Cabo Estaca de Bares. Galicia. |
De
las múltiples frases hechas que se suelen emplear, unas con cierto
sentido y otras sin él, me llama la atención ésta y sus derivados:
«los hijos lo son todo». ¡No comparto
esta afirmación!
Los
hijos son/serán lo que son. Dependerá de la edad, talante,
circunstancias, carácter, saber, ignorancia, creencias… querer. No
es lo mismo un hijo pequeño o hasta cierta edad, 18/25
años, que uno que ya enfrenta su vida, familia propia incluida.
Independencia, distancia, intereses propios, etc.
Puedo
entender la frase como una expresión emocional, y no exenta de
realidad, de los padres, madres sobre todo. Pero de ahí a «sacrificar
todo», vida incluida, en pos de ellos, ¡va a ser que no!
Principalmente porque muchos de ellos no
se
lo merecen. No es enteramente suya la responsabilidad entre padres e
hijos… Tampoco de los padres. ¿De quién pues?
¡De
la vida. De la condición humana. De los avatares!
Avatar:
(Del
sánscrito avatâra.)
─Suceso
inesperado que produce un cambio brusco en la marcha de una cosa, los
avatares de la vida.
─Un
avatar es también una
vicisitud o incidente que obstaculiza o dificulta el desarrollo o la
correcta evolución de alguna cosa.
Por ejemplo: “Todos estamos sujetos a los avatares de la vida”.
No
existen los hijos perfectos, de cartón piedra o postal navideña,
como tampoco existen los padres perfectos porqué sí! Hay, eso sí,
seres humanos en tránsito. Interactuando unos con otros. En
evolución, hacia su propio despertar (la mayoría ni saben que sus
vidas son como un soñar…,
¡el «soñar», la acción de soñar es real, pero lo «soñado»
no!).
Además,
la vida es como un viaje en tren. Tramos, estaciones, túneles
(oscuridad). ¡Diferencias. Variedad! Por ello no cabe pensar/esperar
que el hijo pequeño siempre será «pequeño» y angelical… Y
viceversa, tampoco sus padres serán siempre los que le arrullaban y
le cantaban canciones. Todos cambiamos. Todo cambia. Las relaciones
entre ambas realidades las marcará el querer y el saber hacer. ¡En
esto no hay derechos adquiridos de cuna ni obligaciones a
perpetuidad!
Podría
decirse que todo se sintetiza en esto: respeto, cariño y aceptación.
¡Convivencia! Que no es sólo familiar. Tendrás que desarrollarla
en todos los ámbitos de la vida en los que te muevas…
...Y
dejar de quejarte de los «avatares». Ellos van, en su mayoría, en
consonancia con tus actitudes. ¡Y no al revés!
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En
ocasiones, muchas más
de las que estamos dispuestos a reconocer,
la incapacidad de una persona para aceptar situaciones, pasadas o
actuales, que sólo a ella conciernen, condicionan la vida
de otras en
su entorno.
Una habitual, entre otras, es la utilización que se hace de los hijos, en casos de separación de los padres, utilizándolos como "estacas". A veces emocionales, como un bastón en el que apoyarse, a veces como simples estacas con las que atizarle al otro.
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Ernesto que entrada más bonita para empezar este precioso miércoles.
ResponderEliminarEstos días en mi blog "lluvia de marzo" estoy escribiendo mucho sobre las relaciones familiares.
Ahora leyéndote me he acordado de mi sobrino, se separó hace meses de la madre de sus hijos, pero fue eso la separación de la pareja, los hijos tienen a los dos, son más felices que meses antes de tomar esa decisión.
Una semana con cada uno, pero eso no impide que si un día quieren ver a los niños la semana que no están con uno o con otro.
Los niños tiene el amor de todos, son muy inteligentes y perciben ese amor.
el día de nochevieja los niños estaban con el padre, pero yo fui a verlos y estaba la madre de los niños para darles un abrazo a sus hijos. Algunas personas opinan, y yo digo "no opinéis, mejor que sirva de ejemplo"
Cuando habla el corazón todo debe callar.
Un abrazo, Ernesto
Totalmente de acuerdo con esta entrada, hay ciertos progenitores qué quieren ver a los hijos un reflejo de ellos ya bien por las carencias qué tuvieron o no pudieron sin darse cuenta que cada ser es un mundo individual aprendiendo en su trayectoria de vida, pienso, criarlos con mucho amor, todo, sin juzgar nunca a otros hijos, bien sea de familiares o conocidos, pues los qué tenemos hijos no estamos exentos de sus actos y en parejas separadas siempre estar unidos en cualquier decisión qué atañe a ellos para evitar carencias emocionales y fracasos escolares, hacerlo todo por ellos, no son culpables de ciertas decisiones qué tomamos los adultos, a veces acertadas y otras no tanto.
ResponderEliminarHay otra frase dicha así, "niños pequeños, problemas pequeños, niños grandes, grandes problemas", ciertamente, dejemos (siempre estando atentos), qué se formen como personas haciendo su camino, también tienen qué errar.
Muxus, Ernesto, maitia.
