¿Qué decir en un día como éste? Sábado, algo nublado, gris, que no triste.
Ayer tarde/noche, bullicio, gente en la calle, música, ruido… Los adolescentes llamando al timbre para el “truco/trato”. Abrí, y les dí tres veces, ya la cuarta pasé…
Hay que ver cómo ha “prosperado” eso del día de Todos los Santos. Aunque puede que no sean todos los que están. ¡Seguro!
Ya mañana, Día de Difuntos! Con el debido respeto! Aquí sí que no falta nadie!
En sí es, a mi modo de ver, todo un ritual de creencias. Costumbres de un ayer. Y como tales, sujetos a los tiempos! ¡La modernidad! ¡Otros valores!
Desde la ventana observo la tranquila calle donde vivimos. El transcurrir del día… El otoño fluye tranquilo.
De la cercana cocina llega el grato aroma de los dulces y tartas que mi esposa prepara cada día para los postres del restaurante de nuestra hija. Se entretiene con ello, disfruta, está ocupada. ¡Es muy creativa!
Ninguno de mis “difuntos” me echará de menos en el Campo Santo… Saben que no estaré allí! ¡Sé que ellos tampoco!
Respetable quien crea y sienta la necesidad de acudir!

Todas las costumbres y ritos para con los muertos, son muestras de respetos para honrarlos, su recuerdo en nuestras memorias los mantiene vigentes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Ernesto. Tus palabras traen la quietud del otoño y la sabiduría de quien ha aprendido a mirar la vida sin melancolía. Nadie falta, como dices, porque de algún modo todos seguiremos presentes en la memoria de los que nos aman. Frente a lo cotidiano, parece que nada y nadie se repiten especialmente en estos días. Me gusta esa serenidad con la que miras el paso del tiempo. Un abrazo
ResponderEliminarAutumn will be long...
ResponderEliminarEn nuestro corazón siempre estarán. Día tras día...
ResponderEliminarUn abrazo.
Feliz Noviembre.
Ernesto, tu reflexión me ha encantado por su hondura y su sencillez. La escena que describes del otoño fluyendo, el aroma de los dulces, la calle tranquila, no necesita fotografía: ya vive en mi imaginación. ¡Y esa frase tuya, “Ninguno de mis ‘difuntos’ me echará de menos en el Campo Santo… Saben que no estaré allí! ¡Sé que ellos tampoco!”, merece un aplauso por su verdad serena y sin dramatismos.
ResponderEliminarHay algo profundamente pragmático en tu mirada, que no renuncia a la emoción, pero tampoco se deja arrastrar por el rito vacío. Gracias por compartirla.
Un fuerte abrazo.
Totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarAdemás esta cosa de Halloween tan impostada e importada, no refleja nada de lo que podemos sentir (los que sean de fechas especialmente)
Un abrazo
Los difuntos ya no están allí. Sólo su recuerdo. Un beso
ResponderEliminarErnesto, hago mías tus palabras sobre “santos y difuntos”.
ResponderEliminarHace mucho, bastante tiempo, llegó hasta mí el poema de Ana Maria Rabatte, y yo que en esos momentos vislumbraba algo más, esta estrofa me ofreció atisbos de luz.
“Nunca visites panteones,
ni llenes tumbas de flores.
Llena de amor los corazones,
en vida, hermano, en vida”
Respeto también todas las manifestaciones de estos días. Su valor y significado tendrán para cada uno.
Percibo, veo y sé la disposición, maestría y creatividad de MCarmen, chapó!!!
Abrazos a los dos.
La visita a los cementerios res una costumbre tan arraigada, que en el día de hoy, se ponen a rebosar y más siendo un espléndido día de veroño.
ResponderEliminarPero no todos los que van , están.
Yesterday we had celebration of Halloween with treats and trick and kids also rang the door bell for candies. The Celts believed ghosts may return to Earth on the night of October 31. It's a time to honor our ancestors.
ResponderEliminarA hug.