domingo, 30 de diciembre de 2018

¿Qué título le pongo a esto?...



Con la misma naturalidad que en Semana Santa la mayoría de ciudadanos de este país sale de vacaciones, millones de desplazamientos, atascos en carretera, ocupación hotelera, etc., así de natural también, días festivos, se suelen tomar las Navidades. Atrás quedaron aquellos ambientes navideños de zambomba y pandereta, pasas e higos secos, peladillas blancas y mazapán artesano, y un turrón duro al que había que desmenuzar con el martillo de casa. Años 40 y siguientes… Hasta que la “modernidad” nos dio, nos fue dando, esa capa de barniz que hoy nos hace “brillar” con los millones de luces que alumbran las ciudades en estas fechas. Barniz que en parte nos aísla de aquel mundo sencillo y natural que muchos conocimos.

Quien esto escribe nació en el 48. Y no siento nostalgia alguna por aquella niñez y juventud… ¡Tiempos pasados! En la madurez me hallo. ¡¡Que más allá que en la memoria no existen!! Y menos considero que fue/será mejor que la época que les toca vivir a mis dos nietas, Ziara 7 años y Naia 14.

Creo, , que cada tramo de vida, nacimiento y “vuelta a casa”, de cada ser que llega a este mundo, escuela, vivirá/enfrentará su propio curso, lecciones, alegrías, vicisitudes y avatares. Y todo ello, si bien será el contexto en el que se desarrollen, no estará necesariamente sujeto a las decisiones del G-20, G-8, G-7, G-5, Fondo Monetario Internacional, Unión Europea y ese país representado hoy por la “zanahoria”. Cierto que todo esto, y más, puede parecer que dirige y controla este planeta. Y puede que lo haga en esta época nuestra… Pero esto que llamamos “nuestro mundo”, y sus valores, no es ni tan siquiera un grano de arena en la inmensidad de todas las playas del planeta. ¡Ni uno solo!

Y aún así, planeta, galaxia y Universo, no serían nada en comparación a la realidad que cada ser que “llega” es! Está claro que hace falta una nueva comprensión, ¡individual!, para alcanzar ¡lo que ya se es!

¡Despertar es la vía!… Pero también para ello es necesaria otra voluntad. ¡Que siempre está presente, si bien no acabamos de encontrar!

Oiga, ¿no podría ser algo menos denso en estos últimos días del año. Algo más desenfadado, suelto, trivial? ¿No hablaba usted de zambombas y peladillas al principio, belenes y villancicos, alegría, inocencia y despreocupación? ¡Pues súmese a ello! ¡Ponga el champan a enfriar, y deje que las campanadas hagan su función... esperada!
¡Despertar!
Bueno, no diría yo que la cosa vaya por ahí… Y no sé si no será más bien al contrario… Pero en fin, la vida sigue!
¡Cierto!… Y por ello ya lo tengo enfriando… Y haremos chn chin entre las copas a juego con el... tam… tam… tam… de la Puerta del Sol.

¡Feliz Noche y feliz día siguiente!


14 comentarios:

Laura dijo...

Yo nací en el 79, y también he notado un cambio generacional y de valores...
No al pasar de niña a mujer (que eso lo viví como cualquier otro) hablo mas bien de la perdida de la magia, de disfrutar de las cosas sin importancia, de la compañía de la familia escogida... de los que van faltando porque la vida es así de dura...
Estos días me he dado cuenta, de que a los más jóvenes les importan otras cosas que nada tienen que ver con lo que hablo...
Y eso, me ha entristecido...
Que tengas una muy feliz entrada de año y brindemos, si.... Salud!
Un abrazo.

Juan L. Trujillo dijo...

Nací en el 36 y ni siquiera conocí ese turrón duro del que hablas. Es cierto que no había luces rutilantes ni escaparates con espumillones, ni los Reyes Magos venían cargados de regalos.
Pero había luz en los corazones, ansias de vida y libertad y cada sueño cumplido era como un regalo.
Yo sí siento nostalgia y tambien alegría por lo conseguido.
Y cuando el tiempo se acaba, debo seguir soñando con un mundo mejor para mis nietas.
Brindo contigo por ello, al tiempo que te deseo un nuevo año lleno de venturas para tí y los tuyos.

maria cristina dijo...

Qué buena esta costumbre tuya del diálogo imaginario para mostrar interrogantes, uno añora épocas sencillas porque además estaban los que se fueron, es verdad que la Navidad era íntima y fin de año sí en compañía del vecindario, ahora se mezcla todo en un bochinche estruendoso, pero lo importante es que vivamos el presente con lo mejor de nuestros sentimientos, un abrazo Ernesto y Muy Feliz 2019 para vos y tus seres queridos!

AMALIA dijo...

Desde luego, nada será ya como antes.
Aquel encanto no volverà.
Ahora todo es muy distinto.
Pero los años pasan y todo va cambiando. No siempre para mejor.
Feliz 2019. Un abrazo.

Madrilenials dijo...

