Corría
el año de 1972-73 cuando empecé a trabajar en una cadena de tiendas
de electrodomésticos en Madrid. Contaba 24 años. Casado y con dos
hijos.
Como
encargado de una de ellas, a los pocos días me dieron un fajo de
letras impagadas, correspondientes a ventas efectuadas anteriormente,
con la indicación de que fuese domicilio por domicilio a intentar
cobrarlas. Mi primera
salida fue una tarde.
-1ª
visita: No habían pagado porque el transistor no les funcionaba. Al
indicarles que lo llevasen a la tienda para su reparación me
respondieron que ya lo habían tirado…
-2ª:
No hemos tenido tiempo de pasar a pagar…
-3ª:
Se nos ha ido el santo al cielo…
-4ª:
Ya no vivían allí…
-5ª:
Ya pasaremos…
¡No,
a la 6ª visita ya no llegué! Regresé a la tienda. Allí me
indicaron que no sería fácil cobrarlas, que ya lo habían intentado
en muchas ocasiones...
A
la semana siguiente volví a salir. Al llegar al primer portal donde
residían los morosos miré el piso: el 3º.
Subí
al 5º, llamé a la puerta… Cuando abrieron pregunté, con la letra
en la mano, si allí vivía tal persona. Al decirme que no, que vivía
más abajo les explicaba que había venido a cobrar una letra de
hacía tanto tiempo, generalmente año o año y medio. Que bajaría
al 3º, pero que cabía la posibilidad de que no hubiese nadie… Y
les pedía que cuando les viesen les dijesen que había estado a
cobrarles… Todos muy amables me aseguraban que lo harían!
Hay
que situarse en aquellos año en que eso de las deudas, si bien ya
existían, no estaban bien vistas.
Bajé
al 4º. Hice el mismo guión… ¡Les avisarían en cuanto les
viesen!
Después
bajé al 2º… Más de lo mismo. Y ello con la sonrisa y gesto de no
haber roto un plato en mi vida jajjajajaja…
¡No,
al 3º no llegué nunca! Ni a ningún 3º o 4º o 5º donde viviesen
los morosos. Me bastaba con ir llamando a otros pisos en la escalera
para que al día siguiente pasasen los señalados por la tienda a
pagar y disculparse por la tardanza.
En dos meses recuperamos el 60% de las deudas. (Y vistiendo ropa de calle, nada de disfraces, evidentemente)
Quiero
recordar que hasta el año ¿1987? no se implantó en este país el
llamado “Cobrador del frac”.
Menudo poder de convicción, como para deberte a ti algo, jajaja.
ResponderEliminarMuy ingenioso sin duda, igualmente que la viñeta que le acompaña, y es que el que vale, vale :))
Un abrazo Ernesto.
Qué ingenioso estuviste Ernesto! Es bueno tener opciones cuando las probadas no funcionan, me gustaría tener tu inventiva para solucionar cosas insolubles! Un abrazo!
ResponderEliminarComo han cambiado los tiempos, yo tengo la opinión de que hay alguien peor que el moroso y es el cobrador del frac,( o similares)
ResponderEliminarUn abrazo
Astuto el joven padre de familia, jajajaj, los que te contrataron sabían lo que hacían. Un abrazo.
ResponderEliminarUna buena estrategia!!.
ResponderEliminarGenial.
Un abrazo.
ResponderEliminarMuy astuto el cobrador!!
Hoy día con los nuevos servicios por Internet y las tarjetas, casi no quedan cobradores. La verdad es un trabajo difícil.
mariarosa
No está mal la idea aunque seguro estoy que aún así algunos siguieron con la deuda,hay gente que pasan olímpicamente del qué dirán con tal de no pagar...Lo bueno de tu relato es que nos demuestra que la necesidad abre la mente.Tan joven y ya con dos hijos tenías que asegurar tu futuro en la empresa y supongo que así fue.
ResponderEliminarUn abrazo
La del 3° era yo.
ResponderEliminarCuando tocaste miré por la mirilla y viendo qué traías cara de poker pensé...no es de fiar, viene a quitarme los "jurdos" (dineros), y me hice la longuis, dejándote en la puerta, el electrodoméstico en cuestión no era malo, era, lo siguiente, así qué ante tal engaño...donde está hecha la ley, está hecha la trampa,(toma ya!) Jajajajajaja
Ahora en serio, mi querido amigo, muy divertida la anécdota.
Muxus, bihotza.
Que poder de persuasión tiene que se enteren los vecinos que eres un MOROSO!!
ResponderEliminarUn cálido abrazo Ernesto.
Jajaja!Muy bueno la verdad. Lo que moviliza o movilizaba el "que dirán"... es increíble... mientras no se enteraba nadie la conciencia la tenían bien tranquila a la que los vecinos iban sabiendo corrieron a pagar... Buen conocimiento de la naturaleza humana que tenias por lo joven que eras!
