Cogió
el tren en Bilbao pues su destino era Bermeo. Villa fundada en 1236.
Pueblo costero dedicado a la pesca y las conserveras.
Juan
Díez Zorriqueta, joven sacerdote, se dirigía aquella mañana de
1960 hacia el destino que el obispado le había asignado: la
parroquia de Bermeo. El viejo don Manuel se retiraba ya después de
cuarenta años de servicio en aquella localidad.
Sentándose
junto a la ventana observó que no había mucha gente en el vagón.
Miró por ésta hacia el andén y vio como algunos aldeanos cargados
con cestos y sacos medio vacíos se apresuraban hacia el tren.
Observó que alguien se sentaba frente a él y volvió la mirada...
-Buenos
días padre... Una mujer de unos cincuenta años, con
delantal gris y dejando en el suelo dos grandes cestos vacíos
oliendo a pescado se sentó frente a él.
-¿Va
muy lejos padre?
-A
Bermeo...
-¿No
me diga que es el nuevo párroco?
-Pues
sí, contestó éste sonriendo.
-¡Vaya!
Pero si es muy joven, le dijo la mujer mirándole de arriba
a abajo. E inició una conversación con él...
-...Tenga
usted cuidado padre, en Bermeo les ponemos mote a todos...
-Sí,
algo de eso me han contado, pero no se preocupe, ¡ya vengo
prevenido!
Pocos
llegaron a conocerle por su nombre. Muchos años después se jubiló
como “Don Prevenido”.
Jajaja, buenísimo.
ResponderEliminarDon Manuel no tendría una hermana llamada Josefina?
Un beso grande.
Muy bueno, con humor ligero y una buena actitud podemos pasar a través de todo.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Es buenísimo!!!!
ResponderEliminarEs necesario el humor.
Un fuerte abrazo de fin de semana.
Que seas feliz, amigo.
Es bueno ser prevenido(a)...
ResponderEliminardebí leer este cuento muchos años atrás...jajajja
saludos!
Qué bien sienta leer un relato de humor al empezar el día, muy bueno Ernesto, gracias por arrancarnos una sonrisa. Un abrazo
ResponderEliminarErnesto, un relato muy ameno y con un toque de humor. El cura estaba prevenido, por si llegaba el momento.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mu agudo el cura!!!
ResponderEliminarUn saludo cariñoso ERNESTO :))
Un blog muy interesante tienes LLeno de personalidad
ResponderEliminarMe encantó Ernesto ! aire fresco para este finde. Gracias !!
ResponderEliminarUn abrazo gigante. :)
Tienes forma de contactar al padre?????
ResponderEliminarPara que me ayude a cambiarme el nombre...
Magnífico relato, Ernesto, con su dosis de humor y de enseñanza.
Abrazos y una linda semana Ernesto, disculpa mis ausencias, son inevitables.
Yo creo que desde siempre a las mujeres, nos gusta eso de poner motes. Es como un deseo de caricaturizar, de simplificar las apariencias. Recuerdo de estudiante, ni un solo profesor se libraba... En este caso, tambièn esa mujer lo "rebautizò" y divulgò el mote. La aguda fue ella.
ResponderEliminarUn abrazo en la niebla, Ernesto, disfruta meditando y no solo;)
Jajaja, bueno, el mote podría haber sido peor...
ResponderEliminarSaludos
Invitación - E
ResponderEliminarSoy brasileño.
Pasei acá leendo , y visitando su blog.
También tengo un, sólo que mucho más simple.
Estoy invitando a visitarme, y si es posible seguir juntos por ellos y con ellos. Siempre me gustó escribir, exponer y compartir mis ideas con las personas, independientemente de su clase Social, Creed Religiosa, Orientación Sexual, o la Etnicidad.
A mí, lo que es nuestro interés el intercambio de ideas, y, pensamientos.
Estoy ahí en mi Simpleton espacio, esperando.
Y yo ya estoy siguiendo tu blog.
Fortaleza, la Paz, Amistad y felicidad
para ti, un abrazo desde Brasil.
www.josemariacosta.com
Pues seguramente valió por dos, como dice el refrán, ya sabes, aquel de hombre "Prevenido" vale por dos.
