domingo, 24 de diciembre de 2017

El encanto de la desnudez...





Le gustaba observarlas... Desnudas… tan limpias, tan naturales, tan desprovistas de todo…, bueno, de todo todo no! Ya se les empezaba a notar, no a todas por igual, claro, las incipientes puntitas de lo que con el tiempo serían bellas y exuberantes obras de la naturaleza… ¡Las admiraba! Le producían paz, sosiego, serenidad… Si en alguna ocasión llegaba a tocarlas, acariciarlas, la suavidad de su piel le recordaba otras pieles tocadas antaño… ¡Tiempo ah! Casi perdido en la memoria…

Alguna vez noto incluso como una lágrima le resbalaba por la mejilla… 

Sí, la recuerda, recuerda aquella tarde roja del mes de Noviembre del año aquel... en la que el sol iluminaba la espadaña de la iglesia mientras él, sentado en el banco de piedra del parque, las observaba... ¡Y es que en el fondo era un romántico empedernido!

¿Se refiere usted a…?
¡Claro, a las ramas de los árboles en otoño!… ¿A qué otra cosa podría referirme?...

martes, 19 de diciembre de 2017

¡Reid... vivid... soñad!


¡Reid… vivid… soñad…

Con la melodía que más os guste imaginaos todos cogidos de la mano y con los ojos cerrados… En silencio. Sintiéndose uno a sí mismo y a la vez el contacto de las otras manos, su calor, su calidez, su compartir… su entrega…

Y cuando decidáis separaros del grupo, cada uno en su momento, abrazad a todos los demás! Dejaos abrazar, entregaos a vosotros mismos, recibid, dad, vivid el momento y… si sabéis, si sois capaces, si queréis, si lo necesitáis…, y seguro que sí!, haced de este abrazo no un momento, sino el abrazo que marque vuestras vidas para siempre.

─… Oiga… ¿Y cuánto ha de durar este abrazo?… Es que yo no soy muy dado al contacto…, no sé si me atreveré…

Bueno, no se preocupe, inténtelo… O mejor, déjese abrazar, seguro que quienes lo hagan con usted sabrán marcar el tiempo y la intensidad… Olvídese de sí mismo… Viva el momento, fluya con él. Piense que puede representar esa puerta que no le es fácil traspasar y que, tal vez, a partir de hoy no quiera volver atrás.

Y para los demás, quienes no tenemos problemas de tiempo, espacio ni intensidad :))))), abracémonos no menos de minuto y medio. De ahí en adelante, ¡ni preocupar!

(el de antes de nuevo…) ¿Entre los hombres también?…

Bueno, ya que lo menciona… lo dejaremos en 10 o 15 segundos jajajajjajajajaja… Ya se sabe que el "riesgo de dar una equívoca imagen sexual” está siempre presente entre ellos.

Y cuando el último Rey Mago se pierda en lontananza, ¡¡despertad!! La vida no es sueño.

Si bien el ruido y las bambalinas de la sociedad, sus metas y valores, busquen adormeceros…

Mi abrazo, mi fuerte abrazo, sin tiempo determinado y con la mayor intensidad, para cada uno de vosotros, amigas y amigos, con los que comparto tiempo, alegría, espacio y vida.
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Que la paz, la armonía, el amor, la alegría y la abundancia sean una constante en vuestras vidas.
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viernes, 15 de diciembre de 2017

Espías involuntarios...

 

Escribes un texto en el ordenador, lo pasas al pendrive, lo llevas a una copistería a imprimir, pagas los 10 ctmos que te piden y te vas… Y tu texto ha quedado “copiado” en el ordenador de la tienda. No se borra a menos que lo borren expresamente. Cosa que no se hace nunca.

