sábado, 25 de junio de 2016

Un día cualquiera...

Del blog de Carmela. -Mi fular-
Junio, sábado, primera hora de la mañana. Día gris y con ligero sirimiri (así se denomina la finísima lluvia que cae en el País Vasco y que en Galicia mi abuelo llamaba “calabobos”).

La pequeña Ziara, 5 años, que ha dormido aquí esta noche, acaba de coger el móvil para hacer alguna fotografía o vídeo… Y además va filmando y hablando a la vez como si le estuviese enseñando la casa a alguien. Ahora la oigo por el baño donde su amama se está duchando. ¡Veremos cómo salimos en la filmación! Y ahora por las habitaciones despidiéndose de quienes se supone que la acompañan. (Menudo cuidado que hay que tener en que no te pille en una posición delicada jajjajajajaja)

Sentada sobre mis piernas me enseña la filmación: “Holaaaa… está es mi casa… Mira qué bonita es… ésta es la cocina… estos son los capullos…” (se refiere a la caja de zapatos en las que he colocado los capullos de seda en los que cada gusano, de seda, se está metamorfoseando en mariposa; ya han salido cuatro, y según miro la caja veo que la última se ha salido fuera)… “el salón...” (da la luz porque está a oscuras)… “el baño pequeño… la habitación de las literas… etc., etc....”

Las campanas de la iglesia dan las nueve… y a continuación se oye una melodía. Los magnolios exhiben sus grandes y olorosas flores, los nogales ya tienen sus nueces, verdes, mientras la tórtola emite su canto nupcial desde el tejado vecino.

Sí, un día cualquiera… Como posiblemente sea el vuestro mientras leéis esto. Y sin embargo no es del todo cierto eso de “cualquiera”. ¡Este es único! No hay, ni habrá jamás, otro “igual”. Parecidos puede, pero igual nunca más. Lo que se haga hoy o se deje de hacer producirá unas consecuencias. El signo de ellas o su trascendencia marcará destino. Si es imperceptible o causa giros de 90º o 180º lo experimentaremos en nuestras vidas. ¿No son ya éstas la consecuencia de los “hice” o “dejé de hacer” del ayer?

Este proceder de la vida, su fluir natural, lo tengo cada vez más claro. Y consciente a su vez de que si me sumo a ello, proceder y fluir natural, será una bendición del cielo! Ya un amigo mío decía hace muchos años que “hay un Orden y un ordencito”. Siempre entendí el primero como un movimiento natural de las cosas de la vida, ese fluir o dejar hacer, a diferencia del segundo que suponía que era “yo” tomando decisiones. El ego, la personalidad mía en contraposición a las de los demás.

Tú, quien realmente eres cuando dices “yo soy”
y yo, quien realmente soy cuando digo “yo soy”
es el mismo “yo soy”,
Todo Lo Que Es.
tú”, “yo”, nosotros, individuos en apariencia,
somos personajes en el sueño que
Yo”, Todo Lo Que Es”,
sueña.

No hay nosotros, ni yo, ni tú.
Aun el propio sueño habita en
Todo Lo Que Es.
Ello es quien Tú realmente eres,
no el tú que tú crees ser.

(Perfecta Brillante Quietud. David Carse)… o la “cosa david”.

La pequeña Ziara pudiera parecer que tiene por delante infinidad de días como estos, cualesquiera que sean, pero no será cierto del todo, pues más que días lo que en realidad enfrentará serán instantes… Y tampoco esto será del todo cierto. Pues más que enfrentar nada, ella, será más bien la Vida la que se viva a sí misma a través de Ziara.

Como la ola y el océano. ¿Hay dos? ¡No! Solo uno, sin segundo. Si bien se manifiesta a sí mismo de distintas formas… Ziara, “tú”, “yo”, “vosotros”, “los demás”… ¡Océano!

¿No lo ves… todavía?

viernes, 17 de junio de 2016

¡A qué tienes derecho...


...Y cuánto sabes sobre ello.

Las instituciones de un País, Comunidad, etc. tienen establecidas pautas o protocolos que promueven y facilitan diversas opciones que benefician a los ciudadanos. Bien ayudas directas, bien informaciones que permiten su aprovechamiento. Y todo ello no sólo es un derecho de las personas sino que está sufragado por la vía de los impuestos que pagamos. ¡Es tuyo! ¡No lo desaproveches!

También las leyes establecidas en el Ordenamiento Jurídico van en esa misma línea. ¡Desconocerlas es limitarse!

No se trata de hacer de cada uno un abogado o gestor en ciernes. Más bien es llamar la atención de que ante la duda o el no saber sobre el tema que nos concierne es mejor informarse antes de actuar. ¡Sea éste de la índole que sea!

Personalmente utilizo todos los servicios públicos a mi alcance. Son gratuitos. Y las personas que los gestionan están encantadas de facilitar su uso. ¡Y además se hacen amigos!

Seguridad Social. Vivienda, en sus vertientes de propiedad o alquiler. Comunidades de propietarios. Servicios en general, públicos o privados. Derechos del ciudadano. Reclamaciones. Relaciones laborales. Testamentos, este tema tiene más relevancia de lo que parece. Y facilita mucho el día de mañana. Y así en cualquier tema que podáis enfrentar.

