Ayer entré en el blog de Eugenia y aparte de leer su último poema, me encontré con este otro que dejó huella en mí. Por su realismo y actualidad.
Eugenia relata en su poema lo que yo aprendí este día. ¡Nunca más coartar el contacto físico, la comunicación con nuestros niños y jóvenes, el sabernos pendientes de ellos, aunque estén enfrascados en sus propios juegos o asuntos!
https://azulgenia.blogspot.com/2016/08/cuantas-lunascuantos-anos.html
(Dedicado a mi amada hija Liliana por sus forty years.)
Estabas insegura
para probar la fuerza de tus alas
como una jovencita,
te guardaste tus miedos y saliste al mundo,
solo aquellas libretas sabían de tus secretos.
Cuando estabas en casa, era algo cotidiano
ver que te refugiabas en tu cuarto
alejando el silencio con notas musicales,
tocando la guitarra.
Muy tarde me di cuenta la falta que te hizo
tener quien te escuchara,
que no fue suficiente llevar pan a la mesa
ni pagar el colegio o unos zapatos nuevos.
Te hizo falta la madre, la amiga y confidente,
pero tú tan madura, nunca me lo dijiste.
Con un largo silencio fuiste guardando guerras
que perdías y ganabas.
El tiempo es implacable,
he pagado muy alto la factura al perderme
momentos importantes en tu vida.
J.Eugenia Diaz M.
Agosto/30/2016
Feliz
cumpleaños mi niña grande, te amo.
Ufffff...que fuerte...visitaré el blog.
ResponderEliminarErnesto, muchas veces cuando hablamos de los jóvenes ( o mejor dicho "se habla" en forma despectiva en relación a sus comportamientos que dejan bastante que desear hay que mirar para adentro como lo hace esta madre. Ella interpreta como "tarde" el darse cuenta. Yo no creo que sea tarde cuando el sentimiento es el amor, pero también es real y hay que asumirlo, que por el camino fuimos dejando cosas que ya no van a volver.
Hay un hilo muy delgado entre ese "llevar pan a la mesa" como una necesidad de trabajar, de estar fuera de casa cantidad de horas, de los cansancios, etc y el "ocuparse" con tiempos de "calidad".Con esto quiero decir que quizás no estuvimos en el acto escolar porque en el trabajo no teníamos permiso de salida, pero podemos compensar con una buena charla nocturna o un paseo otro dia acompañado de este mirarse a los ojos y hablar..Saber que estamos para...
Yo creo que los niños y jóvenes comprenden, lo que no quita, que un niño en la escuela siempre espere a sus padres por ejemplo cuando tiene que hacer una representación/teatro/baile/feria de ciencias o lo que sea.
en este sentido esos tiempos no se pueden recuperar. Un poco la vida que vivimos , un tanto acelerada, donde los abuelos mil veces salen comedidos a cumplir roles que antes eran únicamente de los padres. No se trata de "culpas", pero si de comprender que es imposible pensar que todo esto no repercuta de alguna manera en los jóvenes. Un abrazo grande y que tengas un domingo maravilloso.
Hola Ernesto ser padres no viene con manual, es complicado y aunque se intenta hacer lo mejor posible, hay muchas veces en las que se mete la pata y al mirar atrás nos damos cuenta de cosas que podíamos haber hecho de forma distinta aunque la intención fuera muy buena.
ResponderEliminarBesos
Muy hermoso.
ResponderEliminarSeguimos aprendiendo,siempre
de mis hijos primero,ahora de mis nietas también!
abrazos!
Muy buen poema y real. Porque será que lo comprendemos tarde, cuanto los hemos dejado de lado a los hijos por el trabajo, con el paso de los años nos damos cuenta.
ResponderEliminarmariarosa.
No hay un curso para aprender y ser padres. Además con cada hijo es diferente.
ResponderEliminarAbrazos.
Querido Ernesto,me has sorprendido gratamente por el honor que le has brindado a mi poema compartiendolo en tu maravilloso blog,muchas gracías.
ResponderEliminarTe cuento brevemente la historía de este poema.
Esta escrito para un libro dedicado a mi hija Liliana la mayor de mis dos hijas.
A ella le toco vivir sus guerras en silencio no me las compartio para no agobiarme mas de lo que ya me encontraba luchando con la enfermedad de su hermana Erika y al mismo tiempo trabajando y ocuparme de las labores de la casa y la familia.
Entraba y salía del hospital con Erika en consultas,estudios de laboratorio y muchas ocaciones hospitalizaciones.
