jueves, 31 de diciembre de 2020

¿Has intentado pedírsela?

 


Hoy, último día del año, víspera del primero, en realidad si te fijas bien, no son más que uno y el siguiente…, se suele “tirar la casa por la ventana” en esto de las celebraciones, felicitaciones y deseos de un tiempo mejor. Que no voy a negar necesario.

Pero hay en ello, creo, algo… ¡cómo decir!… ¿irreal?

¿Irreal?... ¡Pero qué dice hombre de Dios! Cómo va a ser irreal está explosión de alegría, vivacidad, buenos deseos…, olvido del ayer y, ¿ansias de un mañana mejor?

Bueno, la frase le ha quedado bordada… Pero ¿dígame, qué realidad puede haber en la simple exposición, exclamación, de buenos deseos dos o tres veces al año? ¿No diluyen los talantes de cada uno, la forma de entender la vida, las realidades vividas por la mayoría, el resto de los días… hasta la siguiente “celebración”?

¡Quite quite!… ¿A qué viene aguar la fiesta de estos días especiales? ¿No ve la necesidad que tenemos todos de olvidar, siquiera por unos días, este “annus horribilis”?

No niego la realidad vivida por tantos y en tantas facetas de la vida de la gente, solo pienso que encender luces de neón, hoy, mañana se apagarán, bambalinas y cartón piedra, no resuelve nada sustancial… Y cabría compararlo, tal vez, con los cuentos que de niños nos contaban.

¿Tampoco valora los cuentos?…

¡Claro que los valoro! Trato de hacerlo en su justo término. Se los he contado a mis nietas muchas veces… en sus edades correspondientes. Lo que no tendría sentido es que hoy, a sus 9 y 16 años, siguiese haciéndolo.

En eso estoy de acuerdo con usted… Cada edad sus circunstancias. Pero no me negará la ilusión que les hacía aquellos cuentos.

No, no se la niego. Y hasta la considero relevante en aquellas edades… Pero que a día de hoy los adultos intenten revivir aquellos momentos felices, aquellas ilusiones, ficticias, en vez de ser conscientes, de una vez, de sus propias realidades, cuales quiera que sean, creo que no ayuda en nada a nadie.

Esconder la cabeza debajo del ala o subirse a la noria de la vida que gira y gira sin ir a ninguna parte, solo sirve para perpetuar la situación… de confusión. De falta de realidad.

Y si no vislumbramos la Realidad, aunque sea en nuestra imaginación, si ni tan siquiera pensamos que pueda existir, más allá del valle de lágrimas que muchos juzgan como normal, ¿cómo vamos a ir en pos de ella? ¿Cómo lograr obtenerla?

Bueno, ¿ha intentado pedírsela a los Reyes Magos?

Disfrutad de la noche y de la cena. Y si recordáis algún villancico, cantemos!

jueves, 17 de diciembre de 2020

Una magnífica noche.

 


Ya que me desvelé a esos de las dos y aquí sigo.

Entretenido haciendo unos anuncios de pisos que vendo y alquilo. Y sin sueño. Y puede también que sin creatividad para publicar nada de interés. Parte por la noche, parte por las próximas fiestas, peculiares, y parte porque vaya usted a saber qué, el caso es que no tengo mucho qué decir. Y para felicitar la Navidad, es algo pronto.

Tengo la impresión de que cada año la lista de felicitaciones en estas fechas se va mermando… ¿La causa?… Posiblemente variada. Y más probablemente, una parte achacable a mí mismo. No es que le cierre la puerta a nadie… Pero puede que no haga lo suficiente para que los demás la cierren!

Y así va girando el mundo. Y los recuerdos de una niñez lejana, en la que puede que los adultos de entonces lidiaran con las mismas o parecidas “gaitas” entre personas que ahora, vuelven al presente… Tal vez la orfandad de aquellas alegrías de reencuentros, peladillas y zambombas, los haga necesarios.

Un pensamiento llega… Los mismos gorriones que revolotean por las mismas calles de los pueblos, ciudades hoy, son los mismos de antaño. El río Ebro a su paso por Miranda de Ebro, es el mismo. La catedral de León no ha variado gran cosa. En Noia, Galicia, su inmensa alameda, en esencia, es la misma. Le faltan algunos detalles que acompañaron mi estancia en casa de mis abuelos a los ocho años, y le sobra modernidad… algo hueca.

Claro que esto de la oquedad, en valores y sustancia social, parece estar a la orden del día en las sociedades modernas. Transito por ellas con soltura. ¡Cómo no! En ellas vivo y me desenvuelvo. Y sobre todo en ellas están nuestros hijos y nietos… ¡El futuro!, dicen.

Pero soy, quiero ser, como ese Ebro de cauce permanente que, si bien siempre fluye, sus aguas nunca son las mismas. Y lo más importante, no se apega a nada por donde pasa. Transcurre inalterable. ¡Vive escrupulosamente su razón de ser!

¡¡Quién crea vivir así, que levante la mano!!

domingo, 29 de noviembre de 2020

"zapatos" y "paraguas"...

  




¿Eres el paraguas bajo el que te cobijas cuando llueve. Los zapatos que calzas? ¿El traje de los domingos, a diferencia del pijama que usas por las noches? ¿Eres la máscara con la que cubres tu rostro en carnaval?

