martes, 11 de diciembre de 2018

Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

 

El Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

¿«Quién no ha oído hablar, leído o vista la obra de Robert Louis Stenvenson?: El Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
Escrita en 1886, relata la experiencia de un hombre que vive dos realidades. La propia y en la que se transforma. Jekyll es un científico que crea una poción o bebida que tiene la capacidad de separar la parte más humana del lado más maléfico de una persona. Cuando Jekyll bebe esta mezcla se convierte en Edward Hyde, un criminal capaz de cualquier atrocidad. Según se cuenta en la novela, en nosotros siempre están el bien y el mal juntos».


1984.

«Novela escrita por George Orwel entre 1947 y 1948. La novela introdujo los conceptos del omnipresente y vigilante Gran Hermano o Hermano Mayor, de la notoria habitación 101 de la ubicua policía del pensamiento.
Muchos analistas detectan paralelismos entre la sociedad actual y el mundo de 1984, sugiriendo que estamos comenzando a vivir en lo que se ha conocido como sociedad orwelliana, una sociedad donde se manipula la información y se practica la vigilancia masiva y la represión política y social. El término «orwelliano» se ha convertido en sinónimo de las sociedades u organizaciones que reproducen actitudes totalitarias y represoras como las representadas en la novela». (Extraido de Wikipedia)


Ambas obras literarias son eso, creaciones de dos escritores destacados, cada uno en su género. El primero porque señala esos dos lados del ser humano. (En realidad tenemos miles…) Y el segundo por su clarividencia al relatar, 70 años antes, lo que sería/es, tal vez, parte de la humanidad actual. (Alguna parte de la sociedad de este país, casi casi como un calco)

Me sirvo de los dos relatos para intentar apuntar dos aspectos del ser humano. 
 
El primero, la capacidad que tenemos de vivir, o interactuar, entre realidades distintas. Lo que somos, lo que creemos que somos. Lo que es, lo que creemos que es. (El “lo que somos” y el “lo que es” tiene una intencionalidad, realidad, que va más hacia lo trascendente que al color de los zapatos, lo que creemos que somos, que nos hemos puesto hoy)

El segundo, por ese paralelismo calcado de la sociedad descrita por Orwel y las actuales en muchas partes del mundo. En la nuestra, como digo, “más papistas que el Papa”.

La deriva dialéctica de los discursos de muchos políticos, ¡no todos naturalmente!, (y algunos medios de comunicación…, creado alguno especialmente para ello, Okdiario del sr. Inda, por ejemplo), que pretenden mediante falsedades, medias verdades, barullo, estridencias, manipulación de los hechos y tergiversación de la realidad, (también se valen de cierta limitación de análisis de muchos ciudadanos, por una parte, y de otra cierta facilidad para aceptar conceptos patrióticos que nada resuelven, pero sí identifican a algunos con sentimientos que suelen acabar enfrentando a unos contra otros.

¿Quienes ganan, pretenden hacerlo, a río revuelto en el panorama político? 
 
-En EEUU, Donal Trump.
-En parte de Europa, la extrema derecha… (Emmanuel Macron, Francia, no siéndolo, no anda lejos en sus pretensiones y métodos...)
-Por estos lares, quienes “perdieron” por méritos propios de corrupción, manipulación y delitos varios, y quienes tratan de irrumpir con valores trasnochados y de retroceso social.

11 comentarios:

  1. Cierto. A veces, como en un instante mágico, nos colamos en otra manera de ser, de reaccionar. Con suerte más bondadosa, siempre más espontánea. Es como si burláramos al portero de nuestra conciencia, y una faceta que permanece escondida saliera a pasear sin nuestro permiso. Un abrazo Ernesto

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  2. De acuerdo, Ernesto, y te agrego, el mal de dar discursos de ejemplo de probidad quienes no supieron comportarse como tales y perdieron, está ampliamente compartido por estos lares. Supongo que como el primer caso, es inherente al ser humano, un abrazo!

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  3. Tras el éxito de Trump, aupado gracias a la noticias falsas y a la entrada masiva en la intimidad de las personas, gracias a las redes sociales, está comprobado que alcanzar un sillón es ahora mucho mas fácil.
    Ya no hace falta programa, Goebbels, lo dejó atado y bien atado.
    Saludos.

