En ocasiones, en muchas ocasiones, en la vida ha sido, es, más que necesaria la mediación de un tercero. No se trata de que sea más “inteligente” que nadie, pero sí más templado para la ocasión.
En la vida de muchas personas hay situaciones de distanciamiento, cuando no enfrentamiento, que unos momentos de reflexión harían que las cosas volviesen a su cauce más natural.
El hándicap a superar, la piedra en el camino de la reconciliación, no suele ser el «otro», que también, sino uno mismo!
La primera persona con la que reconciliarse, a la que conocer realmente, es uno mismo! Sin este requisito, ¿quién se dirige a quién? ¿Quién a dónde?
Si no hay «quién» y a «dónde», ¿cómo esperas encontrar algo diferente a lo que tienes?
Pasan los años, décadas incluso, y todo sigue igual. El “aislamiento” de las partes, cada quien con sus “verdades” siguen sus vidas…
Pero la vida, la real, la natural, a la que se le ha dado la espalda durante tanto tiempo, sigue su ciclo. Y cuando suena el último clarín…
"Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar…"
Lo que fue tan importante en el pasado, tan insalvable, ¡nada!
Queda la soledad de a quien todavía le queda camino por recorrer.
A veces el miedo a complicaciones es más fuerte que la sensatez. Un beso
ResponderEliminarHas dado justamente en el clavo, Susana.
EliminarAsí suele ser en la mayoría de las veces.
Abrazos.
A veces, se tarda mucho en darse cuenta, de lo relativo que es todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y a su vez, Alfred, también el tiempo suele enrocar ciertas situaciones.
EliminarAbrazos.
Te respondo con otros versos del mismo poeta:
ResponderEliminarTu verdad, no la verdad
y ven conmigo a buscarla
¡La tuya, guárdatela!
Un abrazo.
Hola Juan.
EliminarDe otro poeta qué cabría esperar! :)))))
Me alegra verte.
Abrazos.
Una verdadera pena, un abrazo Ernesto!
ResponderEliminarDepende de las personas, Cristina. La voluntad de avanzar en la vida, depende de uno mismo.
EliminarAbrazos.
Na verdade, para estarmos de bem com os outros temos de estar primeiro connosco próprios.
ResponderEliminarContinuação de boa semana.
Abraço de amizade.
Juvenal Nunes
Igualmente Juvenal.
EliminarAbrazos.
Es un magnífico tema el que traes, amigo Ernesto, voy a quedarme con unas cuantas frases tuyas cortadas:
ResponderEliminar1)La primera persona con la que reconciliarse, a la que conocer realmente, es uno mismo!
2) Pasan los años, décadas incluso, y todo sigue igual. El “aislamiento” de las partes, cada quien con sus “verdades” siguen sus vidas…
3) Lo que fue tan importante en el pasado, tan insalvable, ¡nada!
3) Queda la soledad de a quien todavía le queda camino por recorrer.
Una necesaria y hasta profunda reflexión, querido Ernesto, lástima que, a veces, demasiadas veces, llegamos tarde donde nunca pasa nada o eso creemos y ese sí (también), es un gran error que a cierta edad juvenil resulta indescifrable. Luego , a eso que llamamos cierta edad (de esos que dicen: Es que usted ya tiene una edad), sí alcanzamos a entenderlo.
Feliz martes querido amigo. Aprovecho para decirte que si bien el domingo (día 13), fue el día de mi Santo (cuando nací, San Enrique se celebraba el 15), hoy es mi cumpleaños, que cuando nací, allá por el 1949, era el día de San Enrique, como así se llamaba mi Santo Abuelo.
Pues muchas felicidades querido amigo Enrique. Si bien yo soy un año mayor que tú, nacimos ambos en el mes de julio.
ResponderEliminarUn gran abrazo, Enrique.
Hay amistades que se rompen y a lo mejor es por una tontería. A veces llegan a reconciliarse por la mediación de un tercer amigo que aporta otro punto de vista.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dos no pelean si uno no quiere y, casi siempre, la mediación por parte de otra persona lo único que hace es que esa persona salga "tocada"... El rencor es muy malo y, efectivamente, no sirve de na'.
ResponderEliminarUna abrazo, Ernesto.
Tú sirves para mediador de los buenos.
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