¿Eres la máscara tras la que te identificas y ocultas día a día en tu vida?

¡Es claro que dirás que no! Pero no todos afirmarán lo mismo… Hay muchos que ya saben que si bien hollan desde siempre los caminos de Palestina (sinónimo del mundo tal cual lo percibimos), ¡no son!

Lo que tú creas de ti mismo, respetable, no es la razón de este escrito hoy. Sino el hecho de cómo se percibe a los demás… Cómo se reacciona ante ellos. A sus acciones, palabras, sentimientos, etc.

Cuando alguien hace algo que no gusta, se tiende a considerarlo como negativo, desfavorable, no apto para la convivencia y por ello repudiable. Cuando no reo de castigo. Otros pensarán de ti lo mismo. ¡Y así va el mundo!

En el eterno juego del pin pon. Pelota va pelota viene. Apariencia va apariencia viene de vuelta. Nacimiento, tránsito y partida. Y vuelta a empezar… Y así desde la noche de los tiempos.

En medio… Las interminables justificaciones, por llamarlo de alguna manera, que, individualmente o en conjunto, nos damos unos a otros para explicar qué hacemos aquí!

No es mi intención, líbreme Dios, desmontar el entramado que cada quien habrá construido de sí mismo y circunstancias para sobrevivir en este caminar… hacia sí mismo. Un sí mismo oculto tras capas y capas de creencias, algunas ignorancias, ideas, filosofías, religiones, etc.

¡Cuál cebollas! Y como ellas, cuando se va quitando capa tras capa, al final no hay nada especial. Solo TÚ. El gran desconocido durante esta travesía.

¡Cuando la gota que crees ser desaparece, aparece el Océano que ya eres!

No se trata de que no reacciones, humanamente hablando, con desagrado y señalamiento a quienes destacan por sus acciones no adecuadas. Claro que no. Sigue con tu rol, con tu papel en esta sociedad, mundo, etc. Hoy no podrías hacer otra cosa.

¡La clave hacia el despertar, el encuentro con uno mismo, es ser consciente de que hagas lo que hagas, lo que te afecte de los otros (en cierta manera tú mismo), sus máscaras, sus acciones, puede ¡¡no ser real!!

La sencillez de este detalle, consciencia más allá de las apariencias que te provoca el mundo, que no siempre es fácil de aplicar, es la semilla que, no pareciendo hoy casi nada, irá fructificando instante a instante.

¿Mis capas de cebolla? ¡Ayer interminables! ¡Hoy ya no llevo la cuenta! ¡La vida fluye a su ritmo!  



sábado, 14 de noviembre de 2020

Uno vuelve siempre a los viejos sitios...



...donde amó la vida.

Y entonces comprende cómo están de ausentes las cosas queridas.

(...)

En la luz mayor de este mediodía.

Donde encontrarás con el pan al sol las cosas queridas.

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"Canción de las simples cosas".

Canción extraída del blog de nuestro común amigo Joaquín. http://paisajesquerretornan.blogspot.com/


¡Feliz fin de semana! ¿La vida?... ¡Para vivirla!

domingo, 8 de noviembre de 2020

Son tú mismo...

 


Si quieres que los geranios que florecen en primavera en tu jardín, macetas en el balcón, etc., sigan haciéndolo, tendrás que cuidarlos.

Y si alguno se seca, se va, cosa natural con las plantas, deberás sustituirlo si, realmente, quieres que sigan floreciendo en tu vida.

Y que cada vez van quedando menos… amigos.”

Estas palabras pronunciadas recientemente por un amigo, ciertas en parte, son parecidas a las que sostenía mi padre no hace mucho. Cumplidos los cien años en Febrero, se fue en Marzo.

Decía que puesto que él seguía cumpliendo años, y otros amigos no, se iba quedando sin ellos. Y era cierto. Aquellas personas que compartieron años con él, desde la niñez en adelante, quienes se dejaron huella mutuamente, muchos de ellos partían antes… ¡Ley de vida!

Y sin embargo si quieres realmente “conservar” amigos, tendrás que jugar a sustituirlos.

La vida no es un kleenex con el que enjugar lágrimas por el propio proceso natural de ella misma…

(Desde que le oí la frase, y hace años ya, voy dejando semillas de mí en la mayoría de los/las amigas de mi hija y nietas. Y cuando le comenté, riendo, esto a una de ellas, dijo que nunca había caído en cuenta, pero que desde ese día tomaba nota. Y me consta que no lo olvidará.)

A diferencia de quienes van cuidando que el número de amigos no crezca…, los cuentan con los dedos de una mano, pues consideran que amigos amigos hay pocos, los demás solo conocidos, reconozco que amigos hago/tengo a miles de miles… Pues donde quiera que vaya, comparta una sonrisa, estreche una mano o cruce una mirada amable, ¡amigos!

Amigos por doquier. ¡Ábrete a ellos! Ni van a pedirte dinero ni que les cedas habitación en tu casa.

¡¡Son tú mismo… un poco más allá!!

domingo, 1 de noviembre de 2020

¿Soledad?... ¡No gracias!

 


Quienes escribís poesía, poetas o no, sabéis que en ocasiones se emplean las estaciones del año como símbolos de etapas o tramos de vida… vivida.

