El tema puede parecer delicado, y hasta trascendente, pero en sí es simple.
Un familiar, un amigo, alguien, se encuentra en un proceso de “partida” de este mundo. ¿Hay algo más natural que esto?
Sea mujer u hombre, niño o adulto, más o menos cercano a los que le acompañan, lo que está claro es que el proceso es enteramente suyo. Cierto que puede afectar emocionalmente a otras personas, y más si son muy próximas.
¡Pero el sujeto principal es quien se va! Y es este punto, el “que se va”, el que requiere, a mi modo de ver, por parte de los familiares, amigos, etc., una atención muy especial.
¡No todos estarán preparados para partir con cierta serenidad! Y sin ésta, ¿en qué pueden convertirse los momentos previos? E incluso días y más…
¿En un valle de lágrimas?
¡Quien se va, no las necesita! Al contrario, puede verse afectado, y hasta muy afectado, si el entorno, sin ser consciente de ello, y hasta creyendo que pueden dar rienda suelta a sus propias emociones, generan un ambiente de tristeza, lamentación y llanto. De incertidumbre. De… miedo!
Tal vez una reflexión sobre esto ahora que no hay urgencia y de una vez para siempre, sería más que necesaria.
No sabemos que como atenderemos el trance, una vez nos toque el turno, ni llegaremos conscientes y plenamente dueños de nuestra cabeza, o no. Pero visto, en gente muy próxima, su comportamiento ante el acto final, me gustaría estar a la altura de ellos, sin lágrimas por supuesto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Alfred.
EliminarLlegaremos como tengamos que llegar en esos momentos. Hoy, personalmente, ni preocupar! Ya que ni me planteo llegar de otra anera que no sea grata.
Abrazos.
He presenciado dos muertes, las de mis padres, y las dos con bastante entereza hasta que ya marcharon y me derrumbé. Había tenido mucho tiempo para prepararme, ya que mi madre estuvo con Alzheimer casi quince años y cada vez que la visitaba me mentalizaba de lo que iba a ser la visita. Ni una lágrima, me repetía y así era hasta la salida que me rompía, sobre todo los primeros años... El día de su partida, les acariciaba y les decía que marcharan tranquilos que todo estaba bien... En fin, para mí fue duro, para ellos nunca lo sabré...
ResponderEliminarAferradetes, Ernest.
Hola Paula.
EliminarCada quien sus experiencias. El Alzheimer, el caso de mi madre durante años, hace que la persona ya "no esté".
Lo fundamental por parte de quienes asistimos a su partida, sea quien sea, es no crear en ellos ese ambiente de tristeza, pena y llanto que pueda condicionarles su marcha tranquilos.
El "derecho" a expresarse de quienes puedan lamentar la "pérdida" de un ser querido, siempre debe estar sujeto, y justamente con respeto y cariño, a las necesidades del que se va.
Y ahí sí que no son necesarias muestras de dolor que puedan generar incertidumbre o miedo.
Fue duro para ti, como afirmas. Para quienes fueron tus padres, su esencia hoy, cualquiera que sea su realidad, ¡que la tienen!, lo que fue, ya ni cuenta.
Fuerte abrazo, amiga Paula.
Un alivio saber que he cumplido, un abrazo Ernesto!
ResponderEliminarSin duda lo hiciste, amiga Cristina!
EliminarAbrazos.
Querido Ernesto, gracias por compartir este artículo tan profundo y valiente. Me ha tocado especialmente porque reconozco que no soy pragmático cuando se trata de la despedida de alguien querido. Me cuesta mucho no dejarme llevar por la emoción, por ese torrente de sentimientos que brotan cuando el alma se enfrenta a lo irrecuperable.
ResponderEliminarTu reflexión me hace pensar en lo que significa realmente acompañar a alguien en su partida. Entiendo que la serenidad puede ser un regalo para quien se va, pero también creo que cada uno vive el dolor a su manera, y que no todos podemos contener las lágrimas sin que eso nos rompa por dentro.
Quizás nunca logre ser ese acompañante sereno que tú propones, pero sí puedo intentar ser consciente de lo que transmito, y aprender a equilibrar mi sentir con el respeto profundo por el momento del otro. Gracias por hacernos pensar, aunque en mi caso, la lágrima fácil siga siendo parte de mi forma de amar y despedir, irremediablemente a pesar de mi edad.
Un fuerte abrazo.
Querido amigo. La función del ojo es llorar. Las lágrimas por sí solas no son algo negativo. Se suele llorar de alegría o por liberar emociones...
