domingo, 8 de septiembre de 2019

Las precisas...

Aquí os serviré el chocolate o café con picatostes...

Teníamos unas tazas para el desayuno, corrientes, las hay en cualquier supermercado, de forma cilíndrica, cada una de un color, con un asa, la base y la boca del mismo tamaño… Difícil que se volcaran. Pero… al ir fregándolas, y golpeándose de vez en cuando, se iban descascarillando los bordes, las asas se rompían…

Un día nuestra hija nos regaló un juego de seis. Blancas, decoradas con unos vilanos y unas amapolas grises, sencillas también, de batalla, de bajo coste, y…

Con una base más pequeña que las otras y una boca más grande. ¡Mala combinación!, pensé. Con menos base pueden volcarse…

Tardé en utilizarlas! Solo cuando las primeras empezaron a faltar.

Ha pasado más de un año y no se ha volcado ninguna. Y no tienen el más mínimo descascarillado.

¡Apariencias!

Parecían una cosa, y han resultado ser otra!

¿Cuántas “apariencias”, personas, opiniones, cosas, situaciones, surgen en nuestras vidas, condicionándolas, para bien o para “mejor” (mal), y nos quedamos con ellas por falta de discernimiento?

¿Cuántas realidades perdidas porque las “apariencias” llegaron envueltas en colores, música, fina textura, modernidad…, “la vida es así”, etc.?

¿Cuántas capas de cebolla, y nunca mejor dicho en lo que tiene la cebolla de hacernos llorar (valle de lágrimas), habremos de quitar para encontrar ese núcleo adormecido que somos?

¿Cuántas vidas (cursos de aprendizaje) tendremos que repetir para despertar a la realidad?

Sí, a ver, diga ¿cuántas?. Usted que parece saber de casi todo…
¡Es sencillo! ¿Ha visto usted un campo lleno de margaritas? ¿Sí? ¿Las ha contado alguna vez? ¿No?
¡Pues claro que no! ¡Menuda tontería! ¡Para qué querría yo saber cuántas hay!
Bueno, hace un momento me estaba preguntando sobre el cuántas…
¡Claro, sobre el cuántas que estaba usted tratando! ¡Cuántas de aquí, cuántas de allá, cuántas de acullá! Pero margaritas… ¿Lo sabe usted?
¡Desde luego! ¡Las precisas! Ni una más ni una menos. Las cosas de la Vida, en su estado natural, siempre son las precisas.

29 comentarios:

Alfred dijo...

Sabia lección!
Un abrazo.

Matías dijo...

Las vajillas de otro tiempo eran muy bonitas y coloridas, pero tenían ese problema que describes,
El dicho de "las apariencias engañan" es muy cierto, lo hemos comprobado en muchas ocasiones.
Es inútil intentar contar margaritas, lo importante es saber contemplarlas.
Abrazo.

maria cristina dijo...

Uno debe ir acomodándose en la vida como si lo hiciera en un sillón confortable para leer un buen libro, un abrazo Ernesto!

esteban lob dijo...

Muy buena comparación, Ernesto. Rara vez lo que nos parece, es tal cual.

mariarosa dijo...


No hay que dejarse llevar por las apariencias, esas tazas, como suele suceder en la vida son un ejemplo:No todo lo que brilla es oro. Un abrazo y feliz domingo.

mariarosa

⟴Ricard dijo...

Maestro:
¿Cuantas vidas tendré que vivir para alcanzar la iluminación?
_Una sola. En todas las anteriores, solo existirás para aprender a despreocuparte de contar. En la definitiva, vivirás tu presente sin perder el tiempo preocupado por tu pasado y tu futuro.

Margarita HP dijo...

Amigo Ernesto, dos puntos. Primero, el de las apariencias. No puedo estar más de acuerdo contigo, a veces, lo que parece, no es; y al revés. Y creo que la raza humana venimos con una predestinación a observar "falsas apariencias". Pero confío en que tras el descascarillado de ellas, llegan esas nuevas verdades con amapolas grises.
Y segundo... en cuánto a las margaritas... ¿verdad que solo están las precisas? Si es que la Naturaleza es sabia, ja ja.
¡Besos! :D

Myri▲m dijo...

Ay, las apariencias...


Muchísimas gracias por tu texto, un saludo : )

Juan L. Trujillo dijo...

Bonita manera de llegar de lo cotidiano a lo trascendente.
Un abrazo.

cantando bajo la lluvia dijo...

¡Las precisas! me ha recordado a las recetas de mi abuela en las que al llegar a la cantidad de harina ponía: "la que admita". Así es. Me encanta que le saques punta a lo más inesperado. Un abrazo Ernesto.

Laura dijo...

Las apariencias engañan...
"Cuantísimas" cosas nos llegamos a perder por los juicios previos e inconscientes.
Lo bueno es darse cuenta a tiempo y corregir errores.
:) besos Ernesto.

lunaroja dijo...

