jueves, 30 de octubre de 2014


En El Evangelio de María Magdalena, de Daniel Meurois-Givaudan, no sólo se recrean las vivencias de Jesús con un grupo de apóstoles, Pedro entre ellos, sino que se desmenuza el alma de todos ellos. Miriam de Magdala incluida. Y por todos ellos hay que entender cada uno de nosotros. Pues esto es lo que representan sus figuras. ¡Cada uno de nosotros! Os aseguro que os identificaréis con más de uno.

El Maestro, los discípulos, hombres, y desconcertados, y la discípula, la mujer que ha despertado, la que sabe. La bienamada.

Resulta sorprendente el papel desempeñado por cada uno a diferencia de lo establecido oficialmente. Pedro, la piedra de la iglesia, encabeza la gran diferencia. Si bien es María Magdalena, la prostituta, quien sobresale por mucho en este relato.

Hay en el libro unas frases entre Jesús y los discípulos sobre qué hacer para saber si la línea de actuación que llevan es la adecuada.

-Maestro, ¿cómo saber si lo que hacemos es lo que se espera de nosotros? A lo que el Maestro responde: ¡Preguntad, si vuestra intención es conocer!

He aquí cuatro palabras que, de llevarlas a buen término, transformarían nuestras vidas y el mundo entero. “Si vuestra intención es...” Jesús no da por sentado que en la mera pregunta haya la intención de conocer.

Pedid y se os dará. Buscad y hallaréis. Llamad y se os abrirá. Tres enseñanzas que no por conocidas y repetidas dan frutos. ¿La razón? Que falta la esencia real de la frase. La que remarca Jesús: “si vuestra intención es...”

Cuándo se pide, cuándo se busca, cuándo se llama, ¿hay realmente intención de recibir?

Cada uno en su fuero interno deberemos responder a esto. Si bien y en vista de la cosecha que recogemos sabremos si plantamos con la intención adecuada.

TÚ.

Asirse al sentido de existencia -Yo Soy- que siempre está allí acompañándonos, ni siquiera hay que entender algo tan simple, tanto que hasta parece una broma pesada que se hayan levantado filosofías y tradiciones en torno suyo.

No hay nada sagrado en este acto, todo es demasiado natural para concederle una gota de devoción, pero, es la misma naturaleza humana la que crea la ilusión y la confusión de las diferentes metodologías y senderos. Lo único terrible es que nos olvidamos de esta simplicidad y sobre este olvido construimos nuestras vidas buscando sin cesar el bienestar que hemos perdido fuera de nosotros mismos.

Nada hay que buscar y nada hay para encontrar, vosotros sabéis que sois y no dudáis cuando se os habla de vuestra existencia, lo único que debéis hacer es mantener la sensación de ser... Así pues seguid el hilo de esta certeza de existencia y estaréis recorriendo el camino del Ser definitivamente.

Toda enseñanza señala a esto, cuando os re-encontréis ya podéis dejarla, al igual que un ciego deja su bastón cuando recobra la vista.

Sri Parameshwar Maharaj.
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Lo sencillo no necesariamente es fácil.
Llamar a la puerta es un acto sencillo. Pero llamar a ciertas puertas no siempre nos resulta fácil.
Y sin embargo la dificultad no está en la puerta...
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lunes, 20 de octubre de 2014

Descubrimiento.

Descubrimiento.

Ayúdanos a descubrir a Dios...
Nadie puede ayudaros a hacerlo.
¿Por qué no?
Por la misma razón que nadie puede ayudar al pez a descubrir el océano.

Proyección.

¿Por qué es aquí tan feliz todo el mundo, excepto yo?
Porque han aprendido a ver la bondad y la belleza en todas partes, respondió el Maestro.
¿Y por qué no veo yo en todas partes la bondad y la belleza?
Porque no puedes ver fuera de ti lo que no ves en tu interior.

Llegada.

¿Es difícil o fácil el camino hacia la Iluminación?
Ni difícil ni fácil.
¿Cómo es eso?
No existe tal camino.
Entonces, ¿cómo se va hacia la meta?
No se va. Se trata de un viaje sin distancia, Deja de viajar y habrás llegado.

Milagros.

Un hombre recorrió medio mundo para comprobar por sí mismo la extraordinaria fama de que gozaba el Maestro.
¿Qué milagros ha realizado tu Maestro.?
Bueno, verás..., hay milagros y milagros. En tu país se considera un milagro el que Dios haga la voluntad de alguien. Entre nosotros se considera un milagro el que alguien haga la voluntad de Dios.

Autenticidad.

Al Maestro nunca le impresionaron los diplomas y los títulos. Él se fijaba en las personas, no en los certificados.
En cierta ocasión le oyeron decir: Si tienes oídos para escuchar el trino de un pájaro, no necesitas fijarte en sus credenciales.


viernes, 17 de octubre de 2014

Olí de nuevo el pan aquel...

