Si
bien el calendario “indica” que faltan días para la llegada del
otoño, ¡éste ya está aquí! Lo saben la Naturaleza, las tiendas
de moda, las que venden paraguas, el caudal de los ríos, el mirlo y
el petirrojo con su canto de época… y los gnomos que laboran en el
interior de los árboles quienes han iniciado la tarea de ir
desprendiendo las hojas secas. Con la última cerrarán las puertas y
ventanas y se prepararán para pasar el periodo de frío. ¿No habéis
vista qué imagen entrañable, de hogar acogedor, supone ver un árbol
sin hojas en invierno? Suelo ver en ello todo un ejército de
elementales de la Naturaleza laborando ya en la primavera que
viene.
¡Y
es que la vida es así!
Y
no esa “lata
de conservas”
en la que solemos movernos, social, política, cultural
y económicamente, los humanos. Y que llamamos sociedad. ¡Mundo
civilizado!
─¿Lata
de conservas?
─¡Lata
de conservas! ¿Ve usted acaso algún atisbo de creatividad,
modernidad, avance, invento, decisión o impulso general que vaya en
beneficio de la persona en sí. Y que no surja ya tintado de
beneficios de unos pocos. Sean estos intereses económicos, de poder,
de gobierno, de alienación de las masas, etc.?
─¡Hombre,
visto así!… Parece un poco drástico, la verdad…
─Lo
que realmente parece, ¡es!, es que hubiese surgido no uno sino
cientos de flautistas de Hamelín con su correspondiente música, de
múltiples intereses, tras la cual caminan los niños/hombre
(personajes infantiles, inmaduros) hacia ese calvario en el
que se ha ido convirtiendo, con el concurso de la mayoría, ¿la
vida?
La
«vida» no es eso que llamamos vida… Se vive en esa situación,
mental, emocional, física, etc., porque es lo único que muchos son
capaces de construir… ¡Siembran, y recogen en consonancia!
¡Cambia
de semillas. Y verás florecer «tu vida» de otra
manera!
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Esta
estrofa parece haber llegado hasta nuestros días por una inscripción
de 1602 o 1603,
que se encuentra en Hamelín:
Anno 1284 am dage Johannis et Pauli
war der 26. junii
Dorch einen piper mit allerlei farve bekledet
gewesen CXXX kinder verledet binnen Hamelen gebo[re]n
to calvarie bi den koppen verloren
lo
que puede traducirse al castellano como:
En el año de 1284 en el día de Juan y Pablo
siendo el 26 de junio
por un flautista vestido con muchos colores,
fueron seducidos 130 niños nacidos en Hamelin
y se perdieron en el lugar del calvario, cerca de las colinas.
Y
parece ser la mención más antigua del hecho.
Por
otro lado, existe una ley-costumbre largamente establecida en
Hamelín, que prohíbe cantar o tocar música en una calle particular
de la ciudad, por respeto a las víctimas del legendario
acontecimiento: la llamada Bungelosenstrasse, adyacente a la “Casa
del Flautista”. Durante desfiles públicos con música, incluidas
las procesiones matrimoniales, la banda musical deja de tocar al
llegar a esta calle y continúa con la música una vez que la ha
atravesado.
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¡Hombre, visto así!… Parece un poco drástico, la verdad.
ResponderEliminarPues si parece un poco drástico, menos mal que cada persona lo ve y lo siente a su manera. La vida es una olla donde se van cocinando todos los aspectos, en los cuales algunos son genios, soñadores, derrotistas… ¡menos mal! porque si todos tuviéramos las mismas ideas, seguiríamos al flautista.
Sobre las creencias hay una frase que me encanta que la tendré que buscar porque la leí en alguna ocasión y ahora no recuerdo bien… Es esta: Nunca moriría por mis creencias porque podría estar equivocado-Bertrand Russell.
Tengo que decir que no sé quien era este señor, seguramente un filósofo que me parece bastante lógico.
Creo que nos hemos cruzado…
Un abrazo Ernesto.
Sí, en la vida :))))
ResponderEliminarChao, Elda.