Primavera como juventud… Verano como plenitud o época central… Otoño como época encantadora en sus muchas variantes… Colores en la naturaleza, siega, almacenamiento de la cosecha, descanso… Creatividad. ¡Actividad!, etc.

Ya la cuarta estación, siendo real también y representando sus propias características, tramos y circunstancias, no la voy a definir. ¡No estoy ahí! Y sí, nací en el 48!

Viene esta reflexión a cuento a que también en las relaciones sociales puede suceder algo parecido a las estaciones. Primera, segunda, tercera etapa y… ¡adiós! (Adiós a las personas, en ciertas situaciones, no otra cosa).

Cierto que todas ellas, las etapas, no tienen que tener el mismo tiempo que las cronológicas. Ya que algunas se alargan o acortan por variados motivos. Pero sí que eso del “otoño” y ¡adiós! suele darse…

Y no cabría llorar por ello. Y menos con las edades nuestras…, en las que esos “otoños” suelen coincidir con los nuestros propios. Encantadores sin duda. Pero ya faltos de metas huecas, de ayeres trascendidos y, ¡con nuevas metas en el devenir inmediato!

No caben pues, no deberían caber, remilgos si un amigo/amiga, e incluso familiares, gente conocida, te plantea cuestiones, propuestas, deseos, de cambiar, probar más bien, aspectos tal vez limitados de/en tu vida.

¿Cuáles?… Poner cada uno nombre a lo que os han podido sugerir, con el mayor respeto y aprecio, y también con atrevimiento y valentía. ¡Naturalidad! Y por supuesto lo que vosotros mismos querríais/necesitáis de otros.

Pero que no ha sido expuesto con la soltura y claridad que, tal vez, la cosa requiriese. Le pongo nombre porque mi explicación anterior pudiese quedar algo poco clara.

La soledad! La soledad de esas personas, no todas desde luego, que ven/viven sus vidas sin compartirlas con nadie… Más allá de ese habitual parecer… Pero que les gustaría, necesitan, hacerlo con alguien.

¡Quién esté libre… tire la primera piedra!

Y no me refiero a quienes en su soledad actual, mantenida, se encuentran cómodos. Sino a esa otra impuesta por la vida, y sobre todo por las limitaciones emocionales, cuando no simplemente sociales, de “el qué dirán”, “qué pareceré”, etc., que la sociedad impone!

No se trata de prender fuego a las naves o puentes para forzar un “avance”, sin retroceso, que muchos no sabrían conjugar, es más bien, y dentro de las necesidades emocionales, afectivas, de cada quien, saber compartir espacios, tiempos, lugares, preferencias o deseos que, ayer estaban presentes en sus vidas de manera natural.

¡Invita a alguien a tomar café un sábado por la tarde en tu casa! Y queda con él/ella para el paseo del domingo. Otro día quedar ambos para comer en la casa de uno de vosotros. E ir al cine más tarde. Poco después, el cenar juntos en casa surgirá de manera natural… A partir de ahí, creo, ya no sería necesario ir llevándoos de la mano…

Respetad vuestros propios espacios, libertad, independencia, pero compartid lo que ambos deseéis.

No forcéis nada. Y si entre esas etapas tiene que trascurrir tiempo, ¡ni preocupar! Disfrutad de los logros conseguidos.

¡Son bendiciones al alcance de la mano!… De quienes tienen la capacidad de abrirlas para recibir.

viernes, 23 de octubre de 2020

...entretenido!

Creo que es la primera vez que permanezco tanto tiempo alejado del blog… Leo y comento en todos, pues tengo un listado que controlo, si bien no con la frecuencia de siempre. Pero no encuentro el tiempo de escribir yo… 

 ¿La razón?… Pues a mis habituales ocupaciones, gratificantes y sostenibles, una “suerte” con las canas que peino, hay que añadir que recientemente me dedico a vender y alquilar pisos de otros a otros. 

 Algo que surgió más por “hacer algo y estar entretenido”, que por la parte remunerada que ello supone. ¡Y que supone muy bien. Dicho sea de paso! 

Entré a trabajar con 16 años en los grandes almacenes de Madrid, El Corte Inglés, de la calle Preciados, Puerta del Sol, el único existente en aquellos años, ¡ayer sin más! Y no he dejado de “vender” a lo largo de mi vida. 

Que hoy, como digo, siga realizando dicha actividad, ¡miel sobre hojuelas! 

Si bien hoy resido desde hace unos 47 años en el País Vasco.

Entretenido, gratificante, relacionado con las personas, encajando los intereses de quien vende con quien compra o alquila, ¡un placer!  

 Como placer es escribir hoy, publicar e interactuar con todos vosotros. Gracias por estar! 

jueves, 8 de octubre de 2020

¡Descúbrela!

No puedes acelerar su maduración... ¡Pero todo llega en el momento adecuado!

 

En esta soleada mañana de otoño, y sin mucho más que decir, o por lo menos sin relevancia, señalar que la vida continúa.