Sentado en el coche entre las viejas calles de la ciudad vi pasar a una joven con la cesta de la compra en una mano y dos barras de pan metidas en una bolsa de papel en la otra. La conozco, fui amigo de su padre y lo soy de ella.

Una imagen sencilla, anodina. ¡Simple! Y sin embargo fue capaz de transportarme a tiempos antiguos, mi niñez, la vieja y entrañable ciudad a orillas de la ría de Noia. Donde jugué, en la plaza de la Lágrima. Corrí cuesta abajo tras un aro de metal guiado por una horquilla. Estudié en la vieja escuela con don Venancio, he hice cuentas en la pequeña pizarra con el pizarrín que llevaba en mi cartera. Preludio de las calculadoras portátiles... Y tuve novia! Ella diez años, ocho yo.

Aquellas barras de pan no sólo guiaron mis recuerdos al ayer, no, fue algo más. Algo que no había experimentado nunca. Olí de nuevo el pan aquel, reciente y de espesa miga que solía ir a buscar al horno al otro lado de la alameda. 

Alameda que está... pero que ya no es mi alameda de entonces. Pues de aquel entonces va quedando poco...

¡Olí de nuevo! Sentí realmente el olor... Y por unos instantes todo se difuminó a mi alrededor. Y viví  en aquellas calles donde nació y jugó mi abuelo. Y conoció a Pepita. Y hoy reposan en la tierra sin edad...

sábado, 11 de octubre de 2014

El bendito día cualquiera...

Gris, aunque no llueve. Algo fresco, otoño ya! Ayer aún hacía calor.

Sentado frente al ordenador y junto a la ventana que me permite ver la huerta del caserío de enfrente, los pájaros revolotear entre los magnolios, castaños, nogales, la frondosa palmera cargada de dátiles, lleva así todo el año. La gente que pasa por debajo de mi terraza. La música de fondo que ameniza esta mañana tranquila de un día cualquiera...

Sin estridencias, abalorios, relevancias, abundancias o carencias. Sencillamente, un día cualquiera. ¿Y el vuestro, también lo es?

He leído con interés algunos textos de blogs amigos, he dejado comentarios, he respondido a algunos que me han escrito. ¡Todo ello un placer!

Nadie llama por teléfono. Un día tranquilo...

La única nota destacable la puso una niña de unos 12 años que, cual centella imparable, cruzó por delante de mi coche esta mañana el paso de cebra que yo estaba pasando... Apareció de pronto tras una tapia y a velocidad de vértigo, al provenir de una calle de pronunciada pendiente. Frené de golpe, pero no pude impedir tocar su rueda trasera. Trastabilló ligeramente pero no llegó a caer... Si bien volvió la cabeza a mis sonidos de claxon, se perdió rápidamente entre calles.

La lección para ella, si cabe, es descubrir que en los pasos de cebra los peatones tienen preferencia, como le habrán enseñado en casa, pero que las “centellas sobre ruedas” deben tener cuidado.

Sigue gris, aunque algo más de luz si hay...

Ahora un rayo de sol...

¡Un día magnífico! Casi todos lo son...

domingo, 5 de octubre de 2014

Machado en el Valle de Atxondo.

La niebla acude a la cita con las cumbres de los montes. El anochecer avanza... El silencio se hace presencia. La vieja campana de Arrazola anuncia su diálogo con las horas. Los últimos pájaros cantores, cual luciérnagas sonoras, se dejan entrever entre la arboleda oscura... Veo las vacas pastar las últimas hierbas del día y... cuento los terneros. No me salen las cuentas. Seis vacas, seis terneros... ¡Pero entonces, aquella que parece preñada!...

Parado sobre el viejo puente de piedras observo el fluir del agua serena... Busco la presencia de algún cangrejo en su cauce pero no descubro ninguno. Tal vez la última riada limpió el río... ¡Volverán!, sin duda. Como las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar... Bello poema de Bécquer. De cuando se escribían bellos poemas... ¿Dónde estás Antonio Machado? Hoy mi alma clama por ti...

¡Adiós, tierra de Soria; adiós el alto llano,
cercado de colinas y crestas militares
alcores y roquedas del yermo castellano,
fantasmas de robledos y sombras de encinares!
En la desesperanza y en la melancolía
de tu recuerdo, Soria, mi corazón se abreva.
Tierra de alma, toda, hacia la tierra mía,
por los floridos valles, mi corazón te lleva.

Sin saber lo que realmente significan estas palabras, bellas y profundas en sí mismas, y a mi entender, no puede leerse el alma del poeta en ellas. Mil veces he visto y sentido a este grande, y sencillo, hombre, viajar en el abril de 1912 en ese tren que le aleja de la Soria toda... Siete días después de dejar a Leonor, muerta, en el alto Espino castellano.