miércoles, 23 de noviembre de 2022

¡Hasta el final de sus días!

 


Más que otoñal el día de hoy, de invierno. Lluvias, frío y, en ocasiones, vientos, nos hemos sumergido de pronto en la estación del turrón, la lotería nacional, las compras navideñas, por aquello de las ofertas anticipadas en toda clase de productos. Juguetes, tecnología, mariscos, etc.

Veo a los alumnos de diferentes colegios pasar temprano con sus mochilas por debajo de mi ventana. Paraguas si llueve y si no forrados con chaquetones, bufandas y gorros algunos. ¡No les envidio en absoluto!

¡Viva la niñez, adolescencia, juventud! ¡Cómo no! Mis nietas están ahí. 11 y 18 años.¡Ellas, no yo! Sus vidas. Su época. Su generación.

Yo estoy en ellas… Pero mi vida no es la suya. ¿Qué influyo? ¡Sin duda! ¿Que llevan mi impronta? ¡Hasta el final de sus días!

Amanece para todos. Pero puede que no todos estemos a la hora del ocaso… ¡Es la vida! Simple y natural. Quien no sepa, o no quiera verla así, o vive en una fantasía romántica/emocional o hace de ella un calvario de inmadurez.

Extraordinario texto de Enrique: https://etarragof.blogspot.com/2022/11/esa-extrana-y-querida-amiga.html#comment-form

– “Me empiezas a abrazar con trazos duros, gestos incomprensibles y mirada canosa, me haces ganar en respeto, pero me quitas dignidad, estilo y no sé qué más, sí, me estás poseyendo, amiga, me estás matando cada poco un poquito más, querida, sí, me estás apartando la vida, pero, a pesar de ello, te quiero nueva amiga, bienvenida, mi nueva gran querida amiga que te haces llamar vejez.

Eres dulce persuasiva y posesiva … me matas, pero lo haces dulcemente y por eso te adoro, nunca pensé que cuando llegaras te fuera a querer tanto.”

Su comentario a una amiga común:

Yo estoy encantado, creo que vivo la etapa más feliz de mi vida, donde la libertad y la razón campan a sus anchas en este espacio en el que vivo, tanto el endógeno como el exógeno, vivir es una maravilla que no siempre hemos sabido apreciarla, se hace más querida, curiosamente, cuando más cerca está de su final, pero aún y después de que eso pase, seguiré pensando en ella, en su belleza, esté donde esté.”

Estas palabras, de Enrique y a Eli, son la vida bien entendida. ¡Simple y natural! Y la mayoría de los comentarios van en esa misma línea. ¡La mayoría! No todos...

sábado, 12 de noviembre de 2022

Castilla la Vieja.


Un cielo azul espléndido, que suelo calificar como de Castilla, la Vieja para más señas, no en vano viví en ella en diferentes lugares, ilumina las casas de enfrente en la calle donde hoy resido.

Así empezaba este texto ayer, que por una causa u otra no pude terminar.

Pero fue un bonito día. Hoy, tal vez lleve el mismo camino que ayer. No tengo mucho más que decir…

Os dejo con la música de un ángel…

Sarah McLachlan – Angel. https://youtu.be/i1GmxMTwUgs


jueves, 3 de noviembre de 2022

...ella.

 


Tras pasar por un escaparate de tienda donde se exhibían cinco llamativas orquídeas, plantas que se distinguen por la complejidad de sus flores. Su belleza, su rareza. Su ausencia incluso, pues no parecen abundar en nuestro entorno, me dirigí a un pequeño parque en el centro del pueblo.

Una fuente centenaria, un crucero con motivos religiosos, robles de hojas ocres y amarillas, otoñales, hierba verde, el canto del petirrojo en la umbría… Y, de pronto me fijé en ella, una pequeña flor de diente de león. Una sola en todo el jardín. Amarilla, destacando en el verde de fondo.

Y surgió un pensamiento…

¿Distingue la Naturaleza, juzga, como hacemos los humanos, la complejidad, rareza o belleza de una flor, orquídea en este caso, en contraposición a la sencillez natural de una margarita, diente de león o amapola?

¡La respuesta es no!

Una sola Cosa, lo único que Es, la Naturaleza, no puede verse, distinguirse diferente de sí misma.

─Ya, pero la naturaleza se expresa en miles de formas distintas…

─¡Cierto… en parte! ¡Usted ve miles de apariencias! Y reacciona ante ellas. Me gusta, no me gusta. Lo quiero, no lo quiero. Y así casi hasta el infinito…

Podría decirse, hasta cierto punto, que usted deja de ser “usted” para convertirse en el resultado condicionado de sus “preferencias visuales”.

Si no existiese el ojo que todo lo clasifica, juzga, separa, cercena lo Real, Todo sería lo único que ES.

ES, es lo que muchos identificarían con Dios… Ese ente inalcanzable que está, del que pocos conocen su realidad, muchos lo consideran ajeno a ellos. Y, cuando truena, suelen acordarse de él.

No soy responsable de lo aquí expuesto… Es el resultado, en parte, de comprender, ser, que entre el TODO, lo único real, la flor diente león, Dios y yo, no hay diferencia alguna.