sábado, 10 de junio de 2023

...al corro de las patatas...

 

Pintura de Mónica Caruncho Fontela.- Artmajeur.

Acabo de leer la entrevista que le hacen a Rebecca Rolland, psicóloga especialista en patologías del lenguaje oral y escrito en el departamento de Neurología del Hospital Infantil de Boston y profesora de Harvard, y le he solicitado a mi amiga Asun, librera, que me proporcione un ejemplar de su libro.

El arte de hablar con niños (Diana, 2023).

Me llamó la atención la reseña que de la entrevista leí ayer: «Es fundamental no quitarles la palabra a los niños ni hablar por encima de ellos»

Si bien la relación con nuestras dos nietas es más que aceptable, en cariño, respeto, presencia, comen en nuestra casa la mayor parte de la semana, duermen en ocasiones, trato, etc., ayer mismo surgió una de esas situaciones mejorables con la más pequeña, 12 años.

Por eso cuando tuve conocimiento de la reseña mencionada, supe que era para mí.

¡Lo que es, es! ¡Lo que tiene que hacerse, se hace! ¡Habas contadas!

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/lavozdelasalud/tribu/2023/05/28/rebecca-rolland-psicologa-nino-amistad-toxica-importante-prohibirle-ver-amigo/00031685290643086515209.htm

23 comentarios:

Tatiana Aguilera dijo...

Y te llegó el sablazo donde más duele, pero no es tan solo para tí. Lo es para todos en realidad. Como adultos siempre pensamos que los niños deben escuchar nuestros pensamientos y esperar que ellos respondan, pero ¡qué errados hemos estado!. Solo así se sienten libres de expresarse y pensar por sí mismos.

Abrazos Ernesto y, nunca se termina de aprender.

Alfred dijo...

Lo que me ha costado llegar hasta aquí, pensando que ya podría hablar con la formalidad que las canas dan, y resulta que tengo que ponerme a escuchar con atención, cuidarme muy mucho de rebatir en forma y modo autoritario.

Un abrazo.

Teo Revilla Bravo dijo...

Qué importante es tener en cuenta, Ernesto, lo que nos dices.
Pese a saberlo, cuando llegan a cierta edad es difícil no alterarse cuando no hacen caso, cuando nos discuten todo, cuando nos sentimos dentro de un desequilibrio al respecto por pequeño que sea. La edad ayuda.
Esa reseña es para todos.
Un abrazo agradecido.
Teo

- R y k @ r d o - dijo...

Belo texto que gostei de ler. É bom saber-se falar com as crianças.
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Feliz fim de semana
.
Pensamentos e devaneios poéticos

maría cristina dijo...

Hablar y escuchar con chicos es toda una experiencia que a algunos se les da naturalmente y a otros no. Qué bueno que tuviste salvavidas justo a tiempo! Un abrazo Ernesto!

Enrique TF dijo...

Me leí la entrevista con la Rolland y me resultó interesante, igual me sucedió con tu reflexión de hoy, Ernesto. Es probable que ese libro nos fuera bien a todos.
Fuerte abrazo.

mariarosa dijo...

Nuevas generaciones, nuevas formas de hablar, de entender la vida, creo que todos pasamos por lo mismo. Un abrazo.

lunaroja dijo...

Tenemos que desaprender para poder comunicarnos mejor.
Especialmente no creernos que tenemos la última palabra.
Un abrazo.

Tracy dijo...

Un consejo sabio el de la doctora

Maia dijo...

Hay que saber equilibrar los tiempos porque vamos distintos, con eso asegurado el resto lo veo más sencillo.

Juan L. Trujillo dijo...

Afortunadamente, todas las conversaciones fértiles, por la parte que a nuestra familia corresponden, ya están hechas.
Ahora solo nos queda que la vida les sea propicia para que su cosecha sea ubérrima.
Un abrazo, amigo.

AMALIA dijo...

