domingo, 29 de septiembre de 2019

Sobrevivir...



Este extraordinario poema es obra de Juan L. Trujillo, del blog  http://juanltrujillo.blogspot.com/ , personaje conocido para muchos en este mundo de blogs.

Que hoy me haga eco en el mío, se debe a dos factores. El primero, su temática. Me ha impresionado. El segundo, que cuento con su aprobación para ello. Gracias Juan.

Sobrevivir.

Lo difícil es, saber vivir todos los días.
Llega un momento, en el que se deja de ser,
aquel que reverdecía con brotes de esperanza
para ser la ceniza que sobra del sarmiento.

Me obsesiono con aquello que perdí
y termino por ser esa tristeza que queda
entre el llanto y la palabra.

Empiezo a ser el perpetuo fracaso,
el héroe anónimo que nunca ganó nada,
aquél que no supo leer las profecías.

Viviendo entre dos siglos,
sigo sin saber,
de que plata están hechas las estrellas,
cuantas luces caben
en la bella conjunción de una gota de lluvia,
donde va a parar la gasa de la espuma.

Y lo que es peor, nadie me explica,
por qué rendijas del pasado,
por qué oscuros sumideros,
se perdieron, aquellos sueños
que le dieron color a mi existencia.”

Y éstas mis apalabras que empezaron como comentario para su blog y, ha terminado todo en el mío.

Buen día Juan.

Si bien poema, que no siempre, casi nunca, tiene que ver la temática con el autor, en esta ocasión, y valorando tu poesía, llama mi atención el tema…

¡Sobrevivir!

He de reconocer que no me hallo en esa tesitura…, pero sí que un cierto eco de terceros puede que intente llegar desde la lejanía. ¡No creo que me encuentre! ¡No creo, no quiero, que ello suceda nunca!

Me conozco, me conozco bien. La edad, el tiempo vivido, el que vivo hoy (y aquí no hay más que el “hoy”), no abarca esa idea de “dejar de ser”.

El de la primera comunión en Ibiza, el que entró a trabajar como dependiente en El Corte Inglés, el que hizo la “mili” en el Pinar de Antequera, Valladolid (solo hice once días), se casó, tuvo hijos…. Se instaló en el País Vasco hace unos 47 años, abrió tiendas, se fueron cerrando. Vio amaneceres… ajenos, y puestas de sol, compartidas… ¡Aquél, éste, no dejará nunca de ser!

Pero he de reconocer, también, que hay un cierto sentido de “realidad” en tu exposición. Creativa, poética sin duda, y ello hace que no se sepa bien si hablas en primera persona, que no lo creo, o como el artista que eres en cuanto a creaciones, pintura, poesía, narrativa, etc.

Lo que sí creo, ¡sé!, es que el tema de hoy sí puede que refleje la “realidad” de algunos… ¿Muchos? ¡Tal vez!

-”...ceniza del sarmiento...”
-”...aquello que perdí, tristeza, llanto...”
-”...perpetuo fracaso, nunca ganó nada...”
-”...sigo sin saber...”
-”...nadie me explica… el color de mi existencia...”

martes, 24 de septiembre de 2019

¿Cuentos?

Están por todas partes... pero usted no los ve!

¿Puedo contar cuentos?
¡Claro, puede contar lo que guste, crea o sepa!
Pero el cuento en sí no refleja realidad…
Bueno, o sí! Puede usted contar cuentos, fábulas, leyendas, certezas, creencias, “me han dicho...”, “he leído...”, etc.
¡Puede usted contar de todo!
Las leyendas, por ejemplo, suelen tener un poso de realidad… Es decir, señalaron en su día realidades, incluso realidades con las que el ser humano interactuó, pero, el paso del tiempo hizo que éstas se fuesen olvidando… Y solo quedó el “cuento”, la leyenda, la fábula.
¿Puede darme un ejemplo?
Usted reconoce los llamados elementos de la naturaleza. La tierra, el agua, el viento, el fuego, etc. Los ve influenciar cada día a través de los medios de comunicación… Y a la vez cree usted, dadas las consecuencias últimas habidas, que es usted rehén de ellos. ¡Pero no es cierto… del todo!
En la antigüedad, esa a la que la memoria actual (la ignorancia) hace inaccesible, el ser humano, elemento de la naturaleza así mismo, interactuaba con ellos.
¿Con los elementos?
Con los elementos y con los ¡elementales!
¿Elementales?…
¡Elementales! Realidades que fueron, ¡son! Pero que hoy solo se las ve, se las acepta, como cuentos para niños, leyendas, etc. Y que están representadas por esas figuras denominadas gnomos, elfos, hadas, ninfas, ondinas, etc.
¿Me está tomando el pelo?
¡En absoluto! Me limito a denominar en su lenguaje, limitado y distorsionante, realidades con las que usted interactúa constantemente… y sin saberlo. Y lo que es peor… Sin utilizarlas a su servicio.
¡Son extremadamente serviciales y obedientes!
¡No sabe usted lo que se pierde!

