Cierto canto de muchos pájaros, no habituales en la zona, le hace asomarse a la terraza. Decenas de estorninos revolotean en y alrededor de la higuera que tiene el caserío de enfrente en la huerta. Entran en ella, salen, se posan en otros árboles vecinos, todo un guirigay de vida y sonido. Los estorninos, esos pájaros negros con pintas que vuelan en grandes bandadas dando vueltas al atardecer en pueblos, parques y ciudades hasta que se posan todos juntos en ciertos árboles que les sirven de dormidera. Media hora más tarde ya se habían ido a otra parte. Llegaron, la utilizaron por un tiempo determinado y se fueron. ¡Avanzaron!
¿Y
a dónde han ido nuestros pájaros de ayer, nuestras
creencias? “No puedes evitar que un pájaro se pose en tu
cabeza. Pero sí puedes evitar que permanezca el tiempo suficiente
para hacerse el nido.” (Dicho de sabiduría referido más
bien a pensamientos inadecuados).
¿O
es que viniste con una mochila concreta en la que no cabe nada nuevo
y lo viejo, por apego emocional, se va quedando como las cosas en
desuso guardadas en el desván?
Creencias
es eso que de pequeño te inculcaron en casa, la escuela, la
sociedad, la cultura imperante de la época y país… Con el
consiguiente conocimiento e ignorancia sobre los temas. Algo
necesario, creían, e imprescindible para la convivencia común.
Pero… no cabe duda que de aquellas creencias, historias sagradas,
cuentos, fábulas, que te contaron acorde con tu edad, habrás tenido
que procesarlas en función de tu propia madurez y experiencias en la
vida. No es lo mismo seis años que dieciocho, cuarenta que setenta y
dos. Algunas se han quedado en el camino, otras has incorporado…
Eres hoy el resultado de ese soltar/acoger. ¿La medida? En función
de ti mismo. No cabría responsabilizar, a día de hoy, a quienes
hicieron lo mejor que sabían ayer.
Recuerda
las suyas sobre la religión concretamente, que no aguantaron ni
meses cuando salió al mundo laboral, 16 años, y comprendió que lo
enseñado no tenía cabida en el. ¡Qué buenos son que nos daban
religión. Pin Pon! ¡Fin de la historia! Pero…
...la
Vida tenía otros planes para él.
Pasaron
muchos años hasta que tuvo que replantearse la vida entera… ―¿La
vida entera?―. Prácticamente toda!
Estudios,
trabajos, tiendas propias. Libertad, medios, viajes, la vida un
torbellino de luz y color… ¿Para qué querría saber o preocuparse
de cosas más profundas si aquello ya se parecía al paraíso? :)
Pero, un día todo aquello empezó a girar. Y como un día cualquiera
pasó de la luz de la mañana a la sombra del atardecer y de ésta a
la oscuridad de la noche. Y en esa fría y desconcertante noche, sin
medios y con un futuro incierto, pasaron un largo tiempo… Unos tres
años.
La
incertidumbre, el miedo a lo desconocido, la inseguridad, la pérdida
de casi todo lo que tenían o creían ser, le hizo un día
preguntarse que si todo lo que eran se estaba desmoronando, ¡algo más
tenía que haber!
Esa
disposición interna y profunda, ese “más abajo no se puede ir”,
hizo que la Vida comprendiese que el momento había llegado. Que las
pajas y las bambalinas imperantes habían desaparecido (a la fuerza,
no porque él quisiera, si bien después comprendió que todo aquello,
el proceso, para el cual nació, era, según pensó durante más de
20 años, una bendición del cielo).
Un
amigo suyo le dejó por unos minutos mientras le esperaba cierto
libro, que abrió al azar, y ahí leyó tres o cuatro renglones.
