Ya que me desvelé a esos de las dos y aquí sigo.
Entretenido haciendo unos anuncios de pisos que vendo y alquilo. Y sin sueño. Y puede también que sin creatividad para publicar nada de interés. Parte por la noche, parte por las próximas fiestas, peculiares, y parte porque vaya usted a saber qué, el caso es que no tengo mucho qué decir. Y para felicitar la Navidad, es algo pronto.
Tengo la impresión de que cada año la lista de felicitaciones en estas fechas se va mermando… ¿La causa?… Posiblemente variada. Y más probablemente, una parte achacable a mí mismo. No es que le cierre la puerta a nadie… Pero puede que no haga lo suficiente para que los demás la cierren!
Y así va girando el mundo. Y los recuerdos de una niñez lejana, en la que puede que los adultos de entonces lidiaran con las mismas o parecidas “gaitas” entre personas que ahora, vuelven al presente… Tal vez la orfandad de aquellas alegrías de reencuentros, peladillas y zambombas, los haga necesarios.
Un pensamiento llega… Los mismos gorriones que revolotean por las mismas calles de los pueblos, ciudades hoy, son los mismos de antaño. El río Ebro a su paso por Miranda de Ebro, es el mismo. La catedral de León no ha variado gran cosa. En Noia, Galicia, su inmensa alameda, en esencia, es la misma. Le faltan algunos detalles que acompañaron mi estancia en casa de mis abuelos a los ocho años, y le sobra modernidad… algo hueca.
Claro que esto de la oquedad, en valores y sustancia social, parece estar a la orden del día en las sociedades modernas. Transito por ellas con soltura. ¡Cómo no! En ellas vivo y me desenvuelvo. Y sobre todo en ellas están nuestros hijos y nietos… ¡El futuro!, dicen.
Pero soy, quiero ser, como ese Ebro de cauce permanente que, si bien siempre fluye, sus aguas nunca son las mismas. Y lo más importante, no se apega a nada por donde pasa. Transcurre inalterable. ¡Vive escrupulosamente su razón de ser!
¡¡Quién crea vivir así, que levante la mano!!
En mi caso me gusta recordar, ahora mismo en estas fechas a mi abuelo, él nos había hecho a mi hermano y a mí sendos asientos acordes a nuestra corta edad, para él una dura sillita de madera celeste, a mí un silloncito con asiento de mimbre y brazos también celeste (en aquel entonces el hombre era el fuerte y la mujer la delicada). Se ve que tenía mucha pintura de ese color, los bancos del patio también los había hecho así. Y allí dejaban los Reyes los regalos el seis de enero, no existía Papá Noel. Bueno, de todos modos acá estamos navegando en lo que hay, un abrazo Ernesto!
ResponderEliminarAy mi querido Ernesto. Ser como rio que fluye,eso sería magnífico. En mi caso, hay veces que fluyo, pero otras, me atasco e intento socavar piedras que son demasiado grandes. Pero eso sí, luego a continuar llevando el ritmo de esta vida.
ResponderEliminarCuántos recuerdos de antaño.
Cuánto aprendizaje
¡Y lo que nos queda!
¡Muchos besos amigo mio!
A mí también me gustaría ser como un río. Cambiando siempre y a la vez siendo la misma. ¡Muy interesante tu reflexión!
ResponderEliminarUn abrazo ,Ernesto
Eso es un pensamiento profundo y verdadera reflexión. He pensado algunos de esos mismos puntos.
ResponderEliminarYo me atrevo a levantar la mano :))
ResponderEliminarY si fallo alguna vez, no será porque no lo intente, así qué, lo que cuenta es la intención, pues eso, manos arriba.
Abrazo desde este río.
Son fechas de añoranza, fechas que deberían ser optativas pero no, se crea un ambiente que arrastra a todo el mundo. Y este año peor aún, no sabes si felicitar, lo haces y resulta que la covid se ha llevado la vida de un familiar. En fin, tiempo incierto.
ResponderEliminarSAludos.
Un placer volver a leerte...
ResponderEliminarNo puedo levantar la mano,pero sí puedo elevar ligeramente mi índice para decir que en eso estoy, o mejor dicho aprendiendo.
Un fuerte abrazo.
(espero que recuperes el sueño!)
Pues levanto la mano, me gusta tu propuesta. Habrá que intentar fluir, en constante cambio pero hacia adelante, como comentas.
ResponderEliminar¡Un abrazo Ernesto!
A ver... ¿Se puede ser el mismo? Tal vez se pueda pretender.
