Podéis
rellenar este espacio en blanco, vacío, con lo que gustéis… Yo no
he sido capaz.
Nada
que decir, nada que aportar, nada que compartir… Simple silencio.
Lo
que no quiere decir que haya aquí un solo punto de resignación,
nada que lamentar o temer. Solo silencio.
Estoy
en casa, como todos. No me pesa en absoluto, no me aburro. Abro el
ordenador por la mañana y ya estoy conectado con el mundo. Correos,
comentarios, blogs de amigos, escribir, llamadas, etc.
No
salgo a la calle. Pero si lo hiciese y recorriese el valle donde
habito me encontraría con las campas plagadas de margaritas, las
yemas de los árboles bullendo por florecer, los mirlos y petirrojos,
y alguna malviz, rompiendo el silencio de la mañana… Y ya al final
del día, cuando el sol de última hora acompañase nuestro regreso a
casa, oiríamos el ulular de las lechuzas del cercano campanario.
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Texto escrito ayer por la mañana. Cuando lucía el sol. Hoy nieve, frío, lluvia. Y...
Toneladas de material sanitario que llegan en aviones desde diferentes países del mundo. ¡Muchas gracias!
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Precioso tu paseo imaginario por el valle, Ernesto. Refrescante. Yo acabo de volver del parque de sacar a Mica, mi perrilla. Sólo añadiría el penetrante olor de las celindas y de la primavera entera.
ResponderEliminarDe los aviones hoy llenos de ayuda sanitaria...chapeau.
Un abrazo fuerte
Shhhhhh... en realidad no hay silencio, está la música.
ResponderEliminarDisfrutemos de ella... cerremos los ojos y bailemos...
No importan las distancias, la música como los latidos, no saben de ellas.
Un beso.
Buen lugar para pasear, ni que sea con la imaginación.
ResponderEliminarUn abrazo confinado.
Volverás a disfrutar de ese lindo paseo.
ResponderEliminarY volveremos a respirar más tranquilos.
Un abrazo, Ernesto.
Un paseo precioso.
ResponderEliminarGracias, también me uno a las tuyas, a esos aviones.
Yo pondría en ese recuadro en blanco una gran ola repleta de vida, sal y espuma y en la esquina derecha, un beso.
Y aquí te dejo un abrazo.
Ojalá salgamos de esto pronto, no necesitemos los aviones sino para viajar por placer, por trabajo, por estudios y podamos volver a pasear disfrutando de la naturaleza.
ResponderEliminarSAludos.
Y la vida que no se detiene sigue ahora floreciendo.
ResponderEliminarPodemos abrirle la ventana para comprobarlo y que entre, que oxigene nuestro espacio, para no intentar entenderlo todo, solo vivirlo.
Y aceptar en silencio...es otra opción.
Un abrazo Ernesto.
Me gusta tu estilo costumbrista escribiendo.Es como estar cerca de tu casa y ver todo lo que nos cuentas .Se percibe ,se escucha,se siente..
ResponderEliminarBonito paseo nos has dado por tu tierra.ÉL hueco de la imagen en blanco tal vez no quiera ser escrito.Lo dejaremos así
Besucos
Gó
¡Vamos que se puede, Ernesto!
ResponderEliminarAviones llenos de esperanza. Saludos amigo Ernesto.
ResponderEliminarEn ese recuadro blanco, a esta hora pondría lluvia, tristeza, persianas bajadas y en otra parte la esperanza verde de unas flores que intentan resistir en los balcones, el deseo azul de ese mar cercano que nos redime y la certeza firme de que ese maldito "bichito", no puede acabar con la alegría.
ResponderEliminarUn abrazo.
La naturaleza florece ajena a los humanos que han intentado tantas veces hacerla perecer.
ResponderEliminarUn abrazo.
Acà estamos igual, a las 21 hs. de cada noche salen mis vecinos a los balcones y ventanas y aplauden y agradecen, no sabemos cuànto durarà el encierro, todo depende del virus infernal que vino a traer pánico en todo el mundo, aunque no debemos olvidar que también favoreció el acercamiento en el seno familiar, eso es lo bueno, un abrazo Ernesto!
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ResponderEliminarEn Buenos Aires, estamos igual, encerrados y disfrutando de la familia.
Mis hijos, se turnan, llegan con mercadería, la dejan en la puerta y se van.
Una forma diferente de vida, lejos pero unidos.
mariarosa
Querido Ernesto
ResponderEliminarAyer compré ravioles de queso con espinaca y pesto. Los prepararé hoy
¿Los preferís con tuco o salsa blanca bechamel?
¡¡OJO! TIMO TIMO... NO ABRIR!!
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ResponderEliminarMe encanta escuchar a las lechuzas.
Y leerte cuando no tienes nada que contar también me gusta
;)
Abrazo grande