Y si bien puede parecer una obviedad, no todos parecen tenerla en cuenta…

La situación actual mundial, el enfoque que se pretende darle por parte de “descerebrados” de algunas partes del mundo, ¡aquí vamos sobrados!, que parecen actuar por intereses que nada tienen que ver con el problema en sí, aconsejan fijar el día a día de cada uno, sus objetivos, en valores naturales…, reales!

¡Que haberlos hailos! ¡Están ahí! Son tuyos, al alcance de la mano.

Intentarán hacerte ver que son irrelevantes, y que puede que no sirvan para mucho. Y que solo “ellos”, y sus políticas, tienen la llave de la solución final…

Sabes, sabe, que no es cierto! Que el futuro gris que pretenden pintarte no es más que eso. Sus pretensiones! Y ello por objetivos inconfesables que pretenden obtener de ti, de todos.

Apaga el televisor. Deja de alimentarte de noticias tóxicas, y de paso de programas de entreteni-miento huecos… Aparentemente “huecos”, pues en realidad están diseñados para eso, entre-tenerte… sujeto, encadenado, mental y emocionalmente a nada! Pero que te la venden como el todo!

Sal a la calle. Mira el cielo azul. Permite que el sol caliente tu cuerpo. Mira a la gente como tú… Sonríe, y comparte momentos si quieres. Pero no pretendas vivir sus vidas. Cualesquiera que sean. ¡La vida es otra historia!

¡No llores en “valles de lágrimas” en los que no estás. No son tuyos. No te corresponden!

¡Ahí hay una trampa… más! Y si no sabes verla, llorarás por nada!

¡Y te venderán esa acción como buena, empática, cuando no sagrada.

Una cosa es que veas, y comprendas, y hasta tiendas una mano si es posible, ¡sino no pasa nada!, y otra que te encadenes/encadenen a lo que no te concierne.

¡La vida realmente es otra cosa! ¡Descúbrela!

domingo, 20 de septiembre de 2020

...algo tuyo!

 


Sin restarle un ápice de relevancia a la situación sobre la pandemia, mundial, local y personal, sí parece ir destacando una cierta línea o dirección hacia la que muchos parecen dirigirse… Y me refiero en el ámbito personal.

Cierto que en lo referente a salud, movilidad, trabajo, economía, preocupación sobre el futuro, etc., podría decirse que andamos todos parecidos.

Pero quisiera destacar ese otro aspecto más personal que parece ir invadiendo a la mayoría…

A todo lo señalado antes sobre la pre-ocupación general, creo percibir algo así como si todo ello, real, sin duda, se “empaquetase” en un pack ineludible… Y como tal, ¡¡Ahí queda!! ¡No pensemos más en ello!

¡Sigamos viviendo la vida!

No me resulta fácil explicar lo que realmente quiero decir… ¡Veamos!

Observo, y eso desde una aldea perdida en un valle, es decir, fuera de los circuitos normales de la comunicación/in/desin/formación general, redes sociales, televisiones de programas de risas huecas o despelleja-miento del compañero o famoso de turno, cómo si se produjese una especie de huida hacia adelante en la gente… Comprensible hasta cierto punto dado la que está cayendo, y no quisieran saber nada de sí mismos.

Algo así como…, ¡ya tenemos bastante con lo que hay… cómo para tener que preocuparnos de ese “nosotros mismos”!

De ellos, de lo relevante, natural y real en cada uno. De lo único que realmente importa, sucede. ¡Es!

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Como colofón a este escrito mío, quiero compartir el texto de Vicente, “Mi compromiso”, en su blog. https://andadurasmayores.blogspot.com/

Creo que refleja con mayor claridad lo que realmente yo intentaba expresar.

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martes, 8 de septiembre de 2020

¿Qué queda?


 

A estas horas de la mañana, me he levantado temprano, nade se oye. Ni dentro ni fuera de casa. ¡Silencio! ¡Quietud! ¡Encuentro!

Si no hay nada donde posar la vista, más allá de lo conocido. Si ningún sonido nuevo llega hasta los oídos. Si ni el pensamiento es capaz de imaginar nada nuevo. ¿Qué queda?

Tal vez el sereno fluir del río de la vida, que no veo, pero que sé presente!

lunes, 7 de septiembre de 2020

¿Puede cambiarse el rumbo...?


El texto, publicado y suprimido en minutos, ha volado cual ave enjaulada a la que se le ha abierto la puerta de la libertad. 

En ocasiones, más de las que pensamos, enjaulamos reflexiones, comentarios o simples palabras en textos que publicamos... al viento! 

Como si ellas tuviesen necesidad de volar tan alto... hacia otros espacios, ajenos. Cuando la realidad es que surgen, muchas veces, para el análisis y consumo propio. Así debiera ser, de quien ha sido receptor de las mismas.

Se tiende a obviar la responsabilidad propia, en éste y en múltiples asuntos, compartiéndola con los otros. 

Creo que flaco favor nos hacemos si nuestras lecciones de vida, ideas, reflexiones o hechos, pretendemos cargarlos en el "debe" de los demás.

Sin corrección previa, ¿puede cambiarse el rumbo que el mundo actual requiere?

No disperses tu atención buscando responsables aquí, allá o acullá. Pudiesen no estar tan lejos... de ti.

miércoles, 2 de septiembre de 2020

De "sabios" es...



De “sabios” es rectificar, señala el dicho popular.

