domingo, 30 de abril de 2017

Jaula de grillos...

¿Hace el móvil "perder" los papeles de la vida?...

Jaula de grillos... es lo que muchos tienen por cabeza!… Y otros les ayudan a sostener!!

No cabría decir que es la cordura la que impera en este mundo, humanidad, sociedad, pueblo, calle, rellano de escalera o familia.

Ésta no la encontrarás, en abundancia, en la economía, la enseñanza, los sistemas de salud, las iglesias, la política, el gobierno de turno o el G-20, por señalar algunos de los estamentos que deberían ostentarla.

¿Qué sucede pues?

Una de las claves de esto, y no precisamente la más rebuscada, pero sí muy elocuente, me la daba un matrimonio amigo que regresaban de visitar una gran superficie comercial. No habían comprado nada en esa ocasión. Pareciera que la cosa iba de andar…

Cuando nos cruzamos en la calle y nos saludamos él sacó un móvil (celular) de avanzada generación. En vez de propiciar el diálogo, cosa habitual en otras ocasiones, se puso a trastear en el aparato. Que según parecía le iba dando datos:

-cuántos kilómetros habían recorrido.
-en qué tiempo.
-cuántos pasos había dado.
-cuántas pulsaciones había tenido…
-si se habría cansado o no...
-si había sudado o no en función del día y la hora…, la marca de las zapatillas...
Y otras características que ni recuerdo ni quise memorizar entonces.

¿Es esto natural?

He de señalar que estos amigos siempre se comportaron, y esto no significa que no vayan a seguir haciéndolo, con cordura y sencillez en su quehacer diario. La cosa no estaba tanto en lo curioso del aparato y sus multifunciones como en el interés que despertaba en ellos.

¿Es esto lo “interesante” de la vida?

Parece pueril el tema, e incluso que yo me haga eco del mismo… Y sin embargo pienso que esa misma puerilidad, simpleza, es la que refleja mejor que cualquier disertación profunda el sentido que va cogiendo la vida para muchos.

Y por terminar este artículo, diré que no descarto que tenga la misma puerilidad que trato de señalar en esta gris, fría, lluviosa mañana de domingo, que al estar bajo techo no me afecta en absoluto. Diría más, vivo una entrañable imagen de hogar familiar de antes al tener junto a mí a mi esposa, en silencio y entretenida, cosiendo algo de la casa de nuestra hija. 

Y es que la vida es tan simple... como dar de comer a los gorriones que llegan a nuestra terraza hoy, unas galletas troceadas.

La lluvia y el viento parecen amainar... ¡El canto de los grillos no!

sábado, 22 de abril de 2017

...ayer pronuncié tu nombre!


Por primera vez en tantos años…

Paseando por la Avenida de los Olmos, el murmullo del viento en las hojas trajo a mi memoria las tardes aquellas, que ya no me permito recordar, en las eras castellanas, las orillas del río Tormes y la trasera de la pequeña iglesia al anochecer, donde nos abrazábamos y con los dulces besos de tu boca y tu mano en mi mejilla nos dejábamos marchar el uno al otro…

¿Recuerdas amor?… ¿La umbría junto al pequeño riachuelo bordeado de meruéndanos donde pasábamos las horas al arrullo de la canción del verano que el agua cantaba en su devenir?…

¿Recuerdas amor?… ¿Las tardes de domingo en la plaza del pueblo girando y girando al son de la orquesta… separados, cada uno con su pareja?...

¿Recuerdas amor?… ¿Las miradas furtivas que nos dedicábamos al pasar uno junto al otro entre los puestos de la plaza del mercado… Cada uno con su cesta, su compra, su vida?…

¿Recuerdas amor?… La mañana en que partió aquel tren… que te alejó de mí...

Nunca nunca olvidaré aquel beso aquel adiós,
nunca nunca olvidaré... tu amor.
Siempre siempre llevaré junto a mi corazón,
siempre siempre llevaré... tu calor.
Nunca nunca olvidaré aquel beso aquella flor,
nunca nunca olvidaré... tu sabor.
En mi alma llevaré la huella del dolor…
en mi alma lloraré por tu adiós.
Nunca nunca olvidaré el pitido de aquel tren…
que alejó 500 millas a mi amor...

(La canción no es la original... evidentemente)

jueves, 13 de abril de 2017

¡In-madurez!


Entré en el bar a dejar el vaso de la consumición que había tomado fuera, en la calle, al sol. Mientras esperaba que me cobrasen volví la cabeza a mi derecha y vi como una niña a mi lado sentada en el alto taburete me miraba con curiosidad. Puede que tuviese unos 6 años. Sus grandes ojos reflejaban la serenidad que la albergaba… Sus padres, a su lado y de espaldas, mantenían una conversación con otros adultos. Ella estaba sola.

Al mirarla inició una imperceptible sonrisa… Le guiñe un ojo sonriéndola, cómplice con el momento, y estalló en una carcajada mientras iniciaba un giro de su cabeza hacia el otro lado… Yo también me volví hacia el mío. Y ahí quedó sellado el encuentro para el resto de nuestras vidas.