ResponderEliminarLos padres podemos dotar de alas a los hijos para que aprendan a volar.
Luego... cada uno será dueños de su propia vida y de muchos de sus actos.
Nadie es perfecto. Aunque si puedo decir que una vez que nacen, los padres nunca estamos liberados.
Un abrazo
Muy acertado, Ernesto, queremos que sean siempre los que podemos amparar, pero la vida avanza sin prisa y sin pausa, crecen, cambian, nosotros también cumplimos años y cambiamos, tal cual! Un abrazo!
ResponderEliminarPues sí, los hijos lo son todo como muy bien dices, cuando se lo merecen, igualmente que al revés, pues ninguno de los dos componentes son perfectos.
ResponderEliminarTodo cambia ciertamente, pero en el caso de que la sintonia sea buena, el estado de padres e hijos es estupenda, con sus más y sus menos evidentemente; y el sueño placentero… :)
Una buena reflexión (o llámale como quieres) de principio a fin Ernesto.
Un abrazo.
Hola Ernesto, desde mi punto de vista como madre... los hijos cuando nacen ya te cambian la vida, en mi caso para mejor, te ayudan a ser mejor persona y a crecer espiritualmente, sus acciones a veces ayudan a romper viejas creencias , mientras no se aceptan producen dolor e incomprensión ...,(reflejan el interior de uno mismo lo que se necesita liberar y aceptar para fluir en armonía)... Cuando llega el momento que la Vida les empuja a volar, es más difícil creo yo para una madre aceptarlo pero es ley de vida. un trabajo interno importante que realizar. Como bien dices, todo, tiende a la evolución, todo nos empuja hacia un despertar.... y los hijos sobre todo.
ResponderEliminarUn abrazo
No existen los hijos perfectos, de cartón piedra o postal navideña, como tampoco existen los padres perfectos porqué sí! Hay, eso sí, seres humanos en tránsito. Interactuando unos con otros. En evolución, hacia su propio despertar (la mayoría ni saben que sus vidas son como un soñar…, ¡el «soñar», la acción de soñar es real, pero lo «soñado» no!).
ResponderEliminarPero cuando esos seres en tránsito son o se sienten como una forma de aprender, de crecer porque creo que no están en nuestras vidas por casualidad (Ni los hijos ni los padres), entonces no serán todo, pero sí una gran parte de nuestro aprendizaje. Otra cosa es que nos demos cuenta de ello o no. Abrazos amigo Ernesto.
Tal vez esa idea tan sublimada de los hijos venga por el afán del ser humano de perpetuarse de alguna manera.Tener un hijo es una garantía (ilusoria muchas veces) de que algo de ti va a seguir aquí vivo cuando te hayas ido.
ResponderEliminarPor otra parte es cierto que el amor a los hijos es casi siempre incondicional pero nunca hay que olvidar que ellos serán como nosotros los eduquemos y la entrega total no es el mejor método educativo.Amarlos sí,pero no a cualquier precio y no siempre de la misma forma,en eso estoy de acuerdo contigo.
Saludos Ernesto
Bien expuesto un tema que da para mucho, mucho...
ResponderEliminarNada se puede encasillar. Tantas clases de padres, como hijos.
Pero creo que una de las dificultades está en la emancipación...de los padres.
Que no es renunciar a la relación familiar, ni dejarse de interesar por ellos. Es asumir y aplicar otro tipo de relación, tal vez más satisfactoria para ambos.
Los hijos tienen su propia vida, cuesta entenderlo:)
Un abrazo Ernesto.
ResponderEliminarUna entrada la de hoy que nos muestra como somos, diferentes. Están los que usan a los hijos y están los hijos que se aprovechan de los padres y también los que aman y respetan. La vida es un abanico se se abre y muestra diferentes realidades, y cada uno de nosotros actúa según aprendió y quiere.
saludos.
mariarosa
No puedo opinar mucho sobre este tema porque no soy madre. Pero me gusta lo que dices y pienso que tienes razón en lo que expones.
ResponderEliminarUn abrazo. Feliz fin de semana.
Siempre me gusta leer tus pensamientos, Ernesto. Complicado para mí hablar de este tema, al menos hoy, los hijos son todo un mundo y los padres, bueno al menos la madre, y me refiero a mí, no a nadie más, a menudo lo único que tiene claro es que los quiere con todo su corazón, y creo que siempre les querremos más que ellos a nosotros. Creo que el haberlos sentido crecer dentro es algo que determina ese sentimiento.
ResponderEliminarUn abrazo, Ernesto.
Los hijos son el engendro del amor, la prolongación de la familia, pero siempre libres para volar, como nosotros también volamos.
ResponderEliminarMe gustó el tema que has compartido.
Un beso.
Has sido muy valiente tocando este tema lleno de tópicos edulcorados, con tanta claridad y fuerza.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con todo lo que expones.
Te felicito.
Hola amigo Ernesto...yo tengo la suerte que mi familia está muy unida a mi, yo no tuve esa libertad que otras amigas mías tuvieron y no me pesa ...hoy día vivo sola y con mis hijos , me falta amor de un compañero pero Ernesto esta la vida tan cambiada que vale mas sola que mal acompañada ...quizás no tengo buen día .