¡¡Sea!! Rectificada queda la decisión de suprimir la opción “Comentarios” en mi blog.

Obedeció a un momento puntual que, la corta vivencia del experimento, no resolvió. Al contrario. ¡Tema zanjado!

Gracias a todos.

sábado, 29 de agosto de 2020

Todo ayuda...

 


Me preguntaba una amiga que si seguía oyendo cantar a los pájaros por las mañanas. Y la verdad es que no. Cierto que no se oyen tantos en la calle donde vivo actualmente, en el pueblo vecino, a diferencia del valle donde vivía. Y le decía que si bien estos no, había empezado a oír por las noches el ulular de una lechuza entre los árboles del jardín del vecino palacio.

Elorrio es un pequeño pueblo donde abundan los caserones antiguos, casas señoriales blasonadas, palacetes venidos a menos y algún palacio que otro dedicado a residencias de minusválidos u hotel. ¡De aquellos tiempos antiguos!

Hoy no canta la lechuza. ¿La lluvia caída ayer? Lo ignoro. En el año y medio que llevamos viviendo aquí es la primera vez que la oigo.

Le comentaba a mi amiga que, tal vez, el incipiente otoño hiciese guardar silencio a unos y ulular a otros.

Y por otoño, el grato y acogedor otoño, sinónimo de recogimiento sosegado, trabajos hechos, cosechas a buen recaudo, despensas llenas que garantizaban el sustento de todo el invierno, hasta la nueva primavera, y más, ese otoño hay que entenderlo hoy como un tramo del camino… ¡No todo el camino! Solo un tramo, un trecho, un recorrido.

Y de estos tramos, “otoños” vividos, ya llevamos algunos, algunos de nosotros. (¿Se os ha ido el recuerdo hacia atrás, tal vez de cuando niños niñas. De cuando vuestras madres os arropaban con una sonrisa. La alegría del despertar, los juegos infantiles, la familia, el hogar, los amigos…, aquellos entrañables abuelos?)

Por tramos hay que entender espacios de vida distintos entre otros espacios. Cinco años, dieciocho, veintinueve, cuarenta y ocho, sesenta y cinco, etc. Cada tramo, cada espacio sus vivencias, sus experiencias, aciertos y errores, lecciones aprendidas y por ello trascendidas, ¡no volverán jamás! Las que no, como los cursos en los estudios, ¡repetir! Solo que en esto del vivir, ¡repetir una y otra vez!

¡Una y otra vez! Y si no fuese suficiente con tu vida actual, ¡repetirás en la/las siguientes!

¿Y todo esto lo ha extraído del canto de una lechuza?

Bueno, digamos que ha ayudado a ello…

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Justo estaba buscando imagen para esta entrada, cuando la oigo de nuevo... ¿Se habrá sentido aludida. (Éstas y otras cosas, simples ocurren. Que no sepamos verlas, solo retrasa el camino.)

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miércoles, 26 de agosto de 2020

...despertar bajo tierra!!

 


No sé muy bien cómo empezar… Y ni tan siquiera si debo hacerlo! ¡El tema es delicado! Y, posiblemente, no sea del agrado de muchos… Creo que algunos considerarán que es mejor meter la cabeza bajo tierra que enfrentar la realidad.

En fin, vamos allá y que sea lo que Dios quiera.

¡Cuente cuente!…

─ Hace ya muchos años, pero muchos, que leí que en alguna ocasión que se había abierto, por la razón que fuese, un ataúd enterrado muchos años atrás, muy antiguo. De cuando los certificados médicos “certificaban” que la persona había fallecido… Se habían encontrado con la tapa de la caja arañada por su parte interior!

─ ¡¡Qué horror!!

─ ¡Para horror el que se vivió ahí cuando la persona enterrada “volvió” a la vida tras su estado de catalepsia.

El miedo a ser enterrado vivo es una de las fobias del ser humano y protagoniza algunas leyendas populares en las que la catalepsia podría ser la causa. A pesar de ser excepcional la muerte aparente existe.

La persona que está sufriendo una catalepsia nunca tendrá fenómenos cadavéricos como la palidez, la rigidez o el enfriamiento que solo aparecen con la muerte”, unos síntomas que también sirven para certificar una defunción.

¡¡¡No es cierto!!!

Los fenómenos.

La muerte aparente es un término médico-legal que ya en el siglo XIX dio origen, en algunos países, a establecer el periodo de 24 horas para mantener al “fallecido” en condiciones compatibles con la vida antes de enterrarlo o incinerarlo.

Por su parte, la muerte cierta, otro término médico-legal, es aquella en la que el cese de las funciones vitales es definitivo. Y para confirmarlo se utilizan tres parámetros: el cese del corazón, el cese de la respiración y el cese de la actividad neurológica que se confirman con pruebas como el electrocardiograma o electroencefalograma.

Puede que con un fonendoscopio no detectes los latidos del corazón o que haya una depresión respiratoria, por ejemplo, a causa de determinados fármacos o puede que tenga una epilepsia que le genere una situación de catalepsia…pero cualquier médico sabe identificar los fenómenos cadavéricos cuando aparecen”, apunta el especialista en Medicina Forense.

¡¡¡Ya os digo yo que no!!!

