Corría el año de 1956..., ayer,
cuando el tren arribó a la estación de Santiago de Compostela. Dos
noches y un día en la vida del niño que fui, soy, marcaron el
trayecto. Antes 8 horas de barco desde Mallorca a Barcelona.
Me esperaban mis queridos abuelos y la
que resultó ser mi queridísima tía Lolita. Contaría ésta unos 30
años de edad. Guapa, muy guapa. Y sumamente cariñosa. Aunque casada
y con casa propia, residía en la casa paterna, pues su marido, mi
tío Manolo, emigró al Brasil a hacer fortuna...
Seis meses residí en aquella Noia de
aquel ayer que no es hoy. Entrañables vivencias resultaron de cada
día. La casa, la escuela, Don Venancio el maestro, los vecinos, mis
amigos, la bodega La Rosa, la iglesia, la plaza de La Lagrima.
Paquita Ouviña, conocida por la Xouba, su perra Chula. Los cocidos
gallegos cuyo sabor todavía guardo en la memoria junto al de las
ocasionales filloas de mi abuela. ¡Nunca más las he vuelto a comer
igual! Los paseos de cada tarde de mis abuelos. Luis el carpintero,
Luis do bracos, y su carpintería. Con un cariño y respeto hacia mi
abuelo que le hizo poner a su hija mayor el nombre de éste:
Ernestina. Y a la segunda el de mi hermana Pilar...
Mi novia de entonces Gena, siempre creí
que su nombre era Genoveba. Cuando nos volvimos a ver, 47 años
después, supe que era Xena, de Xenerosa. Cuando en plenas fiestas
patronales de la ciudad pregunté por ella a su madre, quien se
encontraba haciendo empanadas en la calle, y al llamarla por teléfono
para decirle que uno que jugaba con ella de niños preguntaba por
Gena, inquirió a su vez desde el otro lado: “...pregúntale si se
llama Ernesto”.
La casona grande es la casa de la
Xouba, tres casas más atrás en la misma acera la casa de mis
abuelos, y el crucero que se ve en primer plano pertenece a la
plazuela de La Lágrima donde tanto jugué... (Coches en aquel tiempo
no había)
Ernesto que precioso relato de tu vida...es apasionante ,yo recuerdo aun cosas que me contabas en los correos que me escribias y esas fotos familiares...
ResponderEliminarque Dios te de mucha salud ,eres mi gran amigo ,gracias por tu visita a mi blog con muy escuetas palabras pero para mi bellas y queridas amigo .
un abrazo
Marina
Me encantó Ernesto ! ¡Cuánta vida, cuántas experiencias .Son recuerdos que siempre estarán en tu corazón...
ResponderEliminarBesos del alma.
FELIZ VIERNES.! :)
Hola Ernesto, que bonitos recuerdos nos traes de cuando eras niño, no se a ti pero yo cuando voy a mi pueblo me encanta recobrar esos momentos y lugares por donde jugué con loa amigos de entonces, lo bonito también es encontrarte con alguno de ellos como te paso a ti con tu "novia":), muy bonito de verdad.
ResponderEliminarBesos.
Ayer en tu presente, en lugares cercanos a los de mi infancia, los mismos aromas y sabores...
ResponderEliminar...y la importancia de llamarse Ernesto.
Te veo màs humano en esta estampa tuya y me gusta.
Te mando un gran abrazo desde Venecia hasta tus estrellas
Ahora el pasado se nos presenta vivo y lleno de fuerza, como las grandes olas que llegan arrastrando todo lo que encuentran.
ResponderEliminarGracias Ernesto, por compartir un poquito de ti. Es un relato muy interesante donde los recuerdo esta ahí muy presentes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es bonito revivir los recuerdos... Rememorar...
ResponderEliminarTrocitos de cielo que nos forjaron y atesoramos en nosotros.
Muchos besos
Hola Ernesto: Un relato muy sentido, es bueno recordar los lugares de nuestra infancia, traen buenos sabores. Saludos!!!
ResponderEliminarMe encanta tu entrada, con esa nostalgia alegre de donde se pasaron preciosos momentos. Y la imagen, te la agradezco... muy lindo sitio.
ResponderEliminarUn beso, Ernesto!
Maravillosos y entrañables recuerdos.
ResponderEliminarMe ha encantado leer esta bonita entrada porque a mí también me gusta mucho recordar los momentos felices de hace muchos años.
Te mando un abrazo grande, querido amigo.
El tiempo pasa, qué duda cabe...
ResponderEliminarSin embargo, permanece intacto en nuestra memoria, que suele ser a veces pícara y selectiva, pero a poco que nos esforcemos, salen a la luz todos aquellos recuerdos vívidos, paseantes, lisonjeros, vestiditos de nostalgia.
Me ha encantado pasear contigo por entre esas gentes.
Besos.
Bonita entrada Ernesto, invocando esas historias que permanecen en nuestra memoria a pesar del paso de los años, los recuerdos se dulcifican y la nostalgia hace acto de presencia. Saludos y buen fin de semana.
ResponderEliminarVerdad es amigo que los recuerdos se acrecientan o disminuyen hasta olvidarlos dependiendo del sabor que ellos dejaron. Y el tiempo pasado se convierte en magia pura, y se recuerdan olores y colores, y los sabores ¡¡¡ufff que maravilla!!!
ResponderEliminarEs una bonita entrada llena de serenidad y tiempo bien pasado, es un devenir en esta vida de ahora, que nos hace detener el ayer y convertirlo en un cuento que jamás olvidaremos. Un abrazo Ernesto.
Qué bellos recuerdos Ernesto, me gusta porque eres como yo... te encanta hacer un repaso de tu vida, para mí es tan importante. A ese pasado le debemos lo que somos, es parte de nuestra identidad.
ResponderEliminarUn beso grande.
Ernesto veo que volviste a tu niñez por unos momentos, es bueno atesorar recuerdos agradables y traerlos a tu mente para al menos durante unos segundos saborear el cocido gallego, las calles y las gentes, y sentir que aun palpita un poco el corazón por el primer amor...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el relato.
Y ya se porque te llamas Ernesto...
un abrazo
Que ayer tan entrañable Ernesto, es hermoso recordar y volver a vivir!
ResponderEliminarUn abrazo,