EliminarDe lo que trata el texto, y que tú ya haces referencia, es, siendo el momento fundamental para quien se está yendo, con toda la carga mental y emocional que ello pueda conllevar, es más que necesario "aparcar", retrasar a después, esa liberación emocional que quienes quedan aquí necesitan liberar.
Es simple el planteamiento. Que no digo que sea fácil. Lo que prima, lo que deben prevalecer siempre son las razones del «otro». Ese ser querido que se va.
¡Según sus circunstancias profundas! ¡Léase espirituales!
Gran abrazo Enrique.
Siempre profundo y aleccionador. Gracias, Ernesto.
EliminarEn cada momento se muestra tu yo más íntimo, la persona no está en este plano, se puede dar rienda suelta al sentimiento.
ResponderEliminarQuerida Tracy...
Eliminar¿No está en este plano?... ¿Podemos "condicionarla" con nuestros sentimientos, de tristeza, de pérdida?
Que no tenga los ojos abiertos y que parezca estar ya en el otro lado..., no significa que no esté consciente dentro su proceso de marcha!
Abrazo.
El que se va tiene que saber que le aprecian. Un beso
ResponderEliminarCierto Susana
EliminarDemuéstraselo con cariño, con serenidad, con respeto a su proceso... Y deja para después la liberación de tus propios sentimientos y lágrimas.
Abrazos.
Comparto totalmente esta mirada tuya.
ResponderEliminarEstoy en ese proceso con mi madre, y como está tan lejos, "hablo" con ella energéticamente ayudándola a que pueda irse en calma, y que está acompañada por sus hijos.
Gracias por este texto.
Un abrazo
Hola Ale.
EliminarFacilitar la partida de quien ya inició su propio proceso, dure lo que dure, es lo fundamental, amiga mía!
La ayuda es el mejor gesto, y puede que de los últimos, que podamos brindarles a quienes decidieron compartir su vida con nostros.
¿Qué pena o tristeza podríamos demostrales en esos momentos? ¡Ninguna!
No es ese el bagaje final que esperan de nosotros. Sí la consciencia de saber que la vida no finaliza ahí. ¡Qué no hay pérdida alguna!
¡Sólo un cambio de plano para quien finalizó su ciclo en esta vida!
Fuerte abrazo, Ale.
No era consciente de que mi padre se iba, hasta su minuto final. Nunca lo había visto enfermo en la cama, pero debido a una trombosis fue llevado en una ambulancia al hospital. Allí estuvo unos días mientras mi madre estábamos al pie de la cama. Tuvo una muerte muy serena. Sus últimas palabras que dijo, no se me puede olvidar. Escucho una música muy bonita que viene de los jardines. Yo pensaba que soñaba porque yo no oía ninguna música y ese fue su punto final.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Hola Antonia.
EliminarTestigo de los momentos finales de tu padre aquí, y de los primeros en el otro lado.
Sea la «música» o cualquier otra «manifestación» que quienes ya parten empiezan a «experimentar»!
Sin duda hay que saber interpretar esas manifestaciones como las de tu padre! ¡Es la esencia de quien parte!
Abrazos.
I lost my parents, my beloved cousin, my husband who was my life and my everything, and recently my close friend who understood me like no one else. He died of cancer in India. I simply do not exist, that is, I am, but I do not think about myself anymore and I do not care how I end my life on this earth.
ResponderEliminarThis is a very complex, deep post that stirred up something deeply hidden in my soul.
A big hug, Ernesto.
Traducción:
Eliminar"Perdí a mis padres, a mi querido primo, a mi esposo, que era mi vida y mi todo, y recientemente a mi gran amigo, quien me comprendía como nadie. Murió de cáncer en la India. Simplemente no existo, es decir, soy, pero ya no pienso en mí y no me importa cómo termine mi vida en esta tierra.
Esta es una publicación muy compleja y profunda que despertó algo muy profundo en mi alma.
Un fuerte abrazo, Ernesto."
"...era mi vida y mi todo..."
EliminarBellas y sentidas palabras, querida amiga, donde las haya. Comprendo su profundidad en ti... Las realidades a las que haces referencia...¡Ellos!
Y sin embargo creo que esa circunstancia suya, fueron, estuvieron, compartieron contigo sus vidas, no debiera ser razón para "descuidar" la tuya... en esta tierra!
Fuerte abrazo, Kaya.
Creo que hay que acompañar a quien está en ese trance, e intentar que lo sienta, así como todo nuestro cariño y amor. No es fácil, pero creo que debe ser así. Actualmente acompaño a mi madre en ese camino y solo quiero que se sienta amada y acompañada.
ResponderEliminarUn beso, Ernesto.
Hola Carmela.
