lunes, 4 de agosto de 2025

A mi buen amigo...

 


Vivió su vida, vive la de hoy, de una manera natural. Tal vez ahora más que nunca.

Sentarse a la puerta de casa en las tardes de final de verano a contemplar los campos segados y el grano recogido, da una perspectiva de vida que no se tiene a los 20 años...

De los valores de antaño, sabe que han desaparecido muchos. Otros han llegado. ¡A algunos salió él a su encuentro! ¡Hoy, realidad en su vida!

Con ellos, con los valores que se fueron yendo, se fueron también cualidades personales. Hoy su pelo es blanco. De los 20 a los 71 el camino fue largo. E intenso.

Tampoco le preocupa. Vivió sus tiempos y los vive ahora. Tampoco los echa de menos. Simplemente no están. 

No es que le queden solamente los paseos por el parque María Luisa, de Sevilla. Le queda las caricias, la ternura, el estar, la compañía, la vida compartida...

Asumió hace ya mucho tiempo que “Cuando la gota desaparece, aparece el Océano.”

No le importan las diferentes intensidades que el río de su vida pueda albergar hoy.

Sabe que su destino, y ¡meta ya!, es el Océano.

6 comentarios:

  1. Se vive muy bien Sevilla si no fuera porque ahora hace mucho calor. Es una ciudad que me encanta.
    Feliz semana.

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  2. La paz y la serenidad que se consiguen con la sabiduría, un abrazo Ernesto!

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  3. De una vida bien vivida hablas! Enhorabuena!
    Un abrazo Ernesto!

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  4. Bellas palabras para un amigo. Los adjetivos sobran, o se es o no se es. ;-)
    Felicitaciones a los dos por esa amistad.
    Aferradetes, Ernest.

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  5. Si se llega con salud aceptable a esas edades, Ernesto.
    Salu2.

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  6. Qué hermoso homenaje, Ernesto. Este texto se siente como un abrazo tranquilo, lleno de admiración y respeto por la vida vivida de tu amigo. Has conseguido encapsular con palabras una presencia serena, una existencia tejida con tiempos y valores que se van transformando, pero que siguen dejando huella.
    La imagen imaginada del grano recogido y los campos segados, contemplados al final del verano, es un cuadro de paz y sabiduría que solo el tiempo permite apreciar. Y esa frase final, “Cuando la gota desaparece, aparece el Océano”, es sencillamente perfecta: resume una vida integrada en algo mayor, sin estridencias, con plenitud.
    Gracias por compartir una reflexión que, aunque íntima, se siente universal. Porque todos, en algún momento, buscamos ese océano.
    Un fuerte abrazo, querido amigo.

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