Esconder la cabeza debajo del ala no parece lo más edificante para comprender, hacer frente de manera razonable, a lo que quiera que la vida disponga!
¿Con qué te encuentras al despertar por la mañana? ¡Con lo que quiera que sea tendrás que bregar durante el día!
Bregar no es necesariamente un sacrificio, una molestia intolerable, una desgracia…
¡Es! Principalmente una realidad que ha surgido en tu vida. ¿Y cuántas llevas ya? ¿No eres tú mismo hoy el resultado de tantas y tantas realidades llegadas?
Unas buenas, otras no tanto. Unas deseables, otras, “mejor no, gracias”. Todas ellas golpes de cincel del maestro constructor, la vida, sobre la piedra de granito que eres.
Al final, ¡obra de arte!
Pero llegar a ello, ¡destino ineludible por más que lo niegues o te resistas, supone despertar a realidades que, puede, hoy no te habiten, todavía.
No se trata de ser noria movida por mula con ojos vendados para no ver/marearse con tanta vuelta sobre sí misma sin avanzar un solo paso… Pero con la ilusión de lo contrario.
La mula, la noria y los cangilones que giran y giran en vueltas sin fin no son lo fundamental en tu vida. Aunque confundas el conjunto con un carrusel de feria.
Lo real en la vida. Lo real en ti es el agua viva que, una vez extraída, despertada, vivifique todo tu ser.
Hasta ese momento, figurita de tiovivo girando sobre sí misma.