sábado, 26 de junio de 2021

...yo me lo guiso...

 




Dice Julio David en su comentario de hoy en mi blog que: “Hay gente que se organiza para bailar, y otra para asesinar. Me abruma la bipolaridad/locura humana.”

Dejando al margen la palabra “maldita”, y no porque esté ausente en el comportamiento humano, me quedo con la segunda parte: “bipolaridad/locura humana.”

Si bien en este caso, dicha bipolaridad, la resalto en estas dos vertientes… tan humanas ellas:

.- La capacidad del ser humano para engañar/liársela al otro.

.- La capacidad del ser humano para dejarse engañar/ser-liado.

Y entre esta “cara-dura” del primer caso y la “cruz-sufrimiento” del segundo, transcurre buena parte de la experiencia humana.

Cierto que hay otras mil aptitudes/actitudes en el género humano. ¡Solo faltaría! Pero esa dos señaladas campan a sus anchas entre el “respetable”.

Hay un pez que se mueve en los fondos marinos, grande, feo y con una boca inmensa. No suele nadar en pos del alimento… Al contrario. Se queda quieto, camuflado en el entorno. A la espera del “incauto”. Tiene un apéndice en la parte frontal que suele agitar cuando está de caza. En su extremo acaba en una forma que imita a un gusano… Cuando un pez se acerca con la intención de “conseguir comerse el señuelo”, el “captador" abre su descomunal boca y se lo traga.

¿Os recuerda esto las captaciones bancarias/timo? Que arruinaron a tantos…

¿Las clínicas dentales de franquicia que, primero te cobran el tratamiento completo, previo crédito bancario, antes de que abras la boca… Y después ya veremos cuando cerramos la barraca y desaparecemos?

Lo último que pulula en productos confusos, si bien puede que mi ignorancia me haga percibirlos así, es la moneda virtual «Bitcoin»

Comentario de expertos: Esto significa que Bitcoin depende de que los individuos aprecien su valor negociándola y pagando con ella, para que su valor pueda seguir aumentando con la demanda del mercado.

Dicho de otro modo: “Yo me lo guiso, yo me lo como”.

No hay nada sustancial, tangible, mostrador o puerta oficial que garantice el valor “intangible” de este producto.

Productos de mercado” intangibles como estos, los hay a cientos, miles… Para que los “humanos para engañar/liársela al otro” ganen. A cuenta de los “humanos para dejarse engañar/ser-liado" pierdan.

Aquí, en este amanecer, solo se oye el canto del colirrojo tizón que, desde luego, no cotiza en mercado alguno.

miércoles, 23 de junio de 2021

El apacible canto...


El apacible canto del petirrojo posado en el roble sobre la corriente del río ha sido sustituido por el alegre y vivo baile de la derecha. (La derecha de la pantalla...)

domingo, 20 de junio de 2021

El pajarito amarillo...

 


Habiendo publicado esta mañana un texto, un título y el pajarito en cuestión, suprimo los dos primeros, y dejo al "cantor mudo" porque puede que tenga su gracia... 

"Gracia" que no he encontrado en algunos blogs de los varios a los que he accedido. Y que por posible analogía con mi texto, de probable poca gracia también, he retirado.

Queda pues en suspenso posible disertación sobre cualquier cosa... Que no voy a negar que, últimamente, algunos escribimos con una ligereza que empieza a rozar lo "simple". 

¡Simple. No simpleza! Pues la sencillez con la que muchos nos expresamos, en ocasiones, bienvenida sea, no debe confundirse con ésta.

Sí, realmente me quedo más conforme con estas pocas palabras, sencillas, que no con el  "elaborado" tema anterior.

Abrazos y feliz domingo!

sábado, 12 de junio de 2021

...las hojas que cayeron...

 


En mi desplazamiento esta tarde entre el País Vasco y Castilla La Vieja, y recorriendo carreteras llamadas secundarias, cuando mucha de la esencia de los viajes del ayer se hacían por ellas. Pueblos, grandes y pequeños, aldeas entrañables. Campos de Castilla. Soledades. Soria… A. Machado.

Caminos verdes. Ermita en lo alto de la colina, la fuente se ha secado, las azucenas están marchitas… desde que tú te fuiste.

Al pasar por un viejo puente de piedra, de piedras milenarias, a la entrada de una conocida ciudad, detuve el coche y sentándome en el murete de piedra observe como la corriente del río fluía serena bajo mis pies.

En los campos de siempre la siembra de trigo empezaba a dorar las espigas… Entre medias algunas amapolas teñían de rojo lo natural.

Volviendo la vista al río vi como de un cercano nogal se desprendían algunas hojas que cayeron sobre el agua… Y las vi alejarse en entretenida conversación con la corriente.

Y me vino el pensamiento de si será así el proceso que como humanos iniciamos cuando nos ausentamos de este mundo, cuando también la vida se desprende de nosotros… Así de sencillo. Así de natural. Sobre la corriente del momento en dirección al Océano.

viernes, 11 de junio de 2021

 ¡No hay imágenes. No sabría que poner!