Interesante el consejo.
Habrá que asumirlo.
Un abrazo.

Ángela dijo...


Interesante, sí, dicha entrevista.

Se trata de encontrar el lenguaje adecuado y lograr la comunicación.
Y estas personas niñ@s, adolescentes...necesitan saber confiar en sus capacidades y que les hablemos como adultos, explicándoles lo que necesitan saber.
Es bastante común infantilizar la forma de hablar al dirigirse a ellos. Y sin embargo ellos lo captan y asimilan con madurez.
Y luego está el ejemplo que también Rebecca ha dejado caer en la entrevista.
Y luego más cosas...

Abrazos Ernesto.

Loles Miva dijo...

Hola Ernesto! Qué interesante! Igual lo busco yo también. Un abrazo

Catalin dijo...

A book that you can enjoy after buying it is a good book.

Mara dijo...


¡Ay, los abuelos y abuelas Ernesto! ¡Cómo les amamos!
Buena lección.
Un abrazo.

Rosa B.G dijo...

Hola, así es, como padres/madres abuelos/as personas adultas, familia o no, nunca se debe hablar por encima de ellos o dejarles con la expresión en la boca.
Quien no se haya equivocado en esto que tire la primera piedra. Afortunadamente, se puede corregir y pedir disculpas. Y, sobre todo, no volver a hacerlo. Aprender.


Interesante reflexión, sobre todo para las edades de la adolescencia y juventud, donde se dan más estos atropellos.

Saludiños

Laura dijo...

Educar y hacerlo bien es difícil. No tenemos que hacer copias nuestras. Que nadie ha dicho que seamos mejores que el resto.
Cuando hablo con mi sobrina dejo que se exprese, que me cuente, que confíe... y cuando termina de hablar, siempre le pregunto ¿quieres que te aconseje? y solo si me dice que sí, le digo lo que yo haría en esa situación (pero nada de sermones, ¡eh!) después ella hace lo que le da la gana, claro.
Me encanta cuando me dice "eres guay" y me cuenta algún secreto mientras dice "va, a ti te lo cuento..." Me demuestra que quizá no lo estoy haciendo tan mal... (aunque por dentro yo esté pensando ¡MADRE MÍA!¿Y ahora qué le digo...?
Se me hace mayor y no me gusta... es ley de vida.
Besos.

Ana dijo...

Es un artículo interesante, seguro que el libro merece la pena. Cuando mi hija aún era niña leí bastante sobre la actitud de los padres respecto a los niños, de algunas cosas me enteré tarde pero aún pude hacer algunos cambios que creo que fueron positivos. Oír lo que te cuentan por ejemplo, no es lo mismo que escuchar y participar de sus inquietudes, algo que a veces a los adultos se nos olvida.

Todavía puedes disfrutar de esa última etapa de niñez que son los 12 años, que suerte!! Yo no sé si tendré nietos o si los llegaré a ver, pero lo cierto es que me encantaría.

Besos!!

Teo Revilla Bravo dijo...


Buen fin de semana, Ernesto.
Venía por si habías puesto algo especial estos días.
Te dejo un abrazo, pronto será desde ese norte palentino ya cántabro.

Conchi dijo...

Pienso ir el lunes a la biblioteca a ver si tienen el libro. Gracias Ernesto. Feliz fin de semana.
Abrazos.

Manuela Fernández dijo...

Yo he tenido la suerte de que en casa, desde muy muy pequeñita, siempre se me ha escuchado, incluso me preguntaban. ¡Qué importante son los años de la infancia!
SAludos.

J. S. Vila dijo...

Curiosa opinión de la psicóloga americana, que es la suya. ¿Y que se puede decir de ello?
Lo siguiente:
Un psicólogo dice alto, otro dice bajo. Un psicólogo dice gordo, otro dice flaco.
Yo, no le doy la razón, pero tampoco se la quitó.
Menos mal que en matemáticas, dos más dos, son cuatro.