Alejandra Römer. |
¡Bienvenido el otoño! El de las 4 estaciones, general para todos. Y el personal e intransferible cronológico de cada quien… Al que le haya llegado.
Cada uno, cada etapa, con sus circunstancias. Si las aceptas, si te adaptas a ellas, la vida fluirá con relativa calma…
“Hay un Orden y un ordencito”. Decía un amigo años ha. A según quien le comentaba que en su vida había problemas…
Y a otros, por causas parecidas y simplificando las respuestas, les argumentaba: “Tú vas en piragua. Yo en yate”.
He de señalar que mi amigo, un bendito de Dios, sabía de qué hablaba.
Si vives en concordancia con el “Orden”, trataba de señalar, es como si fueses en yate. Sinónimo de viajar tranquilo, sin esfuerzo, sin mayores preocupaciones… ¡Hay quien se encarga de, casi, todo!
¡La vida es otra historia! A diferencia de viajar en piragua.
El “ordencito” personal. El que tú mismo de alguna manera construyes… Y luego te lamentas de tener que ir remando de aquí para allá. Expuesto a las corrientes… de la vida. Sin meta establecida, o por lo menos sin atisbarla con claridad...