Cierto que nadie va a estar mirando qué ha quedado en su memoria… (dando por sentado la ética, respeto y la profesionalidad del empleado). Sobre todo si es una copistería que trabaja mucho y todo se diluye en el montón pero…

¡¡Ojo!! Si lo que has llevado a imprimir es muy personal, relevante, son documentos sensibles, herencias, judiciales, relaciones, etc., y si se da la circunstancia de que el personal de la tienda pudiese llegar a tener, él o terceras personas relacionadas con él, intereses en algo relacionado con ello. O simple curiosidad, o el vicio de cotillear lo ajeno. ¡¡Cuidado!!

¡Y hay otro detalle! Escribes una carta, privada, ¡privadísima!, la llevas a imprimir. Posteriormente la suprimes del pendrive familiar que usa todo el mundo… Queda vacío. Otro miembro lo coge para meter algún documento a imprimir, lo lleva a la “misma copistería”… Y, le pregunta la dependienta:
¿Qué documento te imprimo?
Y el familiar extrañado responde: el único que hay.
No, aquí hay cuatro…
¡Pero si estaba vacío y solo he pasado uno!…
¡Pues hay cuatro!
Bueno, pues imprímelos todos a ver qué es!!!

¡Y ya tienes el “pollo” montado! Tu carta, documento, información privadísima al descubierto…

¿La causa? Pues que aunque tú lo eliminaste del pendrive, quedó en la memoria del ordenador de la tienda. Y al volver a introducir el mismo pendrive… se activa dicha memoria al reconocerlo y hace público lo que no debiera.

Sí, piensas bien. ¡Buscar la copistería adecuada o utilizar un pendrive personal fuera del alcance de los demás.

sábado, 9 de diciembre de 2017

Apenas amanecía...


Un frío polar recorría el valle. Los coches tenían la escarcha helada de la noche sobre cristales y carrocería. Con la bolsa de basura en la mano me dirigía a los contenedores cuando me fijé en el pequeño petirrojo que, en el suelo ante mí, me miraba con tranquilidad. Un corto vuelo y se posó en la rama desnuda del sauce. ¡Y empezó a cantar de manera continuada y, si así puede decirse, con cierta alegría y determinación!

Los tres bloques de viviendas, unos frente a otros, formaban una especie de plazuela bordeando el jardín. Y todo ello un espacio semicerrado en el que el canto del pájaro se amplificaba.

La mañana, desierta y silenciosa a esas horas, la helada, que blanqueaba tejados y setos, el día, que se adivinaba soleado, la tranquilidad, el sosiego que emanaba de todo ello me hizo pensar en qué lección nos estaba dando el pequeño pájaro.

¿No estaba acaso cantándole a la vida con total despreocupación de todo lo que no fuese el momento preciso aquel?

Y por un instante vi, en contraposición a esa realidad, la “charca de ranas cantoras” en que en demasiadas ocasiones se convierte la humanidad.

Y comprendí que todo, en el fondo, está bien. Que hay sueños y pesadillas… ¡y realidades!, pero que no todos soñamos/vivimos igual.

Y que no es cuestión de buena o menos buena suerte, cuna, cultura o contexto.

¿Y entonces?

Debe ser cosa del Misterio...
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La frase/enseñanza bíblica de: ¡Caerán mil a tu lado y diez mil a tu diestra pero a ti no han de tocarte!”, señala la certeza/realidad de que suceda lo que suceda a tu alrededor, y por “alrededor” entiende la empresa donde trabajas, tu ciudad, familia, contexto, país…, el mundo entero, a ti no han de tocarte… las múltiples condiciones o circunstancias que sucedan, o veas suceder, a tu alrededor.

Parece, así es entendida y aceptada generalmente, incluso por los entendidos religiosos, una frase hecha. Con mejor voluntad que eficacia práctica. ¡Pero no es cierto! (Y que conste que la cita nada tiene que ver con religión alguna).

Cierto es, sí, que algo ha de haber cambiado en ti para que ello sea una realidad en tu vida.

¿Tal vez salirte de la charca?… A pesar de lo a gusto que te encuentras en ella.
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