ResponderEliminargracias amigo por tu visita ,abrazos
Hola, Ernesto!
ResponderEliminarQUE LUCIDA Y INTELIGENT ENTRADA!
No soy madre, por opção, pero isso no es entrave a comentar tu post.
Estoy inteiramente de acuerdo contigo. Hijos/as precisam de madre y padre, para siempre, pero solament no plano afetivo e sensorial y alguns y como tu bién dices, ni isso.
Qdo atingida una idad adulta, con carrera y vida feita, no les gusta escutar las opiniões dos progenitores, pke as consideram caducas y fuera do tiempo. Felizment, k existem exceções, pero hijo ou hija, deve volar como ave.
Besos y un bon domingo.
Mucha verdad, Ernesto...Yo no soy madre, no he querido, jeje, siempre tienes que justificarlo, desgraciadamente...ya sabes; pero soy hija.
ResponderEliminarEs una verdadera pena que se utilicen los manoseados argumentos que expones para justificar los posibles vacíos existenciales de cada cuál.
El que tiene un hijo tiene una Persona, una vida irrepetible, autónoma, individual. Supongo que lo saben, mucho mejor que yo, y espero que no sea mucho suponer.
La foto...una maravilla, me encanta
Un fuerte abrazo:)
¡Vaya! Al llegar aquí no sabía que estaría tan de acuerdo con lo primero que te leyera.
ResponderEliminarEs así como tú dices. Yo tengo dos hijas, y claro que me gustan y las adoro y daría la vida por ellas... pero ellas son independientes, actúan y viven su vida, unas veces yo haría lo mismo y otras no, unas veces me piden consejo y otras...también pero hacen lo que quieren jajajajaaj. Pero lo bueno del caso es que yo hago y actúo igual, es decir somos cuatro personas totalmente independientes, con lazos de años pero no "del todo vale por ese amor". Y así tiene que ser y así funcionan las cosas.
Si vives por y para los hijos ¿Dejas de vivir tu vida al tenerlos? Eso es un error difícil de explicar a los demás.
Bueno, que me enrollo, me encanta tu entrada.
Besos
Muy cierto el contenido de tu entrada, los hijos no son de nadie, son personas con iguales derechos y obligaciones y no está bien utilizarlos en contra de otros, que una pareja se rompa no significa que dejen de ser padres, se trata de hacer un esfuerzo recordando todo lo bueno que los unió y que ha dado algo tan maravilloso como unos hijos en común, la pena es que del amor al odio se pasa demasiado rápido.
ResponderEliminarSaludos
Siempre quise tener hijos, y soy una madraza, pero estoy de acuerdo contigo, Ernesto.
ResponderEliminarLos hijos son una enredadera que te atrapa, sobre todo a las madres.
Ya nada es lo mismo, y por mucho que trates de llevar tu vida y propiciar que ellos lleven la suya, esa enredadera te sujeta en un lugar determinado donde ellos siempre te van a tener a mano, tengan la edad que tenga.
Confirmo que no hay hijos perfectos, pero los nietos sí lo son, quizá porque nos llegan cuando ya somos un poco más sabios y sabemos relativizar.
Si hay algo que me saca de mis casillas, Ernesto, y hay muy pocas cosas, son esos padres que utilizan a los niños en sus peleas y miserias.
Preciosa la foto y la música.
Un beso,
Todos somos hijos, ninguno perfecto, como tampoco nuestros padres. Obvio porque todos somos humanos imperfectos. Seguramente a los hijos se les quiere con el amor más incondicional y desinteresado que existe, pero sin olvidarnos que nuestra vida sigue al margen de la de ellos que deberemos cuidar de cerca pero viéndoles crecer a lo lejos, respetando su independencia e individualidad. Muchos padres ven a sus hijos como una prolongación de ellos mismos, marcando sus caminos por donde quizá ellos no pudieron ir, llenándoles de sus medios e incluso a veces imponiéndoles la carga de sus odios. Terrible cuando se les manipula y utiliza para herir, chantajear y hacer pagar al otro las frustraciones surgidas en la pareja. No solo se les priva de una estabilidad y armonía imprescindible para crecer, es que todo eso, les marca de por vida. Tristemente Lo he visto demasiadas veces por mi profesión. En un conflicto de pareja a los hijos se les debería preservar lo más posible al margen de toda disputa. La pareja se puede romper, los lazos paternos filiales jamás, pero los humanos somos terriblemente egoístas y el odio nos ciega tanto que arrasamos con todo sin si quiera ser conscientes de ello. Una pena.
ResponderEliminar¿Ves? esta vez estamos de absolutamente de acuerdo en todo, todo todo ... hasta en la preciosa imagen de Estaca de Bares!
No vaya a ser que te me enfurruñes otra vez y me quieras dar con la estaca jajaja es broma, sé q eres un hombre de paz ; )
Muchos besos ERNESTO, prometo ser más güena en adelante, palabra !
; )
Feliz semana Ernesto.
ResponderEliminarUn cálido abrazo