EFE/MOHAMMED BADRA

Estos fenómenos cadavéricos comienzan a manifestarse al poco tiempo de la muerte. La palidez, el enfriamiento del cuerpo, rigidez, amoratamiento de algunas zonas o deshidratación, como ocurre en la córnea, son síntomas inequívocos de fallecimiento.

Para un médico es muy importante reconocer los síntomas cadavéricos”, explica Andrés Santiago quien precisa que en catalepsia no se dan estos fenómenos aunque puede producir lividez, ya que el sistema circulatorio trabaja al mínimo, “pero no existe un enfriamiento natural del cuerpo”.

La pérdida de calor se produce de forma progresiva en el “fallecido”, un grado cada hora, por lo que el enfriamiento es fácilmente detectable, al igual que la palidez o la córnea deshidratada.

En el momento en el que aparecen los fenómenos cadavéricos, ¿está claro que la muerte se ha producido”?, aunque también se suele confirmar el deceso con electrocardiogramas o electroencefalogramas que indican el cese de la actividad vital.

Comentaba hace años esto de la posible catalepsia con mi amigo Jasé Antonio, médico, y le decía que qué bien que a día de hoy, a diferencia de antes, de cuando se certificaba como se certificaba, la visita del médico en el domicilio del fallecido, y las consiguientes comprobaciones actuales, más científicas, le decía, garantizaban que hechos como el descrito, no se produjesen.

─ ¡No creas, me dijo sonriendo, que los medios y conocimientos actuales del médico hoy garantizarían esa fiabilidad en la visita domiciliaria!

¡¡Noté como el vello de mis brazos se erizaba!!

¿He de señalar las sorpresas que podrían producirse si se abriesen más ataúdes antiguos?

¡¡No seré yo quien descanse baja lápida de mármol!!

¡La incineración es la garantía plena de que jamás “despertarás” bajo tierra!

miércoles, 19 de agosto de 2020

...lo que "no existe" no existe!


El ser humano tiende a ver las cosas de su vida, y las de los demás, desde un punto subjetivo. ¡Suyo!

¡Qué soy, qué pienso, qué siento, qué creo, etc.! Y es en base a esto que crea un mundo de realidades, “valores”… que lo define, identifica y, le sirve de guía… en parte. Pues si dicha escala de valores tiene que ser transgredida en algún momento, no tendría mayor reparo en hacerlo.

A lo anterior hay que añadir el aspecto “intereses”. Interesante palabra capaz de abarcar lo que sea necesario. ¡Lo que “interesa”! Y aquí el campo de actuación se vuelve casi inabarcable. ¿Hay algún aspecto de “interés”, personal o “por el bien de la colectividad”, al que el ser humano no esté dispuesto a recurrir?

¡Hombre!, algunos valores de la Humanidad son inamovibles…

¿Sí?… ¡Dígame uno! ¿Política, religión, humanidades, salud, derechos humanos, etc.?

Que más de tres mil personas se hayan juntado en manifestación en una céntrica plaza de Madrid para reivindicar el “derecho que les asiste” de no usar mascarillas… Alegando que ello es una imposición del Gobierno, pues razones no hay! (La pandemia es un cuento, los fallecidos no existen, los hospitales no tienen ningún enfermo de contagio, “les” van a meter un chip para controlarles con la vacuna, etc.)

Había una manifestante que apelaba al no uso de la mascarilla pues eso la impedía comunicarse con la divinidad…

Y otro decía que la mascarilla impedía ver si sonreía o no. Y se la quitaba y se la ponía para demostrarlo… (????)

Pues no veo qué “intereses” pueden tener estas personas, como usted alega.

Estos comportamientos suelen estar fuera de “interés” alguno… personal. Suelen ser el resultado de intereses de terceros, políticos, económicos, etc., dirigidos a lo más básico de la persona. Los más básicos de la sociedad!

Exponentes relevantes de estos movimientos son el presidente de EEUU, Donald Trump, el brasileño Bolsonaro, el presidente de México, etc. 

sábado, 15 de agosto de 2020

¿Nublados?... ¡No gracias!

 


Si bien es verdad que no se oye ni un “pio”, en la mayoría de quienes suelen aparecer por aquí a leer y decir hola, resulta grato ver que ellos mismos tampoco lo dicen (...no dijo ni “pio” se suele decir...) en sus blogs: ¡Cerrados por vacaciones. 

Si se observan las fechas de sus últimas publicaciones en las listas de “Mi lista de blogs”… que sigo, se ven algunas de una, dos, tres semanas, un mes, dos, etc. Lo que vendría a señalar que qué bien se lo pasan de vacaciones. O por lo menos entretenidos.

Bueno, quienes hemos decidido pasarlo bien donde quiera que nos encontremos, sin movernos de casa, del barrio, o del monte o la playa cercana, también estamos bien!

El bienestar de las “vacaciones”, u otros eventos que nos motivan, no suelen estar aquí, allá o acullá, generalmente van con nosotros donde quiera que estemos. No es, no suele ser, un lugar físico. Es una actitud de vida.

¿La tienes? ¡Un regalo! ¿No la tienes?… ¡Claroscuros en tu día a día!

viernes, 14 de agosto de 2020

Dicen...