La información requerida evitará experiencias desagradables. Y el conocimiento que se obtenga, y aplique adecuadamente, hará la vida más placentera y tranquila.

Seguro que todos tenemos, o conocemos, algún caso en el que una mejor información previa hubiese supuesto una resolución distinta.

No tengamos reparo en preguntar o solicitar cuanta ayuda consideremos. Sea por la vía servicios públicos o privados. En muchas ocasiones una pequeña inversión, gasto, puede evitar gastos mayores y sobre todo complicaciones.

Me gustaría recordaros, pero no lo voy a hacer jajajajajaja…, que dentro de poco tendréis que elegir qué opción política escogéis para, precisamente, gestionar lo señalado. Si analizáis adecuadamente las propuestas no debiera ser difícil acertar!

Un abrazo.

sábado, 4 de junio de 2016

El molino de las golondrinas.



Dispuesto a pasar un fin de semana en los Picos de Europa subió al autobús que le trasladaría a Potes. Sentado en la parte media del mismo observaba como el resto de pasajeros se iba acomodando en sus asientos. Dos chicas jóvenes se sentaron delante de él. Al poco vio como una de ellas levantaba la mano en señal de saludo. Un hombre, alto, delgado, espesa barba blanca y cabello revuelto, se aproximaba por el pasillo. Las saludó al pasar y se dirigió a los asientos posteriores.

-¿Quién es? Preguntó la otra joven.

-Es Manuel. Vive en el molino de las golondrinas.

El autobús emprendió la marcha. Y las jóvenes iniciaron una conversación.

¿Qué edad tiene?

-Ni te lo imaginas… Le conozco desde niña y siempre le he visto con la misma pinta. Solía venir al pueblo para hacer montañismo. A veces solo y otras en grupo. Creo que es de León. Un día compró el molino, y desde entonces su presencia se hizo más habitual. Hoy vive en él con su mujer, María... Es una bonita historia.

-Cuenta cuenta…

-El molino pertenecía a la familia de Juan Yébenes desde siempre. Ya sus abuelos molían el grano de la comarca. Éste estuvo casi siempre fuera del pueblo, en el extranjero. Y fue en los últimos años que se instaló aquí. No sé mucho de su vida. Vivía solo aunque se relacionaba muy bien con la gente. Mis padres eran amigos suyos.

-¿Y Manuel?

-Bueno, éste le compró el molino a Juan hace unos diez años. En realidad fue un acuerdo muy especial. Siempre he oído hablar de el, y que intervino el cura del pueblo, amigo de ambos.

Había un matrimonio entonces cuyo marido enfermó de algo bastante serio. Gente del pueblo de toda la vida, jóvenes, no creo que llegasen a los cuarenta. Él trabajaba en el obrador de pastelería. Tuvo que dejar su trabajo. Pero es que además vivían en un piso alto, de alquiler, y dadas las dificultades de movilidad de éste le costaba acceder a la calle. Fue por ese tiempo cuando surgió la venta del molino.

Parece ser que Juan le ofreció a Manuel la propiedad en un precio bajo siempre y cuando éste le concediese a dicha pareja el usufructo de una parte de la casa. Quería que mientras ambos viviesen pudiesen hacerlo ahí. La casa es grande y permitía segregar una parte. Y así se hizo. El matrimonio se vino a vivir al molino, en planta baja. Y contando con su propio espacio, cocina, salón, habitación, baño, etc. Hasta huerto. Todo independiente. Manuel habitaba el resto de la casa los fines de semana.

-¿Y?…

-...María, hoy la mujer de Manuel, era la esposa del pastelero enfermo…

-¡Qué me dices!

-Sí, a los pocos años de vivir en el molino, tal vez unos cinco, Pedro falleció. Ella siguió residiendo en su casa. Dos años después Manuel se vino definitivamente al pueblo. La relación del matrimonio con éste siempre fue muy buena. Manuel solía llevar a Pedro en coche a visitar otros pueblos y zonas de la comarca. El afecto entre ellos era palpable….

María es muy guapa, ya la conocerás, muy buena mujer. Y Manuel, ya le ves, tan natural. Es atento y afable. No es de extrañar que el amor se hiciese hueco en ellos.

-¡Ah, y una cosa que quería preguntarte! ¿Por qué le llaman el molino de las golondrinas?

Porque la mayoría de las golondrinas del pueblo tienen sus nidos bajo sus tejas. 

_______________._______________

Estos encuentros en la madurez, cuando las circunstancias de la vida parecen haberte dejado solo, momentáneamente, siempre los he visto como regalos del cielo.Cierto que la soledad, bien entendida, es asumible, y hasta deseada. Pero una taza de café humeante puesta sobre la mesa al levantarte, una mano que, cogida a la tuya, da calidez a los paseos de invierno, o la entrañable sensación de sentir que alguien amigo te espera en la cama, creo que es algo a tener en cuenta.
_______________._______________