El invento de la fotocopiadora hizo mucho daño. Desde entonces, somos el mismo repetido. Saludos
ResponderEliminarTodo el primer párrafo me transportó a ese paisaje que describes con esas pinceladas tan certeras, con dos o tres datos nos sumerges en el otoño y en la naturaleza. Introducir a los gnomos y elementales me pareció precioso, porque creo que hay muchísimas leyendas de su existencia,especialmente en el Norte de España verdad? (ya me corregirás si me equivoco). Me llevaste con la imaginación a ese bosque,a esos ríos donde ya las hojas naranjas y amarillentas se dejan llevar por ese caudal.
ResponderEliminarPero luego claro, me pones la lata de conservas y zas, mi gozo en un pozo, una doble dosis de realidad. Y no puedo darte más que la razón. Sin embargo,como tengo un punto muy crédulo,o quizás ingenuo, creo que como bien dices, hay que cambiar las semillas que sembramos, o desaprender ( como se dice ahora) lo aprendido, deshacernos de los pilotos automáticos que nos conducen siempre por los mismos senderos.
Y en la parte final donde citas al Flautista de Hamelin, no sabía esa historia truculenta que se esconde detrás de un supuesto cuento de "hadas" para niños. (Con razón tenemos a veces unos rollos mentales qué pa qué)
En definitiva,que como siempre, me encanta leerte, aprendo y disfruto de tus entradas.
Un abrazo de fin de semana!
Hola Ernesto. Lo cierto es que a veces tengo también esa sensacion de lata de conserva, pero permíteme a lo mejor estar más ciega o ser una mujer imaginativa y decirte que si bien para algunas cosas la flauta de Hamelin toca muy fuerte, para otras, tapones en los oidos, un buen abrelatas y a tomar tus propias decisiones.
ResponderEliminarBesos :D
Vivimos obedecemos trabajamos consumimos y morimos.
ResponderEliminarSolo eso.
La vida es así, un hermoso lugar donde plantar tantas semillas como seamos capaces de soñar, sentir o arriesgar.
ResponderEliminarUn abrazo grande, mi querido amigo.
Muy buena idea, cambiar de semillas! Sembrando las mismas no tendremos diferentes cosechas! Y qué interesante esa leyenda, y qué bueno que se respete con el silencio, un abrazo Ernesto!
ResponderEliminarY qué bueno quedarse un rato en tu blog para escuchar tan hermosas canciones, gracias Ernesto!
ResponderEliminarNo conocía esa Historia de Hamelin y la calle condenada a no oir cantos.
ResponderEliminarAunque utilizas al flautista como alegoría de la sumisión o el encantamiento de la mayoría, seguro que indagando hay algo de realidad en esa leyenda y quizá si hubo niños que desaparecieron de verdad.
Pasando a la otra parte de tu post, me encantan los árboles desnudos, alguien me dijo que es porque no tengo nada que esconder. Buenoooo, nunca digo mentiras, pero tampoco digo toda la verdad.
Claro que después de leerte imaginaré a lo gnomos sacando hojas y desnudando al árbol y poniéndose ya a trabajar para vestirlo en primavera. Los brotes a un lado, las flores a otro y por fin las hojas...
Mira, Ernesto, cuando te pones tierno, te comprendo mejor, que cuando te pones espiritual extremo..."Yo no soy yo, soy eso! me tiene loca.
Seguro que si viene un "Flautista" e intenta que lo siga sin más va a perder la paciencia conmigo, porque quiero saber muchas cosas antes de emprender el camino, entre ellas si me voy a aburrir, que clima vamos a tener, qué es lo que tiene de especial para decirme que lo siga...
Creo que a lo que tu llamas lata de sardinas, Ernesto, yo lo llamo la rueda del Hámster, que mira que le dedica tiempo y esfuerzo y al final no avanza.
Un beso,
Muy entretenido post!!!
ResponderEliminarMe quede hipnotizada como con Hamelin :)
Un abrazo grandeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee por acá feliz por que llega la Primavera.
