Para
toda acción hay una reacción igual y
opuesta.
Para toda fuerza aplicada hay una
fuerza
contraria de igual magnitud.
El ”mundo”, el universo, maya (ilusión) solo
existe
en virtud de la resistencia que se le opone: si empujas contra ello,
ello empuja de vuelta.
La
única vía a la libertad es la rendición… Dejas de empujar, de
autoafirmarte, y la ilusión deja de empujar de vuelta, deja de
autoafirmarse. Deja de empujar, de
poner energía en el sistema,
y no habrá energía en el sistema para empujar de vuelta. Deja de
contar la historia, y sin la constante aportación de energía la
historia se desvanecerá. Para
de crearla.
David
Carse. Perfecta Brillante Quietud, página: 255.
Nuestra
vecina del piso de arriba nos
hacía la vida difícil
con
sus aportaciones
a la convivencia… No tenía, o no le funcionaba, el centrifugado de
su lavadora y tendía la ropa chorreando en su terraza. Conclusión,
nuestra terraza empapada y todo lo que hubiese en ella, personas
incluidas, salpicadas. Cuando no sacudir sus alfombras a cualquier
hora sin tener en cuenta si estábamos en la terraza o no. Llamadas
de atención, etc. Poco podía hacerse… “En
Madrid estas cosas se hacen así”
solía responder.
Por
aquel tiempo nos movíamos, a nivel particular, nunca pertenecimos ni
asistimos a grupos de nada, en lo que puede catalogarse de Metafísica
espiritual. Ciertos libros llegaron hasta nosotros y nos fueron dando
(suceder)
otra perspectiva de las cosas y la vida. Que por supuesto aplicamos
con diligencia pues
veíamos los cambios que se producían
en las nuestras. Oración, bendición, perdón, aceptación. Decretos
mil que hacían que las circunstancias fuesen otras. Hoy todo eso está trascendido. Pero fueron en su momento como los peldaños de
una escalera que nos iba sacando (suceder)
de
ciertas situaciones. Haciéndonos avanzar, por decirlo de alguna
manera.
El
caso es que trabajamos esa dinámica con dicha vecina… Al cabo de
varios meses le pregunté a mi esposa: ¿sigue viviendo P… arriba?
¡Había desaparecido de nuestras vidas! Por supuesto hoy sigue
residiendo en su casa y mantenemos una agradable relación.
Aquietarse,
en todos los aspectos, es la clave para que el suceder natural fluya
y…, no
siendo ya nosotros quienes actuamos,
permitimos que las cosas sucedan de otra manera. Además esta forma
de vida/aceptación nos libera de toda responsabilidad. Da gran
libertad, serenidad y paz.
Y
es el camino perfecto. Aunque hoy transites por otros que no lo
parezcan...
-”Pues
para como está el mundo hay que reconocer que lo que explica parece
fuera de lugar…”
-”¡No
le quepa la menos duda que lo está!”
-”¿Entonces?”…
-”Sálgase
del mundo!”
-”¿Cómo
puede uno salirse del mundo. Cómo aislarse de lo que sucede… Cómo
dejar de ser uno mismo?”
-”El
”mundo”, el universo, maya (ilusión) solo
existe
en virtud de la resistencia que se le opone: si empujas contra ello,
ello empuja de vuelta.”
_______________._______________
Todo
esto es el significado de aquellas palabras:
“Aquiétate
y sabe que YO SOY Dios”.
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Muy sabio Ernesto, puse en marcha ese método de apartarme del problema hace un tiempo con mis vecinos del piso superior y su perrito meón, al principio todo seguía igual, pero desde hace un tiempo ya no encuentro la chorreada y el olor nauseabundo al abrir el balcón. Por supuesto está dañada la protección, eso habrá que repararlo, pero parece que da resultado mirar por encima hacia el horizonte, un abrazo!
ResponderEliminarComienzas con una de las leyes de Newton.
ResponderEliminar"Tercera ley de Newton o principio de acción y reacción. La tercera ley de Newton establece que siempre que un objeto ejerce una fuerza sobre un segundo objeto, este ejerce una fuerza de igual magnitud y dirección pero en sentido opuesto sobre el primero".
Y le agregaste la capacidad del ser humano para razonar y mejorar su vida.
mariarosa
Al principio me pareció un trabalenguas, más el escrito en sí, es pura reflexión de propio concepto, si hay una acción, la respuesta es una reacción similar, dicho esto, en mi léxico más mundano, la vecinita de marras dio por saco lo que quiso, más con paciencia y templanza, las aguas (no con las que regó) fueron un remanso de tranquilidad.
ResponderEliminarP,D:
Querido "profe", el próximo escrito-relato, que sea más fluido, no haga pensar mucho aquesta rubia teñida cabecita ;P
Un beso, Ernesto.
