viernes, 9 de febrero de 2018

Nosotros mismos ayer...

¿Las habéis mirado bien, seguro? ¿A cada una de ellas/ellos, sus ojos, sus caras, sus vestimentas, sus posturas, su mirar?… ¡Su dignidad!

¿Os habéis adivinado a vosotras/os mismos en ellas? ¿No os reconocéis? ¿Cómo puede ser? ¡Pero si estamos todos reflejados en aquí!

¿No eres/sois/somos acaso la del medio de la fila superior, la tercera por la izquierda de la fila del medio, la primera y última de la de más abajo? ¡Claro que sí!

¿O la segunda por la derecha de la primera fila, la primera, segunda y tercera de la del medio, la segunda, tercera y cuarta empezando por la derecha de las que están sentadas?

¡Nosotros mismos ayer!

 

Cabría preguntarse, tantos años después, toda una vida, si alcanzaron sus sueños, sus metas, sus ilusiones… ¡Cabría!… Pero no lo haré!

No creo, exceptuando tal vez alguna de las más mayores, que a esas edades tuviesen metas o sueños de futuro… ¿Los teníais vosotros? No lo creo. No creo que yo los tuviese. La noción de futuro no existe a esas edades. ¡Solo el presente y, puede que algo del pasado si éste fue no grato.

En esas miradas, las vuestras, hay limpieza… En los rostros determinación… En todo el conjunto, !la vida fluyendo sin más! Mirad sus manos, ¡qué placidez, qué serenidad, qué seguridad en sus propios valores y percepción de la vida!…

Hay una que ha llamado mi atención desde el principio… Tiene un halo de no sé qué… No sabría definirlo. Tampoco es que me recuerde a nadie especialmente… ¡Pero ahí está!

La primera por la izquierda de la fila del medio.

Aunque ahora que me fijo puede que tenga un aire, y no solo de imagen, a mi nieta Ziara. Cumple 7 años el día 20. 

Sí, tal vez es eso... Esa determinación serena y natural que parece embargarlas a ambas.