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Los
árboles han sido siempre para mí los predicadores más eficaces.
Los respeto cuando viven entre pueblos y familias, en bosques y
florestas. Y todavía los respeto más cuando están aislados. Son
los solitarios. No como ermitaños que se han aislado a causa de
alguna debilidad, sino como hombres grandes en su soledad...
Los
árboles son santuarios. Quien sabe hablar con ellos, quien sabe
escucharles , aprende la verdad. No predican doctrinas y recetas,
predican, indiferentes al detalle, la ley primitiva de la vida.
Un
árbol dice: Mi fuerza es la confianza. No sé nada de mis padres, no
sé nada de los miles de retoños que todos los años provienen de
mi. Vivo, hasta el fin, el secreto de mi semilla, no tengo otra
preocupación. Confío en que Dios está en mí. Confío en que mi
tarea es sagrada. Y vivo de esta confianza.
El
ansia de vagabundear me acelera el corazón cuando oigo al atardecer
el susurro de los árboles. Si se escucha durante largo rato y con la
quietud suficiente, se aprende también la esencia y el sentido de
esta necesidad del caminante. No es, como parece, una huida del
sufrimiento. Es nostalgia de la patria, del recuerdo de la madre, de
nuevas parábolas de la vida. Conduce al hogar .
Quien
ha aprendido a escuchar a los árboles, ya no desea ser un árbol. No
desea ser más que lo que es. Esto es la patria. Esto es la
felicidad.
Hermann
Hesse.
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“Los
árboles son poemas que la tierra escribe en el cielo.
Los cortamos y los convertimos en papel, para poder dejar constancia de nuestro vacío".
Los cortamos y los convertimos en papel, para poder dejar constancia de nuestro vacío".
Kahlil
Gibran.
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ResponderEliminar...y en ese pueblo, sin saber siquiera cual era, se topó sin mas, con el amor.
Buenas noches, Ernesto. y un abrazo
Martavillosa entrada, llena de frescor y sabiduría!
ResponderEliminarDos sabios han llegado hoy de tu mano, Ernesto, gracias por las enseñanzas, un abrazo!
ResponderEliminar¡Qué decir ante estas palabras tan hermosas!, solo quedarme aquí y oir el canto de los árboles y sus hermanas las flores.
ResponderEliminarUn saludo afectuoso y me alegro de haberte encontrado y compartir la hermosura de la vida.
Viviendo rodeada de ellos, los miraré de otra forma ya que en el otoños con la tarea de recoger las hojas me gustaría tener menos en mi ambiente.
ResponderEliminarUn abrazo.
ResponderEliminarUn regalo para tus lectores, dos joyas literarias y una verdad; los árboles son vida, entregan generosos su fruto, su frescor, su sombra, belleza, paz y tanto más que mi ignorancia no llega a ver.
mariarosa
No creo que se pueda escribir y sentir mejor sobre los árboles, más sabio y tan claro, de lo que dicen y cómo lo dicen estos magnificos autores.
ResponderEliminarLos árboles...siento el bienestar que transmiten y la energía que generan.
Un fuerte abrazo, Ernesto.
Hola Ernesto, entrañable texto de Herman, un autor que me encanta por su forma de transmitir, sus metáforas de la vida. Su expresión a la vez que accesible, también profunda en su complejidad.
ResponderEliminarMe encanta que hayas rescatado de la biblioteca personal este texto, porque merece ser leído y releído, como toda su obra.
un abrazo,
La vida, difícil englobarla en una metáfora!
hermosas citas, además de dos de mis autores más amados....
ResponderEliminarGracias
Isaac
El arbol solo ya es belleza, pero si se ornamenta con tales palabras, y tan bien colocadas, es una autentica maravilla.
ResponderEliminarSoy de caravana y camping, y suelo ir a uno que esta cerrado de arboles, y cuando llego, digo a mi esposa, HEMOS LLEGADO AL PARISO.
Feliz finde, un abrazo
Ernesto, hoy por fin tengo tiempo de visitar tu rincón y leer tus últimas entradas, dificilmente podría elegir cual me gusta más. Hoy entre tus líneas he amado, he jugado en el tiovivo, he disfrutado de la creación....
ResponderEliminarGracias, tu blog es un lugar especial. Que pases un bonito fin de semana. Besos!
Hola Ernesto.
ResponderEliminarBellísimo el texto, no hay nada tan imponente (y sagrado) como un árbol. Dejando a un lado el oxígeno y la belleza (cosas que también son importantes) es una maravilla verlos crecer, ahí, solitarios, a la espera de la lluvia. Sí, porque los a árboles grandes nadie los riega, dependen de la voluntad del clima (y de San Isidro)
Me gusta cuando viajo por las carreteras ver esos campos planos y un árbol solitario en el medio, parecen una postal.
Dicen que abrazarlos nos da energía, así que de vez en cuando (a falta de abrazos) me engancho en un tronco y salgo cantando bajito.
Un abrazo.
Yo aprendí amar a los arboles en mis años de yoga, abrazarles y a llenarme de vida cuando sus ramas me cantan susurrantes.
ResponderEliminarYo entiendo muy bien hoy tu mensaje, mientras el mar me manda su brisa, y me acompaña en esta noche de verano caloroso de mas aunque esta noche dormiré de un tirón y caminare en el bosque de la vida, entre los árboles que amo.
Es un decir precioso, Hermann Hesse, supo escucharles, vivió en un tiempo sin prisas, y la contemplación de la vida no era tan rápida como la que vivimos ahora, y daba tiempo de vivirla abrazarla y compartirla.
Has traído aquí unas hermosas palabras que hacen volar mi yo en un tiempo que jamás viví. Te mando un abrazo.
Si coincido en tu buena elección Ernesto, gracias.
ResponderEliminarEscuchar a los árboles es conectar con el corazón de la naturaleza. A mí me encanta respirar con ellos, poner mis manos en su tronco, escuchar el silencio de sus palabras, hasta sentir su latido y unir mi respiración a la suya hasta percibir mis raíces unidas a la tierra...
Un abrazo.
Adoro esa escena de un árbol solitario en medio de una llanura y me conmueven los árboles desnudos, con sus brazos pelados hacia arriba como en una oración o conjuro.
ResponderEliminarAyer mismo, mi nieta intentaba abrazar con sus bracitos un árbol grande del Retiro, las dos lo hacemos. Le enseño también a escuchar sus murmullos cuando se cuentan cosas, como danzan con el viento y dejan que los pájaros costruyan sus casas allá arriba para no sentirse tan solos.
Así que puedes imaginar que encuentro muy hermoso este post, Ernesto.
Me encanta la sabiduría poética de Khalil Gibran
Muchos besos, y feliz verano.
Me gusta mucho Herman Hesse .
ResponderEliminarMaravillosas citas.
Y los árboles cuentan siempre con mi cariño. Me encantan
Un fuerte abrazo
Que hermosas palabras las de H. Hesse y las de K. Gibran. Me han llegado recuerdos de una época, ya muy lejana en la que leí mucho a Hesse. Qué lejano queda aquél tiempo pero como bien dice en el fragmento que nos traes, una nostalgia que conduce al hogar, a nuestros propios recuerdos y a la vida.
ResponderEliminarEs hermoso oir a los árboles.
Un abrazo, Ernesto.
Hermoso texto a los arboles ...solo que nosotros somos personas y sentimos amamos sufrimos por olvidos y recordamos con amor nuestros antepasados ...tenemos alma
ResponderEliminarGracias amigo por tu visita que para mi eres especial.deseo que estes bien ...estoy en clase y no me extiendo mas...
ABRAZOS
Marina
Hola Ernesto, acabo de llegar de un fin de semana en mi pueblo, y traigo el alma llena de susurros de árboles, que han dejado en mi alma el verdadero sentido de la vida, he escuchado su voz, he dialogado con ellos, me he reido y llorado, emocionado, porque abrazar a un árbol y escuchar el murmullo que de ellos emana, es algo único. Desde pequeñaja lo he hecho, y te afirmo que sin saber lo que hoy sé, que ellos me han hablado siempre y nadie me creía cuando lo decía.
ResponderEliminarAhora para materializar toda espiritualidad, LOS CIENTÍFICOS, dicen que lo que se escucha en los árboles es la savia que corre por ellos, tambien se escucha la sangre que corre por nuestras venas...¡ algo nos hermana a ellos y es la chispa divina que en toda la creación, ha dejado EL HACEDOR DE LOS UNIVERSOS!
Me encanta Hermann Hesse, creo que supo captar el alma divina que todo ser vivo tiene, y este escrito de su libro El Caminante, es de los más bellos que nos has podido dejar. Gracias Ernesto, por abrir ventanas para que entre la luz.
Un abrazo con brisas verdes de pinos, chopos, sauces, encinas, alcornoques, robles y sobre todo de la luz que nos une a todos, porque todos procedemos de la misma fuente o óceano, como tú dices.
Nines.
Y muchos de ellos son silenciosos y milenarios observadores de la humanidad.
ResponderEliminarLos árboles, seres vivos que nos protegen y comparten con nosotros esta hermosa casa llamado planeta tierra.
Gracias por recordarnos la importancia del árbol, de los bosques y de la naturaleza que nos rodea.
Un abrazo inmenso, amigo.
Los árboles son sabios llenos de historias para el que las sepa oír...
ResponderEliminarPaz y Gracia
Isaac