viernes, 29 de noviembre de 2019

¿Impuestos?... ¡Sí, gracias!




¡Los impuestos! (seguro que la palabra no deja indiferente a nadie.) Los impuestos, eso tan inherente a las sociedades en su conjunto, tiene tres variantes, cuando menos.

1ª.- Los impuestos, recaudados por el gobierno, tienen la finalidad de cubrir los gastos de, pensiones, sanidad, educación, vivienda, empleo, servicios sociales, becas, el paro, el sostenimiento del sistema de bienestar, dependencia de nuestros mayores, minusválidos, el propio Estado, que lo forma la propia sociedad, etc. Entre otras muchas atribuciones.

2ª.- Servir de “estaca” a ciertas formaciones políticas para “atizar” al adversario. La “estaca” suele ser el mantra, generalmente de las derechas, de que si gobiernan los suprimirán. Cosa lógica dentro de las campañas para captar votantes. Otra cosa es que “esos votantes” se lo crean. Cosa que suele abundar.

3ª.- Los impuestos, suprimidos, y en esta ocasión si puede que lo sean, conllevan algo tan simple y elemental que no es fácil de percibir por quienes esto aprueban, dándoles el voto a quienes lo promueven.

Si no hay impuestos que recaudar, o estos se han reducido mucho, está claro que los españoles vivirán mejor, gastarán más y serán más felices… Hasta...

Hasta que la caja del Estado, mermada, no pueda cubrir la sanidad, educación, vivienda, empleo, pensiones, servicios sociales, becas, el paro, el sostenimiento del sistema de bienestar, dependencia de nuestros mayores, minusválidos, etc.

Y entonces, esos gobernantes, los que “hubiesen arrasado” prometiendo la bajada de impuestos, se hubiesen dirigido a sus votantes, y resto del país, y les hubiesen dicho: ¡¡Habéis vivido bien unos meses, pero ahora toca apretarse el cinturón, ¡no hay un “duro”!!

¡¡Ni para gastos de pensiones, ni sanidad, educación, vivienda, empleo, servicios sociales, becas, el paro, el sostenimiento del sistema de bienestar, dependencia de nuestros mayores, minusvalidos, etc.!!

¡¡Y por ello tendréis que contratar la mayoría de estos servicios con la empresa privada!! Pensiones, sanidad, educación, vivienda, etc...
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¡Santa inocencia! Quienes dan su apoyo a estas formaciones cuyo programa es la interesada bajada de impuestos, por un lado, y la sacrosanta zanahoria patria por otro, ¿no se dan cuenta de la utilización que se hace de ellos?

Todo el mundo tiene derecho a expresar sus preferencias.
¡Cierto! Y respetadas quedan. Pero a la vista de lo que están haciendo “sus preferencias” en los pocos días que llevan en el cargo…, no parece la mejor opción para generar estabilidad, concordia social, paz, trabajo de calidad y, sobre todo, un clima natural de convivencia entre todos los ciudadanos de este país.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

tic-tac tic-tac tic-tac...



Si bien, y más con la edad, podríamos distinguir diferentes “tramos” en nuestras vidas, bebés, niños, adolescencia, juventud, “novia”, en aquellos tiempos, hoy la cosa va por otras vertientes, matrimonio, casábamos jóvenes, hijos, etc., etc., estos, los tramos de la vida, hoy en día encierran múltiples momentos. Cuando estábamos en “un tramo determinado” no éramos conscientes de ello. ¡Evidentemente!

Con 13 años no conocíamos el tiempo… Con 18 teníamos todo un mundo por delante… Ya los 30 nos hacían más responsables. Había un futuro que guardar, mantener, alcanzar…

Hoy, cumplidos los 71, sigo viviendo el mismo momento, instante, de siempre. ¡El instante! ¡No hay nada más!

Lo que parece atrás y adelante, ayer y mañana, pasado y futuro, no es más que el ejercicio de la memoria y la imaginación. Y aunque cueste verlo así, aceptarlo, ¡así es!

Es como el consabido sueño, esa vivencia que se experimenta cuando se duerme. ¿Se experimenta? ¿Quién experimenta? ¿El personaje soñado del sueño?

Lo que realmente quiero señalar, ese aquí y ahora es y será siempre ¡eso! Ese único instante, solo y nada más, en el que se vive.

Y que si ahora es gris, limitado, pobre o falto de salud, no quiere decir que en el siguiente sea igual. Puede ser diametralmente opuesto.

Esta reflexión surge de las lamentaciones de alguien, de avanzada edad, al que he leído hace poco, y que parece creer que él y su vida, su tramo de “ahora” mismo, su instante, no tiene posibilidad de cambio. ¡Y no es así!

De hecho ahora, en este instante en el que lees esto, es más que probable que su punto de vista, su vida, haya cambiado.


Bueno… ¿No sabe hablar de otra cosa? Siempre está con el sueño, el recuerdo, el ansia del mañana, que según usted no hay tal, etc.
Sí, algo de razón tiene… Y no es que lo busque o no tenga nada más de que hablar, aunque no mucho más, no crea, pero en este caso respondía, traté de hacerlo, a este buen amigo en la distancia.
Si estuviésemos a mano uno y otro, un gran abrazo mitigaría en mucho su sentir!

sábado, 16 de noviembre de 2019

Un día del ayer...

Aquellos años vividos...


Sonó el silbato en la escalera…, dos veces…, silencio…

Una voz de hombre clamaba...

¡Telesforo García!… ¡Margarita Cifuentes!… ¡Rogelia Tizón!…

Y al poco se oía como se abrían algunas puertas y alguien bajaba las escaleras…

Poco después éstas se cerraban de nuevo!