ResponderEliminarLo de fluir como río, esa metáfora que entiendo aquí hace referencia a renovarse intencionadamente, buscando o dejándose encontrar por la vida, a lo mejor como arroyo. Ya irá creciendo con todo lo que recojo mientras vivo.
Un abrazo Ernesto.
Interesante reflexión amigo Ernesto. Saludos a la distancia.
ResponderEliminarLevanto la mano con prudencia...porqué no sé si realmente vivo tan « ligera », que me gustaría ¡Por supuesto! Pero qué lo logre es harina de otro costal. Un placer leerte Ernesto.
ResponderEliminarPara estar en "duermevela" tocas temas bien interesantes.
ResponderEliminarSin esfuerzo, el que quiere estar en la vida de uno, está.
Sobre los recuerdos de la niñez, son tantos y tan gratificantes, que el surtido que tengo aún hoy me esponja el alma.
Me ha gustado que recuerdes nombrando la Catedral de León, la Pulchra Leonina, inalterable.
Y la mano no la voy a levantar, estoy practicando el estilo braza "flotando" río abajo con los brazos apuntando al frente y me puedo desiquilibrar:))))
Siempre un placer leerte.
Feliz día Ernesto y un abrazo.
Vamos que esta época te pone melancólico y no eres el único. Sólo que yo no soy capaz de plasmar en papel mis pensamientos y tiro por temas más banales.
ResponderEliminarBesos
En mi caso me desvelo a eso de las cinco la mayoría de los días, aguanto media hora y me levanto, si no tengo nada mejor que hacer juego una partida al ajedrez en el ordenador, la edad nos va quitando el sueño.
ResponderEliminarLas tarjetas de navidad han quedado en el olvido, hace años que no envío ninguna. Desde que existe el WhatsApp felicitamos por este medio, mas rápido y mas económico, eso si, menos estimable.
Un abrazo.
Fluir como agua del río , que lindo !! buena reflexión y una imagen maravillosa. Beso
ResponderEliminarun saludo
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ResponderEliminarDebemos renovarnos cada nuevo día, el río pasa y parece igual, sin embargo no lo es y nosotros igual que él, parecemos los mismos, pero somos diferentes.
Un abrazo.
ResponderEliminarEstas fechas son tristes, pero ahora mas
que nunca, por todo lo que estamos viviendo
mi amigo, sinceramente pásalo de la mejor
forma que podamos estas Navidades y que ya
pronto se termine este virus, para poder respirar
tranquilos, un fuerte abrazo mi amigo.
Besitos dulces
Siby
La Navidad es muy nostálgica porque no se pueden evitar los recuerdos.
ResponderEliminarY porque, inevitablemente, nada podrá volver.
Y este año es muy diferente . Pero esperemos que todo vaya pasando y el nuevo año nos aporte cosas agradables.
Te deseo una Feliz Navidad y siempre mucha suerte.
Un abrazo.
Creo que a medida que cumplimos años,la Navidad va perdiendo aquel brillo que tenía en nuestra infancia donde nos parecía todo mágico y maravilloso.La vida nos hace realistas a la fuerza y con ese realismo disminuyen las muestras de cariño aunque no lo haga el cariño en sí.
ResponderEliminarEn cuanto a la pregunta final,no es fácil vivir así,como ese río Ebro decidido e imparable hacia su meta.Y no es fácil porque,para el ser humano,lo más difícil precisamente es encontrar su razón de ser.
Abrazo Ernesto. Que tengas un buen final de este año nefasto y mis mejores deseos también para el que viene.
Levanto la mano a medias, Ernesto, pues no sé si lo consigo, pero lo intento, dejo que mi vida fluya y voy tomando decisiones a medida que ocurren con muy pocos planes.
ResponderEliminarEn mi caso, Navidad siempre tiene que ver con los niños, y es lo único que activa mi espíritu festivo.
En cuanto a la memoria, la mía es selectiva y sólo guarda los buenos recuerdos...
Un abrazo,
Soy esa piedra que va perdiendo importancia a medida que el río me va lamiendo.
ResponderEliminarUn abrazo.
ResponderEliminarEs difícil seguir como el río. ¿Por qué en Navidad los apegos, no materiales, aumentan?
O por lo menos a mi me lo parece mirando a los niños. Abrazo tan grande como la Pulcra Leonina. Esa sí que está ahí viendo pasar el tiempo como la Puerta de Alcalá.
Yo no levanto la mano, pero sí te digo que para estar desvelado y "sin creatividad" según tu escrito, te ha salido una prosa excelente, nada, que es que te pones delante del ordenador y lo bordas. Bastante que me alegro de volver a pasar por este tu espacio. Abrazos
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