EliminarNo es fácil, como bien señalas, pero es el camino adecuado el que sigues con ella.
Fuerte abrazo, amiga mía.
Hola, Ernesto.
ResponderEliminarYo, por lo pronto estoy muy tranquila. Tenemos que irnos y yo lo veo natural, cuando me llegue la hora no sé como estaré. Pero cuando pierdo alguna persona llegada a mí no puedo remediarlo. Es un dolor tan grande... y más cuando son jóvenes.
Un abrazo y feliz fin de semana.
Hola Piedad.
EliminarEsa tranquilidad es deseable.
En cuanto al dolor por perder a alguien querido, comprensible y respetable, tal vez requieriese un punto de vista diferente. Que no digo que tú u otras personas lo tengáis que hacer.
Pero en lo que sé, no hay tal "pérdida" de nadie cuando alguien se va. ¡Hay la marcha de alguien en su propio proceso de vida! ¡El suyo! Del que puede que ni tan siquiera sea consciente...
Y sobre la "juventud" del que se va o se ha ido, amiga, más de lo mismo. Lo que puede parecernos "joven", y por ello una desgracia, no es más que lo mismo de antes. Nuestra humana escala de valores... En el proceso que ya pertenece "al otro lado".
«Joven» nos puede parecer quien puede que sea «alma vieja» en el proceso profundo de la vida. El suyo!
Nada o poco que ver con nuestras humanas creencias.
Ha sido un placer compartir contigo este tema.
Abrazos Piedad. Buen finde!
Hola Ernesto, tu post me recordó un libro que leí hace algunos años. Se llama "La muerte íntima" y es acerca del acompañamiento a morir. Me impresionó que mencionaba que muchos enfermos terminales luchan por no irse por tener algún asunto pendiente con algún ser querido o por no hacerles sufrir. Cuando mi esposo estuvo en UCI tras el infarto, me permitieron verlo y le susurré al oído que lo amaba , que todos lo amábamos y que si era su momento se fuera en paz. Obviamente por dentro me dolía mucho pero quería darle esa tranquilidad. Es muy díficil, pero como bien dices es parte del proceso de la vida .
ResponderEliminarUn abrazo y buen fin de semana!
Hola Cecilia.
ResponderEliminarEsa naturaleza tuya, amiga, de ahora y siempre, y a saber desde "cuándo", es la que te permitió despedirle con realismo, amor y certeza!
Valor incalculable y bienestar para quien así partió de este mundo!
Fuerte abrazo.
Estimado Ernesto:
ResponderEliminarUn tema muy emotivo, y del cual, cada ser tiene su propia definición, de lo que representa.
Si lo vemos de forma religiosa, nos enfrentaremos al ser supremo, que nos ofrece aquello que en la vida nos está negado, justicia, castigo para las malas acciones, y premio para los justos.
Si lo vemos desde un punto de vista físico, nos enfrentamos a la transmutación de la materia, arguyendo que la materia existe desde el origen de todo, y que según nuestras leyes físicas, nada se destruye, si no que todo se transforma, pero… (siempre hay un pero), no se puede explicar la energía vital, ni la propia animación de la vida en sí misma.
Si lo vemos desde un punto filosófico, esa animación vital, esa «alma, o ánima», ha de iniciar un «viaje», o una metamorfosis a estados superiores o supraconciencia, al océano infinito (del que nos hablas a menudo), o iniciar otra reencarnación, etc. Etc.
Pero lo cierto, es que es una experiencia, quizás más traumática para los deudos, que para el propio finado en sí mismo.
De todos modos, lo más traumático para todos, es la agonía, el sufrimiento (es a lo que yo, personalmente más temo), y (esto me consuela un poco), las personas que han experimentado ECM'S (Experiencias cercanas a la muerte), nos cuentan varias formas de sentirlas, pero en todas ellas, nos hablan de una sensación extrema de paz y serenidad.
Ernesto, me he alejado del propósito último de tu post, pero (me perdono a mí mismo), al ser un tema tan complejo y que de alguna manera nadie sabe realmente como afrontarlo, solo… lo afrontamos con el buen hacer que somos capaces de reunir en ese instante.
Estimado Ernesto, Salud y Felicidad
Puestos a “perdonar-te” tú mismo, según afirmas, perdóname a mí este juego de palabras que, con el debido respeto y aprecio que nos profesamos, siempre, y esto es una certeza, y no lo otro… y sus dudas, y desconocimientos, diré… Y que conste, debes tener en cuenta, que llevo respondiendo a los comentarios antes del tuyo, toda la santa mañana. Y que por ello, este a ti, lleva su “aqué”! :)))))
EliminarReligiosa. Ser supremo. Premia a los buenos y castiga a los demás. Y además, amigo, nos niega en vida lo que después nos dará. ¡No es mi caso en mi relación con Él. Con ESO.