¡Cambiaron su vida! Cerró el libro y se preguntó: ¿a ver si
estos van a tener razón? ¡Estos!, su amigo, la iglesia, los curas,
el cielo, Dios… Todo ese mundo desconocido que de alguna manera
podía asociar con la idea de algo espiritual... Y a la vez diferente a donde se encontraba. Algo que debía ser
real y que él desconocía totalmente. ¡Y tomó la firme
determinación de saber!
Compró dicho libro, que tuvieron de lectura diaria por más de 4 años,
empezó a leer la Biblia, llegaron otros libros, de Metafísica
espiritual… Otros después. Más de 20 años estuvo en esa dinámica
viendo cambiar su vida y sus condiciones de vida. Entiéndase
económicas, materiales, emocionales, mentales, etc. ¡No, jamás
pertenecieron, estuvieron o se relacionaron con grupo alguno de
ninguna índole! El Maestro era personal y las lecciones directas.
―¿Maestro?
¡Sí! Con diferentes nombres en diferentes momentos pero sí.
¡Maestro! (Léase la Vida Una. ESO. Todo Lo Que Es)
Años
después sacaba de casa casi todos los libros utilizados. Dejó de
realizar decretos, oraciones y bendiciones… El Maestro había
desaparecido. Y supo que todo es una sola cosa. Y que él era ESO.
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Cuando
la gota que crees ser desaparece (yo, tú, él), aparece el Océano
que siempre eres..
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Esta
cita, repetida hasta la saciedad, viene a señalarlo todo. Lo que
eres, lo que son, lo que es. Pero es tan simple, y hasta ordinaria,
que cuesta entenderla, y no digamos ya aceptarla. Pero sabe que en
esa silla de comprensión te sentarás un día. ¡Toda tu vida y
razón de ser no tiene otro objetivo!
Me encanta esa silla, Ernesto, y qué bueno es ir viviendo y aprendiendo sobre la marcha, desde nuestros errores, desde la experiencia, un abrazo!
ResponderEliminarNunca vi ese pozo donde algunas personas caen... y(necesitan plantearse algunas cosas como en esta ocasión, sin duda buenas, y aprender a vivir con otra aptitud) ... por lo cual vivo mi vida con las creencias que me enseñaron, eso sí, quitándole según fui creciendo, esa pátina que no correspondía o simplemente era exagerada con metáforas que de niño no se entienden.
ResponderEliminarSupongo que según le va la vida a cada cual, se experimentan cosas nuevas... yo afortunadamente no he tenido esa necesidad.
Un texto muy bueno Ernesto, con todo el sentir de, llamemosle, otras filosofías de vida.
Un abrazo y buen domingo.
Cada cual baila su baile según le toca, crecer, madurar, seguir creciendo como individuo, quedarse con lo que reconforta de la niñez y el presente, e intentar tener una filosofía de vida con una mente abierta.
ResponderEliminarSiempre tenemos el baúl de los recuerdos abierto a poco que atisba una pequeña chispa.
Muxus, Ernesto.
Un texto para pensar, Ernesto. Es ley de vida, el crecer a todos los niveles e ir descubriendo por ti mismo el sentido de lo que nos rodea e incluso de uno mismo.
ResponderEliminarDesde la infancia nos inculcan lo que debemos hacer y eso de alguna manera nos marca. Después viene el descubrimiento personal y la madurez se encarga de asimilar a nuestra manera lo aprendido.
Siempre estamos descubriendo algo nuevo a lo largo de los años.
El camino interno que cada uno elige nos va llevando a encontrar aquello que realmente somos..es como un quitarnos capas,una a una,y cada vez son más finas,y quizás dolorosas.. hacernos cargo de lo que subyace en nuestra conciencia.
ResponderEliminarPrecioso tu texto!
Habrá que hacer desaparecer las gotas del rocío para convertirlas en océano. Que maravilla el océano del rocío.
ResponderEliminarSaludos y un placer.
