Una sola amapola amarilla florece cada primavera en las Campas de Urbía. |
Tenía 19 años cuando sus vidas se separaron... Él quedó aquí, 41 años, ella se fue a vivir a la capital.
Jamás pensó que una situación como esa pudiese llegar a darse... ¡Jamás! Y sin embargo el viento de la vida roló en esa dirección.
Han pasado 35 años de silencios... De ausencias. De ella, la niña de sus ojos. Su primera hija. La que en aquellos sus dos años, besaba a su padre en los labios, abrazada a su cuello en aquel último beso del día, cuando tras el cuento de cada noche... se quedaba dormida.
Hoy, ha decidido iniciar una suave brisa que, allá en la lejanía, ella pueda percibir... Sin ser consciente, en un principio, que procede de él. El amor de su vida desde que nació...
Hasta...
Demasiado tiempo. Tal vez una simple brisa no sea suficiente, quizás hagan falta vientos más fuertes...
ResponderEliminarMe generó angustia imaginar esos 35 años de silencios
Un abrazo
35 años son muchos años.
ResponderEliminarHasta una suave brisa, soplada en la dirección correcta puede obrar maravillas. Me parece bien que lo intente, el amor todo lo puede.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
How many loves are there in one life? One, many? Can the one who is considered first lose her place in the hierarchy? 🙂
ResponderEliminarTraducción de Catalin:
Eliminar"¿Cuantos amores hay en una vida? ¿Uno, muchos? ¿Puede perder su lugar en la jerarquía la que es considerada primera? 🙂"
Vaya a saberse qué motivó ese alejamiento tan largo, a veces la vida da amarguras inesperadas, un abrazo Ernesto!
ResponderEliminarQue sople esa brisa continua y dulcemente y seguro, que irá calando aunque sea despacio, pues son muchos años y la corteza del corazón puede estar dura...
ResponderEliminarUn abrazo
No sabes cuánto entiendo al protagonista, yo llevo muchos menos y no dejo de pensarle y amarle todos los días...
ResponderEliminarEsperemos que algún día esa brisa les llegué a sus corazones.
Aferradetes, Ernesto.
Mucho “tiempo”, mucha vida…intuyo que esa suave brisa le llegará…
ResponderEliminarPreciosa esa pintura, no he tenido la suerte de disfrutar su natural color.
Un abrazo.
Ángela
Hay lazos que, independiente del tiempo transcurrido, no se rompen. Lazos que nos unen más allá de la muerte. Esa suave brisa llegará a su destino y refrescará todo el amor guardado. Hermosa misión amigo. Te mando un fuerte abrazo.
ResponderEliminarP A T Y
Es un relato hermoso, triste, de noble fuerza, amigo Ernesto, que llega directo para recorrernos el alma. Hay situaciones complejas que dejan sensaciones insospechadas. Que vuelo seguro ese soplo.
ResponderEliminarUn abrazo y muy buen comienzo de octubre, ya con el otoño diciendo que sí, que se asienta, que nos preparemos.
Cuídate.
Demasiado tiempo. Ese padre necesita coger trenes, aviones, barcos...
ResponderEliminarUn abrazo.
Tremendo relato.
ResponderEliminarOjalá se tiendan puentes.
Los que somos padres-madres tenemos que intentarlo al menos.
Un abrazo
"The love of his life since he was born..." The most beautiful and sad story I have ever read which made me think about true love that has no end. That doesn't mean that in true love there can be a break up, it means that true love will always find its way back.
ResponderEliminarThank you, Ernesto.
A hug.
Traducción de Kaya:
Eliminar""El amor de su vida desde que nació..." La historia más linda y triste que he leído y que me hizo pensar en el amor verdadero que no tiene fin. Eso no quiere decir que en el amor verdadero pueda haber una ruptura, significa que el amor verdadero siempre encontrará su camino de regreso.
Gracias, Ernesto.
Un abrazo."
También dicen que nunca es tarde si la dicha es buena. Va un abrazo, Ernesto.
ResponderEliminarMe parece muy emocionante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Amigo, debo comunicarte que el Sr. Blogger está jugando una rato en mi blog. Veo que mi último post no se ha actualizado en ningún blog de los que sigo, por lo que si te apetece comentarme, tendrás que ir directamente al blog para ver las novedades. Sé que es un palo, pero hasta que se solucione no hay otra forma. ¡Muchas gracias!
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