Una madrugada tranquila, silenciosa. La casa duerme... El té humeando ya sobre la mesa. Algunas ideas en la mente, no muchas a estas horas. Abro el ordenador.
Una frase oída ayer entre dos personas da pie a esta reflexión. Tras contarle una a la otra una serie de circusntancias que le estaban sucediendo, trabajo, familia y dinero le iban viento en popa, dijo sonriendo:
¡No se puede pedir más!
¡No seré yo quien se exprese así, y menos lo piense y sienta!
La frase "parece" coloquial. Pero en realidad en ¡imperativa! ¡Ordenas!
Ordenas, sin que seas consciente, que nada más que lo tienes en este momento... ¡mereces!
¡Es un pensamiento limitativo! ¡Y de estos, mil al día! ¡Pues no sabes lo que la vida tiene "previsto" para ti!
Es lo que tiene sembrar limitaciones, creyendo que son sólo palabras coloquiales. La cosecha que recojas tras esto, será en la misma consonancia.