miércoles, 28 de mayo de 2025

...en el calor del último sol.

 


Hay dos razones para la publicación de lo que sigue. La primera, que nada tengo en mente que pudiese decir hoy. La segunda, el natural y extraordinario canto a la vida y al amor de nuestro amigo Enrique Tárrago en su blog: “Es mejor soñar”.

https://elcaminoseestrecha.blogspot.com/

Y no es sólo su canto personal, su experiencia, sus vidas. Es que si lo lees con detenimiento, verás que, si fuese el caso, es como una guía de lo que tú mismo, tal vez, quisieras aplicar a tu vida. Tu otoño… Tu ambiente familiar.

Dale otra vuelta a las palabras de Enrique. Encierran mucha sabiduría. Pero sobre todo vida y amor.


Texto de Enrique: En su mirada, la promesa de que el amor nunca se desvanece,

- El camino no se hace largo, se hace difícil, sólo una fuerte creencia en el sentimiento de quien ocupa tu corazón compartido, al igual que Ella lo hace con el suyo, nos ayuda a apreciar lo vivido y lo poco o mucho que nos quede de seguir en él.

- Al final del camino, donde el sol besa la tierra y el viento acaricia los recuerdos, encontramos un rincón de eternidad. Allí, con su mano entrelazada a la mía, cada latido es un eco de dicha, cada susurro, un poema sin palabras. Vivimos el ocaso no como un adiós, sino como un renacer en la luz de nuestros días compartidos. Y en su mirada, la promesa de que el amor nunca se desvanece, sólo se transforma en esencia pura, en el silencioso susurro de la brisa de un sueño, en el calor del último sol.

sábado, 24 de mayo de 2025

jueves, 22 de mayo de 2025

¡Ni preocupar!

 


Ayer un sol espléndido todo el día, hoy nublado y el suelo húmedo de haber llovido. Ayer un programa para hoy, y hoy ya modificado a estas horas.

¿Los vaivenes de la vida? ¿Las vicisitudes? ¿El destino?

Creo que, sin hilar tan fino, es simplemente la vida en sí. Sin calificativos de ningún orden.

Al entrar en mi perfil para publicar esto, descubro que aparte de mi blog aparece otro que no es mío. "ElrincóndeNai."

¿Un vaivén más en el día de hoy?

¡Ni preocupar! ¡Sólo hacer!

domingo, 18 de mayo de 2025

¿Y tú qué necesitas?

 


En los tiempos de mis abuelos, en el ámbito «necesidades» normales en una casa, familia, compras, etc., 1956, por ejemplo, yo 8 años, y en lo que recuerdo, había una cierta «calma» en la mente y el ánimo de la gente.

Las necesidades básicas estaban cubiertas (salvando situaciones extremas de la época). Y las ofertas del mercado comercial, tiendas de barrio, etc., eran las que eran. Acorde con la economía de entonces. Más o menos todos llegaban a fin de mes…

Ansias por tener, comprar, más allá de lo cotidiano, no las percibía entonces. Lo necesario estaba a la mano. Su precio, el adecuado. La oferta y la demanda, ¡equilibrada!

¡Había un cierto orden natural… en casi todo! ¿Hoy?

¡Otro orden, sin duda! ¡Otros valores! Realidades mil… Y otras mil. Muchas de ellas desconocidas para la mayoría. Productos, redes sociales. Servicios. Amazon… “Haz tu compra de naranjas por teléfono y te la llevamos a casa.”

Influencer para casi cualquier cosa… Quiero creer que en el acto de ir al vater/inodoro no hay indicación mejorable distinta por parte de esta gente.

Me viene a la mente el “chiste”, y a la vez enseñanza perenne más que necesaria, que me contó hace años un amigo. Y que ya compartí por este espacio.

Iba Sócrates, el filósofo griego, paseando por los pasillos de una gran superficie comercial observando la infinidad de productos colocados en las estanterías. Al llegar al final del mismo, se detenía, miraba hacia atrás y se decía: ¡¡Hay qué ver la cantidad de cosas que hay que no necesito!!─

Cierto que las necesidades de mis abuelos, y padres, eran básicas. Más allá de lujos y modernidades. Pero las ofertas que el sistema crea interminablemente, no busca cubrirlas hoy. Sino fomentar en la persona el ansia por un lado, y por otro mantenerla en un estado de inquietud casi constante. ¡Y por ello, insatisfactorio!

lunes, 12 de mayo de 2025

¿Es para ti esto?

