El
valle está hoy disfrazado de otoño. La tarde que declina sobre los
verdes prados adormece los sonidos. Sólo el leve murmullo del río
de la vida, pausado, sereno, de aguas pocas pero de gran claridad
acompaña los últimos cantos de quienes mañana anunciarán la
salida del sol.
Según
regreso del paseo por el viejo camino, antaño vía férrea de tren
minero, observo la lenta caída de las hojas marchitas en su
encuentro con la tierra. Y que una vez procesadas serán savia de
nuevo en la próxima primavera.
Los
árboles cierran sus puertas preparándose para el invierno. Dicen
los antiguos del lugar que duro y frío invierno se avecina. Nieves
abundantes. Lo deducen de las rosas tardías que alegran de vivos
colores los jardines de algunos caseríos. Rodeados del ocre y dorado
que cubre casi todo el valle.
Casi.
Pues el verdor de la hierba que pasta el ganado más parece de otra
época.
Una
estela blanca de un avión a gran altura pone línea recta en
dirección a cualquier parte. Alguien partió de un punto con destino
a otro. ¿Huida, reencuentro? ¡Quién sabe!
También
el martín pescador recorre el río de un lugar a otro y sin embargo
siempre permanece en él.
Precioso texto y preciosa imagen.
ResponderEliminarEfectivamente bonito texto poético.
ResponderEliminarPues así vamos cerrando el otoño con algunos días mas grises que soleados.
Un abrazo.
La música suave esa foto otoñal y leerte es una imagen bucólica y embriagadora que invita a todo...
ResponderEliminarUn abrazo.
Saludos Ernesto
ResponderEliminary con todo renovado en el otoño que se asoma por tu lar...
es bueno eso de observar el paso de la vida...como todo lo que somos igualmente
semilla y fruto...
gusto volver a leerte!
Volviste
ResponderEliminarYo lo saíia
No se puede estar mucho tiempo lejos de esta maravilla
Immagine molto bella accompagnata da un ottimo testo.
ResponderEliminarLa imagen me ha abducido de bonita que es.
ResponderEliminar:)
Y tu texto es acogedor. Un paseo no sólo de caminante, sino de observador nato que pone el corazón en la mirada.
No dirás que no me ha quedado bonito el comentario, eh!
En serio, precioso conjunto.
Un gran abrazo.
Hola, Ernesto, qué bonito suena eso de "el valle se aquieta". Una palabra en desuso que me encanta.
ResponderEliminarPaseo contigo por este antigua vía de tren, de tu mano, con tu espíritu tranquilo y observador. Un experiencia relajante.
Me encanta el olor a sándalo, Ernesto, así que vendré por aquí a disfrutarlo.
Un beso, y que tengas una feliz semana.
La foto, ¿son arándanos? te mete en el otoño de cabeza.
Poético y dulce escrito.
ResponderEliminarAcompañado de una preciosa imagen.
Un abrazo.
Hola Ernesto, bienvuelto! me alegra saber de ti después de tu silencio (cuànto habràs escuchado!!!)
ResponderEliminarvolviendo a tu post... qué bonito color granate y azul... parecen aràndanos que yo adoro, me encanta esa quietud que ilustras en el valle otoñal, antiguo como la vida, pero con esa raya de modernidad rompiendo el cielo... he disfrutado de ese paseo como ninfa de bosque que soy
Un abrazo de buena semana :)
ResponderEliminarHermosa prosa poética para pintar un entrañable paisaje otoñal. Pura poesía.
Abrazo
Hola Ernesto, la última vez que me pasé por aquí ya hace un tiempo, creo que tenías cerrados los comentarios.
ResponderEliminarMe ha encantado tu visita y poder leer esta bella entrada que has dejado con ese sabor a otoño, relatado tan bellamente que me ha parecido estar en ese paseo viendo un paisaje hermoso lleno de color.
Precioso, me ha gustado mucho.
Un abrazo.
Hola Ernesto!
ResponderEliminarPrecioso colorido en tu imagen, en tu paseo otoñal.
Un abrazo
Ernesto, es muy gratificante volver al valle por este camino de belleza y al ritmo de tu prosa poética, propia de un alma que percibe la belleza, no porque esté fuera, sino porque sale del corazón.
ResponderEliminarComo quien pinta un cuadro, y con esa fotografía que explosiona de color, con cada palabra, y cada frase, nos dejas entrever y disfrutar las sensaciones de este cálido otoño que declina, como leves pinceladas que llegan al alma con una grata sensación de libertad.
Un fuerte abrazo y feliz día.
Una prosa muy poética, muy lírica...pareces un hombre muy espiritual.
ResponderEliminarUn abrazo.
P.D. También he venido para decirte: "que esta boca es mía".
Realmente lindo el post, lo relatas todo con mucho corazón que tus letras nos hacen sentir vivir el momento. Un abrazo Ernesto :*
ResponderEliminarHola, Ernesto. Encantada de llegar a tu blog y encontrarme con esta prosa poética que invita a recorrer un hermoso paisaje de otoño. La foto de la viña roja, es una preciosidad; es una planta que siempre fotografío cuando la encuentro escalando muros o troncos de árboles.
ResponderEliminarTe seguiré leyendo; amo la Naturaleza y me gusta compartir las emociones que provoca.
Un abrazo.
Hola Ernesto, me alegra encontrarnos de nuevo por este apasionante mundo donde las letras dejan prosas poéticas llenas de belleza como las que hoy nos regalas.
ResponderEliminarEl otoño se deja embriagar con tus letras antes que “Los árboles cierren sus puertas preparándose para el invierno”
Un cálido abrazo
Caty
Me alegro que hayas puesto tu cara en tu blog. Es maravilloso conocernos.
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ResponderEliminarUna prosa poética que regala en cada palabra; belleza y color. Un gusto volver a leerte.
mariarosa
Qué alegría volver a leerte después de este tiempo en que estuve ausente! Preciosa la música que adorna la lectura,la imagen, y sobre todo tus palabras!
ResponderEliminarTu relato nos deja ver preciosas imagenes invadidas del colo del otoño, ese otoño que siempre llega a dejar su huella rodeando el tronco de los árboles con hojas que se despiden de la vida.
ResponderEliminarUn gusto poder volver a disfrutar de tus excelentes textos.
Un abrazo.