Con
30 y 26 años, enamorados, decidieron irse a vivir juntos. Él
llevaba separado de su esposa algunos años. Venticinco años de
feliz convivencia habían transcurrido cuando un accidente en la
empresa donde él trabajaba ocasionó su fallecimiento.
A
las pocas semanas su ex-mujer empezó a recibir la pensión que como
viuda le correspondía...
La
falta del documento que acreditaba tanto la separación como
la posterior convivencia con otra persona estaba sin realizar. Al
dolor de la falta del ser querido se sumó la desorientación y la
confusión administrativa.
Un
simple documento firmado hubiese encauzado las cosas en su
justo y natural término.
El
caso terminó cuando la primera esposa, dándose cuenta de la
situación, renunció a dicha pensión y facilitó todos los
procedimientos para la resolución a favor de la compañera.
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Dos
mujeres de edad, viudas ambas, íntimas amigas desde su juventud,
vivían solas en sus respectivos domicilios. Solían verse muy a
menudo pues una de ellas viajaba desde el otro lado de la ciudad casi
todas las tardes.
Transcurrieron
los años... Un día la de más edad y dueña de la casa donde se
veían le dijo: “Me gustaría que no tuvieses que irte por las
noches. Llevo algún tiempo pensando algo que quería proponerte.
¿Qué te parece si viviésemos juntas en mi casa? Podrías vender tu
casa y venirte a vivir conmigo”. A su amiga le pareció una
excelente idea, dada la amistad, el cariño y la confianza que se
profesaban. ¡Accedió a ello encantada!
Pasaron
los años... Falleció la propietaria de la vivienda... Los herederos
hicieron valer su derecho y la amiga tuvo que abandonar la casa.
Un
simple documento firmado por la propietaria donde le otorgase
a su amiga el derecho de usufructo de la casa hubiese bastado para
que las cosas se desarrollasen como realmente querían. Una vez más
la falta del papel adecuado ocasionó dolor y confusión. A la
ausencia de su amiga tuvo que enfrentar dejar la casa donde vivía.
En esencia “su propia” casa.
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Sucedió en una aldea de Galicia en el año 1908. Dos hombres charlaban sentados en una mesa delante de sendos vasos de vino. Uno, propietario de unas tierras que quería vender. El otro interesado en ellas. Acordaron la venta y el precio... Al día siguiente las tierras se pagaron al instante mientras firmaban en un papel el reconocimiento de dicha operación...
De
nuevo el tiempo se movió...
En
el año 2007 el nieto del comprador tuvo que dejar su trabajo al otro
lado del país para dedicarse a pleitear en los juzgados de Coruña
por el derecho a aquellas tierras.
¿La
razón? Aquella operación fue firmada en un trozo de papel de
estraza, papel aspero y antiguo que se usaba en las tiendas de
alimentación para envolver cualquier producto. Dicha operación
jamás fue oficializada ni presentada en el Registro de la Propiedad
correspondiente. En ésta figuraban las tierras a nombre del
vendedor, y por consiguiente de sus herederos.
El
pleito duró año y medio. Felizmente ganó la familia del comprador.
Las tierras habían alcanzado un valor de treinta millones de
pesetas.
Hola Ernesto, has puesto tres ejemplos que por suerte no tuvieron que pelear mucho ya que entre unos y otros las cosas se fueron solucionando, quitado del ultimo que lo peleo mas tiempo en los juzgados y aun así tampoco fue mucho, pero si es verdad que muchas veces por no hacer las cosas bien pasa lo que pasa y las complicaciones para los herederos, hoy en día no creo que eso pase, aunque en los pueblos aun se siguen haciendo estos "contratos", poco pero se hacen, yo lo se por mi familia que aun tengo en mi pueblo:)
ResponderEliminarBesos.
Es verdad que un papel puede solucionar muchas cosas, hay que firmarlo todo y dejarlo bien atado, después...
ResponderEliminarEs una entrada para meditar, el tiempo siempre juega en nuestra contra, y por si acaso... Estupenda entrada. Un abrazo.
Legalizar los documentos y ser cocientes de ello no siempre es fácil por sencillo que sea, uno piensa que siempre va a vivir, que nada va a cambiar, y que todos van a respectar sus voluntades, pero lo único que cuenta es un papel legal, desgraciadamente es así.
ResponderEliminarUn bueno, un abrazo.
Antes como había honradez, con un apretón de manos bastaba, no pensaban que iba a llegar la era del egoísmo y la falta de sensibilidad. Ernesto, saludos.
ResponderEliminarPor una parte es triste que se necesiten documentos para todo; pero si no los hubiera, también habría muchas personas que engañaran.
ResponderEliminarAntiguamente en Castilla, la palabra dada valía, las personas eran muy honradas. Hoy en día ya no es lo mismo, porque suceden casos como el que has contado.
Muchos besos.
Vivimos en la era burocràtica donde la palabra si no es escrita se la lleva el viento, y el documento adquiere enorme importancia. Imagino los trastornos originados por la falta de él, no se reconocen derechos por promesas dadas ni por convivencias selladas solo con amor, la burocracia es implacable. Yo serìa de esas personas que jamàs piensan en esas formalidades necesarias.
ResponderEliminarInteresante tema, Ernesto.
Un abrazo de sol veneciano para tu dìa :D
El valor de un papel y de una firma.
ResponderEliminarTu entrada es excelente.
