La tarde declina...
El silencio se hace presente en el
valle...
Los últimos y dorados rayos de sol
enciende de rojo las cumbres de Anboto y Udalaitz...
El río de la vida fluye sereno. Los petirrojos en la umbría del bosque y el mirlo desde lo alto de la iglesia despiden el día. Venus marca la
incipiente noche que nos acompaña. El cuarto creciente de la luna
guía a la pareja que, cogidos de la mano, se adentra en el valle por el camino
verde...
“Hoy he vuelto a pasar... por aquel
camino verde... que en el valle se pierde... y es mi dulce
soledad... Hoy he vuelto a pasar por la puerta de la ermita...
he subido a la colina y allí me he puesto a cantar...”.
(Canción enseñada por mi abuelo en Noia en 1956)
Qué preciosura ! ¡cuánta delicadeza Ernesto ! Quisiera yo cobijarme en ese lugar para pensar en la vida .
ResponderEliminarLa canción de tu abuelo me emocionó, es preciosa.
Un abrazo enorme.
La sé de memoria Ernesto! el problema es que desentono y mi familia me hace callar, ja ja ja, así que canto cuando estoy sola, hermosa y romántica pintura la de hoy, un abrazo!
ResponderEliminarUmmmm, me llega un apacible aroma a...nostalgia
ResponderEliminarMe gusta,
Un abrazo Ernesto
La tarde callada y silenciosa entre las ramas de la luz del dia, la tarde se hace vida en la mirada perdida entre vuelos.
ResponderEliminarUn beso.
qué buen texto para leer una y otra vez en silencio...
ResponderEliminarMomento mágico y melancólico, hermoso el valle, da paz.
ResponderEliminarUn abrazo y un bonito fin de semana!
Qué tarde tan plácida por el sendero verde que en el valle se pierde...
ResponderEliminarno falta de nada, ni sobra nada,
en el corazòn la vieja melodìa de un bolero
Y yo aquì sonriente te dejo mi abrazo, amigo Ernesto
Hola Ernesto.
ResponderEliminarLo lindo de tus descripciones es que puedes imaginar cada detalle, y siempre aparecen los pájaros. Es como si sintieras el silencio.
Pienso que las canciones de los abuelos, y de los padres, nunca se olvidan.
Me gusta la imagen, con piedras y verde.
Un abrazo grande.
Buen fin de semana.
Vivian
Ernesto, lo esencial se puede decir en pocas palabras, cuando el paisaje y el alma se entrelazan.
ResponderEliminarTus palabras tienen alma. Nos llega su sensibilidad y engrandecen el silencio.
He recordado aquí, al son de los pasos por el valle, el bello sentir de las tardes de Machado.
Me hubiera encantado oírte tatarear por el valle esa canción tan preciosamente bonita.
Un fuerte abrazo.
Un texto maravilloso que desprende serenidad.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Con que poco uno se puede sentir feliz tan solo hay que estar atento al oído de la naturaleza.
ResponderEliminarBonitas palabras de tu abuelo.
Un abrazo.
Hola!! Como estas? Espero que bien :)
ResponderEliminarQue linda foto y que lindo texto. Me transmitió mucha paz. Esa conexión con la naturaleza que uno experimenta cuando esta solo y en contacto con ella es mágica.
Saludos!!
Pues mira tú que esa canción también la cantaba mi madre. Me la has traído al recuerdo.
ResponderEliminarBonito rincón para ser paseado y disfrutado mientras el paisaje canta.
Un gran abrazo.
Estimado amigo:muy hermoso el post de este dia ...estoy emocionada ,no se cuanto podré leerte lo que si amigo no te olvidaré.
ResponderEliminarGracias por tu serena amistad...ya son años de cariño y simpatia.
Te dejo un abrazo y un beso
Gracias amigo.
Marina E.Pastor
Una tarde bien disfrutada... al leerte, me ha parecido escuchar al río...
ResponderEliminarErnesto, qué deliciosa serenidad,
un abrazo grande
Bonito conjunto de texto y de imagen.
ResponderEliminarLa canción es muy linda.
Un abrazo fuerte.
Si esa canción te la enseño tú abuelo es que eres muy joven, pero yo esta canción la cantaba allá por mis diez años, no es que supiera bien lo que significaba pero las cantaban mis hermanas mayores y yo hacía lo mismo.
ResponderEliminarHe sonreído al leerte, y mira que últimamente nada me hace soltar una sonrisa, pero ya ves, tú lo has conseguido sin proponértelo. Gracias. Un abrazo, y sigue paseando por… El camino verde, camino verde, que va a la ermitaaaaa.
