viernes, 20 de julio de 2018

Viejas piedras...


Tras dejar en los “udalekus”, centros de juego para niños en verano, a las dos peques de la casa, mi nieta Ziara, 7 años, y Mamía, 10, saharaui que comparte verano, piscina y agua en abundancia con nosotros, he pasado cerca de los muros de la iglesia del valle… Muros viejos. Con historia…

Bajo su pórtico, grande en comparación con ésta, se reunían antaño casi todos los vecinos, entonces de caseríos, que poblaban este pequeño valle de prados, huertas, ganado, montes y río a las faldas del monte Anboto, 1.331m.

Las “piedras viejas” tienen un encanto especial. Es igual que estén en casas de pueblos viejos, plazas, puentes, monasterios, iglesias, calles o muros. Eso viejo tiene algo entrañable para mí. Su color, su rugosidad al tacto, sus líquenes y musgos que el tiempo ha ido formando, sus vivencias, su historia, su imagen toda, me da esa sensación de… ¿cómo decir?… ¿hogar, recogimiento, seguridad, vida serena…, oasis en un mundo de vértigo? ¿Reminiscencias de vidas pasadas?

Si os acercáis a ellas con la mente abierta podéis oír sus cantos, o sus “cuentos”. Sus enseñanzas interminables... Las piedras viejas enseñan, como enseñan los árboles solitarios el sentido del mundo, o el fluir del río a su paso por el valle. A través de ellas podréis oír los ecos de fiestas o de tragedias habidas. Los lamentos oídos y las risas compartidas. Los primeros besos a los 14 años y los furtivos de los 46. El jadeo de los cuerpos apoyados sobre ellas en algunas noches tórridas de verano…

Las piedras viejas cuentan la historia de la vida. ¡Tu propia historia!

20 comentarios:

Elda dijo...

Me gusta mucho lo que has escrito, dentro de ese puntito místico, quizás?, es puramente romántico, o por lo menos a mi me suena así por como lo expresas… sugerente, cálido, hermoso.
Cuando esté en el campo trataré de abrir la mente, el corazón, y todo, para ver si consigo esas sensaciones de las que hablas tan divinamente.
Placer y serenidad. Un brazo Ernesto.

Elda dijo...

Un brazo no, un abrazo, jajaja.

Matías dijo...

Los buenos aficionados a la fotografía entendemos bien lo que comentas, nos encantan los lugares con mucha historia, en mi caso también me ocurre, llevar la imaginación a tiempos pretéritos.
Un abrazo.

maria cristina dijo...

Hermoso ese árbol, Ernesto, reinando entre las piedras que lo rodean, imagino que también será receptor de historias bajo su sombra, un abrazo!

chusa dijo...

qué cierto lo que dices y qué bonito lo has expresado! las piedras tan silenciosas y quietas cuántas historias cantan, erosionadas por viento y lluvia... mientras los niños juegan ellas resisten el paso del tiempo. Me encanta la imagen de ese hermoso y viejo árbol solitario rodeado por las piedras, parece un brazo humano que surge de la tierra...
me ha gustado pasar por aquí en este momento, buena tarde amigo Ernesto,
te dejo un abrazo de viernes :-)

lunaroja dijo...

Qué maravilla lo que dices Ernesto! Qué se puede agregar?
Las piedras tienen vida,no solo por los secretos que guardan sino que para mi son seres vivos,con una evolución quizás mucho más lenta y primitiva,pero, su energía nos llega.
Siempre ,siempre que estoy en un lugar donde haya piedras o muros construídos con piedras,tengo que descalzarme,caminar o apoyar mis pies en esas rocas. Siento una conexión inmediata.
Precioso!
Un abrazo enorme.

Soñadora dijo...

Ese paseo si que me agradó. Esa sensibilidad para escuchar lo que las piedras, los árboles o el discurrir del agua nos quiera contar es maravillosa.
Fuerte abrazo Ernesto!

Mari-Pi-R dijo...

Ellas nos llevan a imaginar todo lo que han visto y vivido, bonito escrito, un buen domingo.

alp dijo...

Estupendo lo escrito... feliz verano... bonito árbol... un saludo desde Murcia...

AMALIA dijo...

Muy bellas letras y una preciosa imagen.

Un abrazo.

Tara dijo...

Pues que dan ganar de pasear el camino de piedra y su historia.
Ernesto, en casa también tuvimos varios veranos a Abdelkader, un niño Saharahui... ahora ya es un muchacho a punto de empezar medicina este próximo año.
Tus relatos respiran naturaleza y espiritualidad compañero.

Piedad dijo...

Un bello escrito y bella música... si hay imágenes no puedo opinar, pero seguro que también son bellas.

Que tengas un feliz fin de semana.
Abrazos.

Maru dijo...

Muy bonita tu historia, cierto, cuántas historias podrían contar esos muros, nosotros vamos pasando ante sus inmutables piedras que son testigos callados de nuestros ires y venires... fuerte abrazo.

Margarita HP dijo...

Qué hermoso Ernesto, yo siempre he dicho que si las piedras hablasen nos contarían más de una historia, confirmarían más de una leyenda y desmentirían más de una fanfarronada, eso sí, también harían veraces más de un mito.
¡Besos! :D

esteban lob dijo...

Piedras viejas, que como el vino parecen rejuvenecer al paso del tiempo. Ellas, como sus "familiares" en todo el mundo, se especializan en guardar el secreto que sus visitantes depositan personalmente en sus muros.

Enca Gálvez dijo...

Sin lugar a dudas tu bello escrito esta lleno de sensaciones...Por todo ello te felicito un placer leerte.
Un abrazo y buen comienzo de verano!

CÉU dijo...

Hola, Ernesto!

Que es hecho de ti? Estás bien?

Un texto muy bonito, onde recordas tu primero amor, tu 1º beso e los k vieram despois. A paisagem también habla y como habla!

Tus nietas tienem dos nombres tão invulgares y lindos! Me parecem nombre árabes.

Besitos para todos.

http://azulgenia.blogspot.mx/ dijo...

Precioso texto!
Cuántas historias llevan grabadas las piedras del camino que rodando y rodando siguen acumulando vivencias,cuanto ha quedado plasmados en los muros de de esa iglesia o de los edificios aledaños,cuanta historia guardan los muros de nuestra propia casa.
Siempre he dicho que los muros de mi casa guardan mis tesoros mas preciados... que son las risas,voces,cantos,llanto y pasos de mis hijas,pero son tan celosos que ni siquiera comparten esos sonidos conmigo.

Estoy feliz porque pude ingresar a tu blog y agradecida contigo por este hermoso texto.

Saludos y abrazos.

Maria Glória dijo...

Olá Ernesto!
Tal como tu, eu também escuto, sinto, as pedras, as árvores, o correr das águas do mar ou de um rio. O som das asas das borboletas... do vento nas folhas das árvores.
Quanta beleza oculta, mas profunda e significativa.
Apreciei ler as tuas linhas.
Um abraço do Brasil.

Isabel dijo...

Las piedras me encantan, y todo lo que dices sobre ellas también. De hecho mi segunda novela, que tengo entre manos, parte de un cuento que escribí hace años que se titulaba "Piedras".
Abrazo.