sábado, 21 de septiembre de 2019

Aníbal Barca.

Miriam de Magdala.


Observo, desde el mirador del salón, como el viento de anoche ha arremolinado en gran cantidad las otoñales hojas desprendidas de los árboles. Veo también avanzar a una joven, con cierta limitación mental, y paso vacilante, precedida por su cuidadora… Quien respeta su paso, su ritmo, y quien va girando la cabeza hacia ella en intervalos que no superan los cinco o seis segundos. ¿Cabe mayor atención, mayor cuidado, mayor amor?

¿Fue un “desgracia” el nacimiento de esta joven afectada por esa circunstancia? ¡¡En absoluto!! El nacimiento de alguien no supone desgracia alguna. Igual que la partida de este mundo tampoco la supone.

En el primer caso, ¡la bienvenida! En el segundo, si fuésemos realmente conscientes de la realidad que ello encierra, la ¡simple despedida!, el respeto a su vida vivida y, si cabe, el agradecimiento por haberla podido compartir.

Ahora pasa por debajo de mí otra mujer mayor, en silla de ruedas, guiada por otra persona dedicada también a cuidarla…

Al otro lado de la calle, en la esquina, una mujer alta, de espaldas, en diálogo con un hombre que, ignoro qué le dice…, pero el gesto de ella de introducir sus dedos en el ensortijado pelo, parece indicar cierta incomodidad… Viste un pantalón azul, corto, por encima de sus rodillas que deja ver unas bien torneadas piernas. Calza unas zapatillas de verano de esas que se sujetan con cintas entrelazadas.

Y el recuerdo, en esta soleada mañana en el pueblo donde habito, hoy, vuela hacia una de las islas que fue, “ayer”, un remanso de naturalidad, aguas claras, limpias, apacible convivencia entre sus habitantes y, hogar de casi toda mi familia materna. ¡Eivissa! (Ibiza)

Las zapatillas de cintas entrelazadas me han recordado las piernas de mi madre cuando calzaba las “ibicencas”.

Mi abuela Catalina, quien vino de su isla de Formentera, solía comentar que en su niñez no conocían los burros ni los zapatos.

No pretendo señalar rancio abolengo al decir que Anibal Barca, el estadista cartaginés que cruzó los Alpes en elefantes, nacido en Ibosim (Ibiza) en el 247 a/C, según cuenta la leyenda, sea pariente mío… (aunque nunca se sabe…)

Ibosim fue fundada por los fenicios en el siglo VII antes de Cristo.

Y si siguiese “retrocediendo” en el tiempo, podría encontrarme con que, tal vez, fui la Miriam de Magdala (María Magdalena) que lavó los pies de Jesús y los secó con sus cabellos.

Pues para no querer señalar abolengo antiguo, ¡cuán largo me lo fiais, pardiez!
Es el día que viene así. No tiene mayor relevancia.
No acabo de ver parentesco alguno entre ambos… Más allá de esa barba común…
Sí, yo tampoco. Además me identifico mejor con la segunda opción… La de Miriam. Creo que en aquel tiempo, hoy desde luego no, hubiese podido ejercer esa función.

lunes, 16 de septiembre de 2019

...la actualidad!



Hoy es hoy, ayer fue ayer, y mañana… Dios dirá. Pues nadie que esté leyendo esto ahora tiene garantizado el verlo... jajajajajajajjaja… ¡¡No crucéis los dedos ni toquéis madera, no sirve para nada!!