Besos
mar
PDTA
ResponderEliminarLa canción de Paloma San Bacilio, me encantó.
Ernesto,mucha, mucha alegría verte ,aunque lejos te recuerdo siempre con cariño, abrígate que ya hace frio.
ResponderEliminarfeliz viaje
mi gran abrazo.
Has estado muy inspirado, Ernesto. No se si el otoño en lontananza ha tenido algo que ver o no.
ResponderEliminarMuy completo el post lleno de razonamientos concienzudos y por otro lado un poco de fantasía y por qué, no, poesía.
Yo, cuando llegue el Otoño, pongo rumbo a Pamplona y me siento un poco nostálgica.
Seguimos en contacto, querido amigo.
Hola Ernesto, un bello tema para leer la bonita descricición de la llegada del otoño,solo que me a sacudido eso de la lata de conservas y es ahi en donde me pones a reflexionar como siempre lo haces en los textos que te he leido y disfrutado.
ResponderEliminarHe tenido algunos problemas por ese motivo he estado algo alejado de los blogs.
Saludos, que este bien.
Cada vez tenemos más difícil no seguir al flautista, a no ser que nos metamos en una burbuja o nos hagamos anacoretas, los alimentos, el medioambiente, los medicamentos, y un etc. muy largo que nos hacen muy difícil apartarnos de lo que hemos convertido en nuestra ¿Civilización?...la opción que escojo es vivir hacia mi interior, tratar de mejorarme y ser espectadora de acontecimientos guardando las distancias. En pocas palabras vivir en paz hasta la despedida. Un abrazo.
ResponderEliminarComplicada es la vida pero con sus cosas hermosas.
ResponderEliminarEl otoño me gusta mucho.
Un abrazo.
No tienes remedio, Ernesto. Siempre o casi siempre filosofando.
ResponderEliminarSi bién es verdad que seguimos o nos obligan a seguir un camino en la vida, también somos autónomos y pensamos y podemos elegir otros senderos mas pesrsonales y distintos que nos hagan sentir mas libres y felices.
Gabon ta musu, amigo. El otoño es mi estación favorita. Ya veo que tú también la disfrutas.
ResponderEliminarTrato de vivir sin interferencias ni costumbres, no siempre lo consigo, pero lo intento. Creo que algo de eso lo llevamos en las celulas, heredadas de alguna abuela de esas que hace años llamaban "locas" por ser diferentes.
mariarosa
El otoño, mi época favorita del año. Aprovecho esta estación para dejar que las hojas que me envuelven caigan limpiando mi alma. Y porqué no, aprovecharé también esa lata vieja y caduca para plantar semillas nuevas y observar como germinan. Cualquier recipiente es bueno si sabes observar la naturaleza más intima de las cosas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Ernesto, un placer, como siempre.
Olá Ernesto,
ResponderEliminarGostei muito da postagem. Eu gosto muito do outono, é minha estação preferida.
Aqui já está chegando a primavera.
Viver é muito complicado nos dias de hoje. Mais vale a pena viver todos os dias.
Continuação de boa semana!
Um abraço!
Hola Ernesto, hoy llegò el otoño oficialmente aunque los dìas anteriores en estos lares eran màs otoñales, tormentosos. El sol hoy dejaba ver matices anaranjados en el verdor de los campos, y se sienten los espìritus elementales escondidos junto al agua,
ResponderEliminaren la "civilizaciòn" estamos enlatados sì, viviendo una "vida" con una inercia que no es completamente nuestra, por eso me gusta màs el bosque,la naturaleza salvaje...
cierto que los cuentos infantiles antiguos tenìan su nota de crueldad...
Bonito escrito con mensaje, muy inspirado en tu estilo filosòfico-espiritual,
ha sido un placer leerlo, entenderlo a mi manera jaja
te dejo mi abrazo de jueves noche hasta tu valle, desde esta laguna :-)
ResponderEliminar¡Hola Ernesto! En León, ya no dejan caer las hojas, ya han podado muchos árboles, el otoño tendrá pena y poco trabajo.
La vida, la vida continúa superficial o profundamente pero continúa.