ResponderEliminarDivertido esto de los motes que a nadie perdonan, porque aún hoy día existen para muchas personas y no es fácil saber de ellas por su nombre real.
:)
Entrañable relato.
Besos.
Hola Ernesto, soy Charo y ya estoy en tu Blog . Me ha parecido genial lleno de humor y de enseñanza , me ha encantado.
ResponderEliminarDesde hoy tienes una seguidora más que soy yo . Espero que vuelvas a visitarme cuando quieras.
Un beso
Muy grata la lectura me hizo sonreír me da gusto conocerle, agradezco su visita y le cuento que me apena las complicaciones que les ocasiona ingresar a mi blog y dejar sus comentarios.
ResponderEliminarLe cuento que yo tenia otro blog, el cual me eliminaron sin saber aún el motivo, incluso mi cuenta de bloguer.
Para hacer una nueva cuenta tuve mucho problema y mas aún para hacer este nuevo blog. ignoro porque esta tan restringido para mi es totalmente diferente a el que tenia. si me pueden ayudar dándome algún tip se los agradeceré mucho.
Saludos .
Muy bueno Ernesto, el humor popular tiene siempre ese toque de sabiduría rápida, espontánea,que tan facilmente arranca sonrisas. En el tema de los motes los cordobeses (de Argentina) son irresistibles, tu relato me los ha recordado....Córdoba, mi tierra natal.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ompa komea patsas, hieno!
ResponderEliminarDivertida narración, esto de los motes es muy característico de los pueblos andaluces.
ResponderEliminarSaludos.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEngraçado!
ResponderEliminarBom domingo
¡Que bueno!!
ResponderEliminarUn placer leerte, te visitaré seguido.
mariarosa
Hola Ernesto, divertido el relato que nos dejas y cuanta verdad contiene, como sin quererlo se bautizo el solo jeje, ahora ya no tanto pero aun se siguen poniendo motes sobre todo en los pueblos, yo cuando voy al mio de vez en cuando, no hay manera que no me digan de quien soy sin decir el mote:), pero pienso que es bonito y es una manera de conservar nuestras costumbres:)
ResponderEliminarBesos.
Hola Ernesto...jajaja es curioso yo este relato ya lo conocia pero como un chiste...le saludaban ...buenos dias "Don Prevenido" ya que el advertia que llegaba prevenido.
ResponderEliminargracias por tu visita
un abrazo
Marina
Muy buena el relato, no se porque siempre en los pueblos conocen a la gente mas por el mote, que por el nombre.Un ABRAZO
ResponderEliminarFELIZ DIA
ResponderEliminarTu relato, nos muestra los apodos o motes que se acostumbraban a poner en los pueblos.
Divertido para comenzar la semana con una sonrisa.
Feliz semana Ernesto.
Un cálido abrazo
Mira que venir a sentarse justo con la corresponsal del pueblo jajaja.
ResponderEliminarUsos y costumbres que arrastran aunque no quieras.
Un abrazo Ernesto.
El solo se puso en nombre, el párroco en verdad que resulto ser prevenido.
ResponderEliminarYa ves en los pueblos no dan puntada sin hilo, pero hay gente que ya está de vuelta de todo aunque sea joven. Una suerte poder leerte. Un abrazo.
Eso de la corresponsal del pueblo ha estado bien Lola...
ResponderEliminarUn abrazo.
Has contado tu historia tal y como sucede realmente en los pueblos.
ResponderEliminarMira que tienen habilidad para escoger los motes de cada vecino!.
Muy bueno.
Un beso.
Me gusta como escribes me quedo por aquí.
ResponderEliminarSaludos.
Los pueblos y los motes...es algo muy habitual...pero a mi me llena de orgullo ser la chica de los Macarios...que es como me conocen en mi pueblo...que así se llamaba mi abuelo paterno...que dio nombre a la saga...una familia de la que me siento orgullosa...
ResponderEliminarun abrazo
Visito por primera vez tu blog y me resulta divertido y curioso.
ResponderEliminarEste relato es muy bueno, se lee fácilmente y me gusta porque trata de esa costumbre popular de poner un mote a cualquiera que se preste, indepedientemente de su condición social. La sabiduría y humor popular no perdonan.
Te seguiré leyendo.
Buenas noches.
Saludos.
Jajaja , muy bueno!
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