No tenia tiempo para mas,no daba para mas tenia,que cumplir mis jornadas de trabajo y cubrir el tiempo que pedía para atender las necesidades en el hospital de Erika.
Antes de que enfermara mi hija les daba todo mi tiempo y atenciones a las dos,eramos muy felices era su madre,su amiga y confidente pero la vida nos cambio y solte a mi niña grande para sostener a la pequeña que se me estaba yendo,hasta que fallecio.
Esa es la historia de este poema.
Cuiden a,sus hijos escuchenlos aceptenlos con sus errores y sus virtudes nutran su vida con las vivencias de ellos.
Ernesto,muchas gracias por compartir este poema con tus amigos y lectores.
Te dejo mi cariño y un fuerte abrazo.
Poema profundo. Saludos Ernesto.
ResponderEliminarUn bonito detalle para Eugenia el haber posteado su hermoso poema de sentimiento de culpa, pero seguro que su hija jamás la sintió culpable de nada.
ResponderEliminarUn abrazo Ernesto.
Precioso poema el de Eugenia y más conociendo su historia tal como la cuenta.
ResponderEliminarRecuerdo al leer tu entrada el de Kalil Gibran sobre los hijos.
"...Tú eres el arco del cual tus hijos,
como flechas vivas,son lanzados.
Deja que la inclinación,
en tu mano de arquero,
sea para la felicidad".
Como padres creo que es la tarea.
Un abrazo Ernesto.
Cuando creías que ya habías aprendido todo con la educación de tus hijos, vienen los nietos y te lo desmontan todo.
ResponderEliminarLos primeros te enseñaron a comprender la vida de otra manera, los segundos te obligan a disfrutarla.
Bello poema.
Un abrazo.
Me parece un poema no solo maravilloso, sino realmente certero. Ser padres es tantas cosas que a veces, se nos escapan algunas. Cuantos momentos se nos van de las manos, entre otros motivos, porque vivimos inmersos en tanto... que se nos van los instantes. Los hijos reclaman su lugar, su independencia, y los padres, intentamos navegar en ese barco,para acompañarles sin coartar su libertad.
ResponderEliminarEs un poema precioso.
Muchos besos amigo mio :D
Felicitaciones a Eugenia por su sentido poema, un abrazo!
ResponderEliminarMuy conmovedor y profundo poema.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo que me suena está historia! Y loo doloroso que resulta cuando ves que aumenta la distancia y te sientes en un callejón sin salida! No sé puede recuperar el tiempo perdido pero a veces jefes restablecer poco a poco la comunicación pérdida.
ResponderEliminarUn abrazo a Eugenia y otro para tí
¡Qué bonito! ¡Y cuánta verdad encierran esos versos! Los padres no somos perfectos, cometemos errores, como todo el mundo, pero siempre pensando en hacer lo mejor por nuestros hijos.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Hola! Qué bonito poema y a la vez melancólico. Un saludo.
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ResponderEliminarUn poema muy real, todos cometemos
errores hasta los padres, pues son humanos.
Besitos dulces
Siby
Saludos Carolina.
ResponderEliminarUn bello poema, Ernesto, que como cuenta Eugenia, la autora, tiene una historia detrás muy emotiva.
ResponderEliminarEs difícil la tarea de ser padres. Apasionante, dura y bella.
Abrazos querido amigo.
Siempre he pensado que los niños deberían de venir con un libro de instrucciones, de ésta manera todo sería mucho más fácil para los inseguros padres, lo tendrían mucho más fácil, aunque todo es solucionable si se educa en el amor. Un bello poema.
ResponderEliminarUn Abrazo, buen día.
Muy bonito y entrañable. Eugenia escribe puro sentimkento. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarSaludos
Sentimiento, decía, perdón.
ResponderEliminarBuenas noches Ernesto, gracias por compartir este profundo poema que a todos los que somos padres me imagino nos remueve las entrañas. Tengo hijos pequeños aún y te confieso que uno de mis miedos es que ellos sientan que algún día no estuve cuando me necesitaron. Trato de hacer lo mejor que puedo, los amo por sobre todas las cosas. Gracias por llevarnos a reflexionar a través de tus publicaciones que personalmente me gustan mucho. Un gran abrazo para ti.
ResponderEliminarMe ha recordado a alguien.
ResponderEliminarSí. A mí.
Un abrazo.
Que cierto es que a muchas padres y madres les pasa eso. En esta sociedad pareciera que lo material es lo realmente importante y dejamos de un lado lo emocional, el contacto, y tan importante es proveer a nuestros hijos de comida, techo y ropa como de acompañamiento emocional. Pero nunca es tarde para retomarlo.
ResponderEliminarBesos