Ernesto!
Por mucha luz navideña, y mucho consumismo, quien tiene valores los tiene. Cierto es que a día de hoy parece difícil conservarlos cuando te gritan en el oído que tienes que seguir la zanahoria. Pero, en mi opinión, da igual el año en el que hayas nacido. Uno puede subirse al tren del consumismo y los no-valores en cualquier momento y a cualquier edad. El despertar es para todos. Por otro lado, al "despertar como individuo" le añado el "despertar como sociedad". Quizá aún necesitemos algún sabio, como en el mito de la caverna de Platón, que nos recuerde que lo que vemos son sólo sombras.
En ese caso, hoy podemos darte las gracias por iluminarnos un poco desde tu blog. Y recordarnos eso, que lo que vemos en Navidad son sólo sombras, y que la realidad está fuera de la caverna.

Un abrazo enorme y feliz entrada y salida de año, Ernesto.
Abrazos,
Pat

lunaroja dijo...

A veces pienso si es verdad eso de: "todo tiempo pasado fue mejor" y en general concluyo que más que mejor,fue diferente.
Hoy es todo tan distinto que solo nos queda adaptarnos lo mejor posible y como dirías tú: "oiga usted, tampoco está tan mal vivir este momento" aprendemos, nos movemos, tenemos curiosidad por saber un sinfín de medios para mantenernos al día.

Un enorme abrazo y muchas felicidades Ernesto! (estos sí que no cambian...los buenos deseos!)

Carmela dijo...

No serías tú, si no hicieras una entrada de este tipo (que me encantan!!). Los tiempos cambian, es cierrto y mucho, pero sabes, los valores son los que cada uno tenemos e inculcamos a nuestros hijos y allegados.
Los míos, mis hijos, es cierto que tienen otra visión del mundo, de las fiestas, de los móviles, los ordenadores, ....pero reunirnos en familia en Nochebuena y Nochevieja no lo cambian por nada...padres, tios, abuelos y primos, y ya allegadas y allegados jejeje, aunque luego claro está cogen la puerta hasta el día siguiente...eso no se los quita nadie y ni lo pretendo. Para ellos la familia está muy arraigada y eso me llega de orgullo y amor.

Ernesto chin chin!!! y a disfrutar con los tuyos y esas dos pedazos de nietas :))

Un abrazo enorme y besos.

esteban lob dijo...

Yo también, Ernesto, tal como Juan L. Trujillo, quién comenta más arriba, nací en 1936.
Desde entonces, vaya la de veces en que he escuchado que "todo tiempo pasado fue mejor" y también lo contrario. Solamente inserto un decir que lo refleja todo, lo comparto y lo aplaudo: "Nada es verdad ni mentira. Todo es según el color del cristal con que se mira".

Felicidades para todos.

Alís dijo...


Yo confío en que mis aprendizajes (¿despertar?) tienen impacto en mi entorno, y éste a su vez en el suyo, ampliando los efectos. Visto así, el despertar de los individuos llevará a un despertar de la sociedad, que mencionaba Madrilenials.
Y sólo por plantear una duda, ¿cómo sabremos que despertamos al día correcto?

Feliz año, Ernesto. Un abrazo grande

Mari Carmen dijo...


Tengo nostalgias porque me faltan muchos de los míos, ley de vida, han sido relevado por los nietos, pero aquellos no los pueden sustituir ningún pequeñajo que anda estos días por casa.

Procuro mantener nuestras más queridas tradiciones, no lo logro del todo, pero me aproximo.


Todo evoluciona, querido amigo.

Felicidades.

Un abrazo.

Recomenzar dijo...

Hola Ernesto .Me dio sorpresa y contento verte por uno de mis blogs. Nuestros textos son diferentes, salimos de las márgenes normales tradicionales donde la gente ni siquiera piensa.....Jajajajaja repite lo de los abuelos a los padres y a los hijos....La TRadición.... No lo critico ni juzgo... Lo hablo porque recién este año me di cuenta de eso.
Me ha encantado tu entrada....llena de luz con vida
Abrazos y sigamos juntos en el caminar sin años de la vida.

Elda dijo...

La verdad es que terminaste el año un poco denso con tus letras, con lo cual le podías haber puesto el titulo de: Los sueños no son lo mío, quiero, pero no puedo... jajaja.
Fuera de bromas, te deseo para este año lo mejor de tus deseos.
Un cálido abrazo.

Ulisses de Carvalho dijo...

Deseo que el Universo sea generoso contigo, Ernesto. La gente está festejando en ese momento, a pesar de que aquí en Brasil la mitad no ve motivos para festejar, hoy es el primer día de Bolsonaro como presidente. A pesar de eso la vida sigue. Abrazos.

Mari-Pi-R dijo...

Yo lo que echo de menos son las comidas en familia, aquella mesa grande que nos sentábamos todos los hermanos, padres y abuelas, con lo cual intento tenerlos en los pensamientos e ir sacando lo bueno de lo que nos queda en estas fiestas navideñas sin perder el sentido de lo que son.
Que el año nuevo te traiga mucho amor con los tuyos y salud. Saludos.