Había un deje de tristeza en la mirada de aquella mujer joven. Tal vez unos 45 años… Un poso de resignación, aparente, en su alma. No había sonrisas en aquellos labios… No las había bajo la influencia de aquel con quien compartía su vida. ¿Compartía? Creo que se asemejaba más al compartir que efectuamos cuando cogemos el autobús y, compartimos trayecto a ninguna parte en compañía de esos otros viajeros ocasionales… Pues tal parecía él en su vida. ¡Viajero ocasional desde que, y sin recordar el por qué, se subió a su vida!
¿Enamorada?…
Puede que al principio! Pero
no debió de durar mucho… El silencio se fue instalando en ellos.
Aunque más que silencio era que cada uno empezó a girar hacia el
otro lado. Y cuando se hablaban, poco, las palabras apenas se oían
mientras se alejaban…
La
casa limpia y ordenada. La ropa planchada y guardada. La comida al
punto y sobre la mesa. Los geranios de la terraza, floridos! Como
florido era el jardín de su alma. Si no fuese por el canto del
canario que alguien les regaló el año pasado, no habría sonido en
aquella casa…
Bueno…,
algo sí se movía…, de vez en cuando…, pero no tenía certeza de
ese cuando. Y sabía que tampoco él, deseándolo, la tenía. Era
como si fuese necesaria la conjunción de ciertos astros para que
el
acaecimiento
de “ello” se produjese. Cuando sucedía, cada vez menos,
coincidía indefectiblemente con el fin de semana… Las semanas
habían empezado a tener 15 días, y los meses 6 semanas. Y así
transcurría el tiempo. Y
con el su vida.
¡Pero
no su mundo interior! Si bien los geranios se marchitaban a final de
verano, no sucedía lo mismo con ella. Cada día estaba más guapa,
más radiante, más viva. Y lo sabía, lo notaba en su fuero interno.
Era consciente del “deje” y del “aparente poso”. Y lo
comparaba con ese letargo que el invierno produce en la naturaleza…
para acabar explotando
en la primavera. ¿Cuando sucedería la suya?
Sin
buscar nada que supusiese un cambio en su vida, su día a día, se
sabía abierta a lo que la Vida dispusiese. Notaba que si bien no
había búsqueda, ansia, tampoco habría límite… ¡Y sucedió!
Al
salir del supermercado con las compras en dos bolsas y dirigirse
hacia la parada del autobús, pasó por delante de una cafetería con
varias mesas del exterior ocupadas. Jóvenes estudiantes del cercano
instituto ocupaban algunas, un matrimonio mayor con una niña pequeña
otra. Tres mujeres reían entre sí… ¡Y entonces le vio! Apenas
una mirada fugaz… Aquellos ojos negros quedaron prendidos en los
suyos. Y si bien siguió andando volvió su mirada hacia los cristales
del establecimiento que le permitían observarle…
Cuando
se alejó lo suficiente, una sonrisa afloró en su cara recordando
como a su paso él la iba siguiendo con la mirada… No se planteó
el cómo y el por qué de nada. Nada juzgaba,
nada reprimía. Tuvo la sensación de un “déjà
vu”… Como si ya le conociese.
Como si se reconociesen… Y algo de ello debía haber pues su alma
vibró como hacía tiempo que no lo hacía.
Al
día siguiente y tras salir de nuevo con algunas bolsas en la mano,
se sentó en una de las mesas y pidió un café.
Meses
después, avatares de la vida, desayunaban siempre juntos, en pijama,
tostadas calientes, mermelada, zumo de frutas, té verde… Las
risas, los abrazos en cualquier momento, los “te quiero, te quiero
mucho”, y las interminables charlas que mantenían hicieron
innecesario canario alguno en sus vidas.
Y
lo que antaño fueron “semanas de 15 días… y más, meses...”
pasaron a ser diarias
o en diferentes momentos… ¡Y comprendieron, viviéndolo, que el
tiempo en realidad no existe!
ResponderEliminarUna historia que bien puede ser real y que despierta una sonrisa. hermoso comienzo de lecturas para mi domingo de otoño, con un sol mimoso que se quiere asomar.
mariarosa
Se me ocurrió que era el mismo en una nueva mirada, no sé por qué, a veces pasa en la vida que nos pone en diferentes situaciones con una misma persona y la enfocamos de otra manera, de todos modos, bien por este final feliz, Ernesto, un abrazo!
ResponderEliminarEl despertar a la vida.
ResponderEliminarHermosa historia.
Un abrazo Ernesto.
Sugerente relato. Se presta a diversas interpretaciones. Un abrazo.
