos cada día un poquito... y con ello movemos pieza y eso, no solo nos afecta a nosotros, Ese movimiento ese avance, repercute en aquellos a quienes queremos. Yo al menos, lo veo así.
Un gran abrazo, Ernesto.

CRISTINA dijo...

Hola Ernesto, a veces nos sentimos perdidos cuando perdemos nuestro cobijo. Si llegar alcanzar, que el siguiente puede que sea mejor. Una historia muy tierna.
Un grande abrazo.

Unknown dijo...

Un texto ejemplificador muy bonito.
En la práctica, cuando ya tienes mucho camino andado es difícil hacer cambios , cuesta mucho. aunque sepas que seguramente te beneficiarán. Se trata de ser valiente y muchas veces ya estamos cansados.
Un abrazo gigante.
¡Feliz domingo !.

María Bote dijo...

Magnífica reflexión, Ernesto.

Si la rama donde solemos posarnos se seca y cae, volemos. Dios, con su infinita misericordia, irá sembrando nuevos, flexibles y fondosos árboles: su aliento, donde siempre encontaremos cobijo.

Me encanta la música de tu blog, amigo.

Buena tarde de domingo y besos

Adriana Alba dijo...

Que bellas enseñanzas nos dejó Anthony de Mello.
Cariños.

Ángela dijo...

Puede ser un árbol, una simple rama, o..."nada", lo que nos genere seguridad.
Estirar nuestros límites y acostumbrar a la mente a romper obstáculos...¡Esperan tantos "bosques de árboles cargados de frutas"...!
Ernesto, un regalo escuchar música tan selecta. Gracias.

Meulen dijo...

creo que cuando es de uno la responsabilidad de que le ocurra algo así...
asume lo que le toca como se dice no?

lo tremendo es que te acontezca algo nefasto pro la maldad o la irracionalidad de otros
por sus ideas de las que sean y diezman a mansalva...

el árbol se cae , por la loquera de muchos y d elas armas...atroz!

saludos!

mariarosa dijo...

¡Hermoso Ernesto!!
Muchas veces, somos cómodos, no nos movemos de nuestra seguridad y sin embargo es necesario volar para elevarse.

mariarosa

Recomenzar dijo...

placer es
Leerte

Laura dijo...

Así es, todo es adecuado, todo sucede con un fin, aunque nos cueste aceptarlo.

Un abrazo.

Salva dijo...

Magnífica reflexión Ernesto.
Hay acontecimientos en la vida que nos sacan de la comodidad y nos llevan de un árbol a otro. Al final todo forma parte de un plan divino para nuestras almas.
Un abrazo.

Raquel P.R. dijo...

Una gran reflexión Ernesto, también soy de la opinión de que la suma de individualidades puede cambiarlo todo, sin que por ello, deba afectarnos de forma personal, ya que cada uno vive su propia historia.
Ver, sentir, decidir... por vivir.
Un gran abrazo Ernesto!!!

estrella en el ocaso dijo...

Hermosa lectura llena de enseñanza, y con tu apreciación tan precisa, aún más fácil para meditar esos momentos en el que se nos presentan cambios en la vida para crecer.

Saludos Ernesto.

Anónimo dijo...

Hola mi buen amigo Ernesto.
Ando perdida en esta tecnología que no me deja ver vuestras publicaciones ni comentar como y cuando quiero.
Preciosas, profundas y llenas de una gran verdad, son todas esas moralejas que compartes con nosotros.
Te he respondido a tu comprensivo y amable correo, no sabes como lo siento que en este mundo nos toque encontrar personas con tan poco sentido de la responsabilidad y respeto, pero la vida es así.
Espero te haya llegado el correo, no publicaré por un tiempo, pero siempre que me sea posible os visitaré.
Un abrazo.
Ambar