Y es que ¡es tan simple la vida! ¡Tan sencilla! ¡Tan natural!

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─Entonces ¿a qué viene eso de la inmadurez?
─¡Es sencillo! Es/fueron tan naturales y espontáneos los gestos de ambos en aquel momento que no pude menos que pensar en la "inmadurez" de los adultos y nuestras "terribles" limitaciones...
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sábado, 8 de abril de 2017

...más allá del recuerdo.

...más allá del recuerdo... ¿son?

No podría negarse que algo se mueve en el mundo… Un sonido sostenido que emerge en el valle, principalmente en las primeras horas del día cuando la aurora no ha hecho acto de presencia todavía, advierte de los cambios que se avecinan… ¿Qué es ello? ¡Un misterio!

Cientos de sonidos entre cantos de pájaros, el fluir del río de la vida, el murmullo de la brisa entre ramas y hojas de los árboles anuncian algo… ¿Qué será?

No hace tanto era el silencio, roto por el canto otoñal del mirlo y el colirrojo, el que se extendía por páramos y praderas, senderos, cauces y montañas. Más tarde el ulular del «cierzo», «la tramontana» y los «alisios», barrieron campos y aldeas, ciudades enteras... Antes de que el manto blanco de Diciembre cubriese y silenciase la tierra.

Las doce campanadas de final de año anunciaban… ¿anunciaban algo?… ¡El final de «nada» seguro! Pues a un cierto nivel de realidad, conciencia, despertar, nada finaliza pues nada comenzó!

Bueno… no sé si le entiendo algo… ¿qué quiere decir con eso de que nada termina o empieza, es una adivinanza, un juego?… Además, ¿no habla de algo misterioso que parece llegar?
No no, nada de juegos o adivinanzas. Ya hay bastantes de ambas cosas!
¿Entonces?…
Lo que usted percibe como empiece o final de algo no es real. Es sólo apariencia.
¡Hombre!, ¿sólo apariencia?… Yo veo terminar el día al atardecer y empezar de nuevo por la mañana, los meses, el año, las estaciones. La pleamar, la bajamar…, las rebajas de Enero… ¡La vida! He visto llegar y marchar, nacer y morir, estar y ya no estar… ¡Todo esto no son apariencias!
¡Qué sino! Todo lo que señala es sólo lo que usted percibe, no lo que realmente «sucede». La tarde que «muere» o el día que «nace» eran, entre otras, expresiones del poeta Machado. Bellas y sentidas palabras que trataban de reflejar lo que éste veía y sentía en «su» Soria de Leonor… Pero ello no impedía que la Soria de aquellos tiempos no fuese la tierra maldita de los «Alvargonzález». O la bendita de los «pequeños huertecillos» y «humildes abejares».

En la desesperanza y en la melancolía
de tu recuerdo, Soria, mi corazón se abreva.

Tierra de alma, toda, hacia la tierra mía,
por los floridos valles, mi corazón te lleva.

domingo, 2 de abril de 2017

La cosecha...


RECOGERÁS LO QUE SIEMBRES.
Una espléndida mañana entre sol, nubes y lluvia me esperaba esta mañana al levantarme. Los magnolios, la palmera, los mirlos y los petirrojos me han dado sus buenos días compartiéndola conmigo. El río del valle fluye con algo más de intensidad por la lluvias caídas. Y los gusanos de seda han empezado a salir de sus diminutos huevos. En una simple cabeza de alfiler pequeño caben tres. Saldré esta tarde a buscar hojas de morera para alimentarles.

De regreso del viaje emprendido hace una semana veo que casi nada ha cambiado… ¡Buen síntoma!

En este momento la lluvia arrecia con fuerza. ¡Primavera!, dicen.

No cabría lamentarse de este tiempo. Primero porque ¡no hay otro! Y segundo porque es un excelente riego para los campos sembrados. ¿Cómo podría recogerse la cosecha de algo no sembrado o si sí, no regado?

Bueno, difícil no parece…
¿Quiere decir que se puede recoger cosecha de semillas que no han sido plantadas previamente?
No, tampoco es eso… Los «milagros» hace ya tiempo que perdieron su «relevancia». Me refiero a que hay quienes esperan que algunas cosas les caigan del cielo.
¿Y usted ve que alguna baje?…
Pues la verdad es que no pero, como les veo insistir sin “dar un palo al agua”…
No se preocupe por ellos, muchos hemos pasado por esa «aula» de la vida…, y aprendido. O en ello estamos. Dicen que Dios aprieta pero no ahoga…
Sí, tal vez tenga razón. Y luego está lo otro, ¡la cizaña!
¡Ah!, esa es ya otra historia mire… Ahí sí que les verá sembrarla sin esfuerzo y con profusión. Si por cizaña entendemos toda esa “basurilla” superflua, insustancial, sin sentido, hueca, con que algunos, muchos, conforman sus vidas. ¡Pero no cabría echárselo en cara ¡La vida se encarga de todo! ¡Usted ocúpese, exclusivamente, de la suya!