Tenemos creo que por defecto, el prejuicio,la anticipación,la presuposición.
El ejemplo tan diáfano que haces de las tazas de té, me parece absolutamente perfecto para demostrar que no siempre es lo que parece!
Un gusto leerte!
Abrazo!

Manuela Fernández dijo...

Es curioso que esta es una afirmación en la que todo aquél a quien se le pregunte afirma con rotundidad: "las apariencias engañan y ellos no juzgan según estas", entonces, ¿por qué cuando vamos a un lugar muchas veces nos toman por lo que no somos hasta que nos conocen si ha lugar? La mayoría de la gente o es hipócrita o les quedan muchas vidas por vivir.(la tercera opción es ambas cosas).
SAludos.

Tracy dijo...

La enseñanza de las cosas sencillas que sabiamente expones.

dijo...

Estoy empezando a aceptarlo y tomarlo como una realidad,pero....cuesta,amiguco
Besucos

soco luis fernandez dijo...

,,, tus palabras y reflexiones, también, siempre, las precisas. y eso es tan imporytante...

Un abrazo en la cercanía.

Alís dijo...


Y no porque siempre ocurre lo que tiene que ocurrir, sino que ocurra lo que ocurra, eso es (o viceversa). Los juicios maestros (y los no maestros) nos determinan siempre. Para eso son. Si los reconocemos ya aparece una mínima opción de elegir.

Y llego a la conclusión leyéndote que lo mejor es probar, siempre probar, para que la experiencia nos llene de respuestas o nuevas preguntas, y sobre todo para poder disfrutar de las margaritas que hay, las precisas.

Un abrazo gigante, Ernesto

Me gustó mucho este texto

Mari Carmen dijo...


Aún conservo mi tazón para la leche de cuando iba a la escuela, está relativamente en buen estado, la sigo usando y no la tiro por formar parte de mi vida. Didáctica entrada, como es habitual en ti.

Feliz semana, Ernesto.

Un abrazete.

Mari-Pi-R dijo...

Muchas veces nos pasa con las personas, hace poco me crucé con una y saqué mala opinión de ella y más tarde la conocí conversé y me cambié completamente la opinión que me había hecho de ella en una impresión.
Un buena semana.

Ernesto. dijo...

"Preciso" será que dejes alguna referencia tuya, legible, por alguna parte... :))))))

Chao Unknown

AMALIA dijo...

Muy bueno el ejemplo, ERNESTO.
Estupendo.
Un abrazo. Feliz semana.

Amapola Azzul dijo...

El tiempo suele poner a cada cosa a cada uno en su sitio.

Un abrazo.

Carmela dijo...

Siempre un gusto leerte :))
Un abrazo, Ernesto.

Sneyder C. dijo...

No hay que juzgar por las apariencias ni para bien o mal porque puedes llevarte un gran sorpresa…

Un cálido abrazo Ernesto

Ángela dijo...

Apariencias.... ¿no serán más bien las expectativas que forjamos, esperamos y sentimos sobre lo que vemos y nos rodea?
El día que me "limite" a beber en esa taza (ojalá sea chocolate con picatostes...:)))) lo disfrutaré sin más. Cuando no piense que se pueda romper, tambalear, o que se le borren las amapolas, tampoco esperaré, porque no llegará, la decepción.
Vidas sí, "las precisas". Como todo en la vida.

Maravillosa Loreena McKennitt en sus interpretaciones. Esta nana me "transporta".
Nuestro coro interpreta The seal lullaby de Eric Whitacre, una nana preciosa también, que disfruto cada nota.

Qué gratificante toparme en este instante con la belleza. Gracias.

Un fuerte abrazo Ernesto.

José Manuel dijo...

Buen día Ernesto:
Con 2 palabras nos cuentas cómo somos y como deberíamos ser.
"Las apariencias"...delatan nuestros juicios y prejuicios.
"Las precisas", son el gran regalo de la naturaleza. ¡Siempre es más de lo que podemos contar o imaginar.
Gracias y un fuerte abrazo.

Eva S. Stone dijo...

Nada es lo que parece, casi nunca...Por eso valoramos tanto la autenticidad de aquellos a los que llamamos nuestros amigos. Las personas somos cajas de sorpresas y la vida sin sorpresas no sería vida.

Un beso sopresa.

AMALIA dijo...

Feliz fin de semana.
Un abrazo.

Maripaz dijo...

Ernesto, siempre me haces pensar con tus post. Ocurre, es verdad, que lo que la apariencia nos muestra no suele ser real, pero es lo primero que vemos y de lo que nos valemos para formarnos un juicio.
La experiencia me ha llevado a muchas situaciones así, por lo que me he vuelto un poco precavida.
La Naturaleza, es sabía, respecto a las margaritas.
Un fuerte abrazo, amigo.