ResponderEliminarCreo que la libertad comienza en dejar vivir al otro como puede y quiere. Somos todos tan distintos, que lo a algunos le llena la vida a otros le resbala.
mariarosa
Excelente escrito, hermano.Lleno de verdades, de luz... y si, solo al dejar de ser es cuando realmente empezamos a ser
ResponderEliminarHermandad&Gratitud
Isaac
La Vida siempre nos empuja para que despertemos de este sueño, a veces con suavidad y otras a lo bestia, la cuestión es ¿ nos damos cuenta que todo es como ha de ser? que todo lo vivido ha sido y es necesario ... cuesta, muchas veces no es fácil, la mente con los juicios y las creencias no para, cuando ocurre , cuando llega la aceptación y el reconocimiento, cuando te rindes a lo que Es, aparece la calma y la paz interior...
ResponderEliminarMe quedo por aquí, me gusta lo que compartes, es cierto que no tiene nada que ver con la temática de mi blog jajaja ...
Un cordial saludo
y si supieras que soy partidaria de no contar los pasos,si no ir dándolos, y aunque sea al final de la vida,encontraremos más de lo que imaginamos.
ResponderEliminarNO hay prisa ,amiguco,porque la bendición está sobre nosotros.Seamos niños,adultos o ancianos,nunca se desaparecerá.Y me agrada que los pasos sucedan cuando tenga que SER.Porque lo que debe ser ,será
Cada uno tiene su tiempo,dejemos pues que la luz brille en el momento adecuado.
La silla de comprensión ....no estará tan vacía,si nos sentamos en la común unión,como criaturas de la Naturaleza, espirituales,sobre todo .
Besucos
Gó
Distintos e iguales somos todos...
ResponderEliminarUna buena silla para la buena reflexión ayuda a centrarse, madurar y actuar a través del Silencio musical del alma.
Un Abrazo.
Querido amigo...que maravilloso relato de esa vida real nos haces ...yo estoy emocionada , hay mucho aquí de mi vida ...mi familia y mi amor por saber y estudiar...ver a veces blanco y otras muy negro...
ResponderEliminarTe admiro Ernesto y tú lo sabes y te abrazo
gracias por tus comentarios en mi blog ...siempre con su coletilla.
un beso
Muy reflexivo y bello escrito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Somos pequeñas olas rozando las playas de aprendizaje cada día y nos regresa al océano mas maduros y fortalecidos desprendiendo cada tanto alguos temores inculcados en la infancía.
ResponderEliminarEsta frase me a encantado...
Cuando la gota que crees ser desaparece (yo, tú, él), aparece el Océano que siempre eres..
Un placer visitarte y disfrutar de tus textos.
Un abrazo querido amigo.
P.D. ¿sabes algo de nuestra amiga Ma. de Jesús?
Qué maravilla poder y saber expresar así el camino, aunque en realidad tal como lo presentas, siento que el camino va naciendo del propio caminante.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Ernesto.
Profundas palabras y verdades. Eso es lo que cada uno de nosotros hemos de vivir, nuestra verdad. Hay uno años, digamos, inconscientes, hasta que llega el momento que supongo a todos nos llega, de la reflexión, del amor y el conocimiento de nosotros mismos y todo se torna en paz... Gracias Ernesto, es un placer pasar por aquí. Abrazo.
ResponderEliminarPues a mi me encanta esa idea de ser el mar al completo y no una gota.
ResponderEliminarNunca me he agarrado a nada, Ernesto, no tengo apegos salvo la gente que amo.
Un amigo me dijo un día que vaya morro, que yo era budista de serie y que a él le había costado muchos años y hasta pasarse cuatro años en un monasterio aislado para encontrar la paz.
Creo que soy ESo, sin saber muy bien por qué. Me tomo la vida como viene, me adpato a los cambios y sé que puedo vivir con casi nada en lo material. Lo sé con seguridad.
Mi silla de reflexionar me la "regalaron" cuando era una niña, así que por eso no me podía creer que Dios me estuviera mirando a mí, con todo el trabajo pendiente que tenía.
Un beso,