miércoles, 17 de abril de 2019

¡Libres!... más allá de la "libertad".


Destino o libre albedrío?...
Creo que somos libres en nuestros actos, aunque tantas veces, creamos que nos equivocamos…
Visto así, es puro fatalismo, que nunca he compartido.
Un abrazo, en la cercanía, Ernesto.”

Socorro de Luis.
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Para qué preocuparse, lo que tenga que ser será, queramos o no, así que en aquello que dependa de nosotros, por ejemplo en el vivir, decidamos y seamos libres de elegir.
Besos.”

Conxita Casamitjana.
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Leídos todos los comentarios que habéis dejado en la entrada anterior, y no siendo habitual que comente casi nunca, sí en esta ocasión quisiera hacerme eco de dos aparentemente contrapuestos.

Socorro se pregunta si hay “destino” o “libre albedrío”… Y sentencia que, visto así, ¡sería puro fatalismo!

Conxita sin embargo afirma, con relativa seguridad, que no debiera haber pre-”ocupación”. (ocupación” antes de tiempo. “ocupación” antes de que “suceda”… Lo que no está nada claro que vaya “a suceder”… eso que puede que solo esté en tu pensamiento.)

Y termina con: “en lo que dependa de nosotros, en el vivir cotidiano, seamos libres de elegir”.


Y usted qué piensa sobre todo esto?
Bueno, en el caso de Socorro, comprendo que su expresión de “fatalismo” puede estar basada en la “moneda”…
¿Moneda, qué moneda?… ¿Ya está con sus juegos de prestidigitación, sacando monedas de las orejas del público?
No, claro que no. Lo que quiero señalar es que Socorro no ha puesto sobre la mesa más que dos alternativas. Una u otra. Cara o cruz. Y claro, debía escoger una u otra. De ahí lo de la moneda.
¿Y?…
Conxita sentencia, a mí modo de ver y consciente de que no existe fatalismo alguno, que “lo que tenga que ser será, lo queramos o no”. Y prosigue con determinación que “decidamos y seamos libres”.
¡Vaya, aquí sí parecen darse las dos caras de una misma moneda! ¿Quién tendrá la razón?
Posiblemente ambas. Pues ambas se expresan desde sus propias realidades… Pero ello no supone contradicción alguna.
Pues no lo parece. Dos pensamientos tan contrapuestos…
Permítame una pregunta, ¿ha soñado alguna vez que volaba? ¿Me refiero a volar usted con su cuerpo, con los brazos extendidos o así?…
Bueno, alguna vez sí, hace años… Y fue muy gratificante sobrevolar los tejados de las casas, las calles, el pueblo...
¿Fue consciente de la contradicción que suponía transgredir la ley de la gravedad?
¡Pues no, en absoluto! ¡¡Lo experimentaba como la cosa más natural!! Ya le digo, sorprendente y gratificante.
¿Y cuándo despertó, cuándo volvió a la realidad, qué pensó, qué sintió?
Fui consciente del sueño maravilloso que había tenido… Y a su vez consciente de haber despertado… a mi realidad cotidiana!

¿Es la realidad cotidiana el sueño de una realidad más profunda (real) a la que todavía no hemos despertado?
Si fuese así, ¿tendría sentido el “destino” o el “libre albedrío” en este "soñar" al que conocemos como "realidad cotidiana"?
¿Imperó en el “sueño del volar” alguna de estas dos opciones?

miércoles, 3 de abril de 2019

...no somos más que una gota!


«Todo es uno. Todo se rige por la misma ley. Todo desaparece según la misma ley. Todo reaparece según la misma ley. El río de la transmutación murmura dentro de nosotros, también en este mismo instante; y en el siguiente; y en el siguiente... no somos más que una gota en sus aguas.»

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«Lo que sucederá no lo podemos evitar. Y lo que no sucederá no lo podemos forzar. Todo sucede porque ha de suceder.»


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Del libro "El Maestro". (La búsqueda del tesoro de la vida.) Chao - Hsiu - Chen.