¿Eres el paraguas bajo el que te cobijas cuando llueve. Los zapatos que calzas? ¿El traje de los domingos, a diferencia del pijama que usas por las noches? ¿Eres la máscara con la que cubres tu rostro en carnaval?
¿Eres la máscara tras la que te identificas y ocultas día a día en tu vida?
¡Es claro que dirás que no! Pero no todos afirmarán lo mismo… Hay muchos que ya saben que si bien hollan desde siempre los caminos de Palestina (sinónimo del mundo tal cual lo percibimos), ¡no son!
Lo que tú creas de ti mismo, respetable, no es la razón de este escrito hoy. Sino el hecho de cómo se percibe a los demás… Cómo se reacciona ante ellos. A sus acciones, palabras, sentimientos, etc.
Cuando alguien hace algo que no gusta, se tiende a considerarlo como negativo, desfavorable, no apto para la convivencia y por ello repudiable. Cuando no reo de castigo. Otros pensarán de ti lo mismo. ¡Y así va el mundo!
En el eterno juego del pin pon. Pelota va pelota viene. Apariencia va apariencia viene de vuelta. Nacimiento, tránsito y partida. Y vuelta a empezar… Y así desde la noche de los tiempos.
En medio… Las interminables justificaciones, por llamarlo de alguna manera, que, individualmente o en conjunto, nos damos unos a otros para explicar qué hacemos aquí!
No es mi intención, líbreme Dios, desmontar el entramado que cada quien habrá construido de sí mismo y circunstancias para sobrevivir en este caminar… hacia sí mismo. Un sí mismo oculto tras capas y capas de creencias, algunas ignorancias, ideas, filosofías, religiones, etc.
¡Cuál cebollas! Y como ellas, cuando se va quitando capa tras capa, al final no hay nada especial. Solo TÚ. El gran desconocido durante esta travesía.
¡Cuando la gota que crees ser desaparece, aparece el Océano que ya eres!
No se trata de que no reacciones, humanamente hablando, con desagrado y señalamiento a quienes destacan por sus acciones no adecuadas. Claro que no. Sigue con tu rol, con tu papel en esta sociedad, mundo, etc. Hoy no podrías hacer otra cosa.
¡La clave hacia el despertar, el encuentro con uno mismo, es ser consciente de que hagas lo que hagas, lo que te afecte de los otros (en cierta manera tú mismo), sus máscaras, sus acciones, puede ¡¡no ser real!!
La sencillez de este detalle, consciencia más allá de las apariencias que te provoca el mundo, que no siempre es fácil de aplicar, es la semilla que, no pareciendo hoy casi nada, irá fructificando instante a instante.
¿Mis capas de cebolla? ¡Ayer interminables! ¡Hoy ya no llevo la cuenta! ¡La vida fluye a su ritmo!
Como muy bien señalas, y a mi entender, predomina en el ambiente una cultura de evasión, y con una imagen distorsionada, nos convencemos de que ya nos conocemos a nosotros mismos.
ResponderEliminarPero el camino hacia uno mismo, es un camino largo, es decir adiós, despedir etapas, prescindir de alforjas y de anclajes, y al mismo tiempo, es abrirse a estrenar vida, palabras, conductas...
Me ha gustado esta entrada en esta mañana de domingo.
Un abrazo Ernesto.
PD. Precioso el video y la música.La imagen me inspira un bonito quilt.
Hola Ernesto!
ResponderEliminarCreo que somos todo y cada una de las cosas que mencionas y también las que no...las que la gente no conoce de nosotros. Nadie es un libro abierto y menos un especialista de vida, absolutamente todos estamos aprendiendo a transitar el camino y a lo largo del mismo los escollos no son iguales para todos, como así tampoco las satisfacciones. La forma en que cada ser humano aprende( o no) es personal, no cuestionable, salvo que su conducta dañe a otros.
También están los que se esconden en infinitas capas de cebolla por distintos motivos( sacar provecho de algo o alguien, miedo, cobardía, falta de autoestima...etc) pero lejos estamos de erigirnos en jueces porque para ello tenemos la posibilidad de elegir a quienes deseamos en nuestro entorno, con quienes compartir la vida y los momentos que nos hacen felices.