 

Hace muchos años conocí a un vendedor ambulante que en su furgoneta, en el parasol de color azul que llevaba sobre el parabrisas, rezaba lo siguiente: “El sol sale para todos.”

¡Cierto! No solo el sol sale para todos sino que sale cada día… Y entre este salir y declinar… “la tarde, roja y somnolienta”, Machado, surgen, suceden, infinidad de cosas. Y, a infinidad de personas… ¡Pero no a todas!

Se tiende a señalar, creo, y de manera inconsciente, que las risas y alegrías, la buena suerte, la fortuna, la abundancia, la salud, etc., son individuales. Es decir, les suceden a individuos particulares.

Luego están los suceder-es que afectan a muchos, muchísimos… Podríamos decir las desgracias generales… Y a estos no se les suele ver como individuos… Sino como un conjunto de personas, prima más la sensación de “conjunto” que la de persona individual. Que les suceden todo tipo de desgracias, carencias, limitaciones, etc. ¡Y es porque el mundo es así! Dicen...

Y lo dicen principalmente quienes mantiene al “público” pendiente de eso, sujeto, en parte, a lo “inevitable”… ¡No sonría, no viva con alegría, no piense…! ¡Pues mañana vendrán las carencias, desgracias, tristezas! ¡La vida, el mundo, es así! ¡Clama el Sistema, impuesto. La inconsciencia, de la mayoría. Y los intereses creados… por la minoría de siempre!

Quienes están en el “sistema” pero “no son” del sistema, ven, viven la vida de otra manera. Sus metas son otras. Su caminar, diferente. ¡Sus vidas, otra historia!

Pueden parecer “con-junto! Pero se saben el Todo!

Jesús a sus discípulos: “Estáis en el mundo pero no sois del mundo”.

Quienes quieran seguir viendo esta enseñanza como algo fuera de lugar a día de hoy, o no sepan verlo de otra manera, seguirán aspirando a rozar con los dedos el «bíblico becerro de oro». Icono de las sociedades del mundo cuyos dirigentes y quienes les sostienen, léase el sistema alimentándose a sí mismo, se identifican como privilegiados. ¡Que disfrutan de privilegios!

Para que alguien disfrute de privilegios, generalmente unos pocos entre muchos, tienen que suceder dos cosas. Que los primeros se crean con derecho a ello. Y, sobre todo, ¡que los segundos se lo permitan!

¿Y como se lo permiten estos? Pues haciendo dejación de sus vidas naturales…, sus valores, para ir en pos de los brillos cegadores, y exitosos, de la modernidad hueca… ¿Muestras?… A miles!!

Permitidme dos. (La tercera está huida).

Jorge Javier Vázquez. Presentador de cierto programa de tv donde lo que parece primar es el escándalo y la oquedad de valores humanos. ¡Millonario! Alguien tiene que estar alimentándole su cuanta bancaria… con su audiencia.

Sergio Ramos, Leo Messi, y otros miles. ¡Millonarios por dar patadas a un balón!

¡No cabría culparles de nada por ello!

Médicos y enfermeras que atienden a los enfermos y trabajan por su recuperación, con sueldos de mil, mil doscientos euros. Cuando no en el paro.

Parece estar claro que una sociedad en su conjunto, individuos aparte, ¡yo no estoy ahí!, que fomenta, permite y alimenta esto, valorar a unos por nada y no valorar lo fundamental de la vida, merece estar en ese mundo caótico creado a su imagen y semejanza!

domingo, 9 de agosto de 2020

¿Cómo escribir?...

 

¿Cómo uno quiere y de lo que quiere?

¿De lo que cree que va a concitar más aceptaciones?

¿De lo que esté de moda en esos momentos. Sea esto el cambio climático, la pandemia, la influencer de turno, la última de Trump, un tratado de colombofilia, etc.? (Permitirme cierta ironía pues ella forma parte precisamente de la cuestión. No necesariamente la ironía en sí, sino que ella es, en ocasiones, la válvula por la que fluye la comunicación… Pues las verdades del barquero, las puedes decir una, dos y hasta tres veces. Más allá de esto, aburrirías.)

Hay personas que publican temas concretos y siempre en la misma línea. Por ejemplo quienes escriben poesía. Y lo hacen bien o magistralmente. De estas últimas, quienes nos movemos en cierto círculo de asiduidad, destacan tres, entre otras. Al margen quedan, evidentemente, los trabajos “infumables”. Como los definió un comentario leído hace años.

Luego están los textos de toda índole. Tal vez la mayoría. Unos con más gracia o aceptación que otros. Bregando por su espacio. Tanto al publicar como en la recepción de comentarios.

Así es el blog. Un excelente medio de expresión personal, encuentro y comunicación con los demás (Por los demás hay que entender a uno mismo… A veces el gran desconocido).

Quienes llevamos años en este mundillo, creo, hemos desarrollado cierta … ¿sensibilidad en captar la esencia del comentario que nos dejan?, podría decirse así.

La mayoría de los comentarios que dejamos en otros blogs, y nos dejan, suelen conllevar esa sintonía mutua. El aprecio, el respeto y la valoración sincera de lo que expresamos. Que a su vez es el valor que reconocemos en el trabajo del otro.

De los comentarios huecos, insulsos u ocasionales que puedan llegarnos, ¡ni una palabra!

