Día
otoñal… Gris, nublado, fresco, lloviznando de vez en cuando. Nadie
por la calle a estas horas tempranas.
El
té enfriándose en las tazas, la lavadora girando, cuatro platos de
anoche por fregar… El entrañable y acogedor salón-cocina en el
que hacemos la vida… (A nuestras nietas les encanta. La pequeña 8
años, se ha montado un “estudio”, una mesa en la que pinta,
recorta, hace cuentas, lee, etc., en una esquina del amplio ventanal.
La mayor, 15 años, lo valora más en lo que tiene de segunda casa
cuando está con sus amigas paseando por este pueblo y, al despedirse
o antes del encuentro, se deja caer por aquí. Sola, toda la casa
para ella, independiente... Viven en otro pueblo a unos 15 minutos en
coche. Generalmente nosotros no estamos en casa cuando así viene.
Y
en época escolar, comen todos los días aquí!
─¡Vaya,
bonitas vivencias parecen estas formas de interrelacionar nietos y
abuelos!
─¡Pues
sí! No voy a negárselo. Es un placer mutuo… Compartimos tramo en
el caminar de la vida, de ello soy consciente, y lecciones. (Ellas lo
serán, conscientes, el día de mañana. Cuando sin estar, nosotros,
nos alberguen en sus recuerdos y corazón.)
El
último comentario anterior, el de “sin estar...”, puede que
motive en algunos una sensación de pérdida o tristeza. ¡¡Nada más
lejos de la realidad!!
¿Cómo
podría haber “pérdida” o “tristeza” en el paso natural de
la vida por cada uno? ¿Cómo, que tras el tramo recorrido en su
momento, demos paso al siguiente? ¡La vida no es estática! Si bien
algunas sensaciones “sentidas” y palabras expresadas, sin mayor
“sentido”, por muchos, pudiera parecer que lo anhelasen…
En
este momento me viene al recuerdo, y pido disculpas por su aparente
crudeza, tal vez por lo de estática y “plastificada” vida, esos
ramos de flores, de plástico, envejecidos, sucios y olvidados que
jalonan algunos puntos de las carreteras donde se hubiese producido
algún accidente con muerte.
¿Qué
quieren dar a entender quienes los colocan? Con toda su buena
intención, sin duda, pero… ¿plástico?
¿No
es mejor, puestos a poner, un ramo de flores naturales, vivas. Aunque
la misma naturaleza las haga marchitar a los pocos días?
Se
quiere hacer algo…, emocionalmente, pero se acaba empleando los
“materiales” menos adecuados.
Y
así en muchas facetas de la vida. El gesto, ¡sí! Pero con
contenido… Para gesto hueco, ¡es mejor no hacer nada!
─Dado
el empiece de su escrito, algo bucólico y pastoril, no
pareciera que lo fuese a finalizar de esta forma…, cómo decir, de
cierta crudeza.
─¿Crudeza?…
¡Ponga nombre a las cosas tal como son…, y verá simplificar la
vida considerablemente!