ResponderEliminarUn abrazo.
Ernesto, una historia muy interesantes. Tuviste una buena estrategia, ya que eso, en esos tiempos era muy común.
ResponderEliminarUn abrazo.
Después de esto ya pasaste a ser el empleado modelo del mes.
ResponderEliminarUna buena estratagema usaste, lo que peor sienta es saber que los demás saben que tienes deudas impagadas.
Un abrazo.
Genio y figura.
ResponderEliminarUn abrazo.
Acertadamente bueno. Ja...ja...ja...
ResponderEliminarUn Abrazo.
Acertada la manera de cobrar, entonces aún importaba un poco el qué dirán respecto a los impagados, aunque los caraduras siempre lo son.
ResponderEliminarUn saludo
Que entretenido que hayas escrito de ti, me encanta conocer a los blogueros con su vida.
ResponderEliminarEl tema de las deudas es delicado quien es uno para juzgar, pero en todo caso debe ser terrible ser cobrador y lo del disfraz ufff por acá no se ha visto aún o sino de cada 5 chilenos 3 andarían con ellos detrás persiguiéndolos LAMENTABLE, en esté país casi todos estamos encalillados, muchas cosas están fallando.
Un abrazo grandeeeeeeeeeeeeeee
mar
Parece que al final todo es cíclico y, bueno, la gravedad de las cosas es un 80% el cómo nos las tomemos... solo un 20% son las propias circunstancias.
ResponderEliminarAbrazotes.
Jjeje...cuando nos hace falta, agudizamos el ingenio;)
ResponderEliminarUn beso!
ResponderEliminarSiempre tu simpática y sabia manera de comunicar. Siempre un gusto pasar por tu txoko.
Con un abrazo, Ernesto, gabon ta musu
DESEABA SALUDARTE ...FELIZ MARTES
ResponderEliminarcon CARIÑO ABRAZOS
ResponderEliminarFácilmente comprensible, con tu intuición, agudeza e ingenio.
Un abrazo Ernesto.
Muy ingenioso!!! Un abrazo!
ResponderEliminarEstuve de viaje,y recién hoy me puedo ir poniendo al día con las lecturas!
feliz día uno de Marzo.
ResponderEliminarhasta la vuelta .
abrazos
qué ocurrencia tan eficaz! eso significa conocer la psicología de las personas...
ResponderEliminarcierto que no debe ser un trabajo muy gratificante, el de cobrador...
feliz inicio de marzo Ernest, un abrazo!
ResponderEliminar¡Genial idea! Mucho mejor que lo del frak. A la gente le sigue molestando el qué dirán. Muy buena anécdota. Un abrazo.
Con 24 y ya dos hijos, madre mía, Ernesto, que precoz. Aunque... ¿qué digo? a los 24 yo también tenía dos hijos, pero vinieron juntos, ja, ja. Como éramos entonces.
ResponderEliminarPasando a tu simpática anécdota, aplicaste el factor humano, Ernesto, mejor que ninguna técnica agresiva, aunque si lo piensas... lo del cobrador del frac tiene el mismo objetivo que tu inteligente táctica de cobrador, que los conocidos se enteren que eres un moroso y que por no pasar verguenza pagues.
Aunque nuestro Gobierno es inmuhe a esas verguenzas, hay mucha gente que no cobra prestaciones y están muy necesitados, pero el pagador se vanagloria que le ha ahorrado no se cuantos millones de euros al INEM.
Ay, Ernesto, me has dejado anonadada con lo de que ya no sueñas, a mi me quitas mi mundo interior fantasioso y creativo y es como si me mutilaras.
Un abrazo hombre realista y feliz, rara avis.
Jajaja, que ingenioso, Ernesto. Joven, listo y con una familia que alimentar...
ResponderEliminarMe ha encantado tu recuerdo.
Abrazos
ResponderEliminarMuy inteligente lo que hiciste para poder cobrar a esos morosos, sin duda usas que eso que se llama optimizar esfuerzo para conseguir el máximo beneficio. Los disfraces se usan cuando no se sabe cómo actuar siendo nosotros mismos, para protegernos o para impresionar. Estupendo que tu contaras con los recuerdos necesarios para no necesitar de él
Los humanos, antes y ahora necesitamos proteger nuestro prestigio mientras se supone lo tenemos, eso si queremos ser aceptados y respetados en sociedad, solo cuando el barro llega al cuello o decidimos vivir al margen de la sociedad la fuerza de atacarnos por ese flanco deja de tener fuerza. Antes la palabra, el respeto de nuestros vecinos, el respeto en general importaba, ahora cada vez menos, en un mundo donde la mayoría sobrevive como puede y cada día se parece más a la selva.
Me he reído mucho con el chiste de cabecera jaja muchas gracias y muchos besos! .. se terminó el carnaval por esta vez ; )
Feliz comienzo de semana.
ResponderEliminarUn abrazo