Gracias hermano...Tienes razón. Rendirse, entregarse a la voluntad de Dios, aceptar las cosas como son y no como quisiéramos que fueran...
ResponderEliminarEse es el camino
Gracias por tu generosa luz
Isaac
Que razón tiene tu relato...los vecinos sería largo de contar ya que he tenido vecinos de todas clases ...algunos hasta venir a pedirte la escalera para limpiar sus cristales y devolverla llena de barro y porquería y un vecino que no tenia el gas bien ,llamó para que le dejara ducharse y yo que me encontraba sola me tuve miedo y le dije que no podía ...que no lo veía correcto ...y de juergas que formaba hasta las tantas ,menos mal que se marcho ...
ResponderEliminarbueno Ernesto un abrazo
Perfectamente entendido el texto de David Caser, pero muy difícil de llevar a cabo. El instinto es que si te atacan, atacas... de ahí las guerras, y de ahí el dicho de: dos no pelean si uno no quiere. Pero es tan emocionante tener emociones de todo tipo, sino la vida sería demasiado plana.
ResponderEliminarMirándolo desde mi punto de vista, cuando uno envejece, (sin tener estas reflexiones en las que nos sumerges),todo cobra menos importancia porque el ímpetu de la juventud se ha ido.
Buen ejemplo el de la vecina para tu (filosofía).
Un abrazo.
Ernesto, diría que tratas hoy un tema vital.
ResponderEliminarEspecialmente me atrae, porque me ha costado llegar a su comprensión y vivencia.
Las cosas en la vida, simplemente pasan, pero la resistencia lleva a un estado de sufrimiento mucho peor que el dolor en sí.
Porque el dolor es puntual, viene y se va, sin embargo el sufrimiento es como cargar con una mochila a cuestas, impregnando la vida toda con ese matiz, con una desgracia que fabricamos de una realidad que no existe.
Y dejar de resistirse no es resignación ni pasividad, es aceptar y comprender.
No resistirse es respetar la realidad tal cual, y en este otoño que ahora nos toca vivir, observar detenidamente cada textura, cada color, cada imagen sin pretender cambiar nada.
Y de este vivir sin resistencia se desprende la paz, el vivir sereno.
Un fuerte abrazo.
Es cierto y bastante fácil de entender, si empujo algo que va contra mi, estoy haciendo el esfuerzo yo y encima el obstáculo cada vez será más difícil de vencer. Trato cada día de llevar a la práctica esta máxima que no es fácil, pero poco a poco, como un estiramiento del cuerpo que no te sale, si cada día lo ayudas a ceder un poco más, lo consigues, es lo mismo con la mente, es cuestión de consciencia. Un abrazo, Ernesto.
ResponderEliminarCreo también que no nos tiene que afectar mucho todo lo que nos molesta, pues uno deja de vivir y los problemas de vecinos se agravan cuando uno los tiene mas presente.
ResponderEliminarUn buen domingo.
Hola Ernesto, la aceptación y el permitir, y sobre todo el perdón, hace que todo fluya de forma natural. No digo que no haya que luchar por las cosas, pero muchas veces en vez de dejar que todo fluya, nos empeñamos en que las cosas sucedan a nuestra manera.
ResponderEliminarUn grande abrazo.
Hay que saber aceptar las cosas pero a veces hace falta mucha paciencia.
ResponderEliminarUn abrazo. Feliz comienzo de semana
Lo de aquietarse se aprende con la edad, a mí me ha pasado, aunque a veces hay brotes, jejeje...
ResponderEliminarGracias por tu atenta visita a mi blog.
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ResponderEliminarInteresante...
ResponderEliminarvivir pendiente de otros y no de uno mismo
eso es lo que consume a muchos en el hoy...amén de tratar de seguir esos pasos...
y olvidarse d e lo importante
en lo que somos capaces nosotros mismos...
seguro que la edad te va dando esa sapiencia...
espero que para al´´a caminemos siempre...
todo es la vida .
Entre vecinos hay tanto y tan poco.
ResponderEliminarHay saber valorarse y ayudar en justo equilibrio.
Un Abrazo.
ResponderEliminarTal vez la vecina del 5º, solo quería llamar la atención.
Abrazo de otoño, Ernesto.
La convivencia es díficil incluso muchas veces con los que queremos.
ResponderEliminarLa paciencia es un don y el no molestar a los demás una responsabilidad que no todo el mundo es capaz de cumplir.
Muy entretenido tu post.
Un abrazo grande
mar
PDTA
ResponderEliminarYo le hubiese tirado un balde de agua para ver si le gustaba jajajajjajaja
no tengo tanta paciencia y a veces soy bastante impulsiva jajajaj
mar