Me has hecho pensar.
Te deseo un fin de semana muy feliz y te mando un abrazo bien fuerte.
No hacemos las cosas desde el principio por que no pensamos que va a pasar nada, y cuando pasa nos acordamos, las tres historias por un simple documento, que te pude arruinar toda tu viada. Un ABRAZO
ResponderEliminarFELIZ FIN DE SEMANA
Es que el PAPEL DE ESTRAZA es muy ESTREZANTE!!! :))))
ResponderEliminarDónde queda la palabra dada...
ResponderEliminarNo hay más remedio, no podemos ir en contra de los tiempos. Todo tiene que pasar por caja, ¿ o no...?
Un abrazo Ernesto
Grande história! Pues, es mejor tener todo escrito.
ResponderEliminarNo hay problema en responder a tus questiones. No coleciono mas nada (mi hija coleciona llaveros). La foto es de mi madre que, infelizmente, ia no está cá.
Buen fin de semana
Tres ejemplos explícitos que nos invitan hacer bien las cosas si no queremos llevarnos algún que otro disgusto.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Maldita burocracia ! me gustaría que los poderosos también se sometan a ella.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Buen descanso !! :)
Carlos, los papeles, o la ausencia de ellos, han sido causa de muchas tragedias familiares y seguirán siéndolo tal como están las cosas. Un abrazo.
ResponderEliminarPerdón: Ernesto !!
ResponderEliminarHola Ernesto.
ResponderEliminarAquí nos dejas amarguras de un desorden, la sartén por el mango cuanto más rusiente más sujeta.
No es desconfiar es tener las cosas en orden, con familiares y amigos, todo bien explicado y legalizado, o de otro modo ocurren cosas como las de tus letras de hoy, no había visto t u publicación reciente.
Un abrazo y un buen fin de semana.
Ambar
La burocracia, es así. Todo se resuelve a través de papeles, y sino es así nada es valido.
ResponderEliminarErnesto un abrazo.
Vivímos en un mundo, de formalismos, burocracia y papeleo...Los documentos en los despachos!
ResponderEliminarErnesto, menos mal que nos queda para compartir la palabra con los que están lejos, con los que están cerca, con los que tenemos pegados al corazón y con todos esos seres que con su palabra nos despiertan lo mejor.
Un abrazo y feliz tarde.
ResponderEliminarFieles retratos de la ignorancia o la buena fe, o ambas cosas unidas.
TE SIGO
Besos MUCHOS ♥♥
tRamos
Saco de tu escrito cuatro conclusiones:
ResponderEliminar1-La burocracia complica las cosas, no atiende a razones éticas ni humanitarias;toma las normas como único valor.
2-Sabiendo lo anterior, debemos reunir los documentos necesarios para acreditar nuestros derechos.
3- Hay gente buena y solidaria que ayuda a los demás.
4- No hay que darse por vencido frente a la burocracia cuando nos asiste un derecho.
Un abrazo, Ernesto. Buenas noches.
Interesante
ResponderEliminaren mi país nada vale si no es firmado ante notario...puaff!
Y para evitarse líos mayores , los que se casan en este tiempo , lo hacen bajo la definición de separación de bienes...eso me gusto mucho!, pues cuando te separas , no tienes cola para ningún lado...
No cabe duda de que las cosas hay que hacerlas bien en este sentido, pero aún somos más ingenuos de lo que queremos reconocer y así pasa lo que pasa...
ResponderEliminar¿Injusto?
Sí, pero desidia también.
Besos.
Hola mi querido amigo ...es verdad como no lleves todos los documentos en orden no entras ni a Facebook...me entraron a mi muro se llevaron mi contraseña y fotos que no las veo ya...y para entrar ,no veas la de requisitos ni que tuviera que pedir entrar a la casa de la moneda ...bueno Ernesto gracias por tus palabras en tu comentario poquito sabroso y rico ...rico como Arguiñano que por cierto tengo carta y foto de el caligra-fiada de su puño y letra...le pedire un buen menú.
ResponderEliminarTe quiero
besosss
Marina
Así es amigo mío, la burocracia no entiende de relaciones, ni de palabras no escritas, ni de derechos adquiridos. Sólo siguiendo los pasos establecidos se consigue el resultado esperado (y no siempre).
ResponderEliminarFeliz semana.
Un abrazo.
P.D: Miraré a ver qué le falta a mi espacio de comentar. No sabía que le faltase nada. Gracias por avisarme.
Otro abrazo.
Todo paso que demos y más si hay bienes mancomunados debe hacerse un documento, ceñirse a las reglas muchas veces nos cuesta, sobre todo con cosas que realizamos con amor o por ayudar a alguien... no está demás verdad Ernesto?
ResponderEliminarBesos :*
Por desgracia, hoy, no sirven los acuerdos entre personas de bien, solo existen "instancias" y "formularios", la amistad, la buena voluntad, el papel de estraza.....es papel mojado. Pero aún hoy, es posible encontrar personas de bien que respetan esos acuerdos aunque parezca increíble.
ResponderEliminarUn buen apreton de manos...que hermoso, no?
Un beso, Ernesto.
Al final, la burocracia está por encima de los acuerdos afectivos y de un apretón de manos. El sentido común y el respeto a los afectos es secundario al dinero. Una pena..
ResponderEliminarUn abrazo, Ernesto.
Acá valdría el dicho que se usa por acá : "papelito manda".
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