Tras
dejar en los “udalekus”, centros de juego para niños en verano,
a las dos peques de la casa, mi nieta Ziara, 7 años, y Mamía, 10,
saharaui que comparte verano, piscina y agua en abundancia con
nosotros, he pasado cerca de los muros de la iglesia del valle…
Muros viejos. Con historia…
Bajo
su pórtico, grande en comparación con ésta, se reunían antaño
casi todos los vecinos, entonces de caseríos, que poblaban este
pequeño valle de prados, huertas, ganado, montes y río a las faldas
del monte Anboto, 1.331m.
Las
“piedras viejas” tienen un encanto especial. Es igual que estén
en casas de pueblos viejos, plazas, puentes, monasterios, iglesias,
calles o muros. Eso viejo tiene algo entrañable para mí. Su
color, su rugosidad al tacto, sus líquenes y musgos que el tiempo ha
ido formando, sus vivencias, su historia, su imagen toda, me da esa
sensación de… ¿cómo decir?… ¿hogar, recogimiento, seguridad,
vida serena…, oasis en un mundo de vértigo? ¿Reminiscencias de
vidas pasadas?
Si
os acercáis a ellas con la mente abierta podéis oír sus
cantos, o sus “cuentos”. Sus enseñanzas interminables... Las
piedras viejas enseñan, como enseñan los árboles solitarios el
sentido del mundo, o el fluir del río a su paso por el valle. A
través de ellas podréis oír los ecos de fiestas o de tragedias
habidas. Los lamentos oídos y las risas compartidas. Los primeros
besos a los 14 años y los furtivos de los 46. El jadeo de los
cuerpos apoyados sobre ellas en algunas noches tórridas de verano…
Las
piedras viejas cuentan la historia de la vida. ¡Tu propia historia!
Me gusta mucho lo que has escrito, dentro de ese puntito místico, quizás?, es puramente romántico, o por lo menos a mi me suena así por como lo expresas… sugerente, cálido, hermoso.
ResponderEliminarCuando esté en el campo trataré de abrir la mente, el corazón, y todo, para ver si consigo esas sensaciones de las que hablas tan divinamente.
Placer y serenidad. Un brazo Ernesto.
Un brazo no, un abrazo, jajaja.
ResponderEliminarLos buenos aficionados a la fotografía entendemos bien lo que comentas, nos encantan los lugares con mucha historia, en mi caso también me ocurre, llevar la imaginación a tiempos pretéritos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hermoso ese árbol, Ernesto, reinando entre las piedras que lo rodean, imagino que también será receptor de historias bajo su sombra, un abrazo!
ResponderEliminarqué cierto lo que dices y qué bonito lo has expresado! las piedras tan silenciosas y quietas cuántas historias cantan, erosionadas por viento y lluvia... mientras los niños juegan ellas resisten el paso del tiempo. Me encanta la imagen de ese hermoso y viejo árbol solitario rodeado por las piedras, parece un brazo humano que surge de la tierra...
ResponderEliminarme ha gustado pasar por aquí en este momento, buena tarde amigo Ernesto,
te dejo un abrazo de viernes :-)
Qué maravilla lo que dices Ernesto! Qué se puede agregar?
ResponderEliminarLas piedras tienen vida,no solo por los secretos que guardan sino que para mi son seres vivos,con una evolución quizás mucho más lenta y primitiva,pero, su energía nos llega.
Siempre ,siempre que estoy en un lugar donde haya piedras o muros construídos con piedras,tengo que descalzarme,caminar o apoyar mis pies en esas rocas. Siento una conexión inmediata.
Precioso!
Un abrazo enorme.
Ese paseo si que me agradó. Esa sensibilidad para escuchar lo que las piedras, los árboles o el discurrir del agua nos quiera contar es maravillosa.
ResponderEliminarFuerte abrazo Ernesto!
Ellas nos llevan a imaginar todo lo que han visto y vivido, bonito escrito, un buen domingo.
ResponderEliminarEstupendo lo escrito... feliz verano... bonito árbol... un saludo desde Murcia...
ResponderEliminarMuy bellas letras y una preciosa imagen.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues que dan ganar de pasear el camino de piedra y su historia.
ResponderEliminarErnesto, en casa también tuvimos varios veranos a Abdelkader, un niño Saharahui... ahora ya es un muchacho a punto de empezar medicina este próximo año.
Tus relatos respiran naturaleza y espiritualidad compañero.
Un bello escrito y bella música... si hay imágenes no puedo opinar, pero seguro que también son bellas.
ResponderEliminarQue tengas un feliz fin de semana.
Abrazos.
Muy bonita tu historia, cierto, cuántas historias podrían contar esos muros, nosotros vamos pasando ante sus inmutables piedras que son testigos callados de nuestros ires y venires... fuerte abrazo.
ResponderEliminarQué hermoso Ernesto, yo siempre he dicho que si las piedras hablasen nos contarían más de una historia, confirmarían más de una leyenda y desmentirían más de una fanfarronada, eso sí, también harían veraces más de un mito.
ResponderEliminar¡Besos! :D
Piedras viejas, que como el vino parecen rejuvenecer al paso del tiempo. Ellas, como sus "familiares" en todo el mundo, se especializan en guardar el secreto que sus visitantes depositan personalmente en sus muros.
ResponderEliminarSin lugar a dudas tu bello escrito esta lleno de sensaciones...Por todo ello te felicito un placer leerte.
ResponderEliminarUn abrazo y buen comienzo de verano!
Hola, Ernesto!
ResponderEliminarQue es hecho de ti? Estás bien?
Un texto muy bonito, onde recordas tu primero amor, tu 1º beso e los k vieram despois. A paisagem también habla y como habla!
Tus nietas tienem dos nombres tão invulgares y lindos! Me parecem nombre árabes.
Besitos para todos.
Precioso texto!
ResponderEliminarCuántas historias llevan grabadas las piedras del camino que rodando y rodando siguen acumulando vivencias,cuanto ha quedado plasmados en los muros de de esa iglesia o de los edificios aledaños,cuanta historia guardan los muros de nuestra propia casa.
Siempre he dicho que los muros de mi casa guardan mis tesoros mas preciados... que son las risas,voces,cantos,llanto y pasos de mis hijas,pero son tan celosos que ni siquiera comparten esos sonidos conmigo.
Estoy feliz porque pude ingresar a tu blog y agradecida contigo por este hermoso texto.
Saludos y abrazos.
Olá Ernesto!
ResponderEliminarTal como tu, eu também escuto, sinto, as pedras, as árvores, o correr das águas do mar ou de um rio. O som das asas das borboletas... do vento nas folhas das árvores.
Quanta beleza oculta, mas profunda e significativa.
Apreciei ler as tuas linhas.
Um abraço do Brasil.
Las piedras me encantan, y todo lo que dices sobre ellas también. De hecho mi segunda novela, que tengo entre manos, parte de un cuento que escribí hace años que se titulaba "Piedras".
ResponderEliminarAbrazo.