Pero en ocasiones, quien publica, lo hace con una sensibilidad, en la forma y en el fondo, que no es apreciada del todo por el amigo que nos lee… Y éste a su vez, ese día, tampoco estaba todo lo fino que la cosa requería! Y se genera cierta confusión… Cierto ¡uy, no me entienden!

En casos así, es donde se pone de manifiesto ese respeto y aprecio, real, que nos permite salvar la situación.

¡Ni cabe un trágala de todo lo que se publica o nos comentan, ni cabe un andar tomando la temperatura de toda palabra que nos dediquen.

No soy de poesía, mucho menos de chascarrillos varios que sirvan de medio de comunicación… Cuando hablo, publico, soy consciente de lo que digo. ¡Hasta dónde llegue, bienvenido!

miércoles, 5 de agosto de 2020

Los fantasmas del autobús...


Que en este mundo, y en la vida de cada quien, hay infinidad de cosas mejorables, no cabe duda. Ideas y creencias que condicionan sus vidas tanto en lo positivo como en lo negativo... Principalmente en esta tendencia.

Ayer tarde según regresaba en autobús a casa, dos personas se expresaban así en los asientos de delante.Que en este mundo, y en la vida de cada quien, hay infinidad de cosas mejorables, no cabe duda.

Una venía a decirle a la otra que dados los tiempos que corren, pandemia sanitaria, futuro incierto, así lo denominó, miedo e inseguridad, tal vez fuese necesario refugiarse en valores del pasado... En épocas vividas con mayor tranquilidad, otro bienestar…

Creí entender que se refería a volver atrás, de alguna manera. Algo así como encontrar un refugio que libere de tanta angustia, de tanto dolor…

Y recordé aquel cuento de sabiduría en el cual y ante el miedo que un hijo tenía a salir de casa solo, por miedo a “fantasmas”, su madre le proporcionó un medalla para que se la colgase del cuello. Asegurándole que con ella estaría siempre protegido.

Y sí, el niño desde ese día salió tranquilamente de casa… ¡Pero se vio obligado a encadenarse a dicha medalla toda su vida!

La enseñanza que el cuento encierra es si no hubiese sido mejor que la madre le enseñase que no existían tales “fantasmas”. En vez de contarle un cuento y darle un “amuleto”

Tal vez va siendo hora de que las personas se desprendan de sus amuletos, de la infinidad de ellos, y se enfrenten a la «realidad» de sus vidas.

Se percibe como si un miedo cerval a dicha «realidad», de la que tampoco parecen tener una idea muy clara de lo que es, les obligase a refugiarse en cuentos, fantasías e irrealidades...

domingo, 2 de agosto de 2020

...un pueblo tranquilo.

Leonor en Soria.


Todavía no ha amanecido… Observo tras los cristales una calle húmeda y solitaria. Un pueblo tranquilo. Nada de lo que parece embargar a la humanidad, en negativo, se hace presente. ¿Es que hay, cuándo menos, dos realidades?

¿Y si las hay, cuál es la verdadera. Ésta de ahora, casi todos dormidos, o la otra…?

¿A qué otra se refiere?
A la que podría entenderse cómo cuando la gente cree estar despierta… Cuando piensa, siente y actúa. Cuándo las creencias y las incertidumbres abundan. Cuándo el miedo, la inseguridad y algunas risas, huecas muchas de ellas, se extienden por doquier…
¿Eso piensa realmente?
¡En absoluto! Pero ello parece ser esa especie de bruma que se extiende por todas partes confundiendo a muchos. ¡Impidiéndoles ver! ¡La vida, realmente, es otra cosa!
¿No exagera algo las cosas? Si cómo dice hay tantos, muchos, la mayoría en esa tesitura, ¿cabría decir que están todos ellos equivocados?
Si lo que quiere señalar es que porque muchos, la mayoría, vayan en una dirección, tendencia, creencias, etc., esa es buena, plantéese lo siguiente: si observa una mierda de vaca en el suelo, verá que concita la presencia de tantas, muchas, la mayoría de las moscas del entorno. Pero ello no la hace necesariamente buena para el individúo, la humanidad en su conjunto.
Visto así…
Cierto que hay excrementos de vaca y moscas como una realidad, y ello no es nada negativo. Al contrario. Dicho excremento como abono, por ejemplo, facilita el crecimiento de las plantas, cultivos, etc. Beneficia a la humanidad.
¿Entonces?…
Muchas personas toman/temen el excremento como algo inherente a ellos mismos. Como algo inevitable en la humanidad. Cuando la realidad es que las amapolas entre los trigales, las margaritas que cubren las praderas, los peces en los ríos, el colirrojo cantando en las alturas, la noche tachonada de estrellas o la entrañable Soria de Machado en tierras numantinas, están libres de mierda alguna.
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¡Adiós, tierra de Soria; adiós el alto llano
cercado de colinas y crestas miliares,
alcores y roquedas del yermo castellano,
fantasmas de robledos y sombras de encinares!
En la desesperanza y en la melancolía
de tu recuerdo, Soria, mi corazón se abreva.
Tierra de alma, toda, hacia la tierra mía,
por los floridos valles, mi corazón te lleva.

En el tren, abril de 1912