Llegó al pueblo mochila al hombro y
bajo aquel persistente “calabobos”. Fina lluvia que, sin
parecerlo, calaba hasta los huesos. Cuantas veces surgía esta
palabra se acordaba de su abuelo. Él fue quien se la enseñó
cuando, de niño, llegó a la aldea.
Buscó un lugar donde guarecerse y le
pareció haberlo encontrado al descubrir bajo el mismo techo a
aquella elegante joven que lo miraba con insistencia. Se volvió a un
lado y otro tratando de confirmar que era a él a quien miraba. ¡No
había duda! Si bien le extrañó ese interés dada la imagen algo
desaliñada que, de seguro, presentaba.
Observó el lugar. No era muy grande
aunque sí limpio. Pasaría la noche allí. Resultaba acogedor dadas
las inclemencias exteriores. Se acomodó en el banco y, abriendo su
mochila, sacó media hogaza de pan que había comprado el día
anterior. De otro bolsillo extrajo un paquete que al abrirlo expandió
un sugerente olor a salchichón de calidad. La invitó a probarlo...
Ella declino con una sonrisa.
Después de cenar se arrellanó en su
asiento y, mirándola a los ojos, inició una conversación con ella.
Empezó contándole su afición a estas escapadas, ese vagabundear
sin destino, tratando de encontrar el suyo, tal vez. Su fracasada
relación de pareja... Sus pensamientos, sus anhelos. La filosofía
sobre la vida, que los largos silencios del camino le habían ido
enseñando. De vez en cuando la interpelaba con sus ojos por ver si
se cansaba de tanta palabra. Si bien no resultaba muy habladora, su
mirada y su sonrisa le invitaban a seguir.
Y así pasaron los tiempos...
El cansancio empezó a adormecer la
conversación. Le dijo que pensaba pasar la noche allí.
Preguntándole también si ella lo haría. Una vez más asintió con
su sonrisa. Se alegró. En principio no supo como interpretarla...
¿Dormiría con él? Tampoco estaba claro. Aún así se alegro de su
presencia.
El sueño venció los pensamientos...
Creyó notar en la madrugada la tibieza
de su cuerpo acurrucándose junto a él... No estaba seguro, tampoco
quiso concretarlo demasiado. Volvió a dormirse con esa agradable sensación.
La mañana siguiente los encontró bajo
el mismo techo. Desperezándose y con una sonrisa le dio los buenos
días... Ella ya estaba vestida y le correspondió con la suya.
Mientras desayunaba le hizo saber que no tardaría en emprender la
marcha. La preguntó que sí quería acompañarle. Declinó la
invitación con la suave y sempiterna sonrisa...
Cuando pasó el autobús por la parada
en la que habían dormido, él, ya con la mochila preparada se subió.
Mientras éste iniciaba la marcha la volvió a mirar despidiéndose
con la mano... Ella le miraba también... sonriendo. ¡No la
olvidaría fácilmente!
Lo que no entendía muy bien eran aquellas letras que, tras ella, habían presidido todo el encuentro:
“Tu moda de verano en El Corte Inglés”.
Cuanta magia en tu relato. Me ha encantado; la fantasía hace milagros...
ResponderEliminarAbrazo
Ernesto, he disfrutado mucho de la lectura de tu texto, del ritmo, del compás, de las imágenes que sugiere...
ResponderEliminarEl final tan sorprendente me ha arrancado una enorme sonrisa!
Nada como el optimismo, como saber ser acompañado por lo positivo, por la sonrisa.. aunque sea la que inspira un centro comercial :D
Gracias, un abrazo
Lo habían utilizado para una campaña, como al pobre Truman? Al menos tuvo unas horas de ensueño, valió la pena, un abrazo Ernesto!
ResponderEliminarHola Ernesto, jeje, me he reído un montón con el final, no me lo esperaba, escribes esos finales que a mí me gustan, con giro inesperado y vuelta a empezar.
ResponderEliminarPero lo que más me gusta es como describes la situación, el modo en que la imagen le puede "abrir" tanto la imaginación a este hombre.
Me encanta!!
Abrazos
ahhh precioso el giro final!
ResponderEliminarUn texto relajado y lleno de emoción..
Precioso! Me encantan las reflexiones pausadas, ese aire tan evocador que tienen tus relatos.
Hay quién tiene un mundo interior rico y lo comparte por el placer de compartir.Y hay quien al dictado de la moda sólo puede regalar sonrisas...Mundos diferentes, diferentes mundos.
ResponderEliminarBonito mundo el tuyo, Ernesto.
Un abrazo.
Tu final me ha sorprendido, pero todo el relato lo he encontrado de mucha imaginación el cual me ha mantenido su lectura.
ResponderEliminarUn abrazo.
Excelente relato Ernesto. Muy bueno el final. Lo pude leer con el celu, pero no me logro conectar con mi cuenta. Un abrazo. Vivian
ResponderEliminarUn buen relato con un final inesperado.
ResponderEliminarUn abrazo . Feliz miércoles
y con su silenciosa sonrisa fue compañía, oído atento, amiga e ilusión!
ResponderEliminarMuy lindo texto!
Abrazos!
Me gustó tu relato...Te saludo
ResponderEliminarIsaac
Me gustó mucho tu relato Ernesto, tiene un final sorprendente.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Nines
Hola mi querido amigo...me gusta todo lo que escribes ...hoy el final es de sorpresa como a veces son muchos finales ...
ResponderEliminargracias querido amigo por tu visita siempre es de agrado para mi
Te deseo un feliz fin de semana y con mi gran afecto un fran abrazo
MARINA
Hola
ResponderEliminarUn placer leerte mientras escucho tu música
un relato tierno hermoso con un final de la pelicula que vos create
Yo creo que nosotros creamos y somos los responsables de nuestra vida
y las metidas de pata que hemos hecho las hicimos con ganas de algo,que teníamos dentro
Solo nosotros estamos a cargo de nuestras decisiones
mil besos
Te deseo un feliz fin de semana
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Hola Ernesto, tu relato me ha encantado tiene frescura, describes al personaje como un vagabundo sin destino lleno de anhelos y sueños donde la filosofía de la vida se vive de distinta manera…amores de una noche, que dejan bellas sensaciones. Buen final .
ResponderEliminarfeliz fin de semana.
Un cálido abrazo
Es una historia viajera, sin mas obstáculos que poner razones a todo, es igual que su sonrisa saliera del cartel o fuese autentica, porque sirvió para dar calidez a una noche húmeda, y decirte adiós al llegar el alba.
ResponderEliminarCasi siempre son un poco intrigantes tus entradas, siempre pienso en el amor cálido y sosegado que llega a tu vida, después me encuentro que estas dentro de un sueño, y viviendo la noche con una chica joven y preciosa que te anima a que la visites… en el Corte Ingles, eres ¡¡¡ la leche!!! Un abrazo viajero del tiempo sin tiempo.
Cuanto de imágenes, situaciones
ResponderEliminaruno encuentra por el camino
que despierta a la reflexión d e lo que es la vida
y lo principal d e lo que somos nosotros mismos...
gracias