lunes, 8 de agosto de 2016

Quien esté libre... tire la primera piedra.


Nadie está libre de decir una palabra fuera de lugar, inoportuna, inadecuada, que no quiso decir, o sencillamente que no iba con esa intención. ¡Nadie!

Como tampoco nadie está libre de malinterpretar una palabra que pudo haberse dicho mejor pero se expresó así… ¡Nadie tampoco!

Ambas habrán estado motivadas por la confianza mutua y la amistad.

Entonces ¿qué sucede para que el paso siguiente, o los siguientes, la situación desemboque en una especie de cruz y raya?

Posiblemente la falta de una aclaración, cuanto antes, y la templanza necesaria para comprender, y aceptar de veras y no una mera formalidad, que, tal vez, nos equivocamos al hablar… O al escuchar. ¡Sencillo!

Que no quiere decir que sea fácil rectificar, tender la mano, o disculparse.

¿Disculparme yo?…

¡Sin duda! Tanto si tienes razón como sino. Si tu interlocutor se ha sentido molesto por algo, con o sin razón, eres tú quien debe tratar de paliar la confusión. Quien puede que se sienta molesto lo tendrá algo más difícil.

¿No eres tú el de una mayor comprensión, mejor talante, más abierto, más más… ¡Pues a qué esperas!

Si siembras distancias cosecharás ausencias.

Ahora bien, si lo que buscabas era el alejamiento de esa persona, ¡hecho! Ya verás como dejarás de verla a tu alrededor…

Solo que para eso no hacían falta semejantes alforjas. Bastaba un educado: adiós, amigo/a.

14 comentarios:

Carmela dijo...

Cuanta razón tiene tu entrada de hoy Ernesto. Acabo de vivir una situación como la que cuentas, no en mi caso, pero si en personas que aprecio de veras, y por suerte ambas han rectificado, una, la que dijo sin intención, pero que dolió, pidió disculpas y la otra, la ofendida, la aceptó. Pero qué cierto es que si no das ese paso, las situaciones se enquistan y luego cuesta mucho trabajo enderezarlo.
Un abrazo, amigo

mariarosa dijo...


Interesante propuesta. Creo que cuando alguien se enoja mucho por algo sin importancia, el motivo es que ha estado conteniendo enojos que no expresó en el momento debido y llegado un mal momento se salió de sus casillas.

Es justa la propuesta, si quieres a una persona debes aclarar, pero si su retiro es un alivio, adiós y todos en paz.

mariarosa

María Socorro Luis dijo...


Creo que deberíamos ser mas transparentes y sencillos. Hay gente que se molesta o se ofende por cualquier tontería...

Buenas noches con abrazo

Ángela dijo...

Muy de acuerdo.
Las disculpas han de darse lo antes posible.
Es necesario reconocer y asumir que nos hemos equivocado si así lo sentimos.
Todos cometemos errores y errar es humano.

Disculparse sinceramente es incómodo; pero aceptar el error, conduce a mejores relaciones, sin tantas complicaciones y sobretodo, sin discusiones innecesarias y justificaciones vanas. Todo es muy sencillo si así queremos que sea,
La mayoría de los grandes conflictos siempre se generan por un pequeño incidente que no se resolvió adecuadamente.
Pedir una disculpa de corazón, beneficia más a la persona que la pide que a la que la recibe.
También es verdad que en confianza surgen palabras que no tienen mayor relevancia y no es necesario darle vueltas.

Por supuesto que si lo que buscamos es que esa persona no queremos que esté en nuestra vida, hay caminos más rápidos y sutiles para el alejamiento, pero si es o ha sido una persona amiga también se deben tener unas palabras de adiós. Así lo veo yo, y cada uno su camino.

Feliz día Ernesto y un abrazo.

maria cristina dijo...

A veces la ofensa nace de haber escuchado alguna verdad que nos incomodó porque nos dio en el blanco, es muy difícil aceptar esto, pero la vida nos enseña a ver dentro nuestro con los años, trasmitirles eso a los más jóvenes para que no pierdan amigos por el camino es nuestra consigna, un abrazo Ernesto!

lunaroja dijo...

El poder de la palabra es inmenso, y a veces el perdón no logra sacar de las entrañas el dolor provocado por ellas. Pero sin duda, el hecho de hacernos conscientes de su peso,es lo que nos hace ser mejores personas, desde la humildad poder pedir perdón,o desde la conciencia, elegir cuidadosamente lo que vamos a decir.

Mari-Pi-R dijo...

Las palabras salen sin pensar y muchas veces ofenden por eso mejor pedir perdón al momento que perder un amigo.
Un abrazo.

alp dijo...

Cierto como la vida misma..un saludo desde Murcia..feliz verano....

AMALIA dijo...

Siempre es bueno rectificar y pedir disculpas.
Todos podemos equivocarnos.
Un abrazo

Marina-Emer dijo...

Te dejo un cesto de abrazos
Con cariño
Marina

MAR dijo...

Si siembras distancias cosecharás ausencias
Esto es la pura verdad!
Pero hay que tener valor para decir adios, no me haces bien, no quiero verte más oh oh
pero la vida es para los valientes y de ahí somos o no?
Cariñossssssssssssss
mar
pdta
muy buen post

virgi dijo...

Aunque creamos que no cometemos errores, llega el momento en que metemos la pata y nos acordamos de aquella situación en la que criticamos a alguien por algo parecido.
Serenidad y sentido del humor son cosas necesarias, dejando a un lado la susceptibilidad que sólo nos conduce a agravios y resquemores.
Besos besos

18 susurros del viento dijo...

Todo lo que a veces perdemos por no aclarar las cosas en su momento.. Los malos tragos innecesarios.. Espero aprender de tus palabras y llevarlo a mi día a día
Mil besos!

AMALIA dijo...

Felices vacaciones!!
Un abrazo