Físico. La «materia» puede embarcarse en la transmutación que sea. ¡Ni preocupar! Dicha «materia» es, en lo que respecta a ser humano, puro envolvente en este mundo… Tal cual un abrigo en invierno. Se genera un envoltorio/cuerpo por parte de una mujer, y es «habitado» por la esencia, alma, o llámalo como quieras, del que le toca volver a repetir curso/hola de vida. Y cuando le toca irse, aquí queda su cuerpo/materia, abrigo escogido, zapatos a juego, etc.
No se puede explicar la energía vital. Que haya algo que no se entienda o no tenga explicación humana, no desvirtúa la Realidad de la cosa existente.
Filosófico. El “arte”, elegante y escogido, para explicar todo lo anterior… De una manera algo más… ¿enrevesado? :)))))
“… ha de iniciar un viaje a…” En realidad sólo tiene que «despertar» al hecho real ya de ser, hoy, parte del Todo (la gota que cree ser). Y cuando «despierte» descubrirá que ya es el Océano. (que siempre ha sido)
Amigo Anónimo, estimado, cultivado e interesado, el tema de mi texto es precisamente ese “traumatismo” personal de los deudos, de quienes le rodean y acompañan en esos momentos. Que deben tener el cuidado, la delicadeza, de apartar sus circunstancias personales en beneficio de quien se va.
Y por último, y ya digo que ser el “ultimo” comentario de algo bueno, :)))))) es cosechar parte de los anteriores…
Permíteme una vez más.
Traumático… para todos… (menos uno, que no es el finado como dices, sino yo mismo).
¿Para todos, amigo? ¿Quién te lo ha dicho? ¡Qué no digo que lo temas, como afirmas!, pero de ahí a generalizarlo en la esperanza de que siendo todos los “elegidos” resulte menos traumático, va un abismo.
Como siempre un placer compartir tus palabras, reflexiones, buen hacer y simpatía. Cualquier día conoceremos tu identidad y :)))))) repicarán las campanas en todas las iglesias del mundo!
Salud y serenidad.
Abrazo.
Waaaooooo...
EliminarOla con "h"... Ya te dije que la cosa llevaría su "aqué"... jajaajajajaja...
The universe follows its path.
ResponderEliminarTraducción:
Eliminar"El universo sigue su camino."
Catalin.
EliminarEl «universo» es "nada" en relación al TODO que todo es!
Querido Ernesto: Vida y muerte van a la par; no nos educan para afrontar el final de la vida de otra forma que no sea asumir el dolor irreparable que la partida de un ser amado nos provoca.
ResponderEliminarTenemos un familiar muy enfermo, qué liberación de alma será cuando transcienda a otro plano, liberado ya de todo dolor, de toda carga, y eso que su alma noble y voluntariosa nos alienta cada día con su alegría, y su sonrisa a pesar de su situación.
Efectivamente, hay que facilitar esa necesaria situación de calma y serenidad en el momento de la trascendencia, e incluso después, porque aunque el cuerpo muere, el alma siempre es eterna.
Abrazos
Querida amiga.
EliminarEn lo que sé, cierto que no nos educaron. Pero sin duda a día de hoy en la mayoría de nosotros prima el, se supone, saber por haber aprendido eso y mucho más sobre la vida aquí, y como señalas, después!
Personalmente, Maite, cuando quiera que sea que parta, en su proceso, que no es el mío, algún ser querido, te aseguro que no habrá dolor alguno!
¿Qué estaba y no está? ¿Qué siento su ausencia? Sin duda. Pero dolor por su marcha, ¡no habrá! ¿Cómo podría, sí conozco el proceso natural?
Ese familiar que os alienta con su alegría, sepa o no en qué momento de su evolución espiritual se encuentra, debe ser preservado de toda preocupación, miedo, dolor y demás sensaciones que atañén sólo a quienes aquí quedaremos.
Dices bien, Maite, ¡hay que facilitar esa situación!
Abrazos.
Cada muerte es distinta... Cada muerte nos afecta de modo distinto... Nada es igual. Algunas muertes son esperables, otras deseadas, otras inesperadas... Y en muchas es imposible no llorar, se siga lo que se diga...
ResponderEliminarLo unico que tengo claro es lo que alguien dejó escrito: La vida es tan lista que antes de matarnos nos va quitando las ganas de vivir... Se referia, claro, a las muertes previsibles...
Un abrazo, amigo