Hermoso Ernesto, mmmm la tarde, la puesta de sol, ¡Mi mejor momento! Y si se trata de encontrarme conmigo misma, todavía mucho mejor.
ResponderEliminarSaludos estimado amigo.
Hola Ernesto
ResponderEliminaragradecer primero por tu comentario y derivarme a esa maravilla de mujer
todo fue muy emocionante leer esas palabras que adentran en mi propia sapiencia heredada desde mis ancestros...
palabras que quizás escuché en sus oraciones legendarias...si lo se!
por ello mi gratitud siempre!
Y en tus palabras se ve el reencuentro de lo que es fundamento en nuestro diario hacer
ResponderEliminarnuestra vida que se forja en comunión con aquellos que siembran en nuestro corazón y mente la sabiduría para caminar la vida...
Hola Ernesto, ya tanto he escuchado(leído) estos días sobre este lugar que la imagen se me hace familiar,parece como si ya lo visitara alguna vez.
ResponderEliminarEl río de la vida suena tan bien como el agua que lleva, estoy segurísima. Guardará muchas confidencias de las personas que por él transitan, anécdotas,alegrías, tristezas que el agua se lleva a su paso...hacia otros lugares.
Un lugar muy apacible, relajante,lleno de serenidad.
La canción del Camino verde es muy antigua, pero emerge cada vez que alguien la recuerda, sacando lo mejor de su letra.
Preciosa entrada!
Una tarde de paseo seguro cargada de emociones y silencios compartidos.
Abrazos
Rosa
Hermosa la imágen, el texto y la canción.
ResponderEliminarUna casita de piedra en medio de un bosque parece sacada de un cuento de hadas, amigo.
Un abrazo y feliz miércoles.
YO DESPUES DE LEER TU HERMOSO RELATO DE NUEVO Y LA CANCIÓN DEL CAMINO VERDE...ME SALGO CON LA MUSICA Y LA PAZ
ResponderEliminarTE DEJO MI ABRAZO
MARINA
Volver a ser
ResponderEliminarser uno...
en un paisaje
nada mas que uno por momentos
lejos de los que te quieren
y del bullicio que la vida nos da
vivir el silencio
maravilloso Ernesto
Es verdad... el río de la vida fluye sereno y con el,nosotros...
ResponderEliminarPaz y Flexibilidad
Isaac
Hola, Ernesto!
ResponderEliminarUn belíssimo texto, onde la memória y las lembranças son rainhas.
La cancion de tu abuela me há emocionado.
Naquela tarde, o vale verde.
Dias de luz y paz.
PS: no es necessário visitar mi blog, porque la temática es la miesma. Eu te visitarei, de vez em quando. Gracias por tua amizade.
Hermoso texto y bella imagen, que el camino verde te siga acompañando en el silencio.
ResponderEliminarErnesto, buen fin de semana. Un abrazo.
Hola Ernesto, me he sentido paseando por tan bellos lugares y al llegar la noche Venus nos envuelve con su magia …con tan idílico paisaje como no van a perderse los enamorados por tan placentero lugar…
ResponderEliminarHay añoranza bajo la tarde que placida se pierde entre tu canción…
Feliz fin de semana.
Un cálido abrazo
Hola Ernesto.
ResponderEliminarMuy bella foto que acompaña a tus letras maravillosamente.
No te tengo en olvido, a veces paso leo rápido y salgo sin comentar por falta de tiempo.
Hoy tengo unos minutos y disfruto de tus bellas letras y todo en conjunto.
Un afectuoso saludo desde mi ausencia y un cariñoso abrazo.
Ambar
...y el día que tú te fusite lloran de pena las margaritas...
ResponderEliminarQué post tan plácido y romántico, Ernesto, y encima con esa música que suena de fondo, que dan ganas de teletrasportarse por esos paraje y perderse como los amantes entre el verde frescor.
Ah, Vivian te contestó en mi blog, parecéis dos exilidados con un punto de encuentro en el Almacén, por mí encantada.
Que pases una feliz semana.
Una entrada maravillosa Ernesto, llena de lirismo y paz, es como ser un eremita en esa pequeña casa de piedra... y contemplar la creación con todos los sentidos, haces que desde el alma se sientan cada una de las palabras con las que describes el lugar y la tarde.
ResponderEliminarUn abrazo con los aromas vírgenes que emana ese momento especial, me envolvió y me introduje en él.
Nines.