El cartero había traído correspondencia. Generalmente era una alegría recibir aquellas cartas. Abuelos, primos, amores, amigos…, mi tía Lolita...

¡Aquellas cartas!… ¿Adónde fueron?… ¿Qué se las llevó?… ¿Volverán algún día?

¡Sí! ¡Hoy han vuelto!… Apenas un instante… Cartas que tuvieron su razón de ser. ¡Que la tienen hoy!

(Solo por hoy, queridísima, vuelves a la vida...)

jueves, 7 de noviembre de 2019

Hola... soy yo!



...¡La Conciencia!

¿La conciencia… Y eso qué es?
Pues… la Conciencia… ¿No ha oído hablar nunca de la Conciencia?
¡Manuel… ¿Has oído hablar tú de algo que se llama la conciencia?… ─Pregunta Juan─.
¡Ahora no caigo… ¿Cómo dices que se llama?
¿Conciencia ha dicho usted? ─Le pregunta Juan a la Conciencia─.
Eso mismo, ¡Conciencia!
Tendrá que disculparnos… Por estos lares parece que no se la conoce! Y dígame, ¿exactamente qué es ello?… ¿Para qué sirve?… No sea que nos estemos perdiendo algo de interés.
La Conciencia es usted, son ustedes, es esto y aquello. La Conciencia es Todo. ¡La conciencia YO SOY!
Esa palabra me suena… ¿Tiene que ver con la religión?
Tiene que ver con todo. No necesariamente con una parte… Si bien “ésta” también es! Si usted va al campo, por ejemplo, verá trigales cargados de espigas verdes con incipientes granos de trigo, punteadas por infinidad de amapolas. En el prado cercano, cubierto con una fina capa de hierba, puede que observe conejos comiendo, o correteando unos tras otros. Urracas, abubillas, gorriones, mirlos, algún cernícalo o milanos sobrevolándolo. Alcornoques, encinas, algarrobos, zarzas, abejas, lagartijas, etc. Y en el río que lo cruza, peces, ranas, alguna culebra, etc., etc. ¡Y a todo ello le llama “Naturaleza”!
¡Claro, la naturaleza! Eso ya lo conozco…
¿Sí? ¿Es consciente de lo que está diciendo? A esos cientos, miles, de “cosas” que ve, percibe, conoce, interactúa con ellas, les llama Naturaleza… una! Es decir, comprende, o por lo menos acepta, que a todo eso, ese conjunto de cosas, se le conozca como la naturaleza.
¡Pues la Conciencia viene a ser algo parecido. Solo que no abarca solo una parte… la naturaleza, los océanos, la tierra, la humanidad! ¡¡Lo es Todo!!
No le cojo el punto…
Ya lo veo, pero observe… Usted, que reconoce que la multiplicidad de cosas “naturales” es la ¡naturaleza! una sola, le cuesta reconocer, admitir, que el resto de cosas, incluido usted mismo, todos ustedes mismos, también son una sola cosa. ¡Son la Conciencia!
Y ésta, se manifiesta en esa multiplicidad de cosas que ustedes identifican con lo que creen ver, con lo que creen que son, con lo que creen que todo es.
Y es de este “olvido”, confusión, error, que parte su realidad.
Bueno, si lo que dice es cierto, que todo es, somos, esa conciencia, no parece que su “conciencia” sirva para mucho… No habría más que ver cómo está el mundo. Algo caótico…, y cada vez más. Cada vez más incomprensible. Como los pueblos, las gentes, la humanidad en su conjunto… Venimos de algo que, más o menos, identificamos como nuestro, nosotros, el ayer conocido, vivido, pero si miramos al mañana, incluso el hoy mismo, creo que no entendemos nada.
¡Aunque parezca que estamos en la modernidad… a ninguna parte!
Por ahí va la cosa… Ustedes no son “eso” que creen. Lo mismo que cuando sueñan que vuelan, ¡vuelan!, en el sueño. Pero es al despertar, y solo entonces, que se dan cuenta de la realidad.
Entiendo que quiere indicarnos algo… Y algo relevante, sin duda, pero, ¿sirve para algo?
¿Sirve para algo despertar del sueño, por placentero o trágico que éste sea? Cuando despierte, quien ya lo ha hecho, descubre otra cosa.
Qué él y la Conciencia son lo mismo. ¡Una sola cosa!
El Océano y la gota son solo y exclusivamente agua.
Cuando la gota desaparece (despierta), aparece el Océano.

Puede que le cueste aceptarlo con tanta sencillez…

domingo, 3 de noviembre de 2019

No sé qué título ponerle a esto... ¡o sí!





(Tal vez ninguno sea lo mejor)

Habiendo leído en la prensa hace unos días un artículo sobre cierto ruiseñor… (no, no me refiero al ruiseñor de Avignon, Mireille Mathieu), éste era poco melodioso… Más bien sus expresiones cantoras se equiparaban mejor con el graznido de los «cuervos». Además, cantaba fuera de lugar. En su pueblo, su tierra, no eran canciones del lugar, no eran canciones apreciadas... Podría decirse que de cada mil habitantes, solo dos o tres las valoraban.

¿Y?...
Amenizaba a sus vecinos con amplia variedad... Una de sus preferidas, entre otros himnos militares, G. Civil, etc., era: "El novio de la muerte."
¿Y?...
¡Pues que tanto la amaba... y tanto la llamó, que un buen día ésta, llegó!
¿Y?...
¡Dejó de cantar!
¿Volvió la normalidad al pueblo?...
¿Sí, pues también el resto de la bandada emigró al norte... de Europa!