Por un lado mis disculpas por traer este tema, ¡lagarto lagarto!, a un espacio de desenfado, encuentro y comunicación como es el de los blogs. El mío entre otros. Pero la responsabilidad no es enteramente mía…

No sé donde he leído esta frase que hoy viene a mi mente y dice: “...uno no se muere mientras alguien mencione tu nombre.”

Y caigo en la cuenta, con cierto desenfado, hoy la mañana viene así, que si tuviésemos que estar pendientes de las capacidades de terceros para "mantenernos" vivos jajajajajajaja…, apañados iríamos!

Como podéis apreciar, la mañana viene cargada de realismo, actualidad (hoy solo es hoy), y risas.

¡¡Risas!!... ¡Motivos para ellas hailas!

Pero, y sin pretender negar otras realidades, no siempre la actualidad informativa las promueve (las sonrisas). (Alguien dirá, y no sin cierta razón, que lo informativo sigue a la noticia. Y que ésta está motivada por los hechos previos. ¡Puede, no lo niego! ¡Pero… ¿es que lo informativo solo sirve para resaltar los problemas, las desgracias, las carencias, lo lúgubre…, el valle de lágrimas?

Y hablando del bíblico valle de lágrimas, una vez más, recuerdo como un caluroso mediodía del mes Agosto de hace bastantes años entré en la iglesia de Balmaseda (Bizkaia) por el frescor que esperaba… ¡Y le vi!

Una vez más, crucificado sobre un madero y en una pared en penumbra. Con cara compungida y sufriente, con los clavos, la corona de espinas, la sábana cubriendo parte de su cuerpo, con todo eso que quien encargó esa imagen pretendía provocar…

Y como por aquel tiempo, y son más 20 años, me relacionaba con Él, su esencia, lo que realmente Es, con mucha frecuencia y proximidad, le dije: “¿Es que esta gente (la iglesia desinformativa) solo sabe representarte de esta manera?…

Creí percibir cierta sonrisa de comprensión...


domingo, 8 de septiembre de 2019

Las precisas...

Aquí os serviré el chocolate o café con picatostes...

Teníamos unas tazas para el desayuno, corrientes, las hay en cualquier supermercado, de forma cilíndrica, cada una de un color, con un asa, la base y la boca del mismo tamaño… Difícil que se volcaran. Pero… al ir fregándolas, y golpeándose de vez en cuando, se iban descascarillando los bordes, las asas se rompían…

Un día nuestra hija nos regaló un juego de seis. Blancas, decoradas con unos vilanos y unas amapolas grises, sencillas también, de batalla, de bajo coste, y…

Con una base más pequeña que las otras y una boca más grande. ¡Mala combinación!, pensé. Con menos base pueden volcarse…

Tardé en utilizarlas! Solo cuando las primeras empezaron a faltar.

Ha pasado más de un año y no se ha volcado ninguna. Y no tienen el más mínimo descascarillado.

¡Apariencias!

Parecían una cosa, y han resultado ser otra!

¿Cuántas “apariencias”, personas, opiniones, cosas, situaciones, surgen en nuestras vidas, condicionándolas, para bien o para “mejor” (mal), y nos quedamos con ellas por falta de discernimiento?

¿Cuántas realidades perdidas porque las “apariencias” llegaron envueltas en colores, música, fina textura, modernidad…, “la vida es así”, etc.?

¿Cuántas capas de cebolla, y nunca mejor dicho en lo que tiene la cebolla de hacernos llorar (valle de lágrimas), habremos de quitar para encontrar ese núcleo adormecido que somos?

¿Cuántas vidas (cursos de aprendizaje) tendremos que repetir para despertar a la realidad?

Sí, a ver, diga ¿cuántas?. Usted que parece saber de casi todo…
¡Es sencillo! ¿Ha visto usted un campo lleno de margaritas? ¿Sí? ¿Las ha contado alguna vez? ¿No?
¡Pues claro que no! ¡Menuda tontería! ¡Para qué querría yo saber cuántas hay!
Bueno, hace un momento me estaba preguntando sobre el cuántas…
¡Claro, sobre el cuántas que estaba usted tratando! ¡Cuántas de aquí, cuántas de allá, cuántas de acullá! Pero margaritas… ¿Lo sabe usted?
¡Desde luego! ¡Las precisas! Ni una más ni una menos. Las cosas de la Vida, en su estado natural, siempre son las precisas.