Los sucesos de Canarias, el desenlace de las dos pequeñas, ya en vías de aclarar qué fue lo que sucedió, terrible sin duda, no debería dar pie a “condenas emocionales” por parte del “público en masa”…

Lo sucedido, lo que quiera que sea que sucedió realmente, Olivia ya ha aparecido, hay que enmarcarlo en su contexto real. Y este es, parece ser, la muerte de las hijas por parte del padre. Y…, se supone, que también la de éste…

¿Quién ha hecho realmente esto? ¿Un monstruo, un asesino depravado, un enemigo social, un deshecho de la humanidad?…

¿O simplemente, dentro de la innegable dureza de la tragedia, la acción de una persona que perdió el juicio totalmente. La razón de pensar, sentir, actuar como un ser humano “normal”?

Y dentro de esa pérdida de la realidad, actuó desde lo más básico del ser humano. El sentimiento puro, sin procesar, sin barreras sociales, ética o humanidad. La reacción animal del “animal” que el ser humano es.

Ser conscientes de los hechos, reconocer el dolor provocado, principalmente a la madre y familia, también socialmente, no supone, no debería, provocar en cada uno de nosotros el grito de la “jauría humana”. Los instintos más bajos, emocionales y primarios de la gente que, no teniendo nada mejor que hacer, suelen oírse en las puertas de los juzgados y comisarias cuando el delincuente hace el paseillo…

¡Asesiiiinooooo!

¡Gritan desaforados! Después terminan de hacer la compra en el supermercado, que es para lo que salieron de casa…

Recuerdo el caso de dos adolescentes, chicas, que acabaron con la vida de otra compañera. ¡Tragedia sin duda! Cuando las llevaban al juzgado, la jauría sin cabeza y sin más sentido que sus propias miserias, aullaron a viva voz.

Fue tal la imagen deleznable vista en las noticias que hasta María Teresa Campos en su programa televisivo reprodujo las imágenes y denunció la falta de humanidad de las gente allí concentrada.

domingo, 6 de junio de 2021

ándele ándele...

 

C-ándele-ro.

Una mañana cualquiera, simple naturalidad. Un cielo azul con algunas nubes grandes y blancas, sol, que a diferencia de lo que se ve en las noticias en otras partes del país, ni lluvia ni granizo ni viento ni nada que altere la tranquilidad del día…

Seguro que el río de la vida del valle fluye sereno entre campos de fina yerba punteados de margaritas. El ganado de los caseríos que recorre, pacen apaciblemente.

Cantaba Nino Bravo que “...cuando Dios hizo el Edén pensó en América”… ¿Seguro?… ¿No lo crearía por estos lares llenos de belleza, luz, naturalidad, “saber” vivir y buen vino? (Disculpad la pequeña broma al hilo del desenfado con que encaramos el día.)

En las proximidades desde donde escribo, la mesa camilla del salón-cocina, mi esposa está haciendo un pastel de limón. Las limitaciones de la pandemia, la han convertido en una experta repostera. Cada día hace uno o dos de diferentes sabores, texturas, ingredientes, que posteriormente se sirven en el restaurante de nuestra hija.

Y nuestra nieta mayor, 17 años, desayunando a mi lado. Que ha dormido esta noche aquí… Y la anterior… Y la de hoy/mañanapasado…, se pondrá a estudiar en su habitación. Examen de inglés mañana.

El que escribe…, ¡escribe!

Y la vida continúa a su ritmo natural. Libre de luces y colores ficticios, mohines y gestos agrios, dimes y diretes, creados muchas veces por la propia dinámica de la llamada modernidad… para mantenerse en candelero!

Candelero: Utensilio para sujetar y mantener derecha una vela o candela que consiste en un cilindro pequeño hueco, donde se coloca la vela, unido a un pie.

jueves, 3 de junio de 2021

...haremos unas risas!

 

Si bien con barba y pelo, afirmo que el de la fotografía no soy yo!!

En la tierra donde habito hoy, desde por lo menos 1974, en lo que sería una frase coloquial en Soria, Cuenca, León, La Alcarria o la costa gaditana, “nos reímos” o “nos reiremos”, aquí, ocasionalmente, se tiende a traducir del euskera al castellano, “hicimos, o haremos, unas risas”.

En el texto de hoy la frase es “haremos unas risas”.

Viene esto a cuento, y solo por abrir la boca, y solo porque de algo hay que sonreír hoy (razones para otras mil sonrisas hailas también), porque estoy escribiendo con un solo dedo de la mano derecha… La izquierda está vendada tras la operación de ayer para liberar algún nervio que alteraba algún dedo.

(Las risas han empezado… Responsable el "un solo dedo". La pantalla del ordenador se ha girado, aparece de lado, tienes que mirarla con la cabeza torcida, y el cursor va a su bola… Si quieres que suba o baje, hay que llevarlo a dcha o izq, si a dcha o izq, tienes que bajarlo o subirlo. ¡Un circo!)

¿Quién dijo que en la vida no abundaban motivos para la risa?

─¡Ya! ¿Y a esto le llama “hacer risas”?

─¡No exactamente! No esperaba hacerlas con esto…

─¿Entonces el título?

─Las “risas” vendrán cuando sea la mano dcha la que esté inmovilizada. (Operación pendiente tras la recuperación de la izq).

Y si bien el título de “El manco de Lepanto” ya lo ostenta Miguel de Cervantes, no quisiera parecer, haciendo malabarismos con la izq, el “manco del espanto”.

Aquí adivinad, sino carcajadas, una amplia sonrisa!