Una entrada hermosa con una fotografía que me ha gustado muchísimo y un tema musical impecable. Precioso. Que tengas un domingo maravilloso. Besos
Nos vamos formando, añadiendo capas a esa cebolla de nuestra personalidad, a medida que vamos haciendo años, de trabajo, de amistades, de conocimientos, de lecturas de... Hasta que un buen día alguien te da un meneo y te desmonta parte o todo eso que has ido acumulando, creyendo que son verdades inapelables y a lo mejor tienes que volver a empezar.
ResponderEliminarUn abrazo Ernesto.
ResponderEliminarMaya Angelou nos dice a las mujeres......
Las mujeres hermosas se preguntan
Dónde radica mi secreto.
No soy linda o nacida
Para vestir una talla de modelo
Mas cuando empiezo a decírlo
Todos piensan que miento
Y digo,
Está en el largo de mis brazos,
En el espacio de mis caderas,
En la cadencia de mi paso,
En la curva de mis labios.
Soy una mujer
Fenomenalmente.
Mujer fenomenal,
Esa soy yo.
Ingreso a cualquier ambiente
Tan calma como a ti te gusta,
Y en cuanto al hombre
Los tipos se ponen de pie o
Caen de rodillas.
Luego revolotean a mi alrededor,
Una colmena de abejas melíferas.
Y digo,
Es el fuego de mis ojos,
Y el brillo de mis dientes,
El movimiento de mi cadera,
Y la alegría de mis pies.
Soy una mujer
Fenomenalmente.
Mujer fenomenal,
Esa soy yo
La cebolla te hace llorar y sale en algún que otro poema:
ResponderEliminar"La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda..."
Suelo usar el símil de las capas de la cebolla. Hace muchos años, se la oí en una sesión terapéutica a mi psicóloga de aquel momento.
ResponderEliminarlas capas son cada vez más sutiles,más finas y tal vez más invisibles. Siguen estando y en el momento en que las descubres,zas...puedes ir con mucha suavidad y amorosidad quitándotelas.
Y seguimos en este camino!
Un abrazo.
Hola amigo Ernesto. Yo creo que somos cada cual lo que en realidad es, sin importar lo que quiera aparentar, pues eso, tarde o temprano se agota y se cae.
ResponderEliminarPor eso, mejor ser auténticos, aunque eso conlleve el desear cubrirte como una cebolla 😂😂
Besos 😘😘
Me ha gustado todo de tu entrada, desde la imagen que la ilustra hasta el desarrollo que haces, pienso que las personas somos tan poliédricas que quien nos mira puede ver facciones distintas de nosotros, no ya por las capas de cebolla que nos envuelve, que también, sino por la apreciación que cada cual hace.
ResponderEliminarEs difícil conocerse incluso a uno mismo, como para conocer a los demás...
Con la madurez te sueles ir desprendiendo de esas capas porque cada vez te importa menos las apreciaciones que los demás tengan de ti, que de cualquier forma las van a seguir teniendo.
Hoy precisamente la canción que he colgado en el blog, roza, de soslayo, un poco este tema.
Un placer leerte.
Me dejas pensando, no en las capas que nosotros mismos nos ponemos, sino en las que tienen otros y son las que apreciamos nosotros.
ResponderEliminarComo las nuestras, son capas...
Un abrazo, Ernesto.
ResponderEliminarPues fijate cada uno es lo que quiere
ser, aunque los demas no vean lo que
tu eres realmente, nos formamos ideas
diferentes, no se la verdad, pienso yo.
Besitos dulces
Siby
Y...es un lío no? Vaya uno a saber... en fin, un abrazo Ernesto!
ResponderEliminarJuzgamos demasiado, y luego nos fastidia que nos juzguen, somos pura contradicción. El caso es que es bastante difícil evitar los juicios, aunque pienso que si los reduces, ganas un montón.