 


 Salvando situaciones especiales, que no creo que sea el caso de ninguno de nosotros, quienes nos relacionamos por este medio, cabría decir que la vida en sí es bastante más sencilla de lo que, en ocasiones, en demasiadas ocasiones, se la suele complicar.  

─ ¡Hombre! Sencilla sencilla con la que está cayendo en el mundo…

─ En realidad de ese “cayendo” a usted no le implica nada. En su contexto, día, momento, ahora mismo, nada desagradable está sucediendo…

─ Bueno, si yo le contara…

─ ¿Qué podría contarme que le amargue la existencia? ¿Esto y aquello, y tal vez lo de más allá? ¡Y sobre todo de quién! Pues casi siempre hay un “quién” tras los desvelos de la gente.

─ ¡Pues sí! Tengo algún que otro “quién” incordiando…

─ Le entiendo. En la mayoría de los casos, esos “quién”, representan en la vida de uno la oportunidad de cambio…

¡De cambio profundo en usted!

¡Su vida puede ser otra historia! Al fin y al cabo esas situaciones que platea como incómodas, suelen ser más bien el reflejo de sí mismo.

¡Si usted no fuese así, el otro tampoco lo sería!

La Sabiduría de todos los tiempos afirma que: ¡Si cambias tú, cambia el contexto que te rodea!

Si no limpiases tu cocina en tres meses, ¿cómo crees que estaría? ¿Cuánto tiempo llevas sin limpiar tu mente de conceptos errados. Creencias sin más sentido que el de dar rienda suelta a sentimientos tóxicos?

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Personalmente llevo unas tres semanas trabajando con este decreto. ¡Esta orden! Varias veces al día. ¡Y no es necesario que piense o me dirija a nadie en concreto!

¡Perdono todo lo que deba ser perdonado. Y también me perdono a mí mismo. Doy mi amor y mi perdón a todo el que lo necesite!

martes, 6 de mayo de 2025

"Jugador de parchís".

Un día gris, frío y lluvioso. Invierno en primavera… No cabría negar que cambios en el mundo hailos. Y si bien no es éste de poca relevancia, ni comparar con lo que anuncian las noticias en los medios de comunicación.

La clave está en que si no quieres ser “jugador de parchís”, no te sientes a la mesa donde “se están dirimiendo esas actividades.

Sin embargo, aquí en el valle, el río, la naturaleza, el día a día, la mayoría de los que aquí vivimos, nos despertamos con el kikirikí del gallo del vecino. El atardecer nos llega con el discreto canto del petirrojo. Y, luego ya de madrugada, nos dormimos arrullados por el ulular de las lechuzas…

domingo, 4 de mayo de 2025

El «asistente».

 


El «asistente».

Este es un término muy especial. ¡No es fácil definirlo! ¡Y por otro lado es simple! ¡Y real!

¿Paradojas de la vida? ¡Más bien las complejidades del ser humano al distanciarse de sí mismo!

En ocasiones anteriores he señalado que, ¡ojo que no es literal!, a nuestro alrededor, en nosotros mismos, hay como un «oído» que siempre oye. Es neutro. No califica. Y menos entiende si lo que decimos, lo hacemos en broma, por hacer una gracia entre amigos, o en serio.

Él siempre «oye». ¡Y actúa!

Si afirmas, o piensas y sientes con fuerza, que eres “tonto”, que eres “pobre”, que careces..., que la vida es una desgracia, etc., etc. ¡Ese «oído» oye! ¡Y da más de lo mismo! ¡Y a petición de la propia persona!

¿Por qué tiene la gente, inconsciente de este hecho, que denigrase, ella y su contexto, su vida, sus cosas, su día a día, su devenir?

¿Por conseguir unas risas de otros en las misma condiciones? ¿No va el mundo como va por esta inercia colectiva?

¡Sal cuanto antes de ese corralillo de limitación en el que todo gira y gira de esa manera… sin sentido!

El «asistente». ¡Una realidad! ¡Vendría a ser el «suceder». La actividad que sigue inexorablemente a lo que tú afirmas. ¡Y el «oído» oye!