¡Qué curioso, la calle sin música! Un abrazo.
Desde luego es difícil obviar que el otoño ya está aquí, por mucho que a mi me gustaría que esperara que una es de veranos, pero en cuanto a colores los del otoño son espectaculares.
ResponderEliminarHay demasiados flautistas y también muchos que se aprestan a seguirlos, es difícil ir contra corriente y hacer aquello que uno considera que está bien aunque vaya en contra, cada vez cuesta más no ser un borreguito.
Feliz fin de semana
Hola, Ernesto
ResponderEliminarTu escrito ha tenido un comienzo maravilloso para poco a poco adentrar al lector en la reflexión. El mundo actual ha cambiado drásticamente desde la aparición de las redes sociales vituales y precisamente ello ha convertido a mucha gente de todas las edades en esclavos de la tablet o su móvil; muchos esperan con ansia que uno de sus “amigos” se manifieste, he conversado con algunas personas que han optado por dejar su móvil descansar pues se ha vuelto una especie de adicción.
Aquello que calificas como los nuevos flautistas de Hamelin son una realidad de la cual hay que poner distancia, como bien dices sembrando nuevas semillas, a lo cual agrego que hay que enseñarles valores a nuestros hijos para que no caigan en la artificial magia de lo superfluo.
Espero que pases un hermoso fin de semana, con afecto y alegría
No me puedo imaginar una existencia o la mayor parte de los años en una lata de conservas sin siquiera saberlo.
ResponderEliminarAhí en la lata, una vida de oscuridad sin sentido y rodeada de seres mutables, conformistas, sin inspiración y vacíos.
Y cada vez se están creando "borregos" más inútiles, perfectos para la élite.
Pero ahí está la otra cara de la vida, la real, en tu canto al otoño. Donde aprecio tu visión cristalina por donde navegas.
Un fuerte abrazo Ernesto.
Más que de inmadurez,yo hablaría de alienación,de falta de personalidad.Los Hamelín de la actualidad nos tocan las melodías que queremos oir y nos vamos tras ellos como corderitos al matadero,o sea,nos engañan una y otra vez como a niños.Pero es lo que hay.
ResponderEliminarMe gustó tu entrada,sobre todo el contraste entre esa primera parte y la segunda,el yin y el yan.
También me gusta la frase que encabeza tu blog,cada vez que la leo me siento un poco más libre...
Abrazo Ernesto.
Debemos salir urgentemente de esa superficialidad extrema.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Eernesto!
ResponderEliminarComo siempre, me gustan tus textos, pke eles refletem la realidade, la nuestra.
Es verdad! O Outono ya chegou, pero antes, la naturaleza, los animais y personas, ya mostravam indícios desta estação do ano. Parece que tudo iria cambiar. No, solament cambiara el tiempo atmosferico, pke a humanidade, salvo raras exceções, pensa e age, do mesmo modo y portanto, somos latas de conserva. Vivemos apertados no corpo y nas ideias.
Antes y despois, a História repete-se, no nos mesmos moldes, pke isso no es possível, pero repete-se de outras maneras y a "pintura" es simpre igual.
Besos y dias felices.
Voy a cambiar de semillas, Ernesto. Pero no sé dónde empezar a buscarlas...
ResponderEliminarO quizás sí..te contaré...
Me gustaría vivir en esa calle:)
Un gran abrazo..me encantan tus textos, me relajan y me hacen pensar, pero pensar de otra manera mucho más...distraída, terapeútica;)
Bsos
Yo creo profundamente en el poder de las semillas guardadas por manos sensibles, que intercambian con otras manos sensibles para que nunca mueran. Pero si, los días muestran constantemente cuán encerrados estamos, como en esa lata de conservas. ¡Quiero tanto un mundo distinto Ernesto!Saludos fraternales!
ResponderEliminarPienso que aún estás de viaje ...te dejo un abrazo y feliz fin de semana ...
ResponderEliminarDesculpa, mis palabras: afinal comentei esta tua entrada.
ResponderEliminarAbrazo.