ResponderEliminarUn relato de optimismo e ilusión, nunca es tarde para volver a empezar, para despertar del letargo...un abrazo Ernesto.
ResponderEliminarErnesto,este relato me ha encantado.
ResponderEliminarEs real, cercano,tan vital.
Me he sentido muy identificada con esa sensación de despertar, de volver a brillar. No hay edad, no hay tiempo, tal como dices. El tiempo es este, este preciso momento en que te escribo,y que una vez que le de a enviar, ya será pasado.
Un fuerte abrazo!
Gracias enormes por el comentario que me dejaste en mi blog!
¡Oh Ernesto! ¡Me ha encantado! Que forma más hermosa de describirlo todo, y esos sentimientos entre ellos... me ha enamorado tu relato. :D
ResponderEliminarUn relato muy bello,
ResponderEliminarTe felicito.
Un abrazo
Hola Ernesto. Una historia donde la protagonista vive su rutina sin ilusión y lo que es peor sin esa complicidad que da el amor. Nunca es tarde para volver a empezar y abrir los brazos a un nuevo amor…
ResponderEliminarUn bello relatore me ha encantado.
Un fuerte abrazo
La vida cominza cada día y ser feiz es una actitud que depende de cada uno.
ResponderEliminar,buenas noches y feliz semana
¿Y el primero se marchó sin dar guerra, sin sentirse herido, sin liarla porque le ponían de patitas en la calle? ¿Qué pasaba con la hipoteca? Tú te separas por la Iglesia y por el juzgado pero ¡¡¡el banco!!! El banco, no lo permite. Las deudas no se divorcian.
ResponderEliminarMira, yo veo tu tema que ha estado muy bien escrito y muy justificado,pero yo estoy haciendo de "abogado del diablo". Parece que ella no trabajaba fuera de casa, es decir, no aportaba dinero, entonces...los gastos los había cubierto el otro y esto es un peligro muy serio porque puede desatar un rencor incontenible. Encima, ella se queda con todo lo que él ha ganado. Esto es muy peligroso. Solo hay que estar un poco atento al tema de los divorcios y separaciones. Por otro lado, lo que peor se acepta es que el otro decida dejarte, es una ofensa, aunque no le quieras aunque no te importe un pijo, sino cómo se explican esos odios.
Perdona. Supongo que soy la única que lo ha visto de ese modo porque que bonito es el amor pero, claro, mientras dura... Y del amor al odio, cloruro de sodio.
Saludos muy afectuosos y cordiales. Franziska
Seguramente el punto de vista de mi comentario obedece a que yo soy ya muy vieja, cosas de la edad...Todo tiene su momento y su por qué. Insisto porque no era mi intención molestarte, si ha sido así, te ruego que me perdones.
ResponderEliminarCreo que a esta pareja desde el principio además del enamoramiento le falló la imaginación 😂😂
ResponderEliminarCuadricularse con 15 días, meses...cuando en un segundo cabe un te quiero y mil abrazos, como también basta un segundo para crear futuro o cerrar definitivamente una puerta.
Ernesto, un abrazo.
Como la vida misma pero mucho mejor contado.¡Ay,el amor! Pero...¡ay,ay,el desamor!
ResponderEliminarSaludos Ernesto.
me gusta ese final, hace juego con mi disyuntiva de este momento... cosas que siempre rondan, el amor el tiempo y la muerte.
ResponderEliminarfue muy atrapante leerlo, desde la imagen se deja seguir esa historia.
a demás tengo la suerte de estar tomando un te.
Ninguna molestia, amiga.
ResponderEliminarSi acaso podría decirse que has "descubierto los tres pies al gato" donde no había pies ni gato :))))
Abrazo, Franziska.
buenos días con gran cariño .
ResponderEliminaryo ahí como siempre y con calor .espero que tu viaje lo disfrutaras ...feliz regreso Ernesto.
un gran abrazo.
La vida es en volver a empezar
ResponderEliminarBesos.
Me ha gustado mucho este relato. Muy bien hecho!
ResponderEliminarSaludos.
Volver a empezar. Qué bonito cuando todo comienza. Qué fuerza desmedida. Qué energía desbordante. Cuánta pasión...Saludos.
ResponderEliminar¡Cielos, Ernesto!
ResponderEliminarTu relato debería llamarse el “hartazgo con solución” :)
Me has fascinado y ha llegado una sonrisa a mi corazón. Millones de gracias.
Cordiales saludos
Hola Ernesto, ante todo darte las gracias por tu visita a mi espacio espero y deseo que podamos seguir compartiendo encuentros a través de la palabra escrita.Un placer leerte.
ResponderEliminarUn abrazo
Sugerente relato. Se presta a diversas interpretaciones. Un abrazo.
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