Estos espacios representan las tertulias en que se convierten, en muchas ocasiones, nuestras publicaciones en el blog. ¡Y es un placer compartirlas! ¡Y cuidarlas!
Hoy por ejemplo nada relevante se me ocurre para escribir, y casi ni quiero. De vez en cuando espacios sin nada que decir, y casi ni tan siquiera pensar, bienvenidos!
Hay demasiado ruido, “cacareo”, barullo, (Acabo de recordar que mi tío Manolo en Noia, Galicia, era conocido por el alias: «Bagullo». Lo que ello significase en aquellos lejanos años, sólo Dios lo sabe.). Bulos, desinformación, e intereses espurios.
Cuando no navegantes, y de cualquier edad, que se embarcan en teorías, modernidades, proyectos mentales que creen iniciativas suyas, y no pasan de ser indicaciones de hábiles terceros en búsqueda de objetivos ocultos…
Dicen que ciertos aspectos de la historia de los pueblos deben ser recordados, generalmente negativos, para no repetirlos. No voy a negar que cuatro pinceladas de información sobre ellos no sean necesarios.
Pero creo que es, no la ignorancia impuesta, y sí principalmente el “no querer profundizar en el saber de lo que la persona es”, lo que mantiene al ser humano encadenado a las múltiples teorías que, cual alfalfa, le es servida.
─¡Vaya! Menos mal que ha introducido la anécdota sobre el alias de su tío. Le había quedado el texto algo denso… Para haber reivindicado el “nada qué decir” y el “ni tan siquiera pensar”.
─Bueno, tal vez tenga razón. Lo dejaremos así.

Creo que es necesario hablar de lo que se piensa, aunque no vaya con la mayoría. Un beso
ResponderEliminarRecuerdo que Serrat escribió en una canción un texto que ahora tú me has recordado con tu siempre brillante forma de escribir y hoy es un ejemplo más de ello: "Busqué, mirando al cielo, inspiración, y me quedé colga'o en las alturas. Por cierto al techo no le iría nada mal, una mano de pintura". No obstante, y dejando de lado a Serrat, hoy me quedo con ese brillante párrafo de tu post de hoy: "Pero creo que es, no la ignorancia impuesta, y sí principalmente el “no querer profundizar en el saber de lo que la persona es”, lo que mantiene al ser humano encadenado a las múltiples teorías que, cual alfalfa, le es servida."
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, pensador y, ah, ¿para cuándo un libro tuyo?