ResponderEliminarY somos una cebolla con patas, jajajaja tienes toda la razón. Dejar de juzgarnos a nosotros mismos y aceptar que hacemos las cosas como buenamente podemos nos da cierta confianza, y ayuda a ir soltando alguna de esas capas que ocultan lo más bello, nuestro auténtico yo.
Qué bonita la foto de los paraguas, menudo techo artístico, debe ser muy agradable pasear por ese lugar.
¡Un abrazo Ernesto!
Un relato muy de tu estilo. Maestro de la vida según tu criterio que no quiere decir que sea el de los demás.
ResponderEliminarQuien no se conoce es porque no acepta lo que siente y lo que es, y si se busca es que está perdido. No es mi caso, pero tampoco el tuyo (de lo que hablas me refiero), ahora: paraguas, zapatos y capas de cebollas, las que hagan falta, según la ocasión, :))).
Un abrazo Ernesto.
La vida fluye, y mientras... caen capas, a veces caen a veces surgen nuevas.
ResponderEliminarMotivo para la reflexión este post.
Besos.
Siempre oí que existían tres personalidades: La que los demás creen que tenemos, la que uno mismo cree tener y la que realmente tenemos.
ResponderEliminarUn abrazo. Feliz semana.
Paso a dejarte saludos y me voy reflexionando.
ResponderEliminarSiempre se ha dicho que cada persona es un mundo. Cuando llegamos a una nuevo vecindario, nuestros vecinos solo sabrán lo que queramos que sepan, eso es ponerse una máscara o bajo un paraguas, quizás como protección de quien no conoces.
ResponderEliminarA medida que cumplimos años atravesando distintas vivencias,(unas mejores y otras peores), estas influyen a la hora de mostramos a los demás. En cuanto a los amigos, en mi caso solo considero amigo al que en verdad quiere mi amistad.
Un abrazo.
Tu lectura da para reflexionar Ernesto, la verdad es que nunca he pensado en las capas de las cebollas aunque sí en las diversas máscaras.
ResponderEliminarUn abrazo.
ResponderEliminarSoy lo mejor que puedo dentro de lo que tengo para dar y aceptar y ante las criticas, repito estas palabras; "No soy monedita de oro para que todo el mundo me quiera".
mariarosa
Querido Ernesto, somos todos máscara sobre máscara y no creo que nadie vea nunca nuestro verdadero yo, ni siquiera nosotros mismos, pero nos guste o no la función debe continuar, y asi seguimos. Un abrazo.
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ResponderEliminarSí, Ernesto, así es, pero llega un momento que a pesar de ver mis capas de cebolla y de las capas de cebolla en los demás, si se mira bien se descubre la nada de uno mismo y la de los demás. Yo lo acepto y continúo con mis capas de quita y pon. Un abrazo.
Quitar las capas que no te pertenecen para ser más auténtico y valorar lo auténtico en los otros...trabajo de toda la vida que lleva a saborearla cada vez más, o eso deduzco de lo que cuentas.
ResponderEliminarUn abrazo Ernesto
Si cayeran nuestras caretas al suelo, probablemente muchos no nos reconocerían...tal vez, ni nosotros mismos.
ResponderEliminarSomos demasiadas cosas en un pequeño cuerpo al que damos demasiada importancia.
Saludos.
Creo que todo el mundo tenemos una máscara o una capa de cebolla... a veces más transparente... o más opaca, depende de lo cerrada que se lleve. A veces convives con personas que no llegas a conocerlas del todo.
ResponderEliminarUna buena reflexión la tuya.
Que tengas un buen día.
Abrazos.
Con todo mi cariño solo un abrazo ---besos
ResponderEliminarestoy baja de tensión
besos
Marina
Hola Ernesto, solo unas letras para desearte lo mejor aprovechando estas fechas. Que sepas que no te olvido. Un abrazo.
ResponderEliminarMe ha gustado tu entrada, nosotros nos ponemos algunas capas, pero no sabemos las que nos pueden poner los demás, lo peor es cuando te las ponen sin haberte conocido.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Ernesto