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  4. Es como vivir en un mundo orwelliano gobernado por los Hyde,. Lo más inquietante es que estoy de acuerdo.
    Y lo que me mantiene viva es que estamos llegando a un punto en que sí o sí tendremos que reaccionar a tanto despropósito. Ojalá sea a tiempo.

    Saludos

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  5. Se decía que la prensa es el cuarto poder, pero se equivocaban, hoy los medios
    de comunicación dominan casi todo y pueden hacer ganar o perder elecciones.
    El concepto de la política ha cambiado totalmente, han aumentado considerablemente los votos al radicalismo de uno y otro signo, por lo que no es descartable que llegue a gobernar un presidente prepotente,inepto o incluso loco.
    Un abrazo.

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  6. Siempre en la Historia han existido estos problemas,señores y "delitos"
    Es un circulo que se va encontrando a sí mismo,como es evidente.
    Yo no hablo de los políticos porque no creo en ellos,lo siento.Creo en la persona ,en lo que es,y en sus actos.Las palabras son armas en sus discursos.Y yo no compro sus armas.
    Me da pena de verdad que no sean un referente de bondad y bien hacer-
    Pero has tocado en la llaga Ernesto

    Besucos

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  7. Recuerdo muy bien las películas pasadas por esta obra.
    Estamos viviendo tiempos de dos caras en muchas facetas.
    Un abrazo.

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  8. Se empeñan en provocar el caos para justificar la imposición del "orden" pacificador.
    Saludos.

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  9. Vivo. Soy.

    Intento pasar de política
    y de medios y poderes.

    El bien y el mal
    están en la sociedad
    y en mi. Pero no son yo.

    No entro a comentar.
    Paso de juzgar a nadie
    ya que nadie me dio ese poder.

    Un abrazo,
    José Manuel

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  10. Llámame loco pero en más de una ocasión he pensado que Orwel lanzó la idea y "alguien" se la adjudicó para llevarla a efecto,no ya a nivel de este bendito y sufrido país nuestro,sino a nivel mundial.Yo veo cada día con más claridad que lo que existe es un plan global para dominar a las masas,para esclavizarlas de nuevo y eso es algo que a poco que se mire,se está viendo ya:recortes sociales,bajadas de salarios,eliminación de derechos fundamentales de todo tipo,apoyo a los bancos y a las grandes fortunas por parte de los gobiernos de turno,tibieza con quienes evaden capitales...

    En fin,un panorama cada vez más oscuro. No sé si estás de acuerdo conmigo al menos en parte,pero no soy yo solo el que así lo ve.
    Es decir que,más que la influencia de un libro es la puesta en práctica de sus ideas como otra solución final parecida en cierto modo a aquella que los nazis llevaron a cabo a mitad del siglo XX,pero esta vez, a lo bestia.¿Pesimista? Tal vez,pero no me negarás que el panorama no es para estarlo.

    Interesante siempre tus entradas,Ernesto. Si no vengo más es por pereza,uno termina por cansarse de todo...

    Abrazote

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  11. Ernesto! Interesante tu entrada. Siempre va a haber quien se aproveche del "río revuelto". La cuestión es saber ver por qué esta revuelto. En mi opinión hay tres semillas del populismo: una política, otra económica y una última social. La primera es la desconfianza fruto de los sucesivos casos de corrupción que han empañado a los partidos políticos tradicionales. La segunda económica, debida al austericidio impuesto. La tercera, la social, es la de la cultura, muchas personas sienten que sus creencias se están viendo amenazadas (ej. la corriente nacionalista fruto de la inmigración, o del secesionismo; la vuelta al conservadurismo, como respuesta a la ola de valores posmaterialistas como el feminismo, o el ecologismo). Pero en general, noto que lo más acuciante es recuperar la confianza de la ciudadanía. Algo difícil teniendo en cuenta que -incluso en las relaciones más estrechas con nuestra familia y amigos- la confianza perdida es muy difícil de recuperar. Creo que, desde mi humildísima opinión, la clave está en los aspectos sociales, en las personas. Sólo volcándose en la gente, de manera genuina y sin artificios políticos, los votantes recuperaríamos la confianza en la clase política.

    Buen post y buen debate,
    Un abrazo
    Pat

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