Los campesinos del Ángelus. Jean-François Millet, 1857-1859 |
Más allá del cielo.
Había una vez un rabino que tenía
fama de santo. La gente vivía intrigada porque todos los viernes
desaparecía sin que nadie supiera a dónde iba.
Dada su bondad y buen nombre, comenzó
a correr el rumor de que, en esas ausencias de los viernes, iba a
entrevistarse con el Todopoderoso.
Para salir de dudas, encargaron a
alguien que siguiera secretamente al rabino y averiguara a dónde
iba.
El viernes, el "espía"
siguió al rabino a las afueras de la ciudad y hora y media después,
cuando sus piernas ya flaqueaban de cansancio porque los pasos del
rabino eran muy vigorosos, descubrió que este se disfrazaba de
campesino y, así vestido, entraba en un rancho miserable donde se
dedicaba a atender a una mujer no creyente que estaba paralítica.
En las horas siguientes, el rabino lavó
y planchó la ropa de la enferma, le preparó comida para ese día y
para el sábado, limpió la casa, hizo algunos arreglos y cortó leña
para alimentar el fuego toda la semana.
Cuando el "espía" regresó a
la congregación, todos los miembros de la comunidad le rodearon
ansiosos.
-¿A dónde fue el rabino? - le
preguntaron-. ¿Le viste subir al cielo?
-No- respondió el "espía"-.
Le vi subir mucho más arriba.
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Esta historia, real en sí
misma, sucede con mayor frecuencia de lo que podría suponerse.
De hecho es la acción más natural que muchos estaríamos dispuestos
a realizar.
¿Entonces, qué sucede para
que no se haga más ampliamente?
Creo que tiene que ver con
el hecho de no comprometerse... demasiado. No ha realizarla una, dos
o tres veces. ¡No! Pero sí a institucionalizarla en nuestras
vidas.
Hay un fondo en cada uno de
nosotros que tiende la mano al de al lado. Pero también hay una
prevención a ello. Una pugna constante. A veces gana una, en
ocasiones la otra. El problema radica, creo, en nuestra propia falta
de seguridad. No nos atrevemos a hacer porque pensamos que después
no sabremos cortar una situación que podría desbordarnos. Y por ese
miedo, justificado, sin duda, pero a la vez infundado, pues no
sabemos si esa situación se daría, no sacamos la mano del
bolsillo... No la abrimos.
Y en consecuencia tampoco
nosotros recibimos.
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Del
blog de Soñadora:
http://unpensamientoparacadadia.blogspot.com.es/2008/09/mas-all-del-cielo.html
Ernesto, pienso que esto sucede cuando se nos han presentado situaciones así y no queremos repetirlas, el miedo a quedar atrapados nos paraliza, ahora, cuando solo queremos ayudar sin esperar nada, o sea, ser santos como el rabino, todo nos será dado, un abrazo!
ResponderEliminarY muy bella la música, gracias!
ResponderEliminarEs cierto que todos no estamos siempre entregados a darnos a los demás, e incluso entre familias se ven desempatados.
ResponderEliminarGracias por dejarnos esta bonita reflexión.
Un abrazo.
ResponderEliminarNo creas que no sucede,hace poco encontré a una profesora de yoga que me contó que va a dar clases gratuitas en en salón de un capilla muy pobre, en medio de la Villa la Cárcova.Ella según sus posibilidades da lo que tiene y que sabe hace bien. El mérito no está sólo en el tiempo que da, lo importante es que la mayoria de las personas tienen miedo de entrar a esa villa.
https://ilseexpedicionario.wordpress.com/villa-carcova/
Un abrazo.
Una reflexion acertadisima. Estoy de acuerdo en todo, y creo que hasta el mas cruel, tiene algo del rabino, pero la diferencia esta en que el rabino este sin duda no tenia nada de cruel...
ResponderEliminarUna entrada extraordinaria, ME GUSTO.....
fELIZ SEMANA, UN ABRAZO
Estoy contigo Ernesto. Nos alejamos de aquello que huela a obligación y andamos con el freno puesto. Sin embargo no hay nada como darnos cuenta que en lo mas profundo de nosotros mismos disponemos de la capacidad suficiente como para relacionarnos con el mundo con plena generosidad de espíritu.
ResponderEliminarYo llevo mas de dos años haciendo un trabajo en un centro social como voluntaria y te puedo asegurar que me siento muy agradecida y afortunada, pero aún hay mucha gente que se sorprende de esto. Así somos
Un abrazo querido amigo
A mi me encantan tus textos,siempre tan motivadores,sin moralejas,ni moralismos..sencillamente dejar al ser,ser...
ResponderEliminarHola Ernesto.
ResponderEliminarGracias por tu amable visita que me ha permitido llegar hasta aquí...
Un placer conocer tu blog......un abrazo.....feliz semana...
Así somos, ciertamente, pura lección a trascender. El día que lo logremos no volveremos más.
ResponderEliminarEstas sencillas palabras suelo tenerlas muy presentes pues me indican siempre quién es el otro... Y por consiguiente quién soy yo! Y es desde esta premisa que se entienden muchas cosas de este mundo.
Un gran abrazo, Lola.
Simple y sencillo, Luna...
ResponderEliminar¡Dejar ser!
Un gran abrazo.
Cristina, esta música que te gusta me acompaña esta mañana...
ResponderEliminarUn gran abrazo. Siempre un placer saber de ti.
Mariarosa.
ResponderEliminarHe accedido al link que me has dejado... Hay aspectos de la vida que "son" así.
Un gran abrazo.
Un gran abrazo, MC
ResponderEliminarMariPi.
ResponderEliminarEn ocasiones "darnos a los demás" es un estado de ser. No necesariamente que tengamos que correr de aquí para allá...
Un gran abrazo.
Bienvenida, Camelia.
ResponderEliminarUn gran abrazo para ti.
ResponderEliminarEl amor es la clave, Ernesto; amar al otro como se fuera de los tuyos, como a ti mismo.
Siempre un gusto venir. Abrazo.
Ernesto, me encantan tus entradas. Sencillas y profundas como el discurrir de la vida.
ResponderEliminarEn ellas la sensibilidad que muestras, me habla de lo excepcional que hay en la realidad cotidiana, de que el cielo que se sueña está aquí y que con un simple gesto de abrir la mano, se colma.
Un fuerte abrazo.
Bonita entrada y que, sin duda, invita a meditar.
ResponderEliminarUn abrazo. Te deseo una semana feliz.
Ernesto, vuelvo a leerlo, vuelve a emocionarme su contenido.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!
Profunda reflexión, para una entrega total y sin prejuicios, sólo el querer socorrer al necesitado.
ResponderEliminarSin neceidad de hacerse notar.
Un abrazo.
Ambar
Querido amigo ...no sabes como me ha emocionado el relato de tu post de hoy...por carta aparte te quiero contar unos episodios reales...quiero que en realidad conozcas la amiga que tienes hace años y aun no nos conocemos el alma y corazón
ResponderEliminarAbrazos amigo
buenas noches
Marina ...
Existe gente que no se compromete, que no mira al lado... que piensan que nunca van a necesitar nada de nadie y eso no es cierto.
ResponderEliminarLa maravilla de dar lleva a la felicidad.
Besos
También a veces se da a quien menos se lo merece, aunque si se da de cozaón bien entregado sea.
ResponderEliminarAbrazos
Corrijo: corazón...jajaja que demonios había escrito?
EliminarAbrazos
Y es que el miedo en realidad es nuestro gran enemigo...
ResponderEliminarPaz y Vida
Isaac