¡Tócala otra vez, Sam!

¡Siempre nos quedará París!

En ocasiones hemos visto en las noticias como debido a la sequía del sur, la cosecha de aceitunas está siendo de menos cantidad y de menor tamaño las olivas.

No hay riego… que alimente la cosecha, el resultado es cosecha empobrecida. ¡Habas contadas!

¿Está nuestro pequeño espacio de blogs amigos regado adecuadamente…, o adolece de falta de, cómo decir, dedicación, tiempo, temas de interés…, etc.?

Muchos de los que por aquí andamos nos conocemos de hace años, y puede que muchos años.

¿Que edades, e intereses, literarios entre otros, teníamos entonces? ¿Qué a día de hoy? ¿Hemos ganado en el tiempo, o la dedicación y creatividad se adormece?

Tampoco hay, tenemos, el ramillete de lectores de antaño. Ni lo soy en otros blogs, ni están en el mío. Otros valores, de quien escribe o lee. Otros tiempos, otros espacios donde dedicar el tiempo disponible, etc. Hace, a mi modo de ver, que “esto”, más allá de algún entusiasta empedernido, que haberlos haylos, empiece a ser otra historia.

Dicho todo lo anterior, no pretendo restar valor a quienes por aquí compartimos hoy espacio, tiempo y entusiasmo. Al contrario, en el fondo, creo, siento ahora, es más bien un reconocimiento a aquellos de antaño que seguimos estando.

─Bueno bueno, no se queje. ¡Siempre le quedarán las redes sociales…!

─¡ Y a otros París! … ¡Tócala otra vez, Sam!

... otro... otro...

 

El otro día leía en algún blog que alguien hacía referencia a los recuerdos de un ayer lejano, de cuando niño, su juventud. Aquellos años. Que, ciertamente, no son los actuales.

Me llamó la atención el hecho de que esa persona centraba sus recuerdos en lo que pudiera denominarse un “tramo”. Un “tramo” en el tiempo, un “tramo” en su vida… Algo concreto para ella. Aquí empieza, aquí termina.

Tramo. Dejas de estudiar y te pones a trabajar. Te casas, llega el primer hijo, otros. Estabilidad familiar, laboral, etc. (Queda claro que hablo de aquellos tiempos… Hoy los “tramos” no están tan delimitados). Entras en la madurez… Te hacen abuelo. Te jubilas… ¡La vida continúa!

¿Tramo a tramo?… ¿O todo fue un instante tras otro? Y lo que denominas “tramo” no es más que la recolección que haces de un ramillete de instantes que, con el paso del tiempo, denominas recuerdos.

Pudiera ser que toda tu vida no hubiese sido, ¡es!, más que la sucesión de un instante… otro… otro…

Y también que todas tus pre-ocupaciones y hasta tus miedos, cupieran sólo en este instante.

En este instante, y en el siguiente y en el otro, en esta natural pero desapacible mañana invernal, está lloviendo con intensidad, hace algo de viento, y bastante frío.

Calidez...

 

Lo que tiene abrir el ordenador sólo por las mañanas, hasta el mediodía, es que los excelentes temas que te vienen a la mente durante el resto del día, ya no los recuerdas. O no les das la relevancia del momento. Y por ello, pasmado ante la pantalla a ver qué pasa…

─¡Hombre! Con lo fértil que tiene usted la imaginación…. Algo se le ocurrirá!

─Bueno, temas temas hay… Lo que sucede es que no todos son adecuados para este espacio de blogs.

─Escribir es libre. ¡Hágalo a su gusto!

─No crea que es tan simple. Tener en cuenta a quien está al otro lado de la pantalla, en su blog, conocerles a todos desde hace años, saber quiénes son, cómo escriben, piensan, reaccionan…

No es difícil expresarse, compartir, jugar. Pero hay que tener en cuenta el contexto, al otro, una cierta calidad en lo que se escribe, cierta calidez en la expresión…

De momento me preparo otra taza de té y me dispongo a leeros. Nos vemos en un momento! Chao.

Mejor no meneallo, Sancho...

 

Frase de Don Quijote a Sancho.

Ya que había abierto el ordenador por la tarde, cosa inusual en mí desde siempre, y sin tener nada sustancial de que hablar, surgió la idea, descabellada por supuesto, de hacer una ligera mención política… Ya que la política, responsable y bien entendida, está hoy en plena efervescencia!

─¿Efervescencia dice usted?… ¿No hay cómo un cierto galimatías?

─¡Yo no lo veo! Veo más bien las opciones políticas más consecuentes con el país trabajar por la consecución de ese punto y seguido que España necesita. Léase la continuidad del Gobierno y sus políticas sociales, económicas, educativas, sanitarias. Pensiones aceptables, sueldos equilibrados. Diálogo social, laboral. Paz y respeto entre las distintas Comunidades. Un poder judicial al servicio de la Justicia para todos y para todo, etc., etc.

Llegado a este punto, la prudencia, el sentido común y el respeto por todas las ideas y opciones políticas me indica que pare…

¡Hecho!

...la sombrilla!

 

Una preciosa y natural mañana de lluvia, viento y frío.

Lo que la vida puede pedirnos hoy, entre otras mil cosas, es que si salimos a la calle lo hagamos con paraguas. No hacerlo, aparte de ser un sin sentido, puede suponer que acabemos empapados…

¡Paraguas! ¡Uno! Tamaño normal. Para una o dos personas.

Lo que no sería “natural” es que en un arrebato de “amor al prójimo” saliésemos con una descomunal sombrilla de terraza de bar… Tratando de dar cobijo a quienes, por la causa personal que sea, transitan sin paraguas bajo la lluvia.

Si bien lo que voy a decir no es exactamente la realidad, sí que puede servir para hacerse una idea.

─¡Hay dos mundos! ¡El suyo, que solo a usted atañe! ¡Y el “otro”! ¡¡El de los “demás”!!

─¡Ojo! La cita es para cada individuo. Y por ello cada persona tiene/vive su propio mundo... Y a la vez percibe el de "los demás". ¡Y ahí, en el de "los demás", le sitúan a usted! Es decir cada quien tiene “su propio mundo” con el que lidiar, para bien o para mejor.

─Vino al mundo solo. Y se irá solo. Vino con una hoja en blanco, en la que ir escribiendo el programa de vida que se había “marcado”… Para su propia evolución espiritual. Y, tal vez, se vaya de aquí con esa hoja emborronada de lo que debió hacer… ¡y no hizo! Y puede que también con pinceladas de lo que no debió hacer… ¡y acabó haciendo!

─Waaaooooo…. ¡Pues anda que no pinta la vida complicada!

─Entiendo que puede que se lo parezca… Pero en sí es sencillo, a mi modo de ver, claro.

─¡Cuando llueva en el mundo, en el suyo, y por extensión en el de “los demás” (por llover hay que entender las vicisitudes de cada quien), abra “su” paraguas. ¡Céntrese en su vida!

─¡No se disperse, sombrilla en mano, tratando de proteger al “prójimo”.

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¡¡La solidaridad y la ayuda bien entendida se sobrentiende en este escrito!!