Hace
unos días me llamó un familiar, mujer joven, madre, para expresarme
su preocupación por lo que está pasando con los contagios. Una
persona normal en sus comportamientos, vida social, familiar,
laboral, etc. Como tú o como yo. Con una pequeña diferencia… Para
temas de salud, principalmente, es algo impresionable… hasta cierto
punto.
Cuando
procesa sus miedos desde otra perspectiva, cuando los supera,
la cosa se relaja. ¿Sucedió en esta ocasión? ¡Sucedió! ¿La
causa?…
Empezó
expresando sus miedos más inmediatos… Lo que sucede a su
alrededor… Pero pasó rápidamente a señalar las cosas desde una
visión más amplia. El mundo
empezó a quedársele pequeño...
¿Que
va a pasar si esto sigue así? La salud. Los cierres de empresa, el comercio,
el trabajo, el paro de tantos, la subsistencia general… Su futuro,
el de sus hijas… El país, Europa, el…
Ahí
la interrumpí. Y le hice ver que si no se daba cuenta de que su
preocupación por cosas y situaciones que no podía controlar, y que
de hecho no estaban sucediendo, podría acabar preocupándola por el
propio planeta Marte…
Le
señalé que los dirigentes del país, del mundo entero, estaban
volcados en la solución y superación de este tema. Que las medidas
que se adoptaban, daban sus frutos. Y que no había que olvidar que
nos enfrentábamos a algo desconocido.
Pero
fue sobre todo el recordarle algo que hace muchos años ya llegó hasta nosotros… Comprendimos y aceptamos!
Nada
que ver con egoísmos, con hipotéticas faltas de empatía, con
volver la cabeza hacia otro lado, con supersticiones o simples juegos
de palabras…
Le
dije que si se ponía en pie y levantaba los brazos en cruz, y giraba
sobre sí misma, estaría creando una especie de círculo. Y que eso,
ese círculo que la envolvía, lo que él abarcaba, era todo lo que la concernía. Que todo
su mundo estaba ahí. No afuera, no más allá, no al otro lado de
las fronteras o de los océanos.
Y
ahí la serenidad empezó a instalarse de nuevo… Hoy la he visto.
Tan natural y risueña como siempre! Tan responsable… Tan
despreocupada con las cosas que no están, realmente, en su
vida, en su círculo.
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Algunas
palabras, conceptos, ideas o hechos aquí empleados, pueden resultar
sorprendentes, y hasta confusos. Lo doy por hecho.
Qué bonito lo que has escrito.
ResponderEliminarBesos.
ResponderEliminarEl momento que todos estamos viviendo no es fácil, ni sabemos en qué va a terminar. Pero la desesperación no es buena consejera. El tema no es preocuparse, es ocuparse.
Un abrazo a la distancia.
ResponderEliminarSi tiene solución, por qué preocuparse.
Si no la tiene, para qué preocuparse...
Vayamos a crisis por día, ¿no? Aunque es difícil no anticiparse y no contagiarse, si no del virus, sí del miedo que va levantando a su paso.
Un abrazo grande
Opino igual que Alis. Cuídate mucho amigo, saludos a la distancia.
ResponderEliminarEsa madre te expreso la incertidumbre e inquietud que tenemos todos, sobre todo pensando en nuestros hijos y nietos, por desgracia es algo que nos ha tocado vivir.
ResponderEliminarEsperemos que pase pronto.
Un abrazo.
Es un modo de verlo, no intentes ocuparte de lo que no puedes abarcar. Pero es lógico preocuparte aunque no te afecte directamente, por la suerte de tus conciudadanos y la sociedad en general.
ResponderEliminarAbrazos.
En este caso adelantarse a los acontecimientos, es empezar a sufrir antes de que la posibilidad del mal exista.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí y no. Porque todo afecta y más las decisiones que tomen otros nos afectan y mucho en estos tiempos. Que mi jefe me deje teletrabajar o no, que mi trabajo cierre o no, que la gente que vive en mi casa tome precauciones o no. No sólo se limita al círculo. Pero claro, que tú controles, quizá el círculo y poco más...
ResponderEliminarUn saludo
Una llamada a la calma, me parece una buena forma de tranquilizar.
ResponderEliminarHaré la prueba con mi madre y ya te contaré el resultado.
1
2
3
respiro.
Estoy llamando...
Beso grande.
Mi querido amigo Ernesto, gracias por ese círculo que además vamos a hacer más de uno y de dos.
ResponderEliminarEstos días son muy complicados y lo cierto es que estamos todos preocupados. Yo me he tirado días con auténtica ansiedad. Hasta que no me preguntes por qué, me levanté ayer y dije... ya. Respira o te da algo. Todo mi miedo, no el de enfermar, sino el de contagiar a mis seres queridos. Pero eso no ayuda, al contrario, crea una bolsa de aire que se te hincha por dentro.
Así que a respirar, a buscar algo divertido que hacer con esas personas que están a tu lado, y a tomar las precauciones que hay que tomar, por supuesto, como la de quedarse en casa.
Besos, que por aquí si se puede :D
Mi hija está también preocupada, quiere que me vacune ya! pero aun no llegan las vacunas anuales contra la gripe y la neumonía! Con suerte estarán a disposición en diez días. Trato de tranquilizarla, estoy en mi casa, no tengo trato con ocasionales viajeros, en fin, esto no quiere decir que no pase nada, pero debemos hacer lo que corresponde y esperar, un abrazo Ernesto!
ResponderEliminarHa sido una grata sorpresa verte por mi blog .No olvido a ese gran amigo mío que me sacaba de cualquier apuro ,pero a veces te veo y me tranquiliza ,veo que estás bien.
ResponderEliminarCuantos años han pasado ,yo escribo poco , publico y lo dejo varios días ,no tengo ilusión ni de la poesía ni de como está la vida.
Me da mucha alegría verte .
Abrazos desde el alma.
Pues sí.
ResponderEliminarEsto que dices tiene mucho que ver con un mensaje que acabo de leer en mi correo. Un buen amigo,colega de letras, me expresaba casi lo mismo,con un lenguaje quizás más "hermético" pero igualmente afectuoso y tranquilizador.
Esta mirada que nos propones al contarnos la anécdota, es la que debería primar siempre. No solo en este caso actual donde reina tanto desconcierto y tanto miedo.
Gracias por aportar este toque de cordura ante la avalancha de mensajes, profecías y miedo a diestro y siniestro.
Un fuerte abrazo Ernesto!
Por cierto, luego haré mi círculo... ;)
ResponderEliminarEse vivir el instante hace que lo de "afuera"no nos mortifique y así debemos de pensar .
ResponderEliminarSi no miráramos al futuro,otra cosa sería,pero es el enfoque que llevamos haciendo toda la vida
Y lo aprendido,tarda en cambiar.
Seamos pues más conscientes de que el ahora es lo único que tenemos.A por él.Aunque a mí me den bajones de ánimo alguna que otra vez.
Gracias por tu reflexión,amiguco
Besucos y cuidate ,ok?
Gó
Gracias por tu consejo, cuando tenga miedo : Brazos en cruz.
ResponderEliminarEntre la música y lo que dices me voy tranquila y feliz a dormir
ResponderEliminargracias
A veces no sé si me gustaría tener los brazos mas largos, o más cortos.....
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Ernesto.
Habrá que tratar de tranquilizarse. Nada es eterno.
ResponderEliminarEsperemos que todo pase pronto y reine la calma.
Te deseo mucha suerte.
Un abrazo.
Entiendo lo que quieres decir, Ernesto, pero es que yo soy mucho de pensar en todos, en los que quiero y hasta en las causas perdidas, y mi círculo "inmediato" adquiere la vastedad de Círculo Polar.
ResponderEliminarLo sé, no tengo remedio, Ernesto, aunque quizá me salve un poco que no creo ni en milagros ni en supersticiones ni en verdades o mentiras absolutas.
Un beso,
Gracias Ernesto. Es exactamente lo que pienso yo,de nada sirve estar sobre informado en estos tiempos.Al igual que en una tormenta no es aconsejable salir al balcón,en esto no es aconsejable estar todo el día dando vueltas a lo mismo y sí aportando tu granito de arena aislándote en casa para no contagiar a los demás ni ser contagiado.
ResponderEliminarAl igual te tú,no pongo la televisón (leí también tu última entrada),de hecho ya casi no la ponía.Creo que es una medida necesaria para no enloquecer.
Cuídate amigo.
Un abrazo
Buenísimo. Hay que recordar esto más a menudo.
ResponderEliminarMás besos