Llueve,
hay niebla en los montes y hace algo de frío en el pequeño valle.
El día está desapacible… pero es entrañable!
Ha
coincidido el final de fiestas con el primer día invernal tras un
largo tiempo de otoño.
Invierno.
Día natural. Los días de artificio y consumo van quedando atrás…
Los valores navideños, reales para algunos, desempolvados para
otros, vuelven al baúl de los recuerdos. Pues en recuerdos de un
ayer vivido están basadas la mayoría de las vivencias de muchos...
Otros entre Pinto y Valdemoro. Y los más pequeños acorde con los
tiempos.
Ziara,
cuatro años y medio, no ha montado belén alguno ni sabe de
significados que pertenecen a épocas pasadas. Las nuestras. Con todo
lo que ello conlleva. Pretender que nuestros hijos o nietos,
principalmente estos, repitan las mismas experiencias que tuvieron su
vigencia pero que hoy poco significan, sería poco realista.
En
ocasiones, sin ser conscientes de ello, queremos impulsar en los más
pequeños valores que, más que servirles de estímulo, serán lastre
en sus vidas.
Deberíamos
empezar a cuidar lenguaje y actitudes que hoy confunden más que
clarifican sus vidas… Claro que para ello es necesario que nosotros
mismos sepamos realmente qué es lo que queremos en las nuestras.
Un
grupo de gatos callejeros toma el sol, que ha vuelto a brillar al
mediodía, en lo alto de un saliente sobre una pared de la plaza. No
hay día después en ellos. No hay artificio alguno
en sus vidas. Las viven tal cual les ha tocado. Lo que no quiere
decir que no surjan vicisitudes en ellas… pero las enfrentan con
naturalidad. ¡La regla!
Ernesto, diste en la clave al señalar nuestra conducta y palabras como ejemplo para los más chicos, ellos nos miran, los discursos son vanos, un abrazo!
ResponderEliminarTodo tiene que ver con uno mismo...
ResponderEliminarquizás cuandos e es pequeño se toman esos preceptos de celebraciones como algo normal y tradicional...
dependerá de cada uno como aquello lo hacemos nuestro...
cada quien a su forma una vez cuando ya creces y eso en la constante vida dia a día...uno tomará de esas la guia o una idea de como hacer en estas fechas...todo dependerá de uno al fin
de hacer o no hacer...y como bien dices, luego será parte de ese recuerdo
porque lo que nos convoca el día a día es vivirlo en este tiempo y ahora y que eso sea lo mejor ...
que tengas un hermoso inicio de año !!
Qué buena reflexión.
ResponderEliminarMe encanta tu blog,porque siempre siempre avivas la intención de conectar con nuestro ser más profundo!
Ernesto, un relato entrañable y reflexivo que cada cual asimilará según sus creencias y valores.
ResponderEliminarCreo que lo importante para con los pequeños es enseñarles a pensar y no qué pensar. Ya se encargarán ellos de escoger sus realidades, creencias y sueños cuando llegue el momento. Y, mientras, que cada día sea Navidad en nuestros y sus corazones y no sólo una vez al año.
Abrazos.
Siempre hay que ir fomentando las tradiciones para que no se pierdan y que con los años uno siga recordando los buenos días invernales que le dieron el hogar.
ResponderEliminarUn buen principio de año.
Hola Ernesto, siempre nos hacer reflexionar. La Navidad cada uno la vive según su creencias, pero también es importante concienciar a los niños, que nuestras relaciones sean amorosas y generosas con los demás, para que nuestros hijos saquen todo lo mejor de la Navidad.
ResponderEliminarUn grande abrazo.
Buenos días Candela. Sabias palabras las de que lo fundamental es enseñarles a pensar y no qué pensar. Si fuésemos capaces de llevar esto a la práctica desaparecerían la mayor parte de los conflictos en el mundo. Y éste sería un lugar de paz, armonía, abundancia y bienestar.
ResponderEliminarY crecimiento evolutivo del ser humano en su totalidad.
Tal vez es esto lo que vino a enseñarnos aquél que acabó en la cruz... Y no precisamente para redimir "pecados" de nadie.
Un abrazo, amiga.
Una buena reflexión para comenzar el nuevo año que acaba de comenzar.
ResponderEliminarEn mi blog hay una entrada que habla de lluvia y en mi Facebook hablaba ayer de lluvia y de gatos. Se ve que a ambos nos inspiran las mismas cosas.
Un abrazo.
Sin duda, nos deja un relato para reflexionar. Muy bonto.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo. Hermoso año 2016.
Gracias ;por compartir momentos de ternuras que vamos creando dentro de nuestras vidas
ResponderEliminarFeliz Enero!!!!
Hola, me ha gustado leerte, yo también creo que los valores se enseñan con el ejemplo, quizás por eso algunas veces los animales parezcan mas racionales que los humanos.
ResponderEliminarun abrazo
Cierto es que tendemos a proveer a los peques de nuestros lastres pero yo creo que porque no somos conscientes de que sean tal cosa. Tradiciones, todas, son eso:tradiciones, costumbres, etc
ResponderEliminarSucesos vividos por nosotros de manera ilusionante desde la infancia que pensamos les puedan ilusionar por lo que no creo que nada malo haya en ello y, si lo piensas, pasa con toda creencia, sentimiento, etc que compartimos con ellos. Les damos lo que somos, vivimos y sentimos aunque cambiásemos, sopesásemos, pensásemos...acabaríamos dando lo que somos hayamos mudado o no.
En mi opinión, claro está y no creo que esto sea malo. Sí inevitable, al menos
algunos de esos modos de vida y sus costumbres, que no todos, por supuesto. Siempre hay que estar abiertos a modificar lo instaurado si no es beneficioso.
Un precioso paisaje invernal, por cierto.
Un abrazo
ResponderEliminarBravo, Ernesto! Estoy contigo.
Abrazo, siempre.
An excellent reflection to begin the New Year. Very nice the image.
ResponderEliminarMany greetings from Turin!
Estos días que llueve, nieva y se mecen con el viento las ramas de los árboles, son preferidos para mí. Si estoy en casa me siento arropada, si salgo fuera me arropo yo. Me agrada sentir y vivir esas sensaciones.
ResponderEliminarCuidar el lenguaje y las actitudes, siempre. Los niños son perfectos siendo como son y lo que muchos adultos necesitamos es la capacidad de aceptarlos tal y como ya son.
Me encantan los gatos al sol. Bonito el color de sus vidas.
La última diferencia que señalas, en duda para mí.
Un abrazo Ernesto.
Feliz la vida de los gatos, sin preocupaciones ni sobresaltos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay demasiados días que se convierten en entrañables... . :)
ResponderEliminarPreciosa reflexión Ernesto, tierna, con ese estilo suave con el que hace gala tu pluma.
ResponderEliminarDifícil estar de acuerdo en temas de este tipo o cualquier otro en nuestros días, donde hay tanta gente descontenta con su vida anterior y pretende quitar de en medio la vivencias que algunos hemos disfrutado, tradiciones que creo no han hecho mal a nadie.
Nunca he creído llevar ningún lastre arrastrando, con lo cual mis hijas no se han sentido contagiadas...
Bueno esto es una visión particular que a nadie importa, pero creo que las tradiciones sino hacen mal a nadie, hay que respetarlas.
Y desde luego, no hay irracional más grande que el ser humano, si fuéramos racionales la paz reinaría entre nosotros, y eso es lo que te deseo con salud y amor.
Me ha encantado tu escrito.
Un abrazo.
Los niños son muy inteligentes Ernesto, ya ellos se encargarán de poner todo en su sitio cuando tengan idea de la cruda realidad.... La verdad que me ha encantado tu post, es para pensar mucho.... un beso con todo cariño y gracias por tus saludos y visita al faro :*
ResponderEliminarHola Ernesto ;por primera vez entro en tu blog y leyendo tu escrito reflexiono sobre su mensaje.Los niños son como la cera,se moldean en el ambiente donde viven.
ResponderEliminarSi su entorno es bueno y hay armonía,crecerán equilibrados,por el contrario, si existe la desorientación, la incredulidad y egoísmo,nunca se sabe lo que va a salir de allí.La imagen de los gatos tomando tranquilamente el sol,nos puede servir para tomar ejemplo y vivir nuestro día a día con paz ,ilusión y sin preocupaciones que nos atormenten.Para los cristianos es sencillamente ,vivir en manos de nuestro Padre Dios
Te mando un abrazo
Creo que mejor que las tradiciones lo que necesitan los niños además de atención y amor, es que les enseñemos a pensar, a tener criterio, que sepan que pueden elegir como vivir en cada momento...
ResponderEliminarY quizá, cuando hagamos algo como poner un Pesebre que a ellos les puede resultar ajeno se lo contemos como una historia más.
No soy tradicional, pero tampoco radical en contra de las tradiciones, adapto a mi manera de ser lo que me interesa y desecho lo que no me va. Sin más.
Mi pesebre era de plastelina, y al niño Jesús, le daban calorcito un burrito de peluche y tre cerditos, a mi nieta le encantó hacerlo conmigo, luego tenía más interes en ese calendario de adviento que cada día le regalaba una chocolatina.
Ay, Ernesto, me encanta entibiarme al sol en invierno, como a los gatos.
Un beso,
Sembrar creencias y valores en otros que hemos heredado a nuestra vez, a veces nos acaba pesando.
ResponderEliminartal vez la clave esté en encontrar ese punto de equilibrio 0 simplemente abrir opciones y confiar mientras acompañamos...
un abrazo. Bonita reflexión .
Yo me siento como esa gata al sol, viviendo el momento...
ResponderEliminarpero es solo un momento.
Te prometo que volveré a leerte. Hoy me quedo aquì, entre gatos callejeros
Un